Mamá Eni y sus alumnos
La Vergne, 4 de julio de 2019
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HOLA SHAY:
Hoy,
el ser humano que guió mis primeros pasos por el camino de la Historia
Universal, estaría cumpliendo 98 años de edad, pero MAMÁ ENI acudió al llamado
del Señor a los 60. Gracias a ella, amo y admiro desde pequeño nuestras
culturas milenarias, de cuyos legados nos nutrimos los habitantes
de la Tierra.
Entre las culturas altamente civilizadas me habló de la Cultura Maya, cuyo santuario arqueológico de CHICHÉN ITZÁ visité en su homenaje; mítica zona, Patrimonio de la Humanidad y una de las Nuevas Maravillas del Mundo, al igual que Machu Picchu.
Mamá Eni no solamente me habló del vasto territorio Maya, que abarcaba lo que ahora se conoce como Yucatán, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Tabasco en México, y los territorios actuales de Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, sino también de su florecimiento en las ciencias y las artes.
Ella estaba convencida que los mayas no desaparecieron, como lo señalan creencias generalizadas. Para comprobarlo me ha bastado ver con los ojos del alma, aguzando bien el oído medio.
Entre las culturas altamente civilizadas me habló de la Cultura Maya, cuyo santuario arqueológico de CHICHÉN ITZÁ visité en su homenaje; mítica zona, Patrimonio de la Humanidad y una de las Nuevas Maravillas del Mundo, al igual que Machu Picchu.
Mamá Eni no solamente me habló del vasto territorio Maya, que abarcaba lo que ahora se conoce como Yucatán, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Tabasco en México, y los territorios actuales de Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, sino también de su florecimiento en las ciencias y las artes.
Ella estaba convencida que los mayas no desaparecieron, como lo señalan creencias generalizadas. Para comprobarlo me ha bastado ver con los ojos del alma, aguzando bien el oído medio.
Paso a paso por Yucatán y
Quintana Roo, junto a mi pequeña Angie, he sentido el corazón de los
Mayas latiendo en cada uno de los habitantes, cuya heredad cultural
mantienen incólume, como hacemos lo propio en el Perú con el legado de
nuestro Gran Imperio de los Incas.
Chichén Itzá - Fotos: Nalo y Angie Lizette
Gracias
a los relatos de mamá Eni, tuve sueños mágicos en la infancia y
adolescencia, sueños que poco a poco se van haciendo realidad. Hace
muchos años, cuando apenas frisaba 13, me animó a conocer Machu Picchu, y
desde aquel entonces mis visitas al Cusco son recurrentes. Hoy, en el 98
aniversario de su natalicio he sentido su presencia guiando mis pasos en
el centro ceremonial de CHICHÉN ITZÁ. Gracias Mamá Eni.
Nalo Alvarado Balarezo
Nalo Alvarado Balarezo
RECUERDOS
ERNESTINA YABAR DE CALDERÓN (MAMÁ ENI)
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Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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En
los recuerdos de la niñez asoman eterrnas las imágenes queridas de las
personas que nos enseñaron a ser mejores seres humanos y mejores
ciudadanos. Deuda de gratitud que generalmente queda pendiente hasta la
hora final, pues mucho tardamos en darnos cuenta del inmenso valor que
tuvieron en nuestras vidas.
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Una de las personas que iluminó mi camino cognoscitivo, al igual que el camino de mis hermanos, fue ERNESTINA YÁBAR DE CALDERÓN, a quien llamamos con amor: 'MAMÁ ENI', también 'MAMA TINA', por el inmenso cariño que nos dio a los largo de nuestra existencia como hermana mayor de mi mamá Jesús. Sus consejos a tiempo, sus palmaditas en el hombro para animarnos en la forja diaria, su paciencia infinita a la hora de enseñarnos las primeras letras y llevarnos de la mano por el angosto sendero de la lectura, en un país donde se brinda poca importancia a los libros en el desarrollo humano.
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Una de las personas que iluminó mi camino cognoscitivo, al igual que el camino de mis hermanos, fue ERNESTINA YÁBAR DE CALDERÓN, a quien llamamos con amor: 'MAMÁ ENI', también 'MAMA TINA', por el inmenso cariño que nos dio a los largo de nuestra existencia como hermana mayor de mi mamá Jesús. Sus consejos a tiempo, sus palmaditas en el hombro para animarnos en la forja diaria, su paciencia infinita a la hora de enseñarnos las primeras letras y llevarnos de la mano por el angosto sendero de la lectura, en un país donde se brinda poca importancia a los libros en el desarrollo humano.
