viernes, 29 de marzo de 2019

TRABAJO EJEMPLAR DE ALUMNOS DE PRIMARIA: PISCOBAMBA - POR JUAN RODRÍGUEZ JARA



TRABAJO EJEMPLAR DE ALUMNOS DE PRIMARIA: PISCOBAMBA
 En Piscobamba ahora capital de la provincia Mariscal Luzuriaga, el sol andino bañaba a la pareja de madrugadores cóndores del Yanamayo que registraban la zona; la escuela de varones 304 y de mujeres 309 habían tocado sus campanas colgadas en sus puertas de entradas, era el primer día útil de abril para dar inicio a las clases académicas de 1946; los profesores, elegantes, de terno, algunos padres con sus hijos temblorosos que llegaban por vez primera, mamás que echaban canchitas o pancitos a los bolsillos o “Mochilas taleguitas”. El profesor designado por el director Miguel Jiménez, en la escuela de varones hacia formar a los alumnos, igual tarea en la de mujeres con su directora Cecilia Cirilo; ya formados se realiza una ceremonia, iniciándose con el entonamiento del Himno Nacional, al término ¡Viva el Perú! Anuncian que el señor Director va hablar, en efecto se coloca al frente del “batallón” de alumnos y padres de familia: “A todos bienvenidos – este año será especial para todos principalmente para los alumnos – el Ministerio ha dispuesto que todos los caminos sean medidos y colocados los kilometrajes en lugares visibles, tarea por los alumnos – Ya se les avisará cuándo y cómo van a hacer, cada profesor debe ir planificando, espero que al fin de año todos hayan aprobado sus cursos y pasen al año superior inmediato, a estudiar y trabajar”
 Todos pasaron a los salones, a un grupo de cuatro alumnos de transición lo llevaron a la dirección y escucharon que pasarían al primer año, ya no estarían en transición “B”, criterios no sabían, tendrían de profesor al maestro Julio Villanueva Delgado, recién había llegado de la Escuela Normal de Tingua, donde seguía estudios de actualización durante las vacaciones y traía todos los adelantos para sus alumnos. El maestro Julio era muy dinámico y previsor, hecha sus recomendaciones académicas, organizó y designó los responsables para la famosa medición de los caminos, ellos usarán metro o huincha, sogas delgadas, pintura, una barreta chica para excavar y colocar la piedra plana de la numeración, también responsables de ubicar piedra plana, comisión de auxilio a los alumnos que se cansen o se accidenten, grupo especial del marcado o señalización.
El día señalado los alumnos deberán llevar su “fiambre” (ahora refrigerio), los trabajos simples serian encomendados a los más chicos o menores y para otras los mayores o más grandes, estando en la sección los alumnos Félix Alomía, Rolando Barrón Aráoz, Armando Cisneros Escudero, los hermanos Efraín y Humberto Chiriboga, Elmer Neyra Valverde, Jorge Alberto Reynaldo Vidal, Juan Rodríguez Jara, Rolando Villanueva Sotomayor, Miguel Villanueva Oliveros, Demetrio Crispín, Jorge y Abelardo Reinaldo, Muti Abraham entre otros, los más menores serían excluidos, en este caso irían los mayores de 9 años
Los días pasaron, luego prepararse con los ensayos para celebrar el día de la madre, mínimo con una velada organizado por los profesores de ambos colegios con intervención activa de alumnos, principalmente la sección del maestro Julio (primer grado), a la vez era mes de María, con sus pasaremos panes y chocolates. Para el día de la madre se preparaba un tabladillo para la actuación musical, en la plaza de armas, frontis del Centro Escolar de Varones No. 304, donde concurrían las madres y el público en general, los alumnos en formación portando una rosa o clavel rojo quienes tienen la madre viva y blancas los huérfanos
Una vez concluido el acto, se brindaba a los concurrentes un vasito de infusión o ponche, a la vez invitaba asistir a la velada literario musical a realizarse en la noche a media cuadra de la plaza de armas, el costo sería módico. La recaudación sería íntegramente para el pago de la puerta principal de la iglesia matriz que se venía construyendo. Una vez terminada la función pública en la plaza, se trasladaba el escenario al lugar de la velada consistente en maderas, sogas, colchas, telones, etc, para armar el escenario para la velada, donde algunos alumnos preparaban los famosos ponches ¿Saben quiénes eran esos alumnos?
