LA AMISTAD
Por Juan Rodríguez Jara
Por Juan Rodríguez Jara
Virtud de todos, para todos y se encuentra en los lugares más recónditos de los seres vivientes, en todos los pueblos, en todos los niveles de la sociedad, en los grandes palacios o pequeñas chozas de la Sierra, siempre está en las desgracias, cuando hay dolor o alegrías y festejos, siempre compartiendo y dialogando sin mirar niveles credos ni razas.
¿Pero acaso todos estamos convencidos del verdadero significado de la amistad?
Es fácil decir amigo, es mi amigo, somos amigos, dentro de ello existe muchos tropiezos para llamar verdaderamente amistad.
¿Pero acaso todos estamos convencidos del verdadero significado de la amistad?
Es fácil decir amigo, es mi amigo, somos amigos, dentro de ello existe muchos tropiezos para llamar verdaderamente amistad.
Si hiciéramos un recuento de nuestras amistades desde que tuvimos uso de razón a la fecha, cuántos amigos habremos tenido y cuáles han sobrevivido a las inclemencias del tiempo con su olvido y la distancia.
Por eso la amistad es una de las virtudes más comunes pero la más estropeada o recortada en cada esquina o cada recodo de las ciudades o caminos serranos. La amistad anda en el Universo y donde se le acoge allí queda, porque sabe que lo van regar y proyectar al futuro con la fidelidad, sinceridad, verdad y amor.
La verdadera amistad nunca muere, aún con los que nos antecedieron en el sepulcro se queda nuestra amistad. Los vivos, seguiremos mencionando al afirmar, era mi amigo o es mi amigo para toda una vida.
La profundidad de la amistad ha tocado a todos los corazones, inclusive a Cristo que tuvo amigos y sigue teniendo amigos en el mundo, la amistad traspasa la eternidad y prevalece en el tiempo.
Esta fecha es una oportunidad para reflexionar y recordar quiénes son nuestros amigos y quiénes nos consideran como tales. Un amigo sabe de nuestras alegrías y tristezas, es testigo de nuestra vivencias y nos soporta con entendimiento, con paz y tranquilidad, sin egoísmo, sin jactancias, calladamente, siempre nos espera como amigo. La amistad no busca intereses ni dádivas, es una amistad sincera, franca, eterna, desinteresada, universal y única. En cada despertar de la aurora aplaca nuestras tristezas haciéndonos vivir cada minuto, cada segundo ¡A ESO LLAMO AMISTAD!.
MI AMISTAD
Mi recuerdo es pequeño como el rocío,
si quieres mantenerlo vivo y muy lozano,
no dejes que lastime tu fría indiferencia;
no dejes que el fugaz tiempo en su marcha,
borre las huellas sinceras de mi existencia.
Guárdame siempre bien en tu recuerdo.
Cuando un día a tu puerta toque el olvido,
no permitas que se apodere de tu vida;
esa vida es corta, como del río su brisa,
de la mañana, su silencio y breve sonrisa;
disfrútala al lado de mi amistad sincera,
porque al caer la taciturna tarde callada,
tú me recordarás, en tu afán del olvido
y pensarás en la mano que te di un día,
el instante que te brindé mi amistad.
Mi recuerdo será cual ancho valle,
mi gratitud incontable, como el trigal;
a la distancia, mi amistad permanecerá
luminoso como el sol de Piscobamba,
alegre como la aurora de la cordillera,
por eso, cuidemos nuestra con sinceridad.
Cuando la muerte nos lleve, ella quedará,
rodando como una lágrima por el mundo.
siempre recordaré, que ayer, me regalaste
tu última sonrisa para mi recuerdo.
Mi recuerdo es pequeño como el rocío,
si quieres mantenerlo vivo y muy lozano,
no dejes que lastime tu fría indiferencia;
no dejes que el fugaz tiempo en su marcha,
borre las huellas sinceras de mi existencia.
Guárdame siempre bien en tu recuerdo.
Cuando un día a tu puerta toque el olvido,
no permitas que se apodere de tu vida;
esa vida es corta, como del río su brisa,
de la mañana, su silencio y breve sonrisa;
disfrútala al lado de mi amistad sincera,
porque al caer la taciturna tarde callada,
tú me recordarás, en tu afán del olvido
y pensarás en la mano que te di un día,
el instante que te brindé mi amistad.
Mi recuerdo será cual ancho valle,
mi gratitud incontable, como el trigal;
a la distancia, mi amistad permanecerá
luminoso como el sol de Piscobamba,
alegre como la aurora de la cordillera,
por eso, cuidemos nuestra con sinceridad.
Cuando la muerte nos lleve, ella quedará,
rodando como una lágrima por el mundo.
siempre recordaré, que ayer, me regalaste
tu última sonrisa para mi recuerdo.