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CONOCOCHA EN EL TERCER MILENIO
VOCES NATIVAS
Aborregado:
Nubes que surcan el cielo de grupo en grupo
Alalaj Machay:
Paraje lleno de roquedales
Chinguirito:
Trago aromático chiquiano. Se bebe caliente. Infaltable durante las fiestas patronales.
Chinichalhua:
Conocida también como chalhua, es un pez pequeño que vive en el curso de las aguas de las mesetas andinas.
Chusco:
Común.
Cushuro:
Alga verde/oscura de forma laminar. Los lugareños lo consumen como alimento por su alto porcentaje en proteínas.
Escarcha:
Gotas de agua que forman una capa de hielo.
Granizo:
Meteoro acuoso conformado por bolitas de hielo que caen en las partes altas de los andes, en un proceso donde las lluvas son llevadas por las corrientes de aire hasta las zonas donde la temperatura es inferior a OºC. Allí se congelas y aumentan de tamaño al unirse unas a otras, y retornan a la superficie en forma de granizo. Se le conoce también como runchus.
Guetu:
Lana apelmazada (protege del frío a los animales de la puna)
Huagoro:
Cacto raquítico conocido también como huaraco. Cubre pequeñas porciones de la superficie de la puna.
Ichu:
Gramínea de hojas delgadas y punzantes que reverdecen con las lluvias de verano y sirve de sustento a la ganadería
Huachua:
Ganso andino banco, de plumas y cola negra. Camina en parejas en épocas de apareamiento. Los demás días habita en grupo.
Manadas:
Lugares de crianza de ganado vacuno y lanar
Neblina:
Meteoro acuoso que se presenta como cortina blanca impidiendo la visibilidad.
Pampa de Lampas:
Páramo andino a 4.100 m.s.n.m (Chiquián y Ticllos)
Pajonales:
Lugar donde crece en manojos la paja brava
Puquial:
Fuente de agua cristalina y pura.
Soroche:
Mal de altura que padecen los que atraviesan la puna por primera vez. Se manifiesta con dolores de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, desfallecimiento y hemorragias nasales. Su causa: la baja presión atmosférica y la disminución del oxígeno en el aire.
Torcaza:
Paloma andina de color gris
Tupuc:
Ave parecida a la tórtola
Vellones:
Lana esquilada de oveja en forma de nubes.
Vizcacha:
Roedor de color gris, larga cola, orejas anchas y redondeadas. Su carne es muy sabrosa.
'Soñar despierto es maravilloso, pero sin olvidar que el trabajo es el mejor aliado contra el frío que cala hasta el tuétano. Somos aves de paso que tarde o temprano retornaremos a la Tierra, y no existe oro en el mundo, capaz de ayudarnos a recobrar el tiempo perdido, pues una vez emprendido algo vital, no hay marcha atrás: como los cursos profundos de las aguas, los desfiladeros en las altas cumbres y los años que se van; porque para cada uno de nosotros el mañana sólo llegará, al día siguiente que nos hayamos ido... Armando Alvarado Montoro'.
*
Conococha es un gélido rincón de Áncash, sin árboles ni rosas, donde crece el ichu ennegrecido por el frío de la Puna. La laguna está cargada de truchas y sobre sus aguas nadan cuadrillas de patos silvestres. La pampa es callada y quieta, solo el viento se mueve inquieto, silbando sin cesar en su danza con los pajonales.
Pasar mis vacaciones escolares en la manada de Tupucancha, colindante a la laguna de Conococha, fue un constante aprender, pues cada día tomaba lecciones de vida que los iba guardando en mi memoria, como bases del desarrollo de mi personalidad y líneas directrices para enfrentar los retos cotidianos, sin menospreciar ni desafiar a la Pachamama. Por ejemplo:
-Del zorro aprendí a ser paciente, vigilante y a correr más rápido que la presa más veloz.
-La perdiz me enseñó a ponerme a buen recaudo frente a una imposible defensa.
-En la lucha de los carneros de enormes cachos y de raleada estampa, aprendí lecciones de valor sin alharacas ni falso orgullo.
-El búho con su mirada misteriosa y su canto agorero aumentó mis fantasías y mi interés por los mitos, las tradiciones, los cuentos y las leyendas de la zona.
-Los perros chuscos con abundante “guetu” sobre sus espaldas, y su instinto de conservación, me enseñaron a presentir la proximidad de una tormenta o la amenaza de un ser vivo.
-Las ovejas con su balido de alerta me prevenían del acecho de algún zorro, puma o salteador, para ponerme en guardia.
-Los toros y las vacas con sus mugidos me enseñaron a mantenerme en permanente comunicación con las personas de mi entorno.