 La tarea principal había llegado, el viernes de la segunda semana de junio, el maestro Julio les comunicó a sus alumnos que el día lunes que viene, todos los salones saldrían a medir la distancia desde la plaza de armas de Piscobamba a los pueblos vecinos: Musga, Llumpa, Sisco, Casca, quedando pendiente a Platilla-Pumpa por Alto Perú, Huáncash, Amañico, etc.
 Lunes a las ocho de la mañana, los alumnos sin cuadernos, con ropa de trabajo diario, con sus sogas parecían vaqueros, llevando tarros de pintura, fiambres en ponchos enrollados, taleguitas, etc, otros los más grandes con su barretilla, combita, todos con sombrero de lana o paño según su procedencia, habían dos con gorritas que dejaban descubiertas las orejas, nuestro maestro de aula con botín, con sombrero de paño a la pedrada, un cartapacio con tres lapiceros y papel rayado para los apuntes; pasó lista de los emprendedores que señalarían los caminos para los viajeros y saber que distancia nos separaban de cada lugar, con esta actividad estudiarían en el campo y prácticamente la matemática como es la suma, multiplicación y resta, Juan Rodríguez había mandado preparar con su vecino Pashco Caldas en Tullubamba, una soguilla de cincuenta metros, con nudos en cada diez metros para facilitar la medición, otros trajeron soga señalado cada metro con hilo de colores, la pintura de fábrica no se conocía, habían recogido tierra negra de Yana-allpa, algunos trajeron cochinilla, unos molieron carbón, todos cumplieron en traer sus herramientas de trabajo, no faltó nadie de la lista, excepto los menores que no irían aunque ellos quisieran, estaban reservados.
 Los expedicionarios después de la advertencia general, cada uno con sus maestros de aula tomaron posesión e iniciaron la medida del camino, de la ruta, del sendero que nos guía, por donde han viajado miles de vivientes, caballos y burros, cuantos arrieros han engalanado sus travesías. Los caminos serian recorridos por los grandes “expertos” en la medición, así fue, cada uno expone su propia manera de medir, lo que iban al distrito de Llama, iniciaron con la soguilla de 50 metros iniciando de la base del centenario eucalipto; los encargados de anotar verificaban cada hito, cada cordel; deben evitar los accidentes ocasionales, de metro en metro los grupos iban desapareciendo ante el comentario preocupado de los padres.
 El avance era notorio, pasando por Ayapauman donde don Tobías Asencios desea suerte, llegan a Rayu rumi, Andaymayo pasando por las puertas de la vivienda de don Lorenzo Pastor, luego Qarashjirca y aquí llegaron a los mil metros y colocaron una laja retirada de un cerco, los pintores estamparon en negro “K.1”, festejando el primer kilómetro.
Continúan jalando la soguilla por Huarín donde estaba la residencia de la familia Rodríguez Caldas, más allá de don Ignacio Caldas, doña Margarita Caldas-Moisés Cárdenas , luego de don Félix Ocaña un arriero de renombre, allí su esposa e hijos invitan a los “matemáticos” chicha de jora para la sed, seguían midiendo pasan por las propiedades de don Sabino Ramírez y Nazario Ocaña, llegando a la cumbre donde estaba la casa de don Germán Cárdenas, allí descansaron y la familia invitó papita sancochada con yuyo a los emprendedores. Siguieron midiendo ya de bajada llegan a Tapial donde existía unas paredes gruesas, restos de la vivienda que había sido de doña Hipola Rodríguez dejada en herencia por su padre don Andrés Borja Rodríguez, abuelo de Juan Bautista y Manuel Espíritu Rodríguez. Aquí la suma de los metrajes completaba otros mil metros, colocando en una piedra empotrada en el camino “K2”.
Siguieron con las mediciones hasta llegar al riachuelo de Gallo Rajqra donde fueron recibidos por hermanos menores y madre de uno de los expedicionarios: Juan Rodríguez Jara, ofrecieron mate de cedrón y semitas a cada uno, continuaban la medición observando a lo lejos las viviendas de Antenor Cárdenas, Telmo Carbajal, Isabel Durand, familia Matos y Gregorio Ocaña.
 Llegaron a la puerta de la vivienda de doña Antonia Caldas del Río casada con Concepción Jara, enterada con anterioridad ofrecieron un pequeño almuerzo en el patio de su residencia, no antes haber concluido con el “K3” a unos metros pasando la casa. Se continúa la medición, llegando a la altura de la vivienda de don Venancio Castillo que arengó a los presentes diciendo: Es un ejemplo para la comunidad que alumnos de pequeñas edades están midiendo el camino bajo la conducción de un gran maestro como es Julio Villanueva, sé que volverán rápido, aquí mismo estaré esperándoles con un lonchecito – suerte buenos y futuros grandes ciudadanos de Piscobamba”.
