BAILANDO EN LA LUNA
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Ayer busqué nuestras huellas en el camino que nos lleva a Cucuna y sólo encontré chacareros trepando los cerros. Luego de unos momentos de contemplación soñé con los ojos abiertos:
c
"Me vi caminando por Yucyushtana acompañado por un coro de pichuichancas .
Cerca del cementerio dos huinchus saltarines oteaban desde una pirca.
A mi paso por la gruta de la Virgencita sentí el aroma de las florecillas silvestres, tan tiernas como el pan recién salido de un horno de barro.
Fue una mañanita fresca de sábado de primavera, voz de campo y semilla que arrulló mis oídos adolescentes..."
Al abrir los ojos vino a mi mente aquella noche de luna clara, de la que todavía queda en el kikuyo, la fragancia de nuestros tiernos años, cuando bailábamos en la Luna.
Cerca del cementerio dos huinchus saltarines oteaban desde una pirca.
A mi paso por la gruta de la Virgencita sentí el aroma de las florecillas silvestres, tan tiernas como el pan recién salido de un horno de barro.
Fue una mañanita fresca de sábado de primavera, voz de campo y semilla que arrulló mis oídos adolescentes..."
Al abrir los ojos vino a mi mente aquella noche de luna clara, de la que todavía queda en el kikuyo, la fragancia de nuestros tiernos años, cuando bailábamos en la Luna.
Tranca, 16 AGO 87
3