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Su
embrión magisterial fue la Pampa de Lampas Alto, inhóspito lugar bolognesino donde
tuvo que construir e implementar a pulso el aula para sus pequeños
alumnos, apoyada en sus valores existenciales bien cimentados desde su
infancia en Chiquián y Tupucancha, valores a los que rindió fidelidad
durante su largo apostolado rural...
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Con
los años, dejando todo listo para una nueva preceptora, se trasladó a
Pocpa iniciando un nuevo periplo, y así sucesivamente: Carcas, Ticllos,
Roca, Canis, Llaclla, Pancal y finalmente Quisipata, hermoso pueblito a
orillas del Aynín, donde se jubiló el 31 de julio de 1970, pero de
manera oficial solamente, pues continuó con su tarea promotora en su
barrio de Lima, donde fundó el Club Deportivo Cultural Unión Monterrey,
en cuya gestión se construyeron canchas de volei, fulbito y de fútbol.
Siempre requerida por los padres de familia de menores recursos para
que brinde educación inicial gratuita, aprovechando las horas que su
esposo estaba en su centro de labores y sus hijos en la universidad,
aunque en ocasiones un lápiz en la mesita de la sala o una hoja escrita
con trazos infantiles delataba su noble labor educadora.
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Su
sueño muchos años acariciado fue desempeñar el cargo de Estandarte en
la fiesta de Santa Rosa en Chiquián, sueño que su querida hija Nancy
Calderón Yabar de Cuadros, cumplió el 2008, junto a su papá Pablo, su
hermana Durid, la esposa de su hermano Pablín, y sus primas de las alas:
paterna y materna.
Mamá
Eni, como maestra rural por excelencia, laboró bajo el sistema de
educación unitaria; es decir, enseñaba en una misma aula a alumnos de
diferentes grados, edades y necesidades de aprendizaje, que
complementaba con excursiones vivenciales, juegos al aire libre,
talleres de música, carpintería, cocina, costura, canto y teatro.
También
impulsó huertos escolares y caseros, así como tareas de alfabetización
de adultos. Sus consejos a las parejas jóvenes no se dejaban esperar, a
quienes enseñaba a sembrar productos de pan llevar y a criar animales
de tiro para las labores agrícolas, así como de carne y leche con el
consurso de su esposo Pablo, quien la acompañó en los lugares donde
trabajó.
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Muchas
veces fue tentada para enseñar en el radio urbano, mas se negaba a
los requerimientos, enfatizando que su labor aguardaba en los lugares
olvidados. Mujer campechana, de chispa contagiante y poseedora de un
gran corazón, madrina de muchos de sus alumnos, a los que guió hasta el
final de sus días.
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Mama
Eni nació en Chiquián el 4 de julio de 1921 y emprendió el gran vuelo a
los 60 años de edad, el 24 de setiembre de 1981 en Lima. Antes de
expirar en brazos de sus seres amados les recordó que ese día era el
santo de su prima Mechi, no por casualidad, sino porque estaba atenta a
los onomásticos y llegaba con el alba a cantar las mañanitas a la casa
de los 'cumpleañeros', cargando su invalorable termo con ponche.
La noticia de su deceso me cayó como un baldazo de agua helada cuando me encontraba en las alturas de Yanama, de cara al imponente Huandoy. A mi retorno a Huaraz, tres días después, hallé bajo la puerta de mi habitación una carta de ella, escrita cuatro días antes de fallecer, donde entre otras líneas de amor maternal, me aconsejaba escribir sobre mis vivencias en lares ancashinos; así vieron la luz varios relatos, entre ellos: Mi amigo Vilka, La medallita del bandolero, El maestro, La melodía del viento, Shajsha Machay, La agonía del bandolero, Ñati, El toro Negro, Tupucancha, El bandolero y la rosa, El último aullido, Chinguirito con arpa y amistad, Cuculí, El viajero, La venganza del zapatero, El último shaplaco, La hualanca y el bandolero, Niñachay, Torcacita de la Puna, Puka, Tras las huellas de una Leyenda: La Flor de la Cantuta, Navidad en Huaraz, Luis Pardo, El campeón, La cueva del bandolero, Aquel 15 de Junio... En los 4 tomos de mi pequeña obra, que mi amigo Roberto Aranda Chávez, entregó a la Municipalidad Provincial de Bolognesi y al Colegio 'Coronel Bolognesi' por sus Bodas de Oro, late el corazón de mamá Eni.
