OLIMPIO COTILLO CABALLERO:
ESPLÉNDIDA JOVIALIDAD
Por Luis Albitres Mendo
ESPLÉNDIDA JOVIALIDAD
Por Luis Albitres Mendo
Olimpio
Cotillo Caballero es un gran amigo, con una sabiduría que le confiere
su larga experiencia en educación, periodismo, literatura y los gajes de
la vida. Por él no pasan los años, dueño de una jovialidad exuberante,
a prueba de dificultades, vicisitudes y obstáculos. A Olimpio, tanto
como a su hermano Javier (JACO), les sobra el humor y la cundería, por
eso paran sonrientes y son tan joviales.
PROLEGÓMENOS DE LA VERDAD. UN PERIODISTA CABAL.
Auscultador de su realidad circundante, hoy en día, uno de los raros ejemplos de periodismo objetivo, crítico, didáctico y magistral.
Conocido por su apasionante e incansable labor periodística, la perpetúa a través de la radio y en forma virtual, a través de su ya famoso blog digital "TIRO AL BULL", reeditado también por Nalo Alvarado en el conocido blog "CHIQUIÁN QUERIDO".
Periodista de un contundente historial, tan transparente como las aguas cristalinas que bajan presurosas de los nevados de la Cordillera Blanca. Mientras otros usan guantes de seda en los crispantes temas políticos de su tierra, Olimpio manifiesta los auténticos vericuetos de los espinosos asuntos políticos de Ancash y sostiene valientemente los correctos prolegómenos de la verdad.
Es el cronista de todo lo concerniente a Huaraz como ombligo de la Región Ancash y todos los aconteceres en torno.
Su pluma abarca la pluralidad de eventos, noticias, informaciones e incluso se da el lujo de incorporar en su blog, artículos breves, frases y comentarios que le son afines desde el punto de vista cultural, educativo o intelectual.
Con una visión ágil, de periodista omnisciente, por la complejidad de los asuntos que trata y corrobora en su impactante y agudo blog virtual "TIRO AL BULL", Olimpio posee un criterio bien cimentado y sus comentarios no solo son leídos y respetados, se tienen en cuenta.
Olimpio Cotillo Caballero es uno de los periodistas más influyentes en la ciudad de Huaraz. Prueba de ello: Ha sido Presidente y Decano del Colegio de Periodistas en más de una oportunidad. Cosecha a diario admiración y respeto de parte de colegas,paisanos y la colectividad en general.
"EL COFRE DE CUENTOS ANDINOS": APUNTALANDO LA IDENTIDAD ANDINA
PROLEGÓMENOS DE LA VERDAD. UN PERIODISTA CABAL.
Auscultador de su realidad circundante, hoy en día, uno de los raros ejemplos de periodismo objetivo, crítico, didáctico y magistral.
Conocido por su apasionante e incansable labor periodística, la perpetúa a través de la radio y en forma virtual, a través de su ya famoso blog digital "TIRO AL BULL", reeditado también por Nalo Alvarado en el conocido blog "CHIQUIÁN QUERIDO".
Periodista de un contundente historial, tan transparente como las aguas cristalinas que bajan presurosas de los nevados de la Cordillera Blanca. Mientras otros usan guantes de seda en los crispantes temas políticos de su tierra, Olimpio manifiesta los auténticos vericuetos de los espinosos asuntos políticos de Ancash y sostiene valientemente los correctos prolegómenos de la verdad.
Es el cronista de todo lo concerniente a Huaraz como ombligo de la Región Ancash y todos los aconteceres en torno.
Su pluma abarca la pluralidad de eventos, noticias, informaciones e incluso se da el lujo de incorporar en su blog, artículos breves, frases y comentarios que le son afines desde el punto de vista cultural, educativo o intelectual.
Con una visión ágil, de periodista omnisciente, por la complejidad de los asuntos que trata y corrobora en su impactante y agudo blog virtual "TIRO AL BULL", Olimpio posee un criterio bien cimentado y sus comentarios no solo son leídos y respetados, se tienen en cuenta.
Olimpio Cotillo Caballero es uno de los periodistas más influyentes en la ciudad de Huaraz. Prueba de ello: Ha sido Presidente y Decano del Colegio de Periodistas en más de una oportunidad. Cosecha a diario admiración y respeto de parte de colegas,paisanos y la colectividad en general.
"EL COFRE DE CUENTOS ANDINOS": APUNTALANDO LA IDENTIDAD ANDINA
Sé
que viene escribiendo varios libros de narraciones, pero éste es el
primer libro de cuentos que leo de este autor. Pienso que podría ser el
inicio de un proyecto literario que bien podría convertirse en un pilar
de la rica temática andina.
Una especie de compendio vivencial y creativo, a partir de nuestras particulares idiosincrasias, expectativas y formas de nuestra visión del mundo. En esta veta están escritores cajamarquinos, ancashinos, liberteños y peruanos en general.
IDENTIDAD LITERARIA ANDINA
De hecho, la identidad literaria andina se viene forjando hace rato, iniciándose desde Ollantay, Inca Garcilaso de la Vega, Poma de Ayala, etc., hasta la actualidad con José María Arguedas, Ciro Alegría, César Vallejo, los hermanos Peralta, Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, etc. para no mencionar sino a los más conocidos.
