Plaza de toros de Jircán- Foto: Pablo Calderón Anzualdo
Brentwood, 3 de septiembre de 2019
HOLA SHAY:
Como es habitual, culminada la última corrida de toros en el monumental de Jircán, los motores de la fiesta de Santa Rosa bajan su potencia al mínimo. Ya en horas de la tarde del 4 de septiembre, con la elección de los nuevos funcionarios, pasa a "hibernación" hasta el próximo año.
Como es habitual, culminada la última corrida de toros en el monumental de Jircán, los motores de la fiesta de Santa Rosa bajan su potencia al mínimo. Ya en horas de la tarde del 4 de septiembre, con la elección de los nuevos funcionarios, pasa a "hibernación" hasta el próximo año.
Antigua plaza mayor de Chiquián - Foto: Román Palacios
* * *
La
tradición oral, como expresión cultural y patrimonio inmaterial del
pueblo, toma fuerza en
las tertulias vespertinas durante la Fiesta de Santa Rosa en Chiquián.
Puntos de encuentro de añejos paisanos de mayor confianza, al embrujo de una arpita andina de 38 cuerdas verticales o de la sempiterna canción "Chica ye yé", de la española Conchita Velasco Varona, que el próximo jueves 29
de noviembre apagará 79 velitas en su natal Valladolid.
Estas
animadas tertulias vespertinas se llevan a cabo en las casas solariegas
o en el local del club de la plaza mayor, casi siempre al abrigo de "don
chinguirito", dulce trago trepador que hace hablar hasta por los codos a:
beatos, tartamudos, acólitos, curiosos de poncho que nunca faltan, divas medio
longevas, sahumadoras y curtidos santos varones, en un concierto de
ingenio,
colorido, sabiduría popular, picardía en triple sentido y las nada
santas shaplacadas (fanfarronadas), hasta pichirse de risa anegando de urea los deslucidos chancabuques de tanto zapateo en las casas de los funcionarios.
Así, los conocimientos y experiencias de herencia compartida, salpicados de vocablos típicos de Chiquián y sus pircas eternas, se trasmiten con visión renovadora de boca en boca, de jarra en jarra, de umbral en umbral, de zaguán en zaguán, de barrio en barrio, de fogón en fogón, de batán en batán, de generación en generación, de padres a hijos y de abuelos a nietos, bisnietos y tataranietos, conservándose en el tiempo como sabrosas fuentes de información, alimento cotidiano que nutre el espíritu telúrico de Chiquián, esencia de su vasta historia de confraternidad campechana.
De esta polifónica cadena de trasmisión humana, gracias al nervio popular, insuperable portador de memoria, sentimiento e identidad, los siglos han decantado relatos, canciones, versos, supersticiones, dichos, fábulas, chismes, chistes, mitos y leyendas, muchas veces de manera anónima, que hoy forman parte del voluminoso acervo escrito de Chiquián y sus apus Huancar, San Juan Cruz, Yerupajá, Jirishanca, Tucu, Capillapunta y Jaracoto, como estos tres cuentos "no tan chinos", de la expresión colectiva, que fluyen al pie como calostro para chiuchi recién parido.
Con mi mayor afecto,
Nalo Alvarado Balarezo
Así, los conocimientos y experiencias de herencia compartida, salpicados de vocablos típicos de Chiquián y sus pircas eternas, se trasmiten con visión renovadora de boca en boca, de jarra en jarra, de umbral en umbral, de zaguán en zaguán, de barrio en barrio, de fogón en fogón, de batán en batán, de generación en generación, de padres a hijos y de abuelos a nietos, bisnietos y tataranietos, conservándose en el tiempo como sabrosas fuentes de información, alimento cotidiano que nutre el espíritu telúrico de Chiquián, esencia de su vasta historia de confraternidad campechana.
