FIESTAS
PATRIAS
PARA LOS PERUANOS EN EL EXTERIOR
El significado de las fiestas Patrias (28 de Julio), para los peruanos andinos de mi generación, revestía de un carácter ecuménico, en donde las autoridades civiles y educativas, más la población en general, consideraban que el día de la Independencia Nacional, era una efeméride sagrada.
Con la
memoria puesta en aquel 28 de Julio 1821, cuando el General Don José de San
Martín, a la cabeza de su ejército liberador, en la Plaza de Armas de Lima, había
jurado la independencia de Perú, del oprobioso colonialismo español, nuestros educadores,
del colegio 2do Grado de Varones 1341 del distrito de Pararín: César Falcón
Támarca , Manuel Rueda, Florencio López, Florencio Villarreal, Celso Villarreal,
Máximo Valenzuela y Rufino Dolores Neira, para mantener la cima patriótica de
la celebración, nos sometían a extenuantes marchas de ensayos del desfile, en
la plaza de Armas del Distrito, que no eran simples marchas de sincronización
de movimientos, sino, una especie de émulo a los soldados de la libertad, para
mantener el orgullo de ser libres y
pertenecer a una Nación soberana.
El
profesor Rufino Dolores Neira, en su condición de músico, solía encargarse de
la parte artística de la
festividad. Él, nos hacía memorizar las
melodías y los nombres de los héroes como textos luminosos de loas a la Patria.
Con su fervor y sus actos, más que con sus palabras, el Prof. Dolores nos hacía
entender que la luz de la dignidad es
una antorcha alimentada de sueños, de miedos, de tristezas y demasiados
sacrificios. Por eso, los recuerdos deben ser una demostración de gratitud por
los mayores. Nos decía que las celebraciones no debían ser siempre fiestas,
sino, actos festivos por la participación colectiva. Que toda celebración, decía, era como alcanzar la copa de champagne para brindar por actos
grandiosos.
Días previos a la fecha sagrada, y, para que la
celebración de la efeméride tuviera la
resonancia patriótica, las autoridades del Distrito, so pena de multa como castigo,
obligaban a los vecinos a pintar las paredes de sus casas. Les parecía ofensivo celebrar la Fiesta Nacional, con un
pueblo con las fachadas de sus casas desteñidas o descascaradas, rebajando la
conciencia de sus habitantes a la palidez de la indiferencia o ingratitud, que muy fácilmente
se convierte en traición.
El día 27 de Julio, víspera de la fiesta Nacional, las casas en sus techos o balcones, flameaban el bicolor nacional. Por esa fecha, el emblema nacional, era la flor de la fe que cautivaba y exaltaban la Nacionalidad como reconocimiento y respeto por todos los que habían ofrendado sus vidas, para arrojar del Perú la arrogancia de los españoles, que, durante 300 años de barbarie colonialista, habían reinado amparados por la rapiña y el cinismo del invasor, protegidos por cómplices nacionales, convertidos en leyes protectores de la “tradición y buenas costumbres” de los invasores.
En las
ciudades grandes, como la Capital de la República, el fervor nacionalista, más
bien euforia patriotera se fortificaba con el discurso del Presidente de la
Republica, haciendo una especie de alarde
y recuento de sus promesas incumplidas, embellecidas con nuevas promesas que no
cumpliría. El Perú siempre ha sido: Promesas dentífricas de los
dirigentes de turno, y, olvidos cómplices del pueblo, acostumbrado a besar las
manos de sus verdugos y hambreadores. Finalmente, el patrioterismo oficial, se vigoriza con la parada militar del día 29,
recorriendo la Av. Brasil, pretendiendo advertir a la rapacidad de los vecinos,
como Chile, que el Perú está armado para “defender la paz”. Que ya no hacía
falta hacer guerras, pudiendo subastar las riquezas del país, a favor de los
enemigos inmediatos del país, como Chile, que hace dinero en el Perú, con los
recursos del país y con los peruanos como trabajadores mal pagados de sus
empresas ¡en paz! Qué falta hace “la guerra con Chile”? de eso saben mejor los
adlátere de los buitres vecinos: garcía-pérez-fujimori-toledo-ollanta humala y
los peruanos que piensan y actúan como ellos..
Para los
peruanos en el extranjero, el 28 de Julio, más que una coartada para fiestas financiadas por las embajadas (con
dinero del Estado peruano) una vez al año y por un par de horas, ha significado siempre el reencuentro con las
raíces; una renovación necesaria de la
nacionalidad como responsabilidad, traducida en los envíos mensuales de remesas para la familia.
Y, por el significado histórico de la fecha y la
necesidad de mantener la Nacionalidad como Responsabilidad, para los peruanos
en el exterior es necesaria la celebración de la efeméride Nacional, el mismo
día 28, no necesariamente como una
oportunidad de diversión, sino, como una
oportunidad de reflexión. La Independencia del feroz
colonialismo español, no fue un regalo celestial, sino, conquista de pueblos Unidos
y organizados en torno a sus necesidades y la combustión del orgullo para
demostrar al mundo que los peruanos, nunca fuimos esclavos, ni los invasores, dioses invencibles.