Olimpio Cotillo Caballero, junto a otros autores ancashinos como Javier Cotillo Caballero (JACO), Nalo Alvarado Balarezo, Marcos Yauri Montero, Oscar Colchado, Macedonio Villafán Broncano, Edgar Norabuena Figueroa, Roberto Rosario Vidal, Manuel Nieves Fabián, Agustín Zúñiga Gamarra, José Alva Valverde, Efraín Vásquez Veramendi, Guido Vidal Rodríguez, Walter Vidal Tarazona, Juan Rodríguez Jara; cajamarquinos, liberteños, arequipeños, huancaínos, ayacuchanos, cuzqueños y puneños, entre otros, están construyendo una literatura de gran valía, diseñando con ella una identidad eminentemente andina.
SOBERANÍA DEL HUMOR
Dueño de un estilo personalísimo, su narrativa conlleva agilidad en las ideas, frescura y sencillez en los argumentos. Se afianza en sus propias vivencias y conocimientos del entorno y las experiencias vividas en su larga trayectoria. De este modo, ambienta sus cuentos en escenarios aledaños que nutren su memoria.
Las secuencias formales no necesitan de mayores esfuerzos para captar inmediatamente hacia dónde apuntan.
Cuentos alentados por un humor campechano. Al desgaire, el autor incauta todos los dichos, endechas y bromas que discurren por estas tierras privilegiadas de Ancash, donde al parecer, por todo lo que he oído en Caraz, Chiquián y Huaráz, todo lo resuelven con un magnífico sentido del humor.
REVERDECEN LA FABULACIÓN ANDINA
Los cuentos de Olimpio Cotillo, al igual que los de JACO, y Nalo Alvarado, reverdecen la fabulación andina, con picardía, ingenio y sabrosa animación. Todos basados en el entorno educativo o comunal ya que, historias, leyendas, consejas y narraciones varias, pululan en nuestras poblaciones, especialmente en la sierra andina, costa y amazonía. Ellas han servido de acicate, estímulo y motivación para que emerja el literato que lleva dentro, con enorme talento para atiborrar de jolgorio sus fascinantes textos.
El mérito de Olimpio, en sus creaciones, consiste en aglutinar estos cuentos esgrimiendo una retahila de chascarros y bromas que tienen mucho de creatividad y sagacidad populares.
La chispa del pueblo, que con seguridad brota entre amigos, en los corrillos de los trabajos, en las camarillas de tabernas, velorios, festejos, en agrupaciones celebratorias y colectivas de toda índole.
Victorino Elorz Goicochea, Hermano Marista español, Director de la Normal Superior de Cajamarca, entre los años 60 y 70, muy animado, con gran perspicacia, sin ningún complejo y con mucha seguridad afirmaba que el día que se escribiera sobre la sabiduría que alienta el ambiente de los pueblos andinos, ese día el Premio Nóbel de Literatura llegaría al PERÚ.
Ahora que Vargas LLosa, por sus propios méritos, ha logrado el primer Nobel para PERÚ, bien pueden aspirar nuestros escritores a ganar tan ansiada y consagratoria presea literaria. Y justo con la temática que, con cierta timidez...Olimpio se ha animado a publicar.
NOMENCLATURA POPULAR : MIRADA FESTIVA Y JOCOSA
"El Cofre de Cuentos Andinos", manojo de narraciones cortas donde la mordacidad ejemplizadora y educativa se desliza en forma espontánea. Un costumbrismo a la peruana, o el triunfo de la vida en un ambiente serrano del Ande Peruano.
En la línea de Ravelais (Francia del Siglo XVI, 5 novelas) y Bocaccio (Italia). Es la misma y humanísima nomenclatura popular: picardía, sarcasmo, sentido falaz y sonriente de todo lo que sucede en una comunidad; que también se refleja, aislado y en forma bipersonal, en "El Lazarillo de Tormes" de autor anónimo español.
Con las diferencias del caso, de algún modo, Olimpio Cotillo Caballero, debería emular a Ravelais (Siglo XVI, 5 novelas) y Bocaccio, con un proyecto más ambicioso, mejor elaborado y minuciosamente presentado, sin fallas en las que repara poco: los errores ortográficos, supongo de imprenta, son horrorosos e imperdonables en un autor que apunta para mucho más. Los gazapos siempre se delizan y desdicen de una buena presentación.
Hay que prestar atención a las bondades de "Gargantúa y Pantagruel" (Ravelais) y los excesos de "El Satyricon" o "El Decamerón" de Bocaccio, donde abunda esa mirada festiva y jocosa que Olimpio tanto domina y tiene a flor de labios. Passolini y Fellini se regodearían con las ocurrencias literarias de este Satyricon criollo.
Olimpio ha optado por una corriente satírico costumbrista que capta la idiosincrasia de un pueblo, en este caso: Huaráz y pueblos aledaños, pertenecientes a Ancash; pero que, definitivamente, contiene elementos facsímiles, no ajenos a los ajetreos humanos de cualesquier rincón del Ande.
