COMERÁS EL PAN CON EL SUDOR DE TU FRENTE
Por Juan José Alva Valverde (Pepe)
Por Juan José Alva Valverde (Pepe)
“Comerás el pan con el sudor de tu frente”, castigo a Adán, Eva y a toda su descendencia, en el destierro del paraíso por desobediencia.
En
un escrito anterior relacionado a este tema, dijimos que el trabajo
dignifica, y que es la fuente de todo progreso y bienestar.
Se suele decir “no hay mal que por bien no venga”;
frase que relativamente se cumple. Si Adán, Eva y todos no hubiéramos
sido castigados ¿cómo sería la humanidad?; me imagino a millones de
personas paseando por las campiñas de abundante árboles frutales de
todas las variedades, cogiendo lo que se nos apetezca, o pescando para
prepararnos manjares con los frutos del mar, o cazando para prepararnos
un exquisito arroz con pato, o un carnerito al palo; sin necesidades
que cubrir, sin aspiraciones, metas, objetivos, ¿tendría razón nuestra
existencia?; la lucha diaria con la vida, por la vida; la noble y sana
competencia entre personas de bien, que vivimos cumpliendo las leyes,
con la finalidad de ser mejores cada día, en busca de la ansiada
excelencia, tal vez un imposible de alcanzar, pero al fin intentamos y
eso es lo importante, no nos conformamos con el pretexto de, “así será mi destino”;
luchamos a brazo partido en la actividad que desarrollamos; los que
venimos de abajo, los que hemos experimentado todo tipo de vicisitudes,
los que en algún momento hemos vivido al filo de la desesperación, por
la impotencia de no ser, o de no tener, sabemos y lo tenemos bien
claro, que la única forma de conseguir nuestros objetivos, nuestras
metas; es el trabajo; ¿pero cuál es el objetivo,? ¿cuál la meta que uno
busca?; en mi modesto entender, es la felicidad; me dirán que eso no
existe, que eso es un imposible, es un sueño; bueno pues, es bonito
tener sueños, y mejor aún realizarlos; soñó Cristo con una humanidad
buena; felizmente la mayoría somos buenos, no podemos negar la
existencia de la maldad, de la delincuencia en todas partes del mundo,
pero son la minoría; delincuencia que existe por la pasividad, y
desinterés de los gobernantes; soñó Cristóbal Colón que la tierra era
redonda, y descubrió América; y así por el estilo en la historia de la
humanidad existe grandes soñadores que convirtieron en realidad sus
sueños; entonces nosotros con el derecho que nos asiste desde el
momento de nuestra existencia, tenemos sueños, que gracias a Dios y a
nuestra tenacidad de pensar, de creer y ejecutar, que en casa somos una
mano de seis dedos, que nos mantenemos unidos ante todo, vamos
haciendo realidad lo soñado; todo ello por el amor al trabajo, aquel
que es una bendición de Dios.
Hoy
1 de Mayo, en el que recordamos a los mártires de todos los tiempos y
de todas partes del mundo; desde la masacre en Chicago en Mayo de 1886,
pasando por las luchas por conquistar beneficios laborales, en busca
de horas justas de trabajo, como aquel eslogan de “8 horas para trabajar, 8 horas para estudiar y 8 horas para descansar”;
hasta hoy en que buscamos mejor calidad de vida; quiero hacer llegar
mis saludos y reconocimientos a todos los trabajadores que me regalan su
preciado tiempo leyéndome; un abrazo de reconocimiento a mis ejemplos
de laboriosidad, mi querido tío Faustino Villafuerte Valverde, hombre
que desde muy joven y a brazo partido ha conseguido lo que hoy
disfruta, mis mas sinceros deseos de felicidad a mis estimados primos
Félix Miranda y Juan Miranda Vásquez; un abrazo y reconocimiento a los
amigos, Rolando Suárez, Víctor Tadeo, Eduardo Martin Cerrate, Carlos
Castro, Pablo Díaz (Pacho); a mis amigos obreros de la pluma y de la
investigación, Nalo Alvarado, Filomeno Zubieta y Rosa Trinidad
Carrillo; a mi hermano espiritual Vladimiro Reyes; a mis amigos que
respiran otros aires, Oswaldo Pardo en Venezuela; Hugo Duran Silva y
Armando Zarazú en los "yunaites"; a todos les deseo de todo corazón que
consigan realizar sus sueños, y que sean muy felices.
01 MAY