FIESTA DE SANTA ROSA DE LIMA EN CHIQUIÁN
III
PREPARATIVOS
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Cada funcionario designa un camachico
principal, una especie de administrador que se encarga de buscar peroles,
pailas, magmanas (ollas grandes de barro), cuntus (cántaros para chicha de maní
o de jora), etc. Asimismo contrata a las cocineras y ayudantas expertas en el
arte culinario de fiesta, recomienda la orquesta o banda más adecuada, y
garantiza la cantidad de leña necesaria.
Víctor Tadeo Palacios, funcionario por antonomasia
Es conveniente resaltar, que bajo una aparente
calma los funcionarios planifican, coordinan, ejecutan y supervisan cada labor
sin dejar asunto alguno en manos de la improvisación: vestuarios y contratos,
reuniones permanentes donde se consolida la unidad familiar y se generan
fuertes brazos de solidaridad con los vecinos y amigos; son sellos
característicos de los que asumen los cargos con seriedad y devoción. "Solamente
pasando como funcionario se puede aquilatar el valor de la entrega para
mantener latente nuestra identidad cultural", recalca Roberto
Barrenechea Martel, ducho en temas costumbristas.
Durante los primeros meses del año el pueblo
colabora con los funcionarios, pero es a partir de la víspera del Huilacuy de
la Municipalidad (15 de agosto), que estos quehaceres se intensifican hasta que
todo esté oleado y sacramentado el día de la Salva (28 de agosto). Y así
sucesivamente para cada actividad durante la festividad; empero, este
sentimiento participativo que renueva mes a mes el linfa del corazón festivo, pasa desapercibido a
los ojos de los visitantes que encuentran la mesa tendida con delicias a punto
de buen diente y garganta afinada. Quizá en esta vigorosa urdimbre del tejido
costumbrista radica la cultura de solidaridad, tan arraigada en Chiquián desde
épocas ancestrales; de ahí que los funcionarios procuran mantener al tope el
ánimo corporativo, brindando cariño fraterno en casa o en el lugar donde se lleva a
cabo la faena, a través de comida, bebida y música.
Hasta fines del siglo XX, los artesanos
chiquianos fueron los encargados de confeccionar atuendos, vestidos y
complementos de fiesta. En este nuevo milenio casi todo se lleva de la Costa por
efecto de la migración y de los programas asistenciales mal planificados que han anquilosado las
manos de los trabajadores manuales. Los sastres y costureras de antaño
confeccionaban ternos, vestidos, llicllas, faldellines, remangas, etc. Los
tejedores fabricaban ponchos, frazadas, jergas, aperos... Los maestros
trenzadores y talabarteros burilaban monturas y confeccionaban el equipo de arreo
y demás accesorios de la cabalgadura. La confección de mantos y capas de los
santos patronos estaba a cargo de don Eulogio Rivera Fernández, el bordador más
solicitado de la provincia. Nuestra recordada Dolorita Aguirre Novoa, hacía
coronas de rosas para los sombreros del Capitán y su comitiva, los adornos de las andas,
y las flores que adornaban las orejas de las pallas, así como las moñas para
los toros bravos, los adornos de los caballos y la cubierta multicolor de las
banderillas que no se utilizaban para herir al empitonado, sino
como complemento del desfile de las cuadrillas en el ruedo; es decir, eran banderillas con alma de madera no de acerado arpón. Los alimentos y
bebidas fermentadas se preparaban con ingredientes chiquianos. La Costa
abastecía de alcohol, frijol, pañalones (pañolones), castillas, maní,
especerías en sobres y al granel, sal, azúcar, harina, querosene y cerveza. En
suma, toda la fuerza trabajadora se involucraba para darle el brillo necesario
a la festividad, sobre todo los comuneros como nervio y músculo del pueblo.