Y tal vez por esa particular característica, Olimpio, JACO, Nalo y todos los escritores peruanos que quieren a su tierra, tienen en sus manos y en su talento, la gran ocasión, el privilegio y la responsabilidad de ampliar, con un registro mucho más ambicioso, las riquezas medulares de esta visión cósmica y utópica del mundo andino y su ingente trascendencia al difundirlo a escala universal.
Una especie de compendio vivencial y creativo, a partir de nuestras particulares idiosincrasias, expectativas y formas de nuestra visión del mundo. En esta veta están escritores cajamarquinos, ancashinos, liberteños y peruanos en general.
IDENTIDAD LITERARIA ANDINA
De hecho, la identidad literaria andina se viene forjando hace rato, iniciándose desde Ollantay, Inca Garcilaso de la Vega, Poma de Ayala, etc., hasta la actualidad con José María Arguedas, Ciro Alegría, César Vallejo, los hermanos Peralta, Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, etc. para no mencionar sino a los más conocidos.
Olimpio Cotillo Caballero, junto a otros autores ancashinos como Javier Cotillo Caballero (JACO), Nalo Alvarado Balarezo, Marcos Yauri Montero, Oscar Colchado, Macedonio Villafán Broncano, Edgar Norabuena Figueroa, Roberto Rosario Vidal, Manuel Nieves Fabián, Agustín Zúñiga Gamarra, José Alva Valverde, Efraín Vásquez Veramendi, Guido Vidal Rodríguez, Walter Vidal Tarazona, Juan Rodríguez Jara; cajamarquinos, liberteños, arequipeños, huancaínos, ayacuchanos, cuzqueños y puneños, entre otros, están construyendo una literatura de gran valía, diseñando con ella una identidad eminentemente andina.
SOBERANÍA DEL HUMOR
Dueño de un estilo personalísimo, su narrativa conlleva agilidad en las ideas, frescura y sencillez en los argumentos. Se afianza en sus propias vivencias y conocimientos del entorno y las experiencias vividas en su larga trayectoria. De este modo, ambienta sus cuentos en escenarios aledaños que nutren su memoria.
Las secuencias formales no necesitan de mayores esfuerzos para captar inmediatamente hacia dónde apuntan.
Cuentos alentados por un humor campechano. Al desgaire, el autor incauta todos los dichos, endechas y bromas que discurren por estas tierras privilegiadas de Ancash, donde al parecer, por todo lo que he oído en Caraz, Chiquián y Huaráz, todo lo resuelven con un magnífico sentido del humor.
REVERDECEN LA FABULACIÓN ANDINA
Los cuentos de Olimpio Cotillo, al igual que los de JACO, y Nalo Alvarado, reverdecen la fabulación andina, con picardía, ingenio y sabrosa animación. Todos basados en el entorno educativo o comunal ya que, historias, leyendas, consejas y narraciones varias, pululan en nuestras poblaciones, especialmente en la sierra andina, costa y amazonía. Ellas han servido de acicate, estímulo y motivación para que emerja el literato que lleva dentro, con enorme talento para atiborrar de jolgorio sus fascinantes textos.
El mérito de Olimpio, en sus creaciones, consiste en aglutinar estos cuentos esgrimiendo una retahila de chascarros y bromas que tienen mucho de creatividad y sagacidad populares.
La chispa del pueblo, que con seguridad brota entre amigos, en los corrillos de los trabajos, en las camarillas de tabernas, velorios, festejos, en agrupaciones celebratorias y colectivas de toda índole.
Victorino Elorz Goicochea, Hermano Marista español, Director de la Normal Superior de Cajamarca, entre los años 60 y 70, muy animado, con gran perspicacia, sin ningún complejo y con mucha seguridad afirmaba que el día que se escribiera sobre la sabiduría que alienta el ambiente de los pueblos andinos, ese día el Premio Nóbel de Literatura llegaría al PERÚ.
Ahora que Vargas LLosa, por sus propios méritos, ha logrado el primer Nobel para PERÚ, bien pueden aspirar nuestros escritores a ganar tan ansiada y consagratoria presea literaria. Y justo con la temática que, con cierta timidez...Olimpio se ha animado a publicar.
NOMENCLATURA POPULAR : MIRADA FESTIVA Y JOCOSA
"El Cofre de Cuentos Andinos", manojo de narraciones cortas donde la mordacidad ejemplizadora y educativa se desliza en forma espontánea. Un costumbrismo a la peruana, o el triunfo de la vida en un ambiente serrano del Ande Peruano.
En la línea de Ravelais (Francia del Siglo XVI, 5 novelas) y Bocaccio (Italia). Es la misma y humanísima nomenclatura popular: picardía, sarcasmo, sentido falaz y sonriente de todo lo que sucede en una comunidad; que también se refleja, aislado y en forma bipersonal, en "El Lazarillo de Tormes" de autor anónimo español.
Con las diferencias del caso, de algún modo, Olimpio Cotillo Caballero, debería emular a Ravelais (Siglo XVI, 5 novelas) y Bocaccio, con un proyecto más ambicioso, mejor elaborado y minuciosamente presentado, sin fallas en las que repara poco: los errores ortográficos, supongo de imprenta, son horrorosos e imperdonables en un autor que apunta para mucho más. Los gazapos siempre se delizan y desdicen de una buena presentación.
