Danilo Sánchez Lihón
1. Renombre
universal
Corongo
es una de las veinte provincias que integran el departamento de Ancash,
situada al norte del Perú, en la serranía y entre las más abruptas
montañas. La etimología de su nombre significa: lugar templado que
produce oro. Con casas de paredes de adobe y techos a dos aguas
empalmados de tejas extasiadas, donde los varones visten el poncho
habano acorde con la lluvia y los cerros del contorno y el color de la
tierra. Donde es de todos conocido la belleza de las Pallas de Corongo
vinculadas a la estrella Venus del alba ya que a la hora en que se
perfila en el cielo ese cuerpo celeste salen por la calle grande,
bailando y agitando las mangas coposas de sus vestidos a las cuales
llaman palomas.
De
quienes se cuenta que fueron las embajadoras ante el séquito de Huayna
Cápac, cuyo ejército sitió la ciudad, y a quienes solicitaron una
anexión pacífica de la región al Imperio de los Incas. Al ver la belleza
fulgurante de estas mujeres, los quechuas quedaron gratamente
impresionados e hicieron todas las concesiones que ellas les pedían. De
allí que lucen una ostentosa pechera de oro, cintas multicolores y una
corona detrás de la cabeza en donde resplandecen todas las flores. Sin
embargo, a partir del día jueves 7 de diciembre de este año, 2017, las
Pallas de Corongo resonarán al lado de un patrimonio cultural inmaterial
de esa región que ha alcanzado renombre universal.
2. La
hazaña
Es
el Sistema Tradicional de Jueces de Agua de Corongo, en Áncash, que ha
sido distinguido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad por ser esta tradición cultural un referente fundamental del
manejo ancestral de este recurso esencial para la vida adaptado a los
tiempos presentes y proyectado hacia el futuro y válido para el mundo
moderno.
Esta
decisión ha sido adoptada durante la duodécima reunión del Comité
Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad, realizada en la isla de Jeju, en Corea del
Sur, en donde se tomó esta decisión; lugar hasta donde se trasladó una
delegación peruana conformada por el investigador de la Dirección de
Patrimonio Inmaterial del Ministerio de Cultura, Miguel Ángel Hernández;
el promotor de la Declaratoria y ciudadano de Corongo, Jorge Trevejo; y
los Jueces de Agua de Corongo, Fernando Díaz y José Moreno.
Antes,
en diciembre del año 2013, el Sistema Tradicional de Jueces de Aguas de
Corongo fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, y tiempo
después, en el año 2015, el Ministerio de Cultura presentó el expediente
técnico para lograr esta distinción obtenida recientemente
3. ¿Qué
es?
El
Sistema de Jueces de Agua de Corongo es una estructura organizativa
para gestionar el abastecimiento de agua, proteger la tierra y guardar
la memoria de nuestros antepasados y que forma parte de la tradición
histórica de nuestro pueblo. Se basa en tres principios fundamentales:
la solidaridad, la equidad y el respeto de la naturaleza, teniendo como
objetivo asegurar la provisión hídrica equitativa y sostenible, así como
también garantizar una gestión adecuada de la tierra, a fin de que las
generaciones venideras puedan seguir disfrutando de estos recursos
esenciales para la vida.
Los
Jueces del Agua tienen el rol de liderar la gestión el agua
repartiéndola justicieramente de acuerdo a un padrón que se actualiza
constantemente de acuerdo a la extensión y al cultivo de los campos,
como cuidan el mantenimiento de los canales en faena comunal, y de velar
por la conservación de los suelos mediante el sistema rotativo de
cultivos, así como también tienen a su cargo la organización de diversas
festividades como son: la Pascua de Reyes, los Carnavales, la Semana
Santa, la fiesta de San Pedro, patrón de la ciudad. Es una
manifestación original de manejo del recurso hídrico, del suelo comunal y
de los terrenos de cultivo, basado en la reciprocidad y la equidad y en
el cuidado holístico de los recursos naturales.
4. A la luz
pública
Es
un modelo ancestral de autoridades campesinas que asumen
voluntariamente el cargo, ejerciendo múltiples funciones por el periodo
de un año, modelo de gestión de agua integrado al calendario festivo y
religioso del distrito y provincia de Corongo.
Esta
tradición presenta orígenes prehispánicos, ya que los encargados de
gestionar y distribuir el agua en aquel entonces eran los Yacucamayoc,
escogidos por el curaca de los ayllus en tiempo de los Incas, uno para
la parte de arriba y otro para la parte de abajo, en la clásica dualidad
andina del hanan y el hurin.
Pero
su valor histórico se complementa ya que contiene elementos indígenas
como occidentales que datan de la época de la colonia. Personifican el
invalorable legado de una estructura sociocultural que tiene como eje al
agua y que lo articula de forma armoniosa a la vida cotidiana de la
población, al calendario festivo religioso y a la gestión de los
recursos a lo largo de todo un año calendario, todo lo cual configura la
identidad cultural de esta región vivida con total y plena adhesión de
parte de sus pobladores.
5. Tradición
ancestral
Los
Jueces de Agua de Corongo es una práctica ancestral, milenaria, que se
presenta ahora como una simbiosis y fusión de culturas, porque en todo
se une ahora la evocación de San Pedro Apóstol, el Patrón del pueblo.
Aquí está inmersa ya la religiosidad cristiana, pero vivo también lo
ancestral. Vivo lo milenario. Vivo lo que viene desde el fondo y desde
lejos.
Es
una expresión única porque es un voluntariado eminentemente popular.
