Chiquián
Smyrna, 31 de marzo de 2015
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HOLA SHAY:
Un día como hoy nacieron en Chiquián cinco seres humanos muy queridos por nuestro pueblo: SOLEDAD ZÚÑIGA GAMARRA, ENMA RAYO MINAYA, BALBINA ALDAVE ESPEJO, PABLO MARTÍN VÁSQUEZ VERAMENDI y VICTORIA MONTORO RAMÍREZ..
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Sólo la magia innata de Chole Zúñiga Gamarra puede
convertir con facilidad un día normal en una fecha inolvidable. Así es
desde niña su carismática personalidad: un matiz de generosidad y
entusiasmo contagiante. Herencia viviente de Luis Pardo.
Su
incansable labor magisterial, su amor al deporte y su entrega a su
familia, constituyen bellos ejemplos para los que compartimos su
amistad; cualidades a las que se suma el aire de ánimo que se respira
en toda fiesta deportiva y costumbrista con su presencia. Por su sencillez y su
espíritu amigable, grandes
y chicos quedan cautivados ni bien la conocen. El sonoro timbre de su voz y su mensaje sincero de
solidaridad, paz y amor por nuestra tierra, están presentes en todo
momento.
.Chole:
telúrica de nacimiento y campechana sin par; coleccionista de abrazos
de confraternidad, ejemplo de lucha y coraje a toda prueba, es un ser
humano de fe indoblegable.
Hija generosa de padres invalorables y
enamorada hasta el tuétano de 'Espejito del cielo', de sus costumbres,
de sus usos y tradiciones, siempre labrando con sus manos educadoras
el progreso de Áncash. Como buena cazadora de sueños está presente
con su banderín de lucha en las gestiones por el desarrollo
bolognesino, al lado de su hermano Acucho.
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Compartir
gratos momentos con Chole, es manar lágrimas de emoción cuando canta
un huaynito saleroso con alma, vida y corazón; es aspirar la fragancia
de los campos chiquianos después del aguacerito de marzo; es sentir en
el ambiente ese olorcito a bizcochuelo recién horneado, a mashuita
madurando al sol, a leña fresca crepitando en fogón de humilde barro.
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Es
saber que al asomar el alba volverán los pichuichancas a cantar con la
esperanza de un día mejor; es recordar un domingo de voleibol en
Jircán, un paseo dominguero en Quihuillán y un enorme motivo para
recordar la belleza del majestuoso Yerupajá, desbrozando las nubes del
desaliento.
Madre
Chiquiana 2007, como expresión sublime del amor por los hijos y
nietos, nos deleitó en el Club Áncash con ese carisma contagiante con
el que tantos amigos ha ganado a lo largo y ancho de nuestro querido
departamento, que siempre palpita en las sienes y bulle incansable en nuestras
venas.
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Doña Enma Rayo Minaya y doña Balbina Aldave Espejo,
compañeras de generación con gran visión empresarial desde que las
veredas chiquianas olían a lajas bañadas por el shulay benefactor.
La primera en el transporte pesado de carga al lado de nuestro
recordado don Benjamín Robles Valverde (fallecido), padres de nuestros
amigos de promoción: Mali y Papi (fallecido).
Doña
Balbina nos ha legado un bello hotel turístico, remanso de
paz y orgullo de Chiquián, por su fina atención personalizada, su
bonita arquitectura provinciana y el jardín florido que cautiva al
visitante con su aroma y colorido.
Cómo no recordar sus olorosas
manzanas, tersas unas, arrugaditas otras, en frascos cristalinos, aguardándonos para saborearlos después
de los juegos de ping pong en su tienda del barrio de Quihuillán en
los sesentas.
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Pablo Martín Vásquez Veramendi,
quien en la foto aparece integrando la Escolta a la izquierda de Pocho
Cano (Rubén Robles a la derecha), es uno de los más destacados
deportistas chiquianos de todos los tiempos, profesor, novillero,
nadador y compositor de larga data, digno heredero de don Pablo Vásquez
Ibarra, su querido padre, de reconocida vocación educadora y edil en
bien de nuestra provincia. Amante de las revistas de coboyadas, y de
"Tarzán" del escritor americano Edgar Rice Burroughs, guardo su imagen adolescente leyendo imperturbable con una Bidú en la mano.
Dueño
de un verbo que fluye cantarino como el querido Aynín de nuestras
excursiones escolares. Sus poesías y relatos chiquianos de bucólica
inspiración, sacuden las fibras humanas más intimas y van de latido en
latido incendiando el recuerdo, y tonificando el espíritu de los que ya
pintamos canas. Ejemplo de pródiga semilla y sabroso fruto para nuestros
niños y jóvenes.
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Tardecita
fría de un fin de semana de junio del 2010 en la casa familiar. Las
primeras sombras de la noche cubrían Lima, la Ciudad Capital, que a
millones de provincianos cobija bajo su cielo nostálgico; a cambio
la bendecimos cada domingo festivo, con los colores vivos de nuestra
querencia, en los conos limeños.
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De pronto:
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Tiene la misma fuerza expresiva de Bellota y Cañita. Ambos hicieron
gárgaras con gotas de rocío y aspiraron de chiuchis el fresco aroma de
la lluvia. Es una voz vigorosa, pero tierna y dulce como el fruto del capulí.
¿Quién es el cantante? tiene acento chiquiano.
Así
comentó mi recordado papá, emocionado hasta las lágrimas, al escuchar
las canciones entonadas por Pablo Martín Vásquez Veramendi, de una grabación que mi
hermano Felipe le obsequió durante la visita sabatina.
