Danilo Sánchez Lihón
Roberto Rosario Vidal es el gestor y forjador
pertinaz de la canción de gesta de la Asociación
Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, APLIJ,
organización que el 2017 cumple 36 años
de vida consecuente, pletórica, y esperanzada.
Es tiempo de mirar
el día venidero.
Washington Delgado
1. Sin fallar
una sola vez
Desde
el Primer Encuentro Nacional de Escritores de Literatura Infantil,
realizado entre el 28 y 29 de octubre del año 1982 en Lima, se han
sucedido 31 encuentros nacionales continuos, sin fallar ni siquiera un
solo año, organizados esforzadamente en diversas ciudades del interior
del país; y próximamente se realizará el 36 Encuentro en las ciudades de
Ayacucho, Pacaycasa, Quinua y Huanta, entre el 14 y 16 de septiembre
del presente año en el departamento de Ayacucho.
Son
muy pocas las instituciones culturales en los países de América Latina
que mantengan durante 36 años un certamen anual continuo de gran
magnitud. Y nada más exaltante que se haya hecho sin faltar ni fallar
una sola vez, continuidad y acumulación de experiencia que ha de servir
para impulsar un salto cualitativo en la animación y promoción de la
lectura en diferentes regiones de nuestro país.
Considerando
además que muchos de estos certámenes fueron en zonas difíciles y
riesgosas y con una asistencia en algunos casos de más de 2,000
participantes llegados desde remotas ciudades, como ocurrió en el
certamen realizado en Huancavelica el año 1996. A lo anterior se agrega
que estas y otras actividades de la Asociación Peruana de Literatura
Infantil y Juvenil, APLIJ se hacen sin recibir financiamiento alguno ni
del Estado ni de ningún otro organismo sea privado o No Gubernamental,
ni de empresas ni de entidades particulares.
2. Amigos
que comparten
Se
hace con el voluntariado pertinaz de cada joven estudiante en desvelo;
de cada maestro consagrado; de cada artista y promotor convicto y
confeso acerca de su fe; de cada padre de familia desvelado por el
destino de sus hijos y de su país.
Se
hace con el aporte de cada militante que asiste a estas citas; de cada
miembro de la institución que colabora con su óbolo además de aportar su
talento, su trabajo y contribuir con su sacrificio asumiendo tareas de
organización que demandan animoso y denodado esfuerzo y entusiasmo.
Lo
meritorio de todo esto es el fervor que se pone de manifiesto, así como
la adhesión a los ideales puestos en la forja de un movimiento que por
los logros alcanzados debe ser reconocido como señero e insigne. Pero,
muchos se preguntarán ¿en qué consisten estos encuentros?
Además
de todo lo que supone e implica un certamen cultural y académico, ¿en
qué se caracteriza y reside lo intransferible y particular?
Principalmente su clave está en las decisiones, las actitudes y los
gestos que van desde la adhesión plena, el actuar con afecto, hasta los
abrazos de identificación entre colegas de trabajo, compañeros de ruta y
amigos de siempre que comparten fervores, anhelos e ideales.
3. Geografía
lacerada
Principalmente,
los asistentes son los mismos quienes después de un año vuelven a
encontrarse para compartir ideas, planteamientos, propuestas,
experiencias y publicaciones.
Todo
en el campo de la literatura infantil y juvenil, pero también hay otros
quienes recién se acercan y se incorporan buscando un campo en el cual
dedicar su entusiasmo y dar concreción a su deseo de sentir y saber que
participa en la forja de una cultura y educación con encanto y
significado.
Cada
cual, viniendo desde distintos puntos cardinales, trayendo con su
presencia lo hermoso de su tierra, lo fundamental de su infancia, lo
luminoso de su comarca y lo precioso de sus cariños y aspiraciones. Así,
¡cuántos mundos se juntan configurando todo un prisma y un crisol!
¡Cuántos sentires, saberes y quereres brotan y se manifiestan en la
palma de una mano abierta en que se convierte cada encuentro!
Porque,
lo importante es que no sólo proceden personas que habitan en las
ciudades, que son capitales de departamentos y provincias, sino de
pueblos pequeños, de rincones esparcidos en la geografía lacerada,
transida y trémula de un país intenso, convulso y en agitación plena,
como es perennemente el Perú.
4. Las noches hondas
y amanecidas
Porque
ahora juntos en el auditorio donde se desarrollan las conferencias, en
las aulas donde se llevan a cabo los talleres, en las plazas y parques
donde se desenvuelven pasacalles, recitales, narraciones de cuentos,
escritura creadora de niños, ya sea entonando canciones en torno a la
mesa del restaurante donde se almuerza o compartiendo el yantar,
volvemos a renovar nuestra fe en los valores más acrisolados.
Es
conmovedor ver llegar delegaciones de escritores de diversas regiones
del país, trayendo sus climas, sus aires fríos, templados o cálidos, los
vientos de las madrugadas en la tez de los rostros desvelados pero
entusiastas, y en la vestimenta que portan abrillantada por el relente
de los caminos.
Las
noches hondas y amanecidas en las ojeras que sombrean sus ojos; el
polvo en los zapatos trashumantes, y dorando sus cabellos intrépidos los
juramentos y las promesas pendientes, como infaltables son sus
sonrisas, su devoción franca, abierta y vasta por la vida.
Pero
principalmente resultan ostensibles sus expectativas y ánimo de seguir
dando impulso y vigor a una corriente artística y cultural que nos
hermana, proyecta y hace trascender en el espacio y el tiempo.
5. Destino
del pueblo
– ¡Qué alegría volvernos a ver después de un año, hermano! ¡Feliz de encontrarnos otra vez! ¿Qué tal el viaje?