Hay que prestar atención a las bondades de "Gargantúa y Pantagruel" (Ravelais) y los excesos de "El Satyricon" o "El Decamerón" de Bocaccio, donde abunda esa mirada festiva y jocosa que Olimpio tanto domina y tiene a flor de labios. Passolini y Fellini se regodearían con las ocurrencias literarias de este Satyricon criollo.
Olimpio ha optado por una corriente satírico costumbrista que capta la idiosincrasia de un pueblo, en este caso: Huaráz y pueblos aledaños, pertenecientes a Ancash; pero que, definitivamente, contiene elementos facsímiles, no ajenos a los ajetreos humanos de cualesquier rincón del Ande.
Y tal vez por esa particular característica, Olimpio, JACO, Nalo y todos los escritores peruanos que quieren a su tierra, tienen en sus manos y en su talento, la gran ocasión, el privilegio y la responsabilidad de ampliar, con un registro mucho más ambicioso, las riquezas medulares de esta visión cósmica y utópica del mundo andino y su ingente trascendencia al difundirlo a escala universal.
OLIMPIO COTILLO CABALLERO:
"COFRE DE CUENTOS ANDINOS",
"COFRE DE CUENTOS ANDINOS",
HISTORIAS COTIDIANAS EN POS DE LA POSTERIDAD
Por Luis Albitres Mendo
Por Luis Albitres Mendo
EL ALIENTO DE LO AGRARIO
No hay que desentrañar los misterios de su escritura. En "El Cofre...", cuentos transidos de ardorosa añoranza. Su sencillez no es un obstáculo para disfrutar su mensaje y el jolgorio de vivir, allí plasmado con tanto énfasis.
Si bien estamos en épocas en que se imponen las novedades literarias, en el caso de "El Cofre...", es un placer descubrir una lectura plena de solazantes historias cotidianas en pos de la posteridad.
Alejado de vanguardismos estilísticos, advertimos que Olimpio Cotillo se regodea en escribir con la frescura del habla cotidiana de un maestro de pueblo y con la fértil espontaneidad de un narrador ambulante, un juglar afincado en una mesa plena de botellas de cerveza, donde le rodean absortos adultos, deseosos de escuchar, aprender y divertirse.
Las risas advienen, igual que la hilaridad y se posesionan del ambiente, lleno de humo de cigarro. Se evocan personajes y paisajes con la simplicidad de una literatura oral, ubicada en medios rurales , con toda la transparencia y espontaneidad de los pobladores del agro.
EN EL DESVÁN DE LA MEMORIA
"El Cofre de Cuentos Andinos" ha logrado rememorar esas búsquedas febriles, cuando en nuestra niñez, subíamos ardorosos y expectantes hasta los altillos de la terraza de nuestra casa cajamarquina , debajo del tejado ordinariamente, para descubrir tesoros , dejados con el transcurrir de los años, en el desván de los olvidos.
Siendo niños, atesorábamos esas fotografías descartadas por los mayores, esas revistas o libros envejecidos por el tiempo y el uso, o los cientos de chucherías, despojadas ya de su utilidad inmediata.
El contenido del "Cofre..." posee las riquezas primigenias de los juglares populares y las fantasías comprobables de los cuentos serranos, incesantemente reiterados en muchos pueblos, a lo largo y ancho de la zona andina, costeña y amazónica.
Recuerdo haber escuchado el cuento del cura sin cabeza, o la testa que se le pega a uno, cuando por la sed , durante la noche, bajamos a beber un vaso de agua; en diferentes versiones en Cajamarca, Huaraz, Huancayo, Ayacucho, Cusco, Arequipa, La Libertad y hasta en la selva.
HUMOR SABROSO, REFRESCANTE, HUMANÍSIMO Y EJEMPLAR DEL UNIVERSO ANDINO
Olimpio Cotillo Caballero y tantos otros escritores andinos de valía, muy bien podrían acometer, tomando como base este pintoresco y encantador libro de cuentos "El Cofre...", el ambicioso proyecto de emprender una obra magna colectiva, por lo plural, que dignifique, difunda y esclarezca, el humor sabroso, refrescante, humanísimo y ejemplar del universo andino.
Hay que continuar la posta que nos dejaran geniales narradores peruanos como José María Arguedas, Ciro Alegría, Churata, Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, etc. quienes incluso enfatizaron en la dulzura y humor especialísimos del Runa Simi, que debería estudiarse más, investigarse e impulsarse, alentando su aprendizaje y valoración, actualizando su riqueza léxica, alcance identificatorio y énfasis tradicional.
Y que éste sea el inicio del mismo método para todas las demás lenguas, como el aymara y otras, también para los dialectos amazónicos.
UNA RETAHÍLA DE EXPERIENCIA HUMANA
La ironía a veces, el sarcasmo otras, y por cierto, el humor contagiante y espectacular... tiñen la cuasi totalidad de los cuentos de "El Cofre...". En realidad, una saga de experiencia humana.
Sus protagonistas proclaman sus vivencias personales cargadas de un anecdotario vívido, plagado de risas y tristezas, fiestas y dramas, es decir la vida en sus múltiples y plurales formas.