-El pajarito 'tupuc chiquito' con su gran capacidad de mimetismo me dio clases de cómo pasar desapercibido ante el ojo del enemigo.
-El granizo, la nieve, la densa neblina, la escarcha, las nubes preñadas de agua y el intenso frío templaron mi carácter y mis defensas físicas.
-Los rayos, los truenos y los relámpagos me enseñaron lo pequeño que soy frente al Universo y ante el Poder Supremo de Dios.
-El olor a tierra mojada me enseñó, que el pasto sacia su sed al igual que lo hacemos los humanos, para poder crecer y florecer.
-El cóndor me enseñó, que para vencer grandes obstáculos es necesario volar donde las moscas no llegan, y no ser como los reptiles que buscan hacer daño arrastrándose en el suelo.
-Los pastores me enseñaron a vivir en fraternidad con la Madre Naturaleza, ser tolerante y bendecir al prójimo, el trabajo, la salud y los alimentos de sustento diario.
-De la huachua aprendí a ser observador perspicaz y desconfiado, pero respetuoso con quien se imponga por su valor y destreza.
-Las chinichalhuas de los riachuelos de la Pampa de Lampas con su gran movilidad antes, durante y después del peligro, me dieron clases de cómo mantenerme siempre en movimiento, alerta y sereno a la vez.
-Del puma aprendí, que a veces es necesario retroceder para dar un gran salto, pues muchas veces damos saltos sin energía y nos vamos a la zanja.
-El pato silvestre y el aguash me dieron ejemplos de ubicación estratégica frente a un cazador furtivo.
-El ichu me enseñó a agazaparme hasta que pase el fuerte viento, luego pararme, y si el viento continúa: bailar y silbar con él, mas nunca retarlo, porque podría arrancarme del piso llanques y todo, por más que sea de la marca "Good Year".
-Las cuevas me enseñaron, que los hongos venenosos que viven en su interior mueren cuando les da la luz.
-De la vizcacha aprendí a salir a tomar el sol en el momento preciso para evitar contratiempos y también a correr más rápido que el zorro más veloz.
-Las peñascos, los cerros, el cielo aborregado y los nevados perpetuos, me dieron la orientación necesaria para mantenerme siempre abrigado y de pie frente a la adversidad, porque en estos helados lugares hasta el cóndor usa bufanda.
-Los riachuelos me enseñaron a fecundar la tierra y no hacer trabajos estériles sin utilidad.
-Las tibias aguas termales que discurren por varias zonas de la Pampa de Lampas me enseñaron que es posible encontrar calor aun debajo de los témpanos de hielo.
-La laguna de Conococha con su despensa de truchas y su función irrigadora del Callejón de Huaylas, me enseñó a “guardar pan para mayo”.
-El puquial me enseñó, cómo desde lo profundo, gris y desconocido puede brotar agua fresca y cristalina y, que muchas veces es preferible beber en la cuenca de las manos que en vasos de cristal que en un momento dado pueden contener veneno.
-El hombre de la Puna procura mantenerse activo para darse calor durante el día, porque sabe que la helada se impone al más tupido poncho y al más caliente chinguirito.
-El expresivo lenguaje de los glaciares y sus estribaciones morenas hacen añicos la monótona tristeza cuando uno contempla este salvaje paisaje con los ojos del alma.
-En el crepúsculo escarlata, los contornos de los picachos del Tucu Chira parecen una enorme cierra acerada besando el cielo. Basta un minuto de meditación frente a este singular espectáculo a cielo abierto, para escuchar la voz de la Madre Naturaleza pidiéndonos conservarla y amarla.
-Los infatigables arrieros me enseñaron que un corazón valiente y firme, es capaz de inspirar respeto y afecto al mismo tiempo.
En fin, Conococha me enseñó, que por más desolado y frío que amanezca el día, siempre está latente la esperanza de un mejor estilo de vida si nos dejamos llevar por las enseñanzas que nos prodiga la Madre Naturaleza.
Pasar mis vacaciones escolares en la manada de Tupucancha, colindante a la laguna de Conococha, fue un constante aprender, pues cada día tomaba lecciones de vida que los iba guardando en mi memoria, como bases del desarrollo de mi personalidad y líneas directrices para enfrentar los retos cotidianos, sin menospreciar ni desafiar a la Pachamama. Por ejemplo:
-Del zorro aprendí a ser paciente, vigilante y a correr más rápido que la presa más veloz.
-La perdiz me enseñó a ponerme a buen recaudo frente a una imposible defensa.
-En la lucha de los carneros de enormes cachos y de raleada estampa, aprendí lecciones de valor sin alharacas ni falso orgullo.
