Chiquián, 30 de agosto de 2008 - Foto: Nalo
.
DON RAÚL SUBIÓ CON SU CABALLO AL CIELO
Por Agustín Zúñiga Gamarra (Acucho)
Por Agustín Zúñiga Gamarra (Acucho)
.
Husgor está de luto
La catarata, nuestro símbolo chiquiano, está llorando
Ha cubierto su cabellera plateada con velo negro
Su cuidador, su padre, se fue para no volver.
Hoy por la mañana ensilló su caballo,
Ahora está subiendo por el Yerupajá hacia el cielo
Allá le espera su esposa Enriqueta y su hijo Raúl
Con pachamanca, cachizada, quesos y banda
Aquí, en la curva de Chiquián y en Las Palmeras de Lima,
Sus hijos: Carmen, Chepa, Jaime, César y Nelsi
Junto con todo el pueblo que lo amó, cantan al lado de Heriberto,
Husgor está de luto
La catarata, nuestro símbolo chiquiano, está llorando
Ha cubierto su cabellera plateada con velo negro
Su cuidador, su padre, se fue para no volver.
Hoy por la mañana ensilló su caballo,
Ahora está subiendo por el Yerupajá hacia el cielo
Allá le espera su esposa Enriqueta y su hijo Raúl
Con pachamanca, cachizada, quesos y banda
Aquí, en la curva de Chiquián y en Las Palmeras de Lima,
Sus hijos: Carmen, Chepa, Jaime, César y Nelsi
Junto con todo el pueblo que lo amó, cantan al lado de Heriberto,
Macollado y Robi, el himno a Husgor en tu homenaje.
Aguas de Husgor,aguas hechizadas,
son tus praderas testigos mudos
De mis amores con una chiquiana.
Vino el invierno lo ha borrado todo,
Fango y lodo solo ha quedado
Y agüitas turbias del recuerdo mío.
Ahora espero solo primavera
Porque tu nido aquí ha quedado
Bajo las ramas de un árbol caído
Esas aguas hechizadas, y
Sus praderas como testigos permanentes
Elevarán sus voces de orgullo hacia don Raúl,
Para decirle que en las primaveras por venir
Y, en los nidos que se forjen
Bajo las ramas de los árboles del paraje Husgor,
Estará siempre presente el recuerdo al:
Ganadero, al quesero, al tarapaqueño, al Chiquiano,
Aguas de Husgor,aguas hechizadas,
son tus praderas testigos mudos
De mis amores con una chiquiana.
Vino el invierno lo ha borrado todo,
Fango y lodo solo ha quedado
Y agüitas turbias del recuerdo mío.
Ahora espero solo primavera
Porque tu nido aquí ha quedado
Bajo las ramas de un árbol caído
Esas aguas hechizadas, y
Sus praderas como testigos permanentes
Elevarán sus voces de orgullo hacia don Raúl,
Para decirle que en las primaveras por venir
Y, en los nidos que se forjen
Bajo las ramas de los árboles del paraje Husgor,
Estará siempre presente el recuerdo al:
Ganadero, al quesero, al tarapaqueño, al Chiquiano,
Al amigo don Raúl Espejo, quien nos adelantó en el viaje sin retorno.
Hasta siempre don Raúl descanse en paz.
La pluma del Viento
Lima, 20 de julio de 2014
Hasta siempre don Raúl descanse en paz.
La pluma del Viento
Lima, 20 de julio de 2014
RECUERDOS
SERENATA
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Surgen de la niebla del pasado,
los recuerdos de cien trovadores
que rompieron sus viejas guitarras,
bajo el escarchado cielo chiquiano.
Envueltos en ponchos habanos,
cantan al son de sus lamentos,
en dúo como buenos hermanos
entre trinos y juramentos.
Con un pie sobre una piedra,
las cuerdas golpean los trastes
que los dedos van guiando
al compás de la convulsa mano.
Y así van pasando las horas
entre anisados y quebranto,
mientras la amada musa escucha
con sus ojos anegados en llanto.
Pronto el rumor se cuela en el barrio
haciendo su agosto como las arañas,
que trepan veloces las murallas
cual ponzoñosas alimañas.
Desde entonces los gemidos brotan
de los corazones de mil ninacurus,
que escucharon el plañidero canto
de los bardos que amaron tanto
ENTRE CUERDAS Y CANTO
SERENATA
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
El pueblo duerme adormecido, después de un largo día de aguacero con rayos, truenos y relámpagos.
Un joven enamorado esconde su vieja guitarra bajo el poncho habano y abandona de puntillas su morada para darle una serenata a su amada. Ella cumple 18 abriles, fecha propicia para ingresar a las grandes ligas de la serenata chiquiana.
Es medianoche, la Luna cruza solitaria por el aterciopelado cielo, acariciando con sus rayos plateados las turbias aguas de Agocalle, que bajan murmurando con el ripio que cubre las veredas de las casas solariegas.
Un joven enamorado esconde su vieja guitarra bajo el poncho habano y abandona de puntillas su morada para darle una serenata a su amada. Ella cumple 18 abriles, fecha propicia para ingresar a las grandes ligas de la serenata chiquiana.
