Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Nació en Chiquián el 3 de agosto de 1,946. Hijo de don Manuel Lara y doña Sabina Márquez de Lara. Estudió la primaria y secundaria en Chiquián y sus estudios superiores en la universidad nacional “Federico Villarreal” (educación en Física Matemática) y en el Instituto Peruano de Administración de Empresas (IPAE). Está casado con doña Remy Alvarado de Lara.
Para unos, ser emprendedor es aspirar a ser el rey del pollo, del tomate o de la papa; para otros, es apostar por el desarrollo de su tierra, y si es viviendo en ella con su familia, mejor. Tito forma parte de estos últimos, que teniéndolo todo para desarrollarse óptimamente en Lima, retorna a su terruño con toda su experiencia y sus ahorros a luchar contra la adversidad y las limitaciones de todo orden ayudando a construir la infraestructura turística que Bolognesi necesita para convertirse en unos los destinos más preferidos del mundo.
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Desde muy joven se convirtió en un excelente gerente y administrador de cadenas de restaurantes en Lima y en el Cusco. Después hizo empresa en los estamentos: transporte y abarrotes. Hoy, cuando muchas casas solariegas chiquianas se encuentran derruidas por el abandono y el paso del tiempo o cerradas con trancas y siete candados, él hace florecer la propiedad de la familia Lara Márquez, como un remanso de paz y confort para el turista. Basta darse una vuelta por los portales internacionales de la Internet para llenarse de orgullo leyendo los comentarios de aquellos seres humanos que se han alojado en "Los Nogales", jardín florido del barrio de Umpay.




Hoy tiene un duro reto frente a la deglaciación de nuestra blancas cordilleras, porque sabe como dirigente de una institución que promueve el turismo, que esta actividad tiene que realizarse sin deteriorar en lo más mínimo el frágil ecosistema de las altas cumbres y estar siempre vigilante, como siempre es su norte, sobre la permanente evaluación que debe hacerse del impacto ambiental en el Huayhuash y el Tucu Chira (aire, suelos, aguas, pastos, flora y fauna, y salud humana), como consecuencia del accionar minero y otras actividades, como el sobre pastoreo por el incremento del tránsito de animales de carga, utilizados por los arrieros de alta montaña, por ejemplo. Sin lugar a dudas, una ardua tarea para un ser humano con un gran espíritu emprendedor y conocedor a ultranza de que la naturaleza es la materia prima del turismo sostenible, en armonía con el medio cultural y social, y con los valores de la comunidad.
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