Foto: https://www.conociendomiperu.com/ancash/corongo/
LA VENGANZA DE "LIMEÑITA"
Por Manuel Moreno Obregón
Ya tenía muchas mañanas acudiendo al corral desde que escuché a papá, diciéndole a mama: “Uno de estos días la oveja va a parir, hay que estar atentos”.
El anuncio de mi papá me emocionó mucho, al extremo que me levantaba muy temprano, y antes de hacer cualquier cosa corría al corral para ver si la oveja había parido, lo mismo hacía por las tardes. Saliendo de la escuela, cada vez que veía a la oveja con su panzota, volvía desalentado a casa, pues quería ser el primero en ver a la ovejita cría. Y cómo no ser el portador de buenas nuevas a la familia, si eso era muy importante para mí.
Como dice el dicho: "el que la sigue la consigue", una mañana, al acudir presuroso al corral, encontré paradita junto a su madre al nuevo miembro del rebaño, estaba temblorosa, sus patitas no se afirmaban bien por el poco tiempo de nacida. La emoción que me embargó fue muy grande, corrí la cuadra que separaba el corral de mi casa, temblando y gritando emocionado: ¡Mamá, papá la oveja ha parido! ¡¡ mamá, papá la oveja ha parido!!. Hacía mucho frío. Mamá y papá acudieron al corral y envolvieron con mantas a la recién nacida hasta que le dé el sol. Ya por la tarde la ovejita mamaba y daba sus piruetas como toda cría juguetona. Con esta misma emoción esperábamos a cada animalito que nacía en casa.
Otra escena que me emocionaba, era ver a la gallina saliendo de su nido después de incubar sus huevos por 21 días; salía toda erizada con sus alas semi abiertas, toda apeligrada, se parecía a un pistolero del Oeste, lista para disparar en defensa de sus polluelos, salía con su toc, toc, toc, tras ella los pollitos con su pío, pío, pío... mamá gallina los sacaba a pasear por el patio de la casa, luego enrumbaba al pequeño huerto, allí escarbaba y cuando encontraba un gusanito u otro alimento, con un toc, toc, toc, más acelerado llamaba a sus polluelos que se abalanzaban sobre la presa, de rato en rato mamá gallina ladeaba su cabeza para mirar al cielo por si viene el depredador, el gavilán pollero o el cernícalo. Si aparecía el enemigo, mamá gallina activaba su alarma con su grito ronco que sonaba algo así como un ¡toooooc!!!! y los polluelos, que por instinto entienden el idioma, corrían a refugiarse bajo las alas de su madre, era todo un espectáculo.
Cierto día recibimos una carta de mi hermana Susana, que radicaba en Lima. El anuncio de su próxima visita trajo regocijo a la familia. En aquel entonces mi papá había comprado una burra preñada llenándonos de alegría y expectativa.
Una tarde el carro llegó de Lima y mi hermana descendió. Luego de los abrazos y los saludos pasamos a la casa. Cuando estábamos sentados en la mesa tocaron la puerta, era la vecina que venía a comunicarnos que la burra estaba pariendo en el corral; salimos presurosos hacia el corral y encontramos una hermosa pollina que mi papá bautizó como "Limeñita", en honor a mi hermana que había llegado de Lima.
Pasaron seis meses. Yo siempre visitaba a "Limeñita" en el corral. Ella al verme se acercaba a saludarme frotando su hocico en mis manos.
Una tarde estaba acariciando a “Limeñita”, de pronto apareció el perro de la vecina y me mordió los testículos, lancé un grito de dolor. Mi mamá me llevó a la posta médica donde fui tendido por don Herminio Encinas. Después de atenderme, don Herminio tranquilizó a la familia diciéndoles que era un rasguño solamente, al poco tiempo me recuperé.
Otra tarde estaba sentado al pie del arco de entrada a mi querido Corongo, esperando a mi papá que subía de la chacra; al verlo corrí a sus brazos, luego saludé a “Limeñita”, ella, como de costumbre, frotó su hocico en mis manos; en eso aparece el perro que me mordió aquella vez. El perro ladró a “Limeñita”, esta saltó y le lanzó una patada al pobre perro, dejándolo tuerto.
Salió el dueño del perro y le dijo a mi papá: Don Mañu, ya no es “ojo por ojo”, sino “ojo por huevo”.
Así fue “la venganza de Limeñita”.
Fuente:
PURUNMARKA, tu revista cultural coronguina
https://purunmarka.blogspot.com/2020/12/la-venganza-de-limenita.html