Huaraz
LOS MÚSICOS REVOLUCIONARIOS DE HUARAZ .
Por José Antonio Salazar Mejía
José Carlos y Federico fueron grandes amigos. Se conocieron en la Lima de los años 20 y compartieron inquietudes socialistas. Federico Sal y Rosas era un hombre de acción, en 1921 fundó en Huaraz el "Centro Cultural Luzuriaga" donde se debatía sobre política, principalmente se trataba el problema del indio.
Estudió medicina en Lima pero volvía siempre a Huaraz y aquí agitaba a los jóvenes con sus ideas revolucionarias. Recién se han encontrado documentos que prueban la participación de Sal y Rosas en la primera revuelta socialista realizada en Huaraz en el año 1925. Perseguido por estos hechos, volvía clandestinamente a su tierra a formar círculos de estudio entre artesanos, líderes campesinos y estudiantes. Para disimular la actividad y evitar que los detecte la policía secreta -así se llamaba en esos tiempos a Seguridad del Estado-, disfrazaban las reuniones con ensayos musicales.
Don Ezequiel Mejía, fundador del conjunto "Atusparia", fue testigo de esta actividad impulsada por Sal y Rosas. "Gracias a Sal y Rosas todos salimos músicos", decía.
Fue a la muerte de Mariátegui en 1930 que el movimiento socialista pierde impulso en nuestra tierra. Federico Sal y Rosas jamás abdicó de sus ideas de cambio social. Por ello dedicó sus estudios a los desposeídos, especializándose en la salud y la cultura de los "indios", convirtiéndose así en el primer etnólogo peruano.
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Un
día como hoy, en 1999, en la revista de neurosiquiatría, el hijo de
José Carlos Mariátegui, Javier Mariátegui Chiappe, publica el artículo:
"Federico Sal y Rosas, sembanza y vigencia".
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Javier, el hijo menor de Mariátegui,
fue un destacado psiquiatria.
Esta
nota revisa la vida y la obra del huaracino Federico Sal y Rosas,
psiquiatra representativo de la especialidad en el Perú contemporáneo.
Tras una breve semblanza biográfica, se enfatiza su vocación esencial de
educador e investigador del mundo andino y se revisa algunos aspectos
de su vasta producción escrita. Análisis especial merece su poco
conocido aporte al estudio del aborigen cisandino y la labor pionera en
el campo de la asistencia psiquiátrica, los tratamientos biológicos
(cardiazol, insulina) y la naciente psicofarmacología. La epilepsia y
desórdenes afines merecieron especial atención del investigador peruano,
que fue reconocido a nivel internacional (OMS). El síndrome
antropopático del "susto" es quizá su más importante contribución al
estudio de los cuadros psiquiátricos nativos. Las consecuencias
psicoemocionales de los grandes sismos y las prácticas curanderiles
supérstites en la región andina del país completan la visión sintética
de sus investigaciones originales.
Dos cosas debemos señalar sobre Mariátegui y Sal y Rosas:
Dos cosas debemos señalar sobre Mariátegui y Sal y Rosas:
José Carlos y Federico fueron grandes amigos. Se conocieron en la Lima de los años 20 y compartieron inquietudes socialistas. Federico Sal y Rosas era un hombre de acción, en 1921 fundó en Huaraz el "Centro Cultural Luzuriaga" donde se debatía sobre política, principalmente se trataba el problema del indio.
Estudió medicina en Lima pero volvía siempre a Huaraz y aquí agitaba a los jóvenes con sus ideas revolucionarias. Recién se han encontrado documentos que prueban la participación de Sal y Rosas en la primera revuelta socialista realizada en Huaraz en el año 1925. Perseguido por estos hechos, volvía clandestinamente a su tierra a formar círculos de estudio entre artesanos, líderes campesinos y estudiantes. Para disimular la actividad y evitar que los detecte la policía secreta -así se llamaba en esos tiempos a Seguridad del Estado-, disfrazaban las reuniones con ensayos musicales.
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Sal y Rosas, Mariátegui y César Falcón
Don Ezequiel Mejía, fundador del conjunto "Atusparia", fue testigo de esta actividad impulsada por Sal y Rosas. "Gracias a Sal y Rosas todos salimos músicos", decía.
Fue a la muerte de Mariátegui en 1930 que el movimiento socialista pierde impulso en nuestra tierra. Federico Sal y Rosas jamás abdicó de sus ideas de cambio social. Por ello dedicó sus estudios a los desposeídos, especializándose en la salud y la cultura de los "indios", convirtiéndose así en el primer etnólogo peruano.
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Finalmente, creemos que se debe reeditar su estudio sobre las consecuencias psicológicas de los grandes sismos en la gente. Sal y Rosas señalaba que éstas serían a largo plazo, y se sentirían recién después de 30 o 40 años, estamos en ese margen.
Federico Sal y Rosas falleció en Lima
Finalmente, creemos que se debe reeditar su estudio sobre las consecuencias psicológicas de los grandes sismos en la gente. Sal y Rosas señalaba que éstas serían a largo plazo, y se sentirían recién después de 30 o 40 años, estamos en ese margen.
Fuente:
Revista Internacional "UN DÍA COMO HOY EN HUARAZ:
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