LA VIDA EN SUS MÚLTIPLES Y PLURALES FORMAS
Desfilan fatigas, incertidumbres, miedos, supersticiones, etc. Cotillo Caballero no deja de ser él mismo, inmerso en su mundo, totalmente andino, con un estilo especial y característico, sin complicarse la vida por descubrir y usar tendencias literarias de moda.
Ni lo necesita, pues su estilo le confiere personalidad, y le dota de registro popular.
Este libro se nutre de la cotidianidad existencial, de la experiencia magisterial del autor y su interpolación con los pobladores de las distintas comunidades donde ha trabajado.
FABULADOR FECUNDO Y POPULAR
OLIMPIO COTILLO CABALLERO, conocido difusor de la cultura, defensor de todo lo que significa justicia y dignidad, expande nuestros valores y tradiciones a través del periodismo radial, prensa escrita y virtual.
Fértil narrador, sé que ha escrito varios libros más, refulge como un fabulador fecundo y popular, por la sencillez de su lenguaje, que dicho sea de paso, llega con facilidad a todas las mentes de todos los estratos sociales.
Congratulaciones para él y que siga la exitosa saga de su hilarante y fructuosa narrativa. Y sobre todo, que empresarios y directorios tanto estatales como privados, lo apoyen al máximo con el noble propósito de ver sus obras publicadas. En este rubro debería haber leyes que se cumplan y no la , a veces inútil o fatigosa , búsqueda de auspiciadores y mecenas.
No hay que desentrañar los misterios de su escritura. En "El Cofre...", cuentos transidos de ardorosa añoranza. Su sencillez no es un obstáculo para disfrutar su mensaje y el jolgorio de vivir, allí plasmado con tanto énfasis.
Si bien estamos en épocas en que se imponen las novedades literarias, en el caso de "El Cofre...", es un placer descubrir una lectura plena de solazantes historias cotidianas en pos de la posteridad.
Alejado de vanguardismos estilísticos, advertimos que Olimpio Cotillo se regodea en escribir con la frescura del habla cotidiana de un maestro de pueblo y con la fértil espontaneidad de un narrador ambulante, un juglar afincado en una mesa plena de botellas de cerveza, donde le rodean absortos adultos, deseosos de escuchar, aprender y divertirse.
Las risas advienen, igual que la hilaridad y se posesionan del ambiente, lleno de humo de cigarro. Se evocan personajes y paisajes con la simplicidad de una literatura oral, ubicada en medios rurales , con toda la transparencia y espontaneidad de los pobladores del agro.
EN EL DESVÁN DE LA MEMORIA
"El Cofre de Cuentos Andinos" ha logrado rememorar esas búsquedas febriles, cuando en nuestra niñez, subíamos ardorosos y expectantes hasta los altillos de la terraza de nuestra casa cajamarquina , debajo del tejado ordinariamente, para descubrir tesoros , dejados con el transcurrir de los años, en el desván de los olvidos.
Siendo niños, atesorábamos esas fotografías descartadas por los mayores, esas revistas o libros envejecidos por el tiempo y el uso, o los cientos de chucherías, despojadas ya de su utilidad inmediata.
El contenido del "Cofre..." posee las riquezas primigenias de los juglares populares y las fantasías comprobables de los cuentos serranos, incesantemente reiterados en muchos pueblos, a lo largo y ancho de la zona andina, costeña y amazónica.
Recuerdo haber escuchado el cuento del cura sin cabeza, o la testa que se le pega a uno, cuando por la sed , durante la noche, bajamos a beber un vaso de agua; en diferentes versiones en Cajamarca, Huaraz, Huancayo, Ayacucho, Cusco, Arequipa, La Libertad y hasta en la selva.
HUMOR SABROSO, REFRESCANTE, HUMANÍSIMO Y EJEMPLAR DEL UNIVERSO ANDINO
Olimpio Cotillo Caballero y tantos otros escritores andinos de valía, muy bien podrían acometer, tomando como base este pintoresco y encantador libro de cuentos "El Cofre...", el ambicioso proyecto de emprender una obra magna colectiva, por lo plural, que dignifique, difunda y esclarezca, el humor sabroso, refrescante, humanísimo y ejemplar del universo andino.
Hay que continuar la posta que nos dejaran geniales narradores peruanos como José María Arguedas, Ciro Alegría, Churata, Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, etc. quienes incluso enfatizaron en la dulzura y humor especialísimos del Runa Simi, que debería estudiarse más, investigarse e impulsarse, alentando su aprendizaje y valoración, actualizando su riqueza léxica, alcance identificatorio y énfasis tradicional.
Y que éste sea el inicio del mismo método para todas las demás lenguas, como el aymara y otras, también para los dialectos amazónicos.
UNA RETAHÍLA DE EXPERIENCIA HUMANA
La ironía a veces, el sarcasmo otras, y por cierto, el humor contagiante y espectacular... tiñen la cuasi totalidad de los cuentos de "El Cofre...". En realidad, una saga de experiencia humana.
Sus protagonistas proclaman sus vivencias personales cargadas de un anecdotario vívido, plagado de risas y tristezas, fiestas y dramas, es decir la vida en sus múltiples y plurales formas.