–
¡Todo bien! Contento de estar otra vez juntos, hermano. ¡Imagínate! Si
no tuviéramos estos encuentros. ¡Qué sería de nosotros! ¿Di?
– Sumergidos como estamos en las mesmas aguas hondas de la vida.
De
este modo van llegando los compañeros con sus miradas fraternas, ilusas
y límpidas. Con el regocijo ostensible en sus rostros francos, de
volver a sellar pactos de amistad, de compromiso con el destino de
nuestro pueblo. Son 17 las ciudades que han sido sedes y en donde se han
llevado a cabo estos encuentros, algunas de ellas representando puntos
señeros de la patria. Así: Arequipa (1989, 1997, 2003 y 2011), Ayacucho
(1987, 2009, 2014), Cajamarca (1983, 2000), Cuzco (2001), Chepén (2013),
Chiclayo (1984 y 1993), Chosica (1994), Huancayo (1991), Huánuco
(2005), Huaraz (1992 y 2004), Ica (1985 y 1999), Jaén (2012), Juliaca
(2015), Lima (1982 y 2006), Huancavelica (1996), Paramonga (2008),
Pucallpa (2002), Sullana (1990), Tacna (1998, 2016), Tarma (1995), Tingo
María (2010), Trujillo (1986, 2007), Tumbes (1988).
6. ¡El desgranar
de las espigas
En
el restaurante que congrega a los escritores menudean los abrazos, las
palmadas efusivas en la espalda o en los hombros; la calidez del corazón
que caracteriza a este movimiento. El entusiasmo en la conversación es
arduo por este o el otro asunto del arte, la cultura y la educación. Y
el sueño de cómo hacer para redimir y tener una humanidad mejor nos
ilusionamos que está a la vuelta de la esquina.
Y
luego, cada uno va extrayendo de su mochila o su maletín el folleto, la
revista, el tríptico o ¡el libro! que se ha preparado para esta
ocasión. ¡Esa es la ofrenda de este colectivo humano! Ahí está la masa y
la levadura; la artesa y el horno; ¡el desgranar de las espigas y el
pan sobre la mesa! ¡El choclo fresco y humeante, y el caldo de gallina o
de cabeza de carnero!
Si
en algún lugar hay que buscar la simbología de este conglomerado, está
aquí; porque cada poema y cada verso; cada fábula y cada cuento que
contienen este manojo de papeles engrapados, encolados o sueltos como
palomas viajeras traen el aroma, el sabor y el temblor del valle y la
quebrada, el dolor y el gozo del Perú profundo y cuyo canto es nuestra
misión hacerlo poderoso e imperecedero.
7. Cosecha
y a la vez siembra
Cada
provincia y cada recodo de la patria amada, transida y llena de
esperanza está aquí presente y palpitante, contenidos en estas letras,
signos, códigos y emblemas tremolantes. Las exhumaciones y las utopías
por un país mejor y una patria grande, como es la nuestra en su origen y
matriz, están contenidas en estas hojas vibrantes, y al final de
cuentas las que restituyen las utopías inmersas que somos como pueblos
extasiados.
Es
en esta floración en donde radica una de las esencias de la APLIJ y en
donde se urde el mejor tejido de lo que seremos mañana. Es en este haz
de hojas y ramillete de páginas, es en estos mazos de papel con que se
colman y llenan las manos de unos y otros, entregadas cariñosamente, en
donde se deposita la fe de lo que es el Perú eterno.
APLIJ
es también esa florescencia y lozanía, esta cosecha y a la vez siembra,
la convicción de que lo que triunfa es la verdad puesta en la
combinación de aromas, por un lado, de los aires libres, por otro y de
lo que alcanzamos a cifrar desde el hoy recogiendo el tiempo vivido y
proyectándolo al mañana. Y de la tinta fresca de imprenta, conjunción de
la cual sobresale una flor intensa y carmesí, cuál es la literatura
infantil y juvenil; signo de un Perú milenario que vuelve a nacer y
aflora es sus escritores, como plantíos de ensueños que empiezan ya a
dar frutos consagrados.
Epílogo: es la obra
de Roberto
Cabe
aquí, en este punto, mencionar a un amigo, un hermano, un militante
legendario de lo que es el Perú hacia las décadas y siglo futuros. Él es
Roberto Rosario Vidal quien convocó a muchos de nosotros para iniciar y
dar impulso a esta movilización y cruzada por las utopías posibles.
Campaña
y clarín de batalla para hacer un país mejor; movimiento que es en
principio un despertar, luego un quehacer basado en la ternura, un
cultivar hacia adentro en dirección de la esencia que somos; un recoger
los frutos signados por la fraternidad y también una historia lacerada
que cada día hacemos todo lo posible por redimir.
Porque
es hacia adentro donde están los nidos, como la simiente pródiga; el
mundo afectivo e íntimo. Es hacia adentro, porque es éste un movimiento
telúrico, de artesanos y gente del campo en relación a la palabra, como
debe ser en realidad el arte, no de "divos", ni de estrellas ufanas, ni
de monigotes soberbios, ni de ídolos de barro, sino de gente sincera y
sencilla, ligada a la verdad de la vida.
Es
al pie, al frente o debajo de estas presencias tangibles y nobles donde
situamos lo mejor que nos depara la vida. Son las raíces y las entrañas
donde se engendra la mejor cosecha de la vida, cuáles son los textos
literarios Donde las simientes se hunden para emerger espigas en la
belleza de ser muchas y solidarias, como quisimos que fuera este
movimiento, en gran parte forjado por ti, el muy entrañable y querido
Roberto Rosario Vidal. ¡Salud!