Macollado,
así lo llamamos de cariño, es un gran intérprete del sentimiento
chiquiano y fiel amante de todo lo nuestro. Tallado a pulso y templado a
fuego, de fina madera y dura cuerda, corazón y razón, alegría y
añoranza, todo en uno.
Chimbote
Él
no solamente laboró como educador en la costa de Áncash, también
lo hizo en Laramate (Lucanas), hermosa campiña famosa por sus ricos quesos..
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Un rinconcito de Lucanas
Hoy
sus enseñanzas, su alma afable, los trinos de su guitarra viajera y su
telúrico cantar, siguen siendo acunados en Atocata, Chancaraylla,
Patahuasi, Yauca, Hatun Pampa, Chupancancha, Apataque, Cunya,
Chupancancha, Patahuasi, Quillillica y Patachana, cautivadores lugares
que conforman el inmenso jardín campestre de esta colorida zona del
Perú profundo, donde bajo el cielo azul brillan las tijeras de los
mágicos danzantes de almas indomables.
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En
trío con Herberto Aldave del Castillo y el flaco Roby Alva Ibarra,
inmortalizaron las aguas hechiceras de nuestro mítico Usgor, meridiano
creador de la canción chiquiana que hace zapatear y vibrar de alegría a
usaditos, maltones y chiuchis en las reuniones con arpa, combo y trago
calientito:
Aguas de Usgor, aguas hechizadas
son tus quebradas testigos mudos
de mis amores con una chiquiana
de mis amores con una chiquiana.
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Vino el invierno todo lo ha borrado
fango y lodo, sólo ha quedado
porque tu nido allí ha quedado
bajo las ramas de un árbol caído.
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Ahora espero sólo primavera
para que vuelva hay mi golondrina
agüitas turbias del recuerdo mío
agüitas turbias del recuerdo mío.
Fuga
Anda dile a tu mamá
mucho me gusta melodías
si no le dices yo le diré
con este huayno le engañaré.
(Chiquián con Canciones Folklóricas - Edición 1994 - publicado
por el maestro, músico, promotor cultural y escritor Alejandro Aldave
Montoro)
Contrapunto con sana picardía, sentimiento y poesía de pueblo que define el
perfil de una época de oro del chinguirito y la serenata de zaguán sin punku;
simiente que germinó en las jóvenes cuerdas sonoras, con un lenguaje
coloquial, cantándole a la musa y al paisaje de rica tradición idílica,
que al rescatar lo nuestro, subraya la concepción de que lo valioso
está en la cultura popular y, que el verdadero perfil de un lugar como
Chiquián, hay que buscarlo en sus habitantes, sus creencias y
tradiciones; en su música, en los sueños colectivos, en su flora, su
fauna; así como en la riqueza de sus entrañas y en la nívea belleza de
sus picachos de donde afloran los deshielos vivificantes. Seres humanos como Macollado son los que ennoblecen las
palabras: AMIGO y PAISANO.
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Cierto día de fines de marzo, lejos de nuestro amado pueblo, pensando en el gran legado espiritual de “Mamamita” Victoria, me repetía una y otra vez: "en
Chiquián están las huellas de mi infancia, también las ilusiones
dormidas que sueñan con un lindo despertar. Está su espíritu festivo y
religioso, músculo y nervio del provinciano de pura cepa. En sus chacras
habita la fragancia del trigo dorando al sol y del maíz tierno bañado
por el shulay. Allí están sus quietas calles que guaardan la risa
de mis amigos, allí duermen mis días primeros bajo el hermoso glaciar.
Allí están las obras de las mujeres y hombres que forjaron su
identidad... y en Alcococha descansa el horno de cielo rojo alambicando
el aroma del pan caliente... también en Alcococha, junto al murmurador
Yarush, está la casa solariega que Mamamita cedió con cariño, durante
tres décadas, a nuestro pueblo para el funcionamiento del colegio
'Coronel Bolognesi', del INA, la PNP y del INPE...".
ABUELITA VICTORIA
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Mamamita, te llamábamos tus nietos;
siempre tuviste para nosotros amor
y sólo amor, mas nunca vimos
descansar tus manos...
Siempre trabajando duro,
en tu cálido horno y tu tienda,
atenta con tus clientes y generosa con los
niños y ancianitos que te pedían dos pancitos.
Enviudaste con una decena de hijos a cuestas,
pero no te amilanaste ni un segundo
y continuaste luchando fuerte,
agotando tu existencia.
¡Oh! dulce manantial
de trabajo honrado y saludable
que nosotros evadimos y regateamos,
mientras amasabas jaratantas de esperanza.
Hoy, ese nuevo pan que es fruto de tu obra,
late en cada alma y corazón chiquiano,
pues la casa que cediste con cariño,
les dio conocimiento y abrigo.
Por eso los bolognesinos,
también del Instituto Agropecuario,
los policías e internos que ocuparon tu casa,
te añoran con gratitud por tus biscochos y tu techo.
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Un
fuerte abrazo de la familia chiquiana Alvarado Balarezo a Chole, a
doña Enmita y a mi entrañable amigo Macollado; y nuestras plegarias por
doña Balbinita, fallecida hace exactamente 7 años, y por mi querida
abuelita Victoria (24 de junio de 1969). Ambas descansan en el
cementerio de Chiquián, donde florece en marzo el arcoíris.
Fraternalmente
Nalo
Chiquián - Plaza de Armas