De esta polifónica cadena de trasmisión humana, gracias al nervio popular, insuperable portador de memoria, sentimiento e identidad, los siglos han decantado relatos, canciones, versos, supersticiones, dichos, fábulas, chismes, chistes, mitos y leyendas, muchas veces de manera anónima, que hoy forman parte del voluminoso acervo escrito de Chiquián y sus apus Huancar, San Juan Cruz, Yerupajá, Jirishanca, Tucu, Capillapunta y Jaracoto, como estos tres cuentos "no tan chinos", de la expresión colectiva, que fluyen al pie como calostro para chiuchi recién parido.
Con mi mayor afecto,
Nalo Alvarado Balarezo
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TRES AL HILO
1
CON RAYA AL CENTRO
*
Cuentan
que en la fiesta brava de 1952, un chiuchi se pasó caminando toda la
corrida debajo de las palincas, contemplando con los ojos desorbitados
los encantos, casi ocultos, de las musas del Huayhuash.
A la mañana siguiente se encuentra en la calle de los mercachifles con una de sus víctimas, una oropuquina de mirada profunda, y éste, se pone a tararear una vieja canción andina:
- "Ay amarillo, amarillito por qué te estarás amarilleando" -la chica lo queda mirando y sigue su camino.
En la segunda corrida continúa su faena de observador.
A la mañana siguiente se encuentra en la calle de los mercachifles con una de sus víctimas, una oropuquina de mirada profunda, y éste, se pone a tararear una vieja canción andina:
- "Ay amarillo, amarillito por qué te estarás amarilleando" -la chica lo queda mirando y sigue su camino.
En la segunda corrida continúa su faena de observador.
Después de dos días
se encuentra con la misma chica en la puerta de una panadería y se pone a cantar
risueño:
- "Tarapaqueño soy, camisa verde bien de adentro soy, todos me odian, todos me quieren porque soy campeón".
Cavilando y cavilando la linda oropuquina ata cabos, soldados y sargentos: 'en la primera corrida estuve con calzón amarillo y en la segunda con verde.... ahhh, ya sé', y colige que el chiuchi la ha ampayado en las dos corridas.
En los meses previos a la nueva fiesta patronal planifica su venganza, y en la primera corrida sube a la palinca con un calzón tricolor: verde, negro y colorado.
Al día siguiente (segunda corrida), ambos coinciden ingresando a la plaza de toros y él se pone a cantar un huayno de cuño jaranero: "Quien te dio la cinta verde que te dé la colorada, quien no te dio en la negra noche que te dé en la madrugada".
La bella oropuquina, viendo que su sesudo plan falló por un pelo y medio, atravesó el ruedo hablando entre dientes y colmillos, y como toda osada hincha del equipo guairuro, dejó a un lado el calzón antes del inicio de la corrida y esperó serena el desenlace en la palinca, parada de puntillas con las piernas separadas, tal como vino al mundo.
Al finalizar la corrida, cuando los carros abandonaban el ruedo de Jircán, buscó al chiuchi "zapallo" con la mirada y lo encontró contemplándola a cierta distancia. Se le acercó contorneando el batán y le brindó una sonrisa con sorna pensando que el susodicho haría mutis frente a su osadía. El chiuchi en respuesta le cantó la canción con sabor a orzuelo, de Los Hooligans, uno de los grupos pioneros del Rock and Roll mexicano: "Despeinada jaja jaja, despeinada jaja jaja....
- "Tarapaqueño soy, camisa verde bien de adentro soy, todos me odian, todos me quieren porque soy campeón".
Cavilando y cavilando la linda oropuquina ata cabos, soldados y sargentos: 'en la primera corrida estuve con calzón amarillo y en la segunda con verde.... ahhh, ya sé', y colige que el chiuchi la ha ampayado en las dos corridas.
En los meses previos a la nueva fiesta patronal planifica su venganza, y en la primera corrida sube a la palinca con un calzón tricolor: verde, negro y colorado.
Al día siguiente (segunda corrida), ambos coinciden ingresando a la plaza de toros y él se pone a cantar un huayno de cuño jaranero: "Quien te dio la cinta verde que te dé la colorada, quien no te dio en la negra noche que te dé en la madrugada".