-El búho con su mirada misteriosa y su canto agorero aumentó mis fantasías y mi interés por los mitos, las tradiciones, los cuentos y las leyendas de la zona.
-Los perros chuscos con abundante “guetu” sobre sus espaldas, y su instinto de conservación, me enseñaron a presentir la proximidad de una tormenta o la amenaza de un ser vivo.
-Las ovejas con su balido de alerta me prevenían del acecho de algún zorro, puma o salteador, para ponerme en guardia.
-Los toros y las vacas con sus mugidos me enseñaron a mantenerme en permanente comunicación con las personas de mi entorno.
-El pajarito 'tupuc chiquito' con su gran capacidad de mimetismo me dio clases de cómo pasar desapercibido ante el ojo del enemigo.
-El granizo, la nieve, la densa neblina, la escarcha, las nubes preñadas de agua y el intenso frío templaron mi carácter y mis defensas físicas.
-Los rayos, los truenos y los relámpagos me enseñaron lo pequeño que soy frente al Universo y ante el Poder Supremo de Dios.
-El olor a tierra mojada me enseñó, que el pasto sacia su sed al igual que lo hacemos los humanos, para poder crecer y florecer.
-El cóndor me enseñó, que para vencer grandes obstáculos es necesario volar donde las moscas no llegan, y no ser como los reptiles que buscan hacer daño arrastrándose en el suelo.
-Los pastores me enseñaron a vivir en fraternidad con la Madre Naturaleza, ser tolerante y bendecir al prójimo, el trabajo, la salud y los alimentos de sustento diario.
-De la huachua aprendí a ser observador perspicaz y desconfiado, pero respetuoso con quien se imponga por su valor y destreza.
-Las chinichalhuas de los riachuelos de la Pampa de Lampas con su gran movilidad antes, durante y después del peligro, me dieron clases de cómo mantenerme siempre en movimiento, alerta y sereno a la vez.
-Del puma aprendí, que a veces es necesario retroceder para dar un gran salto, pues muchas veces damos saltos sin energía y nos vamos a la zanja.
-El pato silvestre y el aguash me dieron ejemplos de ubicación estratégica frente a un cazador furtivo.
-El ichu me enseñó a agazaparme hasta que pase el fuerte viento, luego pararme, y si el viento continúa: bailar y silbar con él, mas nunca retarlo, porque podría arrancarme del piso llanques y todo, por más que sea de la marca "Good Year".
-Las cuevas me enseñaron, que los hongos venenosos que viven en su interior mueren cuando les da la luz.
-De la vizcacha aprendí a salir a tomar el sol en el momento preciso para evitar contratiempos y también a correr más rápido que el zorro más veloz.
-Las peñascos, los cerros, el cielo aborregado y los nevados perpetuos, me dieron la orientación necesaria para mantenerme siempre abrigado y de pie frente a la adversidad, porque en estos helados lugares hasta el cóndor usa bufanda.
-Los riachuelos me enseñaron a fecundar la tierra y no hacer trabajos estériles sin utilidad.
-Las tibias aguas termales que discurren por varias zonas de la Pampa de Lampas me enseñaron que es posible encontrar calor aun debajo de los témpanos de hielo.
-La laguna de Conococha con su despensa de truchas y su función irrigadora del Callejón de Huaylas, me enseñó a “guardar pan para mayo”.
-El puquial me enseñó, cómo desde lo profundo, gris y desconocido puede brotar agua fresca y cristalina y, que muchas veces es preferible beber en la cuenca de las manos que en vasos de cristal que en un momento dado pueden contener veneno.
-El hombre de la Puna procura mantenerse activo para darse calor durante el día, porque sabe que la helada se impone al más tupido poncho y al más caliente chinguirito.
-El expresivo lenguaje de los glaciares y sus estribaciones morenas hacen añicos la monótona tristeza cuando uno contempla este salvaje paisaje con los ojos del alma.
-En el crepúsculo escarlata, los contornos de los picachos del Tucu Chira parecen una enorme cierra acerada besando el cielo. Basta un minuto de meditación frente a este singular espectáculo a cielo abierto, para escuchar la voz de la Madre Naturaleza pidiéndonos conservarla y amarla.
-Los infatigables arrieros me enseñaron que un corazón valiente y firme, es capaz de inspirar respeto y afecto al mismo tiempo.
En fin, Conococha me enseñó, que por más desolado y frío que amanezca el día, siempre está latente la esperanza de un mejor estilo de vida si nos dejamos llevar por las enseñanzas que nos prodiga la Madre Naturaleza.