Leñada (llantay o llantacuy)
Entre marzo y mayo, los funcionarios (Capitán,
Inca, Estandarte, Rumiñahui, mayordomos y mayoralas) hacen su leñada con el
apoyo de familiares y amigos, a quienes compensan con comida, chicha, licor y
música. La leña reposa apilada secándose al natural en casa del funcionario
para su uso en agosto y septiembre.
El
Ashuacuy
Esta actividad, también conocida como
'Ashuay', se realiza entre el 24 y el 26 de agosto, y tiene por finalidad
preparar y almacenar chicha de jora o de maní en calidad y cantidad suficiente
para satisfacer la sed de la concurrencia. La preparación y el entierro en
cántaros de barro es efectuada por personas expertas que le dan el sabor y la
consistencia de fermentación adecuada. Se prepara durante el año en pequeñas
cantidades para su consumo en las actividades preparatorias.
Sobrevive la creencia de que la chicha con agua
de manantial sabe mejor gracias a su pureza, razón de más para dejar el agua de caño sedimentando
su impureza durante una noche. También es importante hervir el maíz y el
maní manteniendo estable la llama del fogón. Un viejo catador de chicha solía
cantar entre sorbo y sorbo: 'La chicha de jora es buena a toda hora, /
estira el brazo shay, / dobla el codo / y adentro hasta la última gota'.
Amasijo
Dependiendo de la disponibilidad de panaderías, a
partir del 26 de agosto se inicia la labor de amasijo. El Capitán utiliza de 12
a 20 quintales de harina; la Estandarte: de 6 a 8; los mayordomos: 4 cada uno;
El Inca y Rumiñahui: de 2 a 3; las mayoralas: 1 cada una. Muchas personas se
acercan durante el amasijo y colaboran con aceite, harina, manteca, etc., y
reciben como agradecimiento cierta cantidad de masa, dependiendo de lo
ofrecido. No faltan algunos que llevan su propia masa para ahorrarse el
horneado. La preparación de la masa de fiesta, así como su maduración, sobado,
tableado y horneado lleva su tiempo.
Los niños, bajo el abrigo bíblico: 'comerás el pan con el sudor de la
frente' acompañábamos a nuestras madres a los lugares de amasijo, y entre
pala y pala nos poníamos 'manos a la obra', sólo que nuestros pequeños bollos
deformes entraban al horno más oscuros que el de los panaderos expertos.
Se fabrican panes para la mesa: molletes, roscas
y pan cotidiano; de colación: jaratantas, roscas y bizcochuelos; y los
especiales: en forma de cristos para los guelis que ofrecen banda,
orquesta, fuegos pirotécnicos, carne, leña, harina... El pan de botella para
los que dan cerveza, alcohol, anisado, menta, coñac... Y gatej para los
que apoyan con aceite, manteca, azúcar, cuyes, gallinas, etc., el día del
amasijo.
Beneficio de reses, borregas,
cerdos, aves y cuyes
Esta tarea se inicia el 27 de agosto. Por
ejemplo, los matarifes o pishtadores, del capitán sacrifican de 6 a 10 reses, de 20 a 40
borregas, de 4 a 6 cerdos y aproximadamente 500 cuyes; cantidades que suben o
bajan de acuerdo con el entusiasmo y la solvencia del funcionario.
La carne se cuelga para su oreado bajo los aleros que dan al patio de baile.
Basta levantar la mirada para darse cuenta de la procedencia del animal
beneficiado, pues a los de la Puna le colocan ichu en la boca y a los de las
zonas más templadas, alfalfa. Las vísceras se van almacenando en la sombra para
su consumo diario.
Chinguirito
Es un aperitivo de la Salva, y en menor volumen
de las actividades preparatorias y las noches que dura la fiesta. El
ingrediente principal es el alcohol de caña, aromatizado con hierbas
medicinales (huamanripa, escorzonera y colahuiru). En su preparación también se
utiliza agua, té, canela, clavo de olor, hojas de coca, manzana, cáscara seca
de naranja, limón y azúcar al gusto. Se sirve caliente en botellas para abrigar
el cuerpo, poner en funcionamiento la lengua y animar el zapateo. El barman
andino tiene la última palabra en el preparado.