La bella oropuquina, viendo que su sesudo plan falló por un pelo y medio, atravesó el ruedo hablando entre dientes y colmillos, y como toda osada hincha del equipo guairuro, dejó a un lado el calzón antes del inicio de la corrida y esperó serena el desenlace en la palinca, parada de puntillas con las piernas separadas, tal como vino al mundo.
Al finalizar la corrida, cuando los carros abandonaban el ruedo de Jircán, buscó al chiuchi "zapallo" con la mirada y lo encontró contemplándola a cierta distancia. Se le acercó contorneando el batán y le brindó una sonrisa con sorna pensando que el susodicho haría mutis frente a su osadía. El chiuchi en respuesta le cantó la canción con sabor a orzuelo, de Los Hooligans, uno de los grupos pioneros del Rock and Roll mexicano: "Despeinada jaja jaja, despeinada jaja jaja....
Para escuchar "Despeinada", hacer clic:
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2
CUANDO LA NECESIDAD TIENE CARA DE HEREJE
CUANDO LA NECESIDAD TIENE CARA DE HEREJE
*
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Después
de la segunda corrida del año 1949, tres chiuchis maltones del proletario barrio
de Tranca se quedan en 'FA', y como es lógico, piensan satisfacer sus
enanos instintos con una manoletilla bajo la sombra de un coposo aliso, al filo del abismo.
Para buena suerte de los tres, cuando están cerca del Coso, ven a un borrachito dormido entre unos manojos de putpush y deciden culminar la faena comunal con una chicuelilla al paso...
De tanto chinguirito ingerido durante la corrida, el borrachito ni siquiera se percató de su inocencia perdida de espaldas al cielo.
Concluida la quiñada múltiple, los chiuchis maltones se fueron a sus casas, dejando en el ratash bolsillo del beodo un par de pencos por los servicios recibidos.
El choborra al despertarse vio con sorpresa el dinero y, pensando que había sido favorecido con un milagro de Santa Rosita, se va sonriente al mercado de abastos del pueblo.
De pie, en uno de los puestos de comida, pide a todo pulmón:
- ¡Mozaico!, sírveme un buen caldo de mondongo, pero sin rocoto por favor, que el locro del almuerzo ha estado tan picante que me está ardiendo el asterisco.
Para buena suerte de los tres, cuando están cerca del Coso, ven a un borrachito dormido entre unos manojos de putpush y deciden culminar la faena comunal con una chicuelilla al paso...
De tanto chinguirito ingerido durante la corrida, el borrachito ni siquiera se percató de su inocencia perdida de espaldas al cielo.
Concluida la quiñada múltiple, los chiuchis maltones se fueron a sus casas, dejando en el ratash bolsillo del beodo un par de pencos por los servicios recibidos.
El choborra al despertarse vio con sorpresa el dinero y, pensando que había sido favorecido con un milagro de Santa Rosita, se va sonriente al mercado de abastos del pueblo.
De pie, en uno de los puestos de comida, pide a todo pulmón:
- ¡Mozaico!, sírveme un buen caldo de mondongo, pero sin rocoto por favor, que el locro del almuerzo ha estado tan picante que me está ardiendo el asterisco.
3
SHAPRITA EN LA RETINA
SHAPRITA EN LA RETINA
*
'Shaprita,
fue un alquimista de la discreción, que hallaba su alborada en cada
noche estrellada. Nuestro recordado amigo, comprometiendo las fibras más
íntimas de su sentimiento, nos llevaba de la mano como a un niño perdido a un viaje más allá
de los límites de la amistad efímera, y nos sumergía en un mundo hasta
ahora poco conocido por el corazón humano donde reina el verdadero
amor por los demás: EL ESPÍRITU TELÚRICO. Comentan los viejos arrieros,
que en 1941 Shapra gritó en plena procesión de Viernes Santo: ¡cambio
cien judas iscariotes por un amigo!. Desde la otra vereda el Indio Peruano
le contestó: ¡ni mil serían suficientes para que tengas un amigo de verdad, Shaprita!... Nalo AB - OCT 84'.