En el caso
del Reino de Dinamarca, en donde no existe una representación diplomática
peruana, (la Embajada se cerró en el año 2000, con la renuncia por fax de Fujimori a la
Presidencia de la Republica desde su país de origen Japón). algunos peruanos
con iniciativa, han venido festejando la fiesta nacional, no necesariamente como
exaltación de la Nacionalidad cono
responsabilidad con el país de origen, sino, de acuerdo a las conveniencias e
intereses personales o de grupos.
Felizmente,
este años 2015, la nueva gestión de la Asociación de peruanos en Dinamarca
(Peruvians in Denmark)*, han entendido que los peruanos en el exterior, especialmente
en países sin representaciones diplomáticas, las sociedades civiles
organizadas, pueden mantener la vigencia de las efemérides nacionales, incluso
la representación del país en el país de acogida, en defensa de la colonia
peruana, sin necesidad de mantener una burocracia improductiva y demasiada
costosa para país. La nueva juventud peruana (hijos de peruanos/as de padre/dre
extranjeros) necesita conocer la historia
peruana, sus próceres, sus mártires, sus héroes y heroínas que cimentaron
nuestra nacionalidad, al mismo tiempo, necesitan de una organización de
peruanos mayores, que estén orientados a mostrar el Perú, no como un lugar de
las tragedias, la pobreza y la corrupción campante, sino, un país de la
esperanza a partir de su enorme pasado histórico y cultural..
Y cada año se
necesita despedir las zozobras demagógicas y las frustraciones que infunden los
gobernantes “nacionalista-entreguistas” y renovar la esperanza con alondras
celestes y pariguanas limpiando las matices de las savia nutricias de la nacionalidad, con
nuevas instancias como planes de vibraciones
abultando las mochilas combatientes, y estar con ojo avizor Vallejiano:
“Cuidate, Perú, de tu propio Perú”. Los traidores peruanos, son más
destructivos para el Perú, que los enemigos del país.
Cada 28 de julio,
necesitamos descubrir las vigorosas guirnaldas del frenesí poético del
Nacionalismo, de un nacionalismo con voz de ríos saludando a los lagos del
origen milenario del Perú, tachonados de estrellas culturales y brindis de
cóndores de capullos siderales, y , no un efímero, fariseo y miedoso
nacionalismo de estadios, inflado de
aire chauvinista como burbujas narcisas de jabón de barra o gas de coca cola,
ocultando la mugre de la irresponsabilidad con el País y militancia fanática
con la pelota apátrida de FIFA, “empresario
exitoso”, dueño de las piernas de los futbolistas y de los bolsillos de atolondrados
y “apolíticos patrioteros” que nunca .dicen nada cuando los enemigos se
convierten en dueños del espacio aéreo, las tierras, lagos y mares peruanos.
Cada 28 de Julio necesitamos
penetrar el augurio fluyente de los
sueños, redimir el ritual y la energía amorosa andina de fe en el Perú como
hizo el ejercito Libertador del General José de San Martín y luego de Bolívar y
Sucre en Ayacucho. Toda la desnudez del deseo de “progreso” del país, diseñado por apátridas futboleros,
con pelota ajena y sin fe en el país, no va a ninguna parte, porque no está dirigido
ningún lugar.
Cada 28 de julio, necesitamos juntos, limpiar
de traidores el camino del futuro, dar nuevo giro a la Esperanza, porque la
esperanza del Perú somos los peruanos/as y no las inversiones extranjera que
viven de la carroña nacional, que tiras
o retazos de traición constitucional se llevan la riqueza del país, fuera del
país, dejando la contaminación y la mezquindad, la podredumbre arribista como
castigo a los peruanos por ser peruanos, siendo pobres.
Cada 28 de julio, necesitamos despertar el
volcán de la peruanidad en las venas, frente a la euforia coca cola de oportunismos,
estadios y criolladas con pelotas hinchadas por estómagos que se ajustan para
resaltar el fanatismo como consuelo canalla ante los subastadores del país a
capitales chilenos, políticamente correctos y éticamente basuras . La
nacionalidad como elixir volcando
palpitos de proyectos colectivos, redimiendo la solidaridad, es compromiso, y no simple euforia deportiva.
Cada 28 de
julio, necesitamos entender y aceptar que el futuro es obra de nosotros mismos y
de las acciones de hoy, depende el destino de nuestra patria. No se trata de
“celebrar” la fiesta patria, es necesario entender que el Perù, representa nuestra
familia, nuestros padres, hermanos, la mujer que amamos, los hijos, los amigos,
etc, es decir, nuestra razón para vivir.
Si no se entiende la Nacionalidad como responsabilidad familiar, no nos
diferenciaremos de los animales que se contentan con la comida… “y no sólo de
pan, vive el hombre”. Seamos peruanos, creciendo desde nuestro inmenso pasado
hacia un inmenso futuro.
Felices fiestas patrias a todos los peruanos/as en donde quiera que se encuentren.
¡Viva el Perú, grande y eterno! ¡Causachum hatun shumac llacta, Perú!.
Régulo Villarreal Dolores
Crupo Cultural Los Andes Arte Caminante del Perú en Dinamarca.