Comprobamos que era verdad. La primera vez que participamos en el juego de La Huija todos éramos incrédulos hasta terminado el jueguito. Cuto, Tito y yo con nuestras respectivas esposas, reunidos alrededor de una mesa de madera como eran las indicaciones, empezamos los movimientos de la copa entre risas y comentarios sarcásticos.
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Muchas historia siniestras y sorprendentes se habían tejido sobre La Huija. Nosotros deseábamos comprobar si el asunto era pura charlatanería o algo cierto. Esa noche salimos de dudas y sus predicciones se proyectaron hacia muchos años en el pasado. Y lo comprobamos todos.
La reunión empezó conmigo como "medium". Al principio lo tomé como toda una payasada pero de pronto todos sentimos que algo especial nos invadía. Era un sentimiento de no estar solos. Como si a nuestro lado alguien nos mirara. De pronto noté que mis movimientos, con la copa, no respondían a mi voluntad. Y vino la primera pregunta : "¿ Hay alguien más aquí que nosotros seis? "... Silencio absoluto. Nuevamente se repitió la pregunta. Como si mi mano estuviera siendo empujada por alguna extraña energía llevé la copa hacia el SI. Asombrado, el grupo, siguieron las preguntas. Habíamos contactado con un espíritu, según parecía.
Dentro del grupo había interés por hacer ciertas preguntas. Por ejemplo, mi esposa quien estaba encinta, quería saber qué sería el bebé niño o niña. En esa época -hace más de 35 años- no existía forma de predecirlo. Y el espíritu contestó que sería una niña. Y así ocurriría meses después.
Para comprobar la "veracidad" del espíritu, la esposa de Tito preguntó : "Cuántos hermanos tiene Cuto" (sabiendo de antemano que solo tenía una hermana). El espíritu contestó que tres. Asombro y algunas sonrisas. Cuto estaba pálido y preguntó dónde está ahora. El alma respondió : en El Rosedal. Nuevamente palideció y un sudor frío recorrió su rostro. Ante nuestra sorpresa nuestro amigo confesó que tuvo un hermano que murió en El Rosedal.
Ahora si que la cosa se puso color de hormiga. Nadie lo volvió a tomar en broma. Y Cuto para ver si era verdad le preguntó al espîritu : "Cómo se llamaba mi hermano". He aquí que hubo que detener el juego. El espíritu llevó la mano del "medium" mostrando -letra por letra- el nombre de Xavier. "Así se llamaba mi hermano e incluso se escribía con "X", añadió nuestro sorprendido amigo.
Luego se hicieron otras preguntas sin mayor significación, pero aquello ya nos había demostrado que no se trataba de un juego simple. Algo sobrenatural se manifestó aquella noche.
Para mí no era novedad. Meses antes, después del fallecimiento de mi hermano Michael, habíamos realizado similar juego en mi casa en Los Órganos y la pregunta que hizo mi hermano sobreviviente al "espíritu" fue : "Qué pasó la última vez que ví a mi hermano". La Huija, vía "medium" fue de respuesta concreta : "Te despediste y le diste un beso en la frente". Casi se desmayó mi hermano porque eso fue lo que hizo realmente.
Esas fueron las dos únicas experiencias del juego y nunca más se han repetido. En verdad no es algo gracioso e infunde algo de temor.
Fuente:
TIEMPO NUEVO
Addhemar Sierralta
Año 2 No. 54
Miami, 11 ENE 2010.