CHINGUIRITO
Las penas de la noche
se deslizan por las calles
y la lengua buscando trago
las recogen para olvidarlas.
El dulce chinguirito
resfresca los sentidos,
como baña el río la ribera,
como riega los ojos las lágrimas.
Néctar en botella caliente
que tantas manos acarician,
mójame la garganta otra vez
que por la boca muere el pez.
Ya cuando la fiesta culmina,
cohetes y trago se esfuman,
dejando los labios secos,
esperando la próxima Salva.
Las penas de la noche
se deslizan por las calles
y la lengua buscando trago
las recogen para olvidarlas.
El dulce chinguirito
resfresca los sentidos,
como baña el río la ribera,
como riega los ojos las lágrimas.
Néctar en botella caliente
que tantas manos acarician,
mójame la garganta otra vez
que por la boca muere el pez.
Ya cuando la fiesta culmina,
cohetes y trago se esfuman,
dejando los labios secos,
esperando la próxima Salva.
Nalo Alvarado Balarezo
* * *
SORBO A SORBO
SORBO A SORBO
Voces trasnochadas,
preguntas sin respuesta
que muerden impetuosas
la lengua del choborra.
Chinguirito calientito
que estruja la garganta
dejándola más seca
que limón de emolientero.
Tragos van, tragos vienen
aflorando los recuerdos
saturados de quebranto
entre risas, huayno y llanto.
Ya el perfil del alba asoma,
la larga noche se marchita
y entre bostezo y bostezo
el colchón de paja espera....
Nalo Alvarado Balarezo
preguntas sin respuesta
que muerden impetuosas
la lengua del choborra.
Chinguirito calientito
que estruja la garganta
dejándola más seca
que limón de emolientero.
Tragos van, tragos vienen
aflorando los recuerdos
saturados de quebranto
entre risas, huayno y llanto.
Ya el perfil del alba asoma,
la larga noche se marchita
y entre bostezo y bostezo
el colchón de paja espera....
Nalo Alvarado Balarezo
Huilacuy de los funcionarios
Entre marzo y julio los funcionarios (Capitán,
Inca, Estandarte, Rumiñahui, mayordomos y mayoralas) realizan su Huilacuy
(willacuy, Huilakuy o Huillacuy), con música, bebidas y comida para garantizar la firma
del compromiso. Los asistentes, guelis
en potencia, ofrecen su colaboración con productos alimenticios, cerveza y
pisco por docenas, vino por damajuanas y alcohol de caña por galoneras, y si
hay suerte, un cilindro completo. Asimismo, proporcionan bandas, orquestas de
cuerda y de viento, dinero en efectivo o simplemente “comprometen su asistencia”.
Estos últimos son los que en el libro de donantes escriben “sorpresa”. Por lo
general los guelis solicitan la
retribución de lo donado cuando les toca cumplir como funcionario. Esta
actividad se realiza en Chiquián o en la ciudad donde reside el funcionario. El
gueli (ghelli o quelli) tiene su
antecedente en el espíritu de reciprocidad del ayni incaico y en el rantín
regional. En Chiquián la reciprocidad y la solidaridad, más que instituciones
sociales, son conceptos bien enraizados en el sentimiento colectivo, donde el gueli,
colaborador por excelencia, no solamente es el corazón generoso que socorre
aliviando la carga del funcionario, sino un sembrador nato de solidaridad a
manos llenas, porque entiende que ser solidario no es asunto de virtuosos únicamente,
sino también de hombres comunes, como símbolo de unión que se expresa en la
esperanza de vivir como hermanos. El gueli es el bastón de apoyo del
funcionario peregrino que radica lejos de Chiquián, haciendo que se sienta
acompañado en el camino de regreso a casa.
