DE SAN SEBASTIÁN AL SEÑOR DE LA SOLEDAD
Por José Antonio Salazar Mejía
Por José Antonio Salazar Mejía
Un
día como hoy, 3 de mayo, fiesta de la Santísima Cruz, hace muchísimos
años, se empezó a celebrar al Señor de la Soledad como patrón de Huaraz.
Este es un caso muy especial. Pocos son los pueblos que han tenido el
atrevimiento de cambiar un patrón por otro. Nuestros antepasados, sin
mucho remordimiento, pusieron de lado a San Sebastián.
Sabido es
que "el verdadero" patrón de Huaraz es San Sebastián, mártir romano cuya
fiesta se celebra el 20 de enero, fecha probable de la fundación de
Huaraz (1574) y de todos modos, patrón personal del primer encomendero
de Huaraz, el escribano Sebastián de Torres, notario que acompañó a
Pizarro en su aventura de Cajamarca y de quien recibió como Encomienda
las ubérrimas tierras de Lurin Huaylas en 1534.
Sebastián de Torres estuvo en Cajamarca,
y fue el primer Encomendero asesinado por los indios
Cien
años después se desarrolla un inusual juicio entre los ayllus de Ichoc y
Allauca Huaraz por la posesión de la imagen de San Sebastián. Cada
ayllu celebraba durante 4 años seguidos al santo patrón, en forma
alterna; el lío se inició cuando los de Allauca no quisieron entregar la
imagen a los de Ichoc, llegando el caso a los tribunales. ¿Por qué los
indios se mostraban tan apegados al culto a San Sebastián? Ellos
celebraban la Capacocha, fiesta del solsticio de verano, que cada cuatro
años se convertía en el gran Qapaq Raymi; como estaban prohibidos de
festerjarlo el 21 de diciembre, trasladaron los festejos al 20 de enero,
día de San Sebastián.
La imagen y el prestigio de San Sebastián pierden valor entre los huaracinos cuando por una grave denuncia, llegan inquisidores enviados por el Tribunal del Santo Oficio, quienes constataron que en la fiesta de san Sebastián se realizaba una práctica verdaderamente grotesca y pecaminosa: a la imagen del santo, que era hueca, la llenaban de vino por un hueco que tenía en la cabeza, y la gente quitándole las flechas bebía el vino que saltaba por los orificios de la heridas.
El santo asaeteado, en una representación muy común.
En
el año de 1699, aparte de las ya existentes, se funda la Cofradía de
españoles del Santo Cristo de la Soledad y hacia 1700 llega a Huaraz la
imagen del Cristo crucificado. A partir de 1730, a la capilla de la Cruz
de Mayo se le empieza a llamar "De la Soledad". Durante el terremoto de
1725, esa capilla fue la que mejor resistió el sismo; atribuyendo ese
portento a la imagen que albergaba en su altar mayor. Por este suceso,
los huaracinos empezaron a querer y admirar a la santa imagen del Cristo
crucificado que muy pronto pasó a llamarse "El Señor de la Soledad".
A la par que declinaba la devoción a San Sebastián, crecía el culto al Señor de la Soledad. Esto se acentúa cuando los indios pasan a integrar las cofradías y con preferencia la del Señor de la Soledad, pues en los cimientos de su templo, se colocaron las piedras sagradas del santuario de Pumacayán. Otro hecho que ayudó a elevar el prestigio del Señor de la Soledad, fue la donación testamentaria de la hacienda de Huapra, cuya producción debía dedicarse a la celebración de su fiesta.
A la par que declinaba la devoción a San Sebastián, crecía el culto al Señor de la Soledad. Esto se acentúa cuando los indios pasan a integrar las cofradías y con preferencia la del Señor de la Soledad, pues en los cimientos de su templo, se colocaron las piedras sagradas del santuario de Pumacayán. Otro hecho que ayudó a elevar el prestigio del Señor de la Soledad, fue la donación testamentaria de la hacienda de Huapra, cuya producción debía dedicarse a la celebración de su fiesta.
El Señor de la Soledad antes del incendio de 1965
Fuente:
Revista Internacional "UN DÍA COMO HOY EN HUARAZ"