LA VIDA EN SUS MÚLTIPLES Y PLURALES FORMAS
Desfilan fatigas, incertidumbres, miedos, supersticiones, etc. Cotillo Caballero no deja de ser él mismo, inmerso en su mundo, totalmente andino, con un estilo especial y característico, sin complicarse la vida por descubrir y usar tendencias literarias de moda.
Ni lo necesita, pues su estilo le confiere personalidad, y le dota de registro popular.
Este libro se nutre de la cotidianidad existencial, de la experiencia magisterial del autor y su interpolación con los pobladores de las distintas comunidades donde ha trabajado.
FABULADOR FECUNDO Y POPULAR
OLIMPIO COTILLO CABALLERO, conocido difusor de la cultura, defensor de todo lo que significa justicia y dignidad, expande nuestros valores y tradiciones a través del periodismo radial, prensa escrita y virtual.
Fértil narrador, sé que ha escrito varios libros más, refulge como un fabulador fecundo y popular, por la sencillez de su lenguaje, que dicho sea de paso, llega con facilidad a todas las mentes de todos los estratos sociales.
Congratulaciones para él y que siga la exitosa saga de su hilarante y fructuosa narrativa. Y sobre todo, que empresarios y directorios tanto estatales como privados, lo apoyen al máximo con el noble propósito de ver sus obras publicadas. En este rubro debería haber leyes que se cumplan y no la , a veces inútil o fatigosa , búsqueda de auspiciadores y mecenas.
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRAConstrucción y forja de la utopía andina
PLUMASMAESTRASDE ANCASH
DE OLIMPIO COTILLO
FOLIOSDE LAUTOPÍA
ESCRITORESYAEDAS
Danilo Sánchez Lihón1. GloboterráqueoEl sabio Julio C. Tello reconocía que al pie de las moles graníticas y en los abruptos y encantados repliegues de la cordillera de los Andes en lo que hoy es el departamento de Ancash, entretejido de valles, cañadas, repechos; como de colinas sinuosas, de arrecifes escarpados y picachos de nieves eternas, parajes cautivantes donde florecieron asombrosos conglomerados humanos que dejaron muestras de su esplendor en vestigios como Caral, Sechín, Nepeña, La Galgada, Recuay, Chavín, Rapayán, Wari, y tantas otras muestras colosales de su magnificencia. Se hallan las primeras huellas de la presencia humana en el Perú y el continente y la raíz de la gloriosa cultura que aquí floreciera y lograra portentos.Por coincidencia también Ancash tiene la geografía más bella y grandiosa del planeta Tierra, que combina el clima tropical con el gélido; una extraordinaria flora y fauna que se extiende en valles y planicies, como por cerros abruptos y colinas floridas, lagunas y cascadas verde azuladas, cañones exuberantes como cordilleras ásperas de albo granito que reverberan en la alborada.Y tanto como el paisaje y su geografía es el hondo sentimiento humano de su gente que es el embrujo mucho más espléndido que el que ofrece su naturaleza. La nobleza de sus moradores supera el verdor de sus espigas y el de su sol radiante que todo lo dora componiendo uno de los escenarios más impresionantes del globo terráqueo. Y así como sus culturas, su paisaje y su don de gentes es bastante reconocida la prestancia de su literatura y de las letras ancashinas, en gran parte animadas e impulsadas por la substancia de las culturas ancestrales que en su suelo alcanzaran prosperidad, brillo y esplendor.2. guíasy maestrosDonde es proverbial el sustrato de mitos, leyendas y cuentos folclóricos que alientan su vida cotidiana y estructuran la idiosincrasia de esa región henchida. También como efecto y consecuencia de la historia convulsa, intensa y apasionada en que con frecuencia se ha visto envuelta, como por la sensibilidad y la conciencia social e histórica, siendo símbolos de esta gesta los héroes legendarios de esta región, como son Luis Pardo defensor de los pobres, y Pedro Atusparia el alcalde que encabezó un movimiento de reivindicativo a favor de la población indígena.Se sabía acerca de la profusión y calidad de dicha literatura. Sin embargo, no teníamos la visión panorámica que permitiera apreciarla integralmente y en toda su magnitud. Y he aquí lo interesante del aporte de Olimpio Cotillo Caballero en su obra, Plumas maestras de Ancash, escritores y aedos”, de poder verla ahora reunida en un corpus organizado y panorámico, y admirar su riqueza, su variedad y su excelencia.Acometer un trabajo como este, como lo ha realizado su autor, ya es un acto de arrojo, de coraje y osadía. Y en la dimensión de dicha intrepidez son los resplandores de los resultados obtenidos, de una obra que resulta fundamental, tanto que lograrla supone una cuota muy alta de desvelo, de tesón y sacrificio, valores imprescindibles para saber sopesar, equilibrar y poner todo en su justa medida como es uno de los primeros logros y aciertos aquí alcanzados.3. RegiónpródigaHacer una obra como esta significa devoción y consagración totales a la tierra, a nuestra heredad, a nuestra historia. Significa querer legar lo mejor de lo mejor a las generaciones venideras. Significa ser guías, maestros y conductores del mañana de los pueblos que esperan de las generaciones que las precedieron ejemplos de esfuerzo, de vigor y de consagración a las causas que enaltecen a los pueblos.La importancia de este libro es fundamental porque principalmente fortalece la identidad regional, haciendo más visible el ser colectivo de una región decisiva en nuestro país. Porque conocer sus vicisitudes es al final de cuentas conocernos cómo somos nosotros mismos, y de ese modo nos permite tomar conciencia de cómo somos todos los demás y de qué modo y hacia qué derrotero avanzar.Literatura que significa adhesión, compromiso y filiación a un ámbito y espacio cultural determinado y que en el caso de la región de Ancash deviene en mítico y en sagrado.Porque son visibles y destacadas las peculiaridades regionales de esta literatura, como tendencias generales, las que paso a referir: su compromiso social, su raigambre y entrelazamiento con lo más genuinamente humano, las relaciones armónicas que establece con el mundo