En las décadas del 50, 60, 70 y 80 del siglo
pasado, cuando un comerciante asumía un cargo, todo el rubro de su entorno se solidarizaba;
ídem si pertenecía al magisterio, siendo uno de los casos más emblemáticos don
Marcos Lemus Rivas, Inspector de Educación, de gran prestigio en la zona, que
contó con un buen contingente de nuestros maestros como guelis. En cuanto a los
transportistas: Santiago Alvarado Montoro (1972), Elías Landauro Domínguez
(1973), Carlos Núñez Olivos (1974), Luis Rayo Minaya (1977) y Víctor Tadeo
Palacios (1985), fueron los que lograron captar el mayor número de guelis, anónimos en la mayoría de los
casos, sobrándoles cerveza, leña y carne. Cuando queda un excedente al
finalizar el Huatacahuay (última actividad de la fiesta), el funcionario lo
comparte con el vecindario o lo dona a las instituciones sociales, como fue el
caso de la familia Aranda Carrera.
Santiago
Alvarado Montoro, recuerda, que durante su huilacuy
realizado el segundo domingo de mayo de 1972, sus amigos Arturo
Barrenechea Núñez y Manuel Pardo Carrillo, le prometieron contactar con
el criador de los toros bravos jirishanquinos, muy famosos en el ruedo
de Jircán. El 7 de junio sus dos amigos y el criador lo aguardaban en
una cantina de la periferia chiquiana ultimando detalles del alquiler,
pero cuando el futuro Capitán llegó, el criador reconoció en él, al
cirineo que le brindó su hombro durante un viaje a la Costa. Había
llegado de madrugada en el camión de Santiago y éste le invitó a
pernoctar en su casa de Ingeniería; ya con el alba lo llevó hasta su
hospedaje después de un generoso desayuno chiquiano. Durante
la reunión recordaron el gesto, el criador dejó a un lado el contrato
de alquiler que estaba elaborando con los dos amigos de Santiago y le
ofreció obsequiar tres toros para la corrida y dos para carne,
ofrecimiento que cumplió con creces, pues además le donó una de las
'madrineras' (vacas que acompañan a los toros durante el arreo), con la
condición de que alimente a la banda 'como Dios manda'.
Huilacuy de la Municipalidad
¡Vamos a buscar PALLAS, shay! .
A las tres de la tarde del 15 de agosto, previos
repiques de campanas llamando a Misa, el alcalde y regidores, acompañados por
una banda de músicos o de una orquesta, ingresan a la iglesia matriz. Luego de
escuchar la liturgia descienden al Niño Jesús de los brazos de Santa Rosa, lo
ubican en un 'moisés' de madera y salen en procesión, recorriendo las calles de
la ciudad, visitando las casas de los funcionarios, lugares donde se le rinde
homenaje. Generalmente se empieza por la casa del Estandarte donde espera un
pequeño altar y el ágape respectivo. No falta la chicha de maní y bocaditos.
Durante el recorrido visitan las casas de las pallas para sellar su compromiso
de participación. Las pallas son hermosas jovencitas del lugar, de buen timbre de voz,
excelentes condiciones físicas para el baile y de gran devoción. En ocasiones
visitan a los comisarios. La caravana finaliza en el domicilio del Inca,
ubicándose al Niño Jesús en una capilla.
Ensayos
El 17 de agosto empiezan los ensayos de los
cánticos, bailes y coreografías de las pallas en presencia de familiares y
curiosos. Culmina el 26 con la asistencia del Inca, Rumiñahui, el Capitán y su
comitiva. En cada noche de ensayo abundan las tazas de café y el 'saludable'
chinguirito para animar a la orquesta. Es costumbre que el Niño Jesús esté
presente en el lugar del ensayo. Esta actividad está a cargo de una maestra de
pallas.
Capítulo XIV de la novela "DEL MISMO TRIGO" 1993 - Bodas de Oro del Colegio Nacional "Coronel Bolognesi" de Chiquián. En Internet desde el 2003.