Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
¿Recuerdas?: Juguemos en el bosque mientras el lobo no está. ¿Lobo estás?...
También jugábamos a la ronda, San Miguel, esconde la correa, al papá y a la mamá. Pero fue este último juego el que despertó en mí, el sentimiento más hermoso del mundo: AMOR.
Con el tiempo llegaste a mi cuerpo adolescente como llega el río al mar: sinuosa e inquieta y te entregaste temblorosa, meciéndote al vaivén de las olas, mientras dos lágrimas mojaban tus mejillas...
Aquel domingo te moldeé como ollita de barro y pinté tus ojos con los colores del arco iris. ¿Recuerdas?, hasta sangraron mis labios de tanto besar tu piel de primavera. Después vinieron muchas noches de luna donde moldeamos nuestros cuerpos...
Hoy en este otoño que asoma puedo moldearte las veces que quieras; pero esta vez, como una Venus de trigo, sumergida en el mar de la pasión eterna…
También jugábamos a la ronda, San Miguel, esconde la correa, al papá y a la mamá. Pero fue este último juego el que despertó en mí, el sentimiento más hermoso del mundo: AMOR.
Con el tiempo llegaste a mi cuerpo adolescente como llega el río al mar: sinuosa e inquieta y te entregaste temblorosa, meciéndote al vaivén de las olas, mientras dos lágrimas mojaban tus mejillas...
Aquel domingo te moldeé como ollita de barro y pinté tus ojos con los colores del arco iris. ¿Recuerdas?, hasta sangraron mis labios de tanto besar tu piel de primavera. Después vinieron muchas noches de luna donde moldeamos nuestros cuerpos...
Hoy en este otoño que asoma puedo moldearte las veces que quieras; pero esta vez, como una Venus de trigo, sumergida en el mar de la pasión eterna…
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