Dama bolognesina - 30 de agosto de 2010 (Nalo Alvarado)
MUJER DEL ANDE
María D. Ramos de Bríos
Orgullosa de tu raza
de blanca cabellera,
trenzas de espiga,
de vivos colores vestida,
blondas de encaje,
cintas de arcoíris.
Mujer de mirar triste,
pero de andar ligero,
cual viento airoso vas
entre los velos de neblina
que cubren el camino.
Mujer de frente serena
temple de acero,
trepas las altas cumbres
llevando sobre tu espaldita
el tierno fruto de tus entrañas.
Mujer de las punas frías,
tejedora de nostalgias
en las horas amargas,
bendita mensajera
del Divino Hacedor;
eres como el ichu
que solitario silba,
como el ave canta
junto al caminante
apurando su andar.
Eres madre abnegada,
ilustre viajera en el tiempo
traes en tu alma
las notas de un yaraví:
"Quien pudiera retener tu llanto
calmar tu tristeza y sacar
la congoja de tu corazón”.
Mujer, fuente inagotable
de sacrificio y bondad,
que silenciosa forjas
un mundo nuevo
en la soledad
de la pampa,
hoy quisieras beber
del puquial encantado
para hacer de la
María D. Ramos de Bríos
Orgullosa de tu raza
de blanca cabellera,
trenzas de espiga,
de vivos colores vestida,
blondas de encaje,
cintas de arcoíris.
Mujer de mirar triste,
pero de andar ligero,
cual viento airoso vas
entre los velos de neblina
que cubren el camino.
Mujer de frente serena
temple de acero,
trepas las altas cumbres
llevando sobre tu espaldita
el tierno fruto de tus entrañas.
Mujer de las punas frías,
tejedora de nostalgias
en las horas amargas,
bendita mensajera
del Divino Hacedor;
eres como el ichu
que solitario silba,
como el ave canta
junto al caminante
apurando su andar.
Eres madre abnegada,
ilustre viajera en el tiempo
traes en tu alma
las notas de un yaraví:
"Quien pudiera retener tu llanto
calmar tu tristeza y sacar
la congoja de tu corazón”.
Mujer, fuente inagotable
de sacrificio y bondad,
que silenciosa forjas
un mundo nuevo
en la soledad
de la pampa,
hoy quisieras beber
del puquial encantado
para hacer de la
turbia hiel, cristalina miel,
y que el grito en los cerros
no sea de dolor ni quebranto
sino de gozo y dulce canto.
Así, al despuntar el alba
cantarás una nueva melodía
a Dios y a la vida.
Corpanqui 1965
y que el grito en los cerros
no sea de dolor ni quebranto
sino de gozo y dulce canto.
Así, al despuntar el alba
cantarás una nueva melodía
a Dios y a la vida.
Corpanqui 1965
Damas bolognesinas - 30 de agosto de 2010 (Nalo Alvarado)