.La noticia de su deceso me cayó como un baldazo de agua helada cuando me encontraba en las alturas de Yanama, de cara al imponente Huandoy. A mi retorno a Huaraz, tres días después, hallé bajo la puerta de mi habitación una carta de ella, escrita cuatro días antes de fallecer, donde entre otras líneas de amor maternal, me aconsejaba escribir sobre mis vivencias en lares ancashinos; así vieron la luz varios relatos, entre ellos: Mi amigo Vilka, La medallita del bandolero, El maestro, La melodía del viento, Shajsha Machay, La agonía del bandolero, Ñati, El toro Negro, Tupucancha, El bandolero y la rosa, El último aullido, Chinguirito con arpa y amistad, Cuculí, El viajero, La venganza del zapatero, El último shaplaco, La hualanca y el bandolero, Niñachay, Torcacita de la Puna, Puka, Tras las huellas de una Leyenda: La Flor de la Cantuta, Navidad en Huaraz, Luis Pardo, El campeón, La cueva del bandolero, Aquel 15 de Junio... En los 4 tomos de mi pequeña obra, que mi amigo Roberto Aranda Chávez, entregó a la Municipalidad Provincial de Bolognesi y al Colegio 'Coronel Bolognesi' por sus Bodas de Oro, late el corazón de mamá Eni.
DE NUEVO EN CARANCA...
Ya va amaneciendo...
Las ramas abanican mi rostro,
en el Yerupajá reverbera el alba.
Abajo el pueblo despierta soñoliento.
Ya va amaneciendo...
El Aynín ríe con las truchas que saltan,
florecen la cebada, el maíz y el centeno;
no hay lugar más bello que Chiquián.
Ya va amaneciendo...
Mi pecho se llena de pichuichancas;
en Quisipata mamá Eni prende el Sol
en la mente de los niños andinos.
Ya va amaneciendo...
Danza el trigo con el viento,
en Jircan mamá Jeshu espera...
las campanas van llamando a Misa.
Ya va amaneciendo...
Nalo - 15651
Las ramas abanican mi rostro,
en el Yerupajá reverbera el alba.
Abajo el pueblo despierta soñoliento.
Ya va amaneciendo...
El Aynín ríe con las truchas que saltan,
florecen la cebada, el maíz y el centeno;
no hay lugar más bello que Chiquián.
Ya va amaneciendo...
Mi pecho se llena de pichuichancas;
en Quisipata mamá Eni prende el Sol
en la mente de los niños andinos.
Ya va amaneciendo...
Danza el trigo con el viento,
en Jircan mamá Jeshu espera...
las campanas van llamando a Misa.
Ya va amaneciendo...
Nalo - 15651
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RECUERDOS QUE REVERDECEN
RECUERDOS QUE REVERDECEN
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Escuela 352 de Chiquián.
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Maestros Chiquianos en Huasta
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En los bellos caminos del pasado se perfila la sacrosanta imagen de nuestros MAESTROS DE PRIMARIA. Y si acercamos el oído a la brisa del tiempo, percibimos con claridad meridiana su enseñanza.
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Maestros chiquianos
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Ellos fueron los que descubrieron en nosotros ese destino desafiante que va más allá de la infancia para hacernos seres humanos de provecho. Son los que nos prepararon para la vida y moldearon nuestro carácter, frecuentemente inquieto y lleno de preguntas. Es la misma persona, hombre o mujer, que escogió para nosotros los números primos, los colores del arco iris y los relatos de Paco Yunque, El Perro Leal, Pisana María, El Caballero Carmelo, del Niño Goyito... Son los que nos enseñaron a honrar la Cultura Peruana y a nuestros Símbolos Patrios, izando al tope la Bandera Nacional.
Ellos fueron los que descubrieron en nosotros ese destino desafiante que va más allá de la infancia para hacernos seres humanos de provecho. Son los que nos prepararon para la vida y moldearon nuestro carácter, frecuentemente inquieto y lleno de preguntas. Es la misma persona, hombre o mujer, que escogió para nosotros los números primos, los colores del arco iris y los relatos de Paco Yunque, El Perro Leal, Pisana María, El Caballero Carmelo, del Niño Goyito... Son los que nos enseñaron a honrar la Cultura Peruana y a nuestros Símbolos Patrios, izando al tope la Bandera Nacional.
Escuela 352 de Chiquián.
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Ella
o él, dignos apóstoles del saber, abrieron las ventanas a nuestra
imaginación y nos hablaron de un Perú de ensueño, al que debemos cuidar y
defender con nuestra vida. Son los seres humanos que nos hablaron de
la raza Inca y sus obras en bien de la Humanidad. Ellos dibujaron más
allá de nuestra imaginación los valiosos recursos naturales y las ricas
manifestaciones culturales con que contamos a raudales; y sobre todo,
nos hablaron de DIOS, creador de los ríos, de los grillos, de los
hermosos nevados, de la abeja laboriosa, de los sembríos, del rocío, de
la lluvia, del trueno, del relámpago y los rayos, del Sol y la Luna, de
la luz y la oscuridad, del pasado, del presente y del futuro; siempre
infaltables de enero a diciembre.