ancestral, el vínculo tan estrecho que establece con la naturaleza, y por ser una literatura solidaria con el dolor de la gente de base, humilde y verdadera.Porque con todo ello de lo que se trata es de fijar bien nuestras raíces y nuestros cimientos para poder sostenernos con firmeza y rastrear con la mirada y con los brazos nuevas rutas siderales e identificar luceros en el firmamento.4. TextosvaliososEl libro “Plumas maestras de Ancash: Escritores y aedos” afirma algo importante de fijar y alentar, cuál es nuestra identidad y el ligarse a la tierra de origen, visualizándose en esta obra el proceso literario de una región pródiga en escritores.Por lo expuesto, en nuestro país es importante afianzar las literaturas regionales porque de ese modo se plantea renovar la visión y el panorama de la literatura nacional y del arte en general.Pensar la literatura a partir de las literaturas locales es insoslayable a fin de invertir la pirámide; porque es el modo magistral de poner sobre la mesa la brújula que permitirá orientarnos eficazmente y adoptar las mejores decisiones reconociendo que la literatura es un prisma y un poliedro. Significa organización, conciencia e identificación.Pero no solo ese es el mérito que reúne una obra como esta que integra un panorama extraordinariamente rico de autores y textos representativos, sino que es una obra que lo que hace es rescatar el patrimonio cultural de Ancash depositado en su literatura, abarcando cien años de la tradición literaria regional y abarcando, además, multiplicidad de géneros y temas.Ya es un resultado meritorio el que esta obra sea un compendio, una recolección de textos valiosos. Pero lo es más y con creces si es que asimismo se hace como aquí se cumple un aporte crítico y un recuento minucioso de la obra publicada por cada uno de los autores seleccionados, lo cual constituye un rescate importante para la memoria de lo que nunca debe perderse.5. La flory su raízPorque las literaturas regionales están más pegadas a la vida, a la realidad, a los problemas del aquí y del ahora de una sociedad. Y que solo es posible urdirlas en historias cuando la hacen autores insertos profunda e intensamente en su medio.Como es el caso de Olimpio Cotillo su autor, quien vive inserto en Huaraz, hecho que le permite alcanzar un conocimiento cabal, e informar desde dentro, como lo hace él, cuyos enfoques críticos corresponden directamente a la realidad que vive y desde la cual extrae perlas primorosas de textos inhallables.Constituyen su galería de autores poetas y narradores de aldea que han conquistado el mundo. Por eso proclamo aquí, que este es un eje, un volcán y un hoyo promisorio y fecundo. Valiendo en este punto la referencia de César Vallejo quien expresaba que lo que más admira en la planta no es la flor sino la raíz. Y los textos de esta antología son raíces, aunque parezcan flores.Así, la acción de Olimpio Cotillo es poner las bases del cimiento de lo que será un futuro mucho más promisorio de las letras ancashinas, siendo ya lo logrado una realidad ostensible en obras y autores, pero que lo será mucho más en el futuro.Y que trabajar en el cimiento de la casa o del muro es lo importante y esto es lo que él hace, donde el personaje central y protagónico de esta obra son los libros publicados por los autores antologados.6. Feen el porvenirHay un componente importante de afirmación regional que mientras más lo fortalezcamos ha de ser mucho mejor. Ello por ser visiones integradoras que le dan coherencia a un conjunto de obras y manifestaciones literarias que han surgido dispersas.Realizar esta tarea pone de manifiesto la profesión de fe de su autor hacia su medio, el apego que guarda por las entrañas de su tierra natal, de suscribirse como un ser extasiado y enamorado de su comarca nativa, y de la aspiración a concretar los cambios que la engrandezcan aún más en su presente y en su futuro.Porque, ¿para qué se escribe? ¿Acaso para el conformismo o la rutina? ¿Para el ego y la vanidad? ¿Para lucrar y vivir como rey? ¿Acaso para solazarnos con los males que nos aquejan? ¿O más bien para cambiar de raíz y para la transformación humana y social hacia estadios y niveles más dignos y desarrollados?El escritor indudablemente está en contra de todo lo que está mal y hay que cambiarlo. He allí la moral de obras como esta, donde los textos son mixturas. donde todo se combina: poesía, narrativa, teatro, crónica periodístico literaria, cuadros de costumbres, y en donde encontramos el mejor palpitar, el mejor sentir y los mejores latidos de una región transida como es Ancash.Libro que desde ahora es lámpara votiva de fe en el porvenir de una región que es piedra fundamental del muro de nuestra nacionalidad, y por ser así piedra angular de nuestro destino como nación.7. BanderasizadasObra que nos llena el alma de regocijo, nos colma del aire transparente, lúcido y fragante de aquella tierra providencial. Y es que Ancash es esencia y es ámbito cultural, es horizonte y sonda que se hunde; es densa e intensa lluvia creadora, amplia y profunda raíz hacia el fondo de la tierra, como también follaje que se eleva hacia el cielo y hacia la eternidad.Por tales razones agradezco a su autor el honor que me fuera conferido para prologarla. Porque hacer la presentación de un libro como este es salir a esperar a un puerto una nave que hace muchísimos años, siglos y milenios viene y llega inhiesta.Partió desde una rivera remota enrumbándose hacia un futuro desconocido y soñado de un mañana incipiente, anhelando como una imagen indecisa y titubeante, llegar algún día hacia aquel puerto distante que somos nosotros quienes recibimos esta obra en esta ensenada, el día de hoy en que llega esa nave con todos sus pendones y sus banderas izadas.¡Qué bueno que todo esto se plasme en un libro que arriba a su orilla y a su puerto hoy día, en una travesía de navegación por lugares ignotos! ¡Qué bueno que lo recibamos con los brazos abiertos y como se lo merece por su esmero, por su entusiasmo y su trascendencia!
