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CHACUITA
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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Hace unos días, sentado en una piedra, busqué nuestras huellas en los desfiladeros de Shapash y sólo vi chacareros trepando la senda que conduce a Ninán. Después de una hora de contemplación bajé los párpados y empecé a soñar:
"Me vi caminando por Yucyushtana bajo un coro de pichuichancas. A mi paso por el cementerio dos huinchus hacían piruetas sobre una pirca. Desde la gruta de la Virgencita hasta Tulpajapana sentí el perfume de la hierba santa. Mañanita de agosto, voz de campo que arrulló mis oídos juveniles... Pasaron y repasaron por mi mente imágenes de personas dulces como el pan de madrugada, con aroma a trigo floreciendo de un horno de barro".
De pronto el silbido de un jornalero hizo que abriera los ojos, y vinieron a mi mente muchas noches de luna clara, aquellas que humedecieron el kikuyo con la fragancia de tus trenzas primaverales.
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Tranca, 3 de setiembre de 1,975
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