Julio César Pozo, Anusia y Marca - Fotos: marcanoticias.blogspot.com
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JULIO CÉSAR POZO CUEVA:
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UN MARQUINO A CARTA CABAL
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Rodrigo Sergio Solórzano Espinoza
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En la década del setenta, conocí personalmente a Don Julio César Pozo Cueva, él era profesor del Centro Superior donde yo estudiaba Educación, no me dictó ninguna asignatura, pero tuvimos una relación amistosa. Se había enterado por un colega suyo, que me enseñaba Literatura, de mi afición y dotes literarias, incluso recibí felicitaciones y palabras de aliento al haber ganado un concurso de poesía.
Tengo un grato recuerdo de él. En ocasión del Día de la Madre, escenificamos un drama, en el que un hijo, por el amor a una mujer entrega el corazón de su madre, como prueba de su amor; el profesor Ulises Santé me había encargado tener el papel protagónico; según el comentario del profesor Julio César Pozo, mi actuación había tenido un dramático realismo.
Su gran cariño por nuestra querida tierra, no fue fruto de la casualidad; fue resultado de su espíritu institucionalista, como Presidente del Centro Cultural Marca y como Presidente de la Comisión Pro Centenario del Distrito de Marca. Si aún estuviera entre nosotros estaría velando por el buen accionar y la pureza moral de nuestras instituciones. Y creo que no ocultaría un sincero sonrojo, si viera el afán personalista y la actitud sectaria de algunos paisanos nuestros, que se han alejado de los objetivos nobles que preconizaban.
Este 23 de Agosto cumplirá un año más de su desaparición física, y como un homenaje póstumo, a su esencia de marquino cabal y gran sembrador de valores y nobles ideales, quiero compartir con los paisanos y amigos de buena fe, sus mensajes, que tienen un profundo contenido, y en las que nos encomienda las tareas que no podemos ni debemos eludir. Dirigido en especial a la juventud, real esperanza de un futuro mejor.
Cuando habla de la patria chica, del terruño añorado, de la querencia inolvidable; siembra esta hermosa declaración de compromiso y la actitud militante de un marquino:
“Esta obra de adelanto deberá ser para el terruño, como fruto del recuerdo amoroso, de la insoslayable gratitud, porque el marquinismo está en el corazón, en la inteligencia y en los brazos de cada marquino.”
Cuando llama a la reflexión a los profesionales marquinos; cuyo llamado hoy, es aún más vigente que nunca y eleva como un grito de auxilio, ante la actitud indiferente de algunos:
“Porque el marquino profesional, más capacitado, tendrá más recursos y bienes que ofrendar a su tierra, para levantar otra vez, a ese pueblo inolvidable, desde sus cenizas hasta las alturas más elevadas. Y si no fuera así ¿Para qué los estudios, para qué los esfuerzos, para qué la tesis, para qué los cartones...?”
Y una lección de vida que testimonia su grandeza como maestro, como político, como ser humano, con estas hermosas y profundas frases; cuyo ejemplo debemos seguir:
“No he sentido la embriaguez de los aplausos, aunque he tenido un coro de espíritus comprensivos y corazones entusiastas a mi alrededor. Mi modestia se ha mantenido serena. No he tenido miedo a las críticas insanas, porque la luna sigue siempre su curso y la caravana avanza imperturbable.”
Luego de la reedición de su novela “ANUSIA”, después de muchos años de su primera publicación, deseo con mis humildes versos, testimoniar mi reconocimiento al que me alentó en momentos difíciles de mi vida, y me brindó los consejos más sanos, lo que me compromete a seguir su ejemplo y el legado invalorable que nos ha dejado.
Imagen: elmarquino.blogspot.com
NOSTALGIAS NATIVAS
Tantos años sin verte, tierra querida;
hoy que mis pasos recorren tus calles,
mi tierna infancia se dibuja en mi mente.
La dulce sonrisa de mi querida madre,
y el gesto serio de mi ejemplar padre,
vuelven a acariciar mis dulces recuerdos.
Está ahí, igual que antes, mi escuelita;
con sus paredes blancas y su techo de tejas,
donde aprendí mis primeras letras,
donde una recta maestra forjó mi espíritu,
y el mejor amigo me enseñó, a ser solidario.
Igual está la capilla y en el altar el patrón,
donde seguimos orando con devoción;
el alto campanario y la antigua campana,
siguen llamando a los fieles con sus tañidos
y continuará doblando lenta y tristemente
anunciando la muerte de algún paisano.
Hoy, me he detenido bajo el sol mañanero;
que inunda de luz y calor la verde campiña;
la manada de reses avanza entre mugidos,
tras ella una joven pastora con ágiles pasos;
y más atrás un chusco perro, celoso guardián;
cierra el tropel que se encamina hacia los cerros.
El paisaje se agita entre las empedradas calles,
trajina el peón lampa al hombro, rumbo al campo;
donde el verde maizal espera la lluvia bendita;
raudo jinete cabalga hacia las alturas,
donde apacientan bravas reses y blancas ovejas.
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Cruzan la plaza, cual bandada de palomas;
alegres escolares rumbo a las aulas;
suena la última campanada y corren presurosos;
al cerrarse la puerta un coro sonoro entona el Himno,
y vuela por los aires el patriótico... Somos libres...
Una nostalgia inmensa invade mi espíritu,
y lágrimas inevitables rubrican mi añoranza;
sólo recuerdos quedan de mi infancia y juventud,
del primer amor el recuerdo de un inocente beso;
y una promesa nace en mi corazón, tierra querida;
nunca olvidarte...ni con el tiempo ni la distancia.
DEL ESCRITOR JULIO CÉSAR POZO CUEVA
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29 ENE 2009
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(Fotografías: Nalo Alvarado Balarezo)