Mensaje de fe, de visión y de unción, y que generación tras generación,
siglo tras siglo, se ha ido renovando. Que refuerza nuestro sentido de
identidad, de pertenencia y arraigo, que nos urge a pensar en quiénes
somos, en qué nos parecemos. y en qué deberíamos aprender de la
naturaleza y de la historia. Nos urge a pensar en nuestra relación con
los demás, que va más allá del respeto para recoger de la naturaleza el
sentido de la vida e inspiración para la convivencia con sentido de
justicia y equidad.
Porque
los Jueces de Agua de Corongo es una tradición que se engrana de padres
a hijos a través del paso de las generaciones. Es un desempeño para el
cual se inscriben hasta con 10 años de anticipación. Es puro amor a la
tierra porque es un servicio lleno de sacrificio y por el cual no se
recibe ninguna remuneración. En la actualidad por ejemplo ya están
llenos los cupos hasta el año 2027.
6. A la luz
pública
El
Juez de Agua tiene autoridad, es probo y se le obedece. Tiene un
aparato de gobierno constituidos por sus “campos”, empezando por el
“campo mayor”. Para asumir este desempeño hay que tener liderazgo y ser
íntegros y valerosos, porque es una actividad muy esforzada, pues supone
echarse sobre los hombros casi todos los problemas de la comunidad,
donde lo que más cuenta es el equilibrio y la ecuanimidad.
Es
respetar para ser respetado. Es cumplir casi todos los cánones,
principios, reglas, a fin de tener autoridad y hacer cumplir a los demás
los propios. Es someterse a la luz pública.
Son
autoridades auténticas, legítimas y llenas de majestad. Para ello
tienen que conocer la historia de la comunidad y de cada familia, de
cada palmo de tierra, como saber del comportamiento de la naturaleza.
Ser Juez de Agua es un inmenso honor. De allí que se guarde
puntillosamente la memoria colectiva de quienes lo han sido año tras
año. Tienen todo el mando, pero para ser justos, nunca arbitrarios,
donde todo se basa en la respetabilidad del personaje y en la probidad
de su conducta.
7. La vara
de mando
Es
un ejemplo de cómo ser autoridades, completamente transparentes,
ecuánimes y venerables; que para posesionarse como tal no tiene por qué
separarse de su comunidad formando una élite o un grupo de poder, con
privilegios y prebendas, sino todo lo contrario: más se mimetiza con la
gente y más se sacrifica por ellos para servirlos mejor y con eficacia.
En ellos cuenta, y es una palabra que siempre se repite, el cariño.
Es
la sabiduría andina basada en la autoridad embestida de legitimidad, en
personas de una trayectoria moral intachable, que han sido ungidas por
su comunidad. Por eso ostenta en todo momento el tupayauri, o la vara de
mando incaica o la voluntad de San Pedro, como ellos lo quieren llamar
ahora.
El
Juez de Agua asume su función el 1 de enero de cada año. Tienen el
compromiso de repartir el agua, de inspeccionar el regadío, ver que se
riegue bien, y que el agua no se desperdicie. Y que, por
tratarse del agua, es una práctica andina que, en los tiempos actuales
en que la conservación de estos recursos vitales constituye un gran tema
en la agenda nacional y mundial, adquiere valor y relevancia suprema
como ejemplo de organización social y buen manejo de los recursos
naturales.
8. Horada
el alma
Pero
lo curioso es que el rol de los Jueces de Agua se da asociado al
espíritu de fiesta, es decir al de homenajear la vida, y de celebración
en comunión con la naturaleza. Pero también a otro componente importante
y que es un sustrato fundamental del mundo andino: y cuál es el sentido
religioso de la existencia, en dónde encontramos los otros componentes
del alma y el espíritu andino: el espíritu de fiesta y el sentido de lo
sagrado.
En
donde todo es ritual, ceremonial y hierático, donde todo se realiza con
misticismo y sentido trascendente, en donde a los usuarios del agua se
los llama republicanos.
Por
eso la nuestra es una cultura sublime. Porque sobre el fundamento del
agua se erige el espíritu de fiesta, de celebración sagrada y de
religiosidad que horada el alma. Así como el de la justicia, el de la
autoridad y el de la organización. Qué pueblo para hondo, profundo y
entrañable, porque son los Jueces de Agua los que celebran la Semana
Santa y la Fiesta de San Pedro, y todas las otras donde hay un
componente de espiritualidad.
9. El cielo
y las estrellas
¿No
es maravilla? Donde el centro y el eje de todo este acontecer es la
veneración del agua. como sustento de vida. El agua que ha generado en
otras regiones del mundo tantas disputas y discordias, y hasta guerras
cruentas y fratricidas.
Aquí
recibe toda nuestra adoración. Hacia ella se inclina el alma humana. Y
se la trata con música de manera festiva, alegre y cordial, porque el
agua es más que vida.
Y
con música se recorren las acequias como si fueran nuestras venas y
arterias abiertas, como un ser humano que necesita salud donde corre el
agua que también vida. Un elemento que es abstracción y es poesía, pero
tremendamente vital, clave y origen de la vida.
El
agua candorosa, inocente y núbil. Porque el agua es candorosa, es
solidaria y es generosa, que se brinda a todos sin distingos.
El agua que es horizontal, llana y dúctil. Que es cristalina y transparente, donde se reflejan el cielo y las estrellas.
Y que en unión con la tierra hace brotar la semilla y de ellas las
mieses y las plantas que se convierte en frutos que se mecen copiosos en
las ramas y que sirven para sustentar la vida sobre la tierra.