Cruzaron el puente sobre el río Collota, siempre llevando la suma de los metros de la medición, llegando a una pampa llena de champas verdes, algunos arbustos de chilca, tayas, chinchos, muñas y garamates, allí nuestra medición marcaba “K.4”, marcamos en una gran piedra blanca que fue seguramente testigo de muchos hechos ancestrales. A la sombra nos hizo sentar nuestro maestro Julio y dictó una clase de geografía, historia y matemática. Refirió: “Queridos alumnos, hemos completado la medición de cuatro mil metros lineales, aprendiendo el uso de la matemática, sumando cantidades, marcando los kilómetros, nos falta poco, sin embargo debo decirles que hemos conocido personalmente nuestras plantas medicinales, sembríos y las familias que habitan en esta zona, ahora están sentados ustedes en un gran campo de batalla donde los Pishgopampas, resistieron al ejercito de los incas al mando de Cápac Yupanqui, aquí murieron muchos antepasados nuestros, aquí resistieron hasta morir por eso se llama Matara. Allá puede apreciarse los cerros Huáncash, Amañico. Asjuaq y vamos llegar a la altura de Incawaganan que es nuestra meta, también hemos pasado por el río Collota que nace en la laguna de Platilla, sus aguas mueven muchos molinos en todo su recorrido y riegan las tierras de Huayubamba, Socosbamba, Vizcacha para desembocar finalmente al río Pacosbamba, Maranón y Amazonas. Ya en el salón de clases comentaremos otros conocimientos adquiridos” El maestro dispuso que tenían media hora para almorzar los fiambres que llevaban, haciendo una sola mesa, siempre invitando al maestro de cada fiambre basado en panes, cancha, jamón, queso, charqui, choclo, shinty, y agua orégano.
Ya reagrupados continua la marcha, volteando la loma que une Incawaganan con Matara, a unas cuantas cordeladas llegan a completar el “K-5” donde se encontró una inmensa piedra negra sobre el camino; pero para pintar era el problema, sin embargo uno de los alumnos dijo que más allacito había una veta de yeso, fueron y trajeron con poca agua, con eso se marcó ¡Tarea cumplida!, de allí continuarían las escuelas del distrito de Llama.
Nuestro maestro contento felicito a todos por el comportamiento y el trabajo dedicado de todos, advirtiendo que las cosas inservibles o desechos dejen en un hueco tapado para no contaminar. Se organizó el retorno a casa ya eran las tres de la tarde y había que acelerar y así fue. Todos por el camino que habían medido retornaron airosos, llevando para la casa flores, piedritas raras, bastones, etc., eran las cinco y media de la tarde cuando llegaron a la plaza de Piscobamba y al frontis del Centro Escolar de Varones Nro. 304, también llegaban de las otras agrupaciones y el Director del colegio felicito a todos por haber cumplido tarea encomendada por el Ministerio sin mayores contratiempos ni accidentes, agradeció también a los padres de familia presentes que autorizaron a sus hijo para poder intervenir en esta acción cívica.
Así fue amigos míos, ha existido generaciones que desde niño hicieron patria para su pueblo, trabajaron para su pueblo sin egoísmos ni personalismos haciendo historia por eso estas líneas para los piscobambinos que no sabían , con este artículo no se busca protagonismos baratos, edificar héroes falsos o robar trabajos ajenos en provecho propio. Los actuales piscobambinos deben conocer lo que hicieron este puñado de estudiantes de corta edad, fueron forjadores de una identidad clara y duradera, estos alumnos con sus profesores trabajaron en veladas, festivales, rifas para entregar una cantidad de adobes para la pared de la iglesia que cayera, pagaron el precio de la puerta de la nueva Iglesia a nombre del Centro Escolar de varones Nro. 304, amén de que compraron un tijeral para el techo, ya adolescentes estudiando en Pomabamba, fundaron el Círculo Estudiantil Piscobambino, haciendo actividades, para entregar cinco bancas para nuestra iglesia Matriz de Piscobamba.
Motivados por los educadores, con principio del deber alumnos de 8 y 9 años hicieron jornada inolvidable. Por eso es necesario conocer nuestras historias para saber quiénes somos y quiénes fuimos ayer.
Juan Rodríguez Jara.
Diciembre 1952.



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