Maestros Chiquianos en Huasta
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.Mi
modesto homenaje a los maestros de Abelardo Pardo Lezameta, San Miguel
de Corpanqui, Cajacay, Huasta, Pacllón, La Primavera, Aquia, Colquioc,
Huayllacayán, Huallanca, Canis, Antonio Raymondi, Mangas, Ticllos y
Chiquián; y en sus personas, a todos los hombres y mujeres que
trabajan tras cada campanada con paciencia infinita la arcilla que será
grano de trigo o espiga. Mi admiración por los maestros que hacen de la
educación su actividad vital que trasciende al tiempo, iluminando los
valores y el buen humor para compartir amor.
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Mi
admiración por los maestros que tienen paciencia y carácter, porque su
labor es arte de orfebre, como se hace arte la voz interior del poeta
cuando describe la Creación Divina. No hay mejor forma de aprender que
enseñando. Enseñando, que sus alumnos son la biografía del maestro y
el maestro la radiografía de sus alumnos, como reza un pensamieno
ancestral.
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Mi admiración por los maestros rurales, como mi mamá ERNESTINA YABAR DE CALDERÓN,
quien me enseñó a escribir y a leer en voz alta en Tupucancha. Ella me
reveló el valor de la narrativa y la poética para el alma colectiva; y
hoy, desde el cielo, junto a mis mamitas Jesús, Catita y Victoria,
prenden bengalas a mi paso cuando tengo que sortear duros caminos en la
oscuridad. Ella, gran conocedora de la realidad campesina en las altas
cumbres donde el Estado ni la globanización llegan: de sus limitaciones
materiales, sus creencias, sus hábitos, su trabajo sacrificado, la
visión corta del futuro, pero también de su amor cristalino por la
Naturaleza y su humildad que los acerca más al Creador. Su pequeña
habitación con paredes de frío tapial o su choza de piedra e ichu en los
lugares donde laboró, siempre estaba colmada de alumnos y padres, como
una prolongación del aula. Allí, junto al fogón hermano y sentados al
pie del batán que muele la ignorancia, les enseñaba a ser buenos padres
y buenos hijos; también amar a Jesucristo por sobre todas las cosas y a
vivir en armonía con la Pachamama que nos brinda el sustento diario
sin pedirnos nada.
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Mama
Eni, dulce MAESTRA RURAL: de ti aprendí que para triunfar en la vida
no existe fórmula mágica, solo estudiar con ahínco, disciplina, fe y
dando de sí a los demás. Gracias por haber alimentado mis fantasìas y
sueños con tus relatos de tierra viviente, que hasta hoy se aferran a
mi espíritu, como la raíz se aferra al suelo cuando el viento de los
años sopla fuerte.
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La tierna Martina, mamá Eni y Mirtha en Tupucancha.
.MAMA ENI, 'MAESTRA RURAL'
Bendita amauta de las alturas chiquianas;
madre, hija y amiga prodigiosa
que nos diste sabiduría
y mucho amor.
En las altas cumbres fuiste ejemplo vivo
de sacrificio y perseverancia,
hilvanando de sol a sol
nuestros sueños.
Pampa de Lampas, Pocpa, Ticllos, Llaclla,
Carcas, Canis, Pancal y Quisipata
conservan tus huellas
de amor y paz.
Te veo cabalgando tu caballito pinto
con tus alforjas de ilusiones
y tus cuentos del 'perro leal'
y del 'santo caldito'.
El 24 de setiembre subiste al cielo
dejándonos el corazón entristecido,
más tu bello ejemplo
¡NO MORIRÁ!
Huaraz, 24 OCT 81 - Nalo AB
Bendita amauta de las alturas chiquianas;
madre, hija y amiga prodigiosa
que nos diste sabiduría
y mucho amor.
En las altas cumbres fuiste ejemplo vivo
de sacrificio y perseverancia,
hilvanando de sol a sol
nuestros sueños.
Pampa de Lampas, Pocpa, Ticllos, Llaclla,
Carcas, Canis, Pancal y Quisipata
conservan tus huellas
de amor y paz.
Te veo cabalgando tu caballito pinto
con tus alforjas de ilusiones
y tus cuentos del 'perro leal'
y del 'santo caldito'.
El 24 de setiembre subiste al cielo
dejándonos el corazón entristecido,
más tu bello ejemplo
¡NO MORIRÁ!
Huaraz, 24 OCT 81 - Nalo AB
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Plaza de Armas de Chiquián