A MI MADRE
Por Walter Vidal Tarazona
Lo que más quiero en lo que me queda aquí
es ir a ti
tender mi soledad en tu cuello, madre.
exprimir mi silencio y mis cuitas al borde de tu
regazo.
recorrer los recodos de tu sacrificio amoroso
desvivido por mí.
Humedecer con lágrimas tu silencio; tu tristeza de
rosa disolver a besos.
Era yo quien se despedía en el empedrado patio de
nuestra soledad,
era yo quien regresaba y me hundía en tus brazos que
me esperaban.
Pero tú te fuiste para siempre, sin retorno y yo aun
no comprendo…
Por qué no estás allí donde la vida se niega a seguir
viviendo,
donde el hombre está perdiendo su humanidad de a pocas
donde más te necesito conmigo, donde más haces falta
allá en el sitio donde se mira el más allá sin
retorno.
MADRE MÍA
Por Walter Vidal Tarazona
Hoy que tengo en mis manos
este geranio de mis venas,
hoy que he quitado
este pan nuestro a otro hijo,
hoy que espero
la cristalina epifanía
de tu silencioso cuerpo,
madre, madre mía,
estás más ausente que nunca.
Hoy que vine a escuchar
tu “sé bueno y fuerte hijo mío”,
estás más callada que nunca.
Hoy que quería besar
el color de tus ojos preocupados,
están más vacíos que nunca.
Ese color de tus ojos
que naufragaban en un mar
de tibia luz, madre;
este geranio de mi sangre,
este pan robado
y esta pena en mis manos,
madre, madre mía
están más tristes que nunca.
Seguro que tú también
sientes pena a esta hora,
pero nada sabes
del ramo de mi sangre
ni sabes de esta mi pena
por el pan nuestro
robado cada día.
que naufragaban en un mar
de tibia luz, madre;
este geranio de mi sangre,
este pan robado
y esta pena en mis manos,
madre, madre mía
están más tristes que nunca.
Seguro que tú también
sientes pena a esta hora,
pero nada sabes
del ramo de mi sangre
ni sabes de esta mi pena
por el pan nuestro
robado cada día.
Walter Vidal Tarazona
- Maestro en Investigación y Docencia Universitaria, "[...] en lo personal sencillo, generoso, leal, ajeno a poses y figuraciones. En lo literario, un cantor, de profesión economista, que echa sus versos al aire con esa espontaneidad propia de los juglares de antaño." NÉSTOR ESPINOZA.