A fines de la década del cincuenta funcionaban dos colegios secundarios en el glorioso 'Coronel Bolognesi' de Chiquián. Uno diurno para los adolescentes metropolitanos y otro nocturno para los rucus suburbanos.
Cierta tarde de toros, castillas y ponchos se encontraron dos viejas glorias en la palinca de las pallas. Uno de ellos estudiaba en la Nocturna. El otro era Shaprita.
D I Á L O G O:
- Haber Shapra, dime ¿quién es Fedor Mijáilovich Dostoievski?
- Pues, no sé quién será.
- ¡Qué tonto eres!, deberías ir a la Nocturna.
En la segunda corrida se encuentran caminando asustados cerca del Coso y le hace otra pregunta:
- ¿Y sabes quién es Alex Hrdlicka?
- Pues... no sé...
- ¡Qué tonto eres!, deberías matricularte en la Nocturna.
Pasa una semana y le hace una nueva pregunta :
- ¿Sabes quién es Friedrich Engels?
- Pues... no sé...
- ¡Qué opa eres!, deberías ir a la Nocturna.
Entonces Shapra, harto de tantas preguntas, le dice:
- Y tú, ¿sabes quién es Manuel Ñato Allauca?
- Pues, la verdad no sé Shaprita.
- ¡Qué tonto eres!, es el tipo que se acuesta con tu costilla, cuando vas a la Nocturna.
Al escuchar esto, el astado empezó a sudar frío y sin decir ni ¡¡¡MUUU!!!, caminó con la cabeza gacha arando el piso hasta Tranca. Ya cuando se aprestaba a lanzarse al abismo de Shapash, Shaprita le grita:
- !Cuidadooooo¡, que tu gila te ha puesto los cuernos, no alas...
A fines de la década del cincuenta funcionaban dos colegios secundarios en el glorioso 'Coronel Bolognesi' de Chiquián. Uno diurno para los adolescentes metropolitanos y otro nocturno para los rucus suburbanos.
Cierta tarde de toros, castillas y ponchos se encontraron dos viejas glorias en la palinca de las pallas. Uno de ellos estudiaba en la Nocturna. El otro era Shaprita.
D I Á L O G O:
- Haber Shapra, dime ¿quién es Fedor Mijáilovich Dostoievski?
- Pues, no sé quién será.
- ¡Qué tonto eres!, deberías ir a la Nocturna.
En la segunda corrida se encuentran caminando asustados cerca del Coso y le hace otra pregunta:
- ¿Y sabes quién es Alex Hrdlicka?
- Pues... no sé...
- ¡Qué tonto eres!, deberías matricularte en la Nocturna.
Pasa una semana y le hace una nueva pregunta :
- ¿Sabes quién es Friedrich Engels?
- Pues... no sé...
- ¡Qué opa eres!, deberías ir a la Nocturna.
Entonces Shapra, harto de tantas preguntas, le dice:
- Y tú, ¿sabes quién es Manuel Ñato Allauca?
- Pues, la verdad no sé Shaprita.
- ¡Qué tonto eres!, es el tipo que se acuesta con tu costilla, cuando vas a la Nocturna.
Al escuchar esto, el astado empezó a sudar frío y sin decir ni ¡¡¡MUUU!!!, caminó con la cabeza gacha arando el piso hasta Tranca. Ya cuando se aprestaba a lanzarse al abismo de Shapash, Shaprita le grita:
- !Cuidadooooo¡, que tu gila te ha puesto los cuernos, no alas...
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* * *
(Desde
los albores del Tercer Milenio, los tres relatos chiquianos de
exportación no tradicional, han sido acogidos y recreados en varios dialectos del
mundo, con diferentes colores y sabores, por cibernautas anónimos. Nalo).
Preparando las palincas taurinas de setiembre.
Plaza de toros de Jircán - Identidad chiquiana
Fuente:
Tertulias chiquianas de agosto fiestero, recopilado por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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