UNA HERIDA LLAMADA HAITI
Por: Efraín Vásquez Veramendi
Cómo duele esta herida…
abierta en el corazón de la conciencia
sangrante hasta el color de la indolencia
aguda como el dardo del desprecio.
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Ayer, su gente consumía pobreza
muy lejos aún de la esperanza viva
ausente hasta el confín la mano amiga
perdido el calor de la piel humana
el flaco flanco de su lado impío
jamás sació su desmedida ansia
jamás llenó su grueso intestino
no hubo maná, ni pan divino.
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¿Merecedores eran de este castigo?
por su desesperanza y su ahogado grito
por su matiz de piel o su labio henchido
desde el averno vino el designio…
pero así fue y los ojos del mundo
lloran conmigo este cataclismo
recién ahora se enteran que existes
con golpes de pecho llenos de cinismo.
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Haití, eres un esclavo moribundo
muy lejos del credo muy cerca del cielo
no temas te pido desde mi dolido pecho
estoy a tu lado, yo sollozo contigo
abrigaré pronto tu desamparo eterno
me sacaré la dermis para menguar tu frío
me morderé la lengua para que mi bocado
sea también tuyo desde el génesis nuevo.
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No estás solo desamparado pueblo
la furia omnipotente de la Madre Tierra
nos ha heredado tu descendencia
nos ha despertado del soez letargo
más temprano que tarde, hermano
tu gesto de sangre sonreirá de nuevo
guiando certero al bebé venidero
junto a tus playas regando el estero.
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Cómo duele esta herida…
abierta en el corazón de la conciencia.
Lima / PERÚ - ENE 2010