Huaraz, agosto de 1983
CONOCOCHA EN EL TERCER MILENIO
*
Ya había pobreza cuando era niño,
hoy que peino canas, también,
por más que surcan su suelo
miles de carros mineros.
El asfaltado parece la cara lunar
sobre el viaducto de Antamina,
mas no tengo en mi memoria
recuerdos asolando la Puna.
Ahora más tiendas escoltan la vía,
pero la desesperanza campea
a más de 4 mil metros de altura,
por la laguna que fenece a porfía.
Recuerdo sus 7 casitas de tapias
recostadas en las frías laderas,
donde los hombres de ichu reían,
junto a sus dulces compañeras.
Al paso de los peregrinos,
sus manos eran torcazas
con alas de esperanza
volando en la neblina.
Desde entonces no me olvido,
de aquellos buenos amigos,
ni de las huachuas y los patitos,
que poblaban la laguna.
NAB AGO 2002
hoy que peino canas, también,
por más que surcan su suelo
miles de carros mineros.
El asfaltado parece la cara lunar
sobre el viaducto de Antamina,
mas no tengo en mi memoria
recuerdos asolando la Puna.
Ahora más tiendas escoltan la vía,
pero la desesperanza campea
a más de 4 mil metros de altura,
por la laguna que fenece a porfía.
Recuerdo sus 7 casitas de tapias
recostadas en las frías laderas,
donde los hombres de ichu reían,
junto a sus dulces compañeras.
Al paso de los peregrinos,
sus manos eran torcazas
con alas de esperanza
volando en la neblina.
Desde entonces no me olvido,
de aquellos buenos amigos,
ni de las huachuas y los patitos,
que poblaban la laguna.
NAB AGO 2002
VOCES NATIVAS
Aborregado:
Nubes que surcan el cielo de grupo en grupo
Alalaj Machay:
Paraje lleno de roquedales
Chinguirito:
Trago aromático chiquiano. Se bebe caliente. Infaltable durante las fiestas patronales.
Chinichalhua:
Conocida también como chalhua, es un pez pequeño que vive en el curso de las aguas de las mesetas andinas.
Chusco:
Común.
Cushuro:
Alga verde/oscura de forma laminar. Los lugareños lo consumen como alimento por su alto porcentaje en proteínas.
Escarcha:
Gotas de agua que forman una capa de hielo.
Granizo:
Meteoro acuoso conformado por bolitas de hielo que caen en las partes altas de los andes, en un proceso donde las lluvas son llevadas por las corrientes de aire hasta las zonas donde la temperatura es inferior a OºC. Allí se congelas y aumentan de tamaño al unirse unas a otras, y retornan a la superficie en forma de granizo. Se le conoce también como runchus.
Guetu:
Lana apelmazada (protege del frío a los animales de la puna)
Huagoro:
Cacto raquítico conocido también como huaraco. Cubre pequeñas porciones de la superficie de la puna.
Ichu:
Gramínea de hojas delgadas y punzantes que reverdecen con las lluvias de verano y sirve de sustento a la ganadería
Huachua:
Ganso andino banco, de plumas y cola negra. Camina en parejas en épocas de apareamiento. Los demás días habita en grupo.
Manadas:
Lugares de crianza de ganado vacuno y lanar
Neblina:
Meteoro acuoso que se presenta como cortina blanca impidiendo la visibilidad.
Pampa de Lampas:
Páramo andino a 4.100 m.s.n.m (Chiquián y Ticllos)
Pajonales:
Lugar donde crece en manojos la paja brava
Puquial:
Fuente de agua cristalina y pura.
Soroche:
Mal de altura que padecen los que atraviesan la puna por primera vez. Se manifiesta con dolores de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, desfallecimiento y hemorragias nasales. Su causa: la baja presión atmosférica y la disminución del oxígeno en el aire.
Torcaza:
Paloma andina de color gris
Tupuc:
Ave parecida a la tórtola
Vellones:
Lana esquilada de oveja en forma de nubes.
Vizcacha:
Roedor de color gris, larga cola, orejas anchas y redondeadas. Su carne es muy sabrosa.
'Soñar despierto es maravilloso, pero sin olvidar que el trabajo es el mejor aliado contra el frío que cala hasta el tuétano. Somos aves de paso que tarde o temprano retornaremos a la Tierra, y no existe oro en el mundo, capaz de ayudarnos a recobrar el tiempo perdido, pues una vez emprendido algo vital, no hay marcha atrás: como los cursos profundos de las aguas, los desfiladeros en las altas cumbres y los años que se van; porque para cada uno de nosotros el mañana sólo llegará, al día siguiente que nos hayamos ido... Armando Alvarado Montoro'.
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