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN, UN NUEVO
“FÉNIX DE LOS INGENIOS”
Por Olimpio Cotillo Caballero
Un
calificativo de la época de oro español en que a Lope de Vega se le
conocía, como “Fénix de los ingenios, Poeta del cielo y la Tierra”, bien
merecido se lo tendría, el Chuco, Danilo Sánchez Lihón por su vasta
producción literaria que a diario nos entrega en sus notas que
engrandecen a “Capulí, Vallejo y su Tierra” y obras de todos los géneros
que enriquecen las bibliotecas más ilustradas.
Danilo está reconstruyendo la consciencia de los peruanos y calando muy profundo en la convicción de los extranjeros al concentrarlos en XVIII versiones de “Capulí Vallejo y su Tierra”, en la tierra del autor de Los Heraldos Negros, Santiago de Chuco, enarbolando cada Mayo el pendón de los poetas y escritores de los cinco continentes que pugnan por izarlo por sobre las estrellas.
Y la mayor virtud de Danilo, poeta de fino estro y mejor escritor, es que no rebusca ni adorna el lenguaje con giros académicos, sino escribe para su pueblo que necesita entender el lenguaje que habla a diario. No prosa para la academia ni para merecer una medalla, ni tampoco para los cándidos alquimistas que embrollan el decir y el habla diario, sino que pone al frente el espejo para que párvulos, chicos y grandes, hombres y mujeres descubran, que lo que escucha a diario es el parlar de los dioses y de él mismo también.
Por eso, los Chucos y mucha gente más del rededor de la Tierra, le siguen enfervorizados año tras año y cada vez con más levadura llenando calles y plazas y contagiando su fervor al mundo que extasiado contempla este prodigio.
Y más aún, porque pone al lugar privilegiado a los prohombres de la patria, resalta los hechos históricos con pasión y al aborigen postergado lo defiende con frenesí.
Por eso es que se interna en el alma de Grau, en el corazón de Vallejo, Mariátegui y Arguedas para ensimismarse en el diáfano horizonte.
Danilo, amigo mío y de todos los seres humanos, yo te sigo como lo hago en cada aurora.
Danilo está reconstruyendo la consciencia de los peruanos y calando muy profundo en la convicción de los extranjeros al concentrarlos en XVIII versiones de “Capulí Vallejo y su Tierra”, en la tierra del autor de Los Heraldos Negros, Santiago de Chuco, enarbolando cada Mayo el pendón de los poetas y escritores de los cinco continentes que pugnan por izarlo por sobre las estrellas.
Y la mayor virtud de Danilo, poeta de fino estro y mejor escritor, es que no rebusca ni adorna el lenguaje con giros académicos, sino escribe para su pueblo que necesita entender el lenguaje que habla a diario. No prosa para la academia ni para merecer una medalla, ni tampoco para los cándidos alquimistas que embrollan el decir y el habla diario, sino que pone al frente el espejo para que párvulos, chicos y grandes, hombres y mujeres descubran, que lo que escucha a diario es el parlar de los dioses y de él mismo también.
Por eso, los Chucos y mucha gente más del rededor de la Tierra, le siguen enfervorizados año tras año y cada vez con más levadura llenando calles y plazas y contagiando su fervor al mundo que extasiado contempla este prodigio.
Y más aún, porque pone al lugar privilegiado a los prohombres de la patria, resalta los hechos históricos con pasión y al aborigen postergado lo defiende con frenesí.
Por eso es que se interna en el alma de Grau, en el corazón de Vallejo, Mariátegui y Arguedas para ensimismarse en el diáfano horizonte.
Danilo, amigo mío y de todos los seres humanos, yo te sigo como lo hago en cada aurora.