Es medianoche, la Luna cruza solitaria por el aterciopelado cielo, acariciando con sus rayos plateados las turbias aguas de Agocalle, que bajan murmurando con el ripio que cubre las veredas de las casas solariegas.
El ambiente está calmo, fresco, delicioso y poético, sólo se escucha el canto de los grillos y los ronquidos de los vecinos.
El rostro del trovador va adquiriendo un tinte de melancolía; afina con sus dedos de lajtash la guitarra y toma un cuarto de anisado hasta la última gota. Enciende un cigarrillo con temblorosa mano, da dos pitadas y tira el pucho al charco. Puntea unos minutos las raídas cuerdas y de sus labios brota como un suspiro la primera estrofa de la canción “AGUAS DE USGOR", de Herberto Aldave, Macollado Vásquez y Roby Alva:
Aguas de Usgor, aguas hechizadas
es tu quebrada testigo mudo
de mis amores con una chiquiana
Y repite con ondulante énfasis, cual eco que rueda tembloroso al vacío:
de mis amores con una chiquiana
La ventana del segundo piso abre sus mohídas bisagras, mas nadie asoma. En la habitación la musa se aprieta el corazón con las manos, y piensa: "esa voz es conocida, qué linda canción". El trovador canta enérgico y con apasionado acento. Por sus mejillas descienden dos lágrimas, como muda expresión del amor cautivo.
Vino el invierno y lo ha borrado todo
fango y lodo sólo ha quedado
y agüitas turbias del recuerdo mío
Y repite con tristeza:
y agüitas turbias del recuerdo mío
Las cuerdas sollozan temerosas de romperse y chicotear el rostro chaposo del trovador. La emoción infla su pecho de zorzal y pasa de quinta a primera sin embrague. Su pequeña caja torácica está a punto de arrancarse en pedazos y entona quebrando su voz, la tercera estrofa:
Ahora espero sólo primavera
para que vuelvas ¡ay golondrina!
porque tu nido aquí ha quedado
entre las ramas de un árbol caído (Bis)
A punto de desfallecer saca fuerzas de su atormentado corazón y arremete la fuga como toro cutucho del Jirishanca:
Arriba bolognesino cholo mujeriego.
abajo santarrosina, chola saca…
Este último verso mordaz rompe las fibras más sensibles de su amada, haciendo trizas el aire quieto del aposento. Ella sale al balcón y furiosa levanta hasta el alero una despostillada bacinica que reluce con la Luna, y descarga toda su dorada tempestad sobre el trovador. Un fuerte ventanazo retumba en el vecindario y el último trino se ahoga en Agocalle con sabor a urea...
.El rostro del trovador va adquiriendo un tinte de melancolía; afina con sus dedos de lajtash la guitarra y toma un cuarto de anisado hasta la última gota. Enciende un cigarrillo con temblorosa mano, da dos pitadas y tira el pucho al charco. Puntea unos minutos las raídas cuerdas y de sus labios brota como un suspiro la primera estrofa de la canción “AGUAS DE USGOR", de Herberto Aldave, Macollado Vásquez y Roby Alva:
Aguas de Usgor, aguas hechizadas
es tu quebrada testigo mudo
de mis amores con una chiquiana
Y repite con ondulante énfasis, cual eco que rueda tembloroso al vacío:
de mis amores con una chiquiana
La ventana del segundo piso abre sus mohídas bisagras, mas nadie asoma. En la habitación la musa se aprieta el corazón con las manos, y piensa: "esa voz es conocida, qué linda canción". El trovador canta enérgico y con apasionado acento. Por sus mejillas descienden dos lágrimas, como muda expresión del amor cautivo.
Vino el invierno y lo ha borrado todo
fango y lodo sólo ha quedado
y agüitas turbias del recuerdo mío
Y repite con tristeza:
y agüitas turbias del recuerdo mío
Las cuerdas sollozan temerosas de romperse y chicotear el rostro chaposo del trovador. La emoción infla su pecho de zorzal y pasa de quinta a primera sin embrague. Su pequeña caja torácica está a punto de arrancarse en pedazos y entona quebrando su voz, la tercera estrofa:
Ahora espero sólo primavera
para que vuelvas ¡ay golondrina!
porque tu nido aquí ha quedado
entre las ramas de un árbol caído (Bis)
A punto de desfallecer saca fuerzas de su atormentado corazón y arremete la fuga como toro cutucho del Jirishanca:
Arriba bolognesino cholo mujeriego.
abajo santarrosina, chola saca…
Este último verso mordaz rompe las fibras más sensibles de su amada, haciendo trizas el aire quieto del aposento. Ella sale al balcón y furiosa levanta hasta el alero una despostillada bacinica que reluce con la Luna, y descarga toda su dorada tempestad sobre el trovador. Un fuerte ventanazo retumba en el vecindario y el último trino se ahoga en Agocalle con sabor a urea...
SERENATA CHIQUIANA
.
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Surgen de la niebla del pasado,
los recuerdos de cien trovadores
que rompieron sus viejas guitarras,
bajo el escarchado cielo chiquiano.
Envueltos en ponchos habanos,
cantan al son de sus lamentos,
en dúo como buenos hermanos
entre trinos y juramentos.
Con un pie sobre una piedra,
las cuerdas golpean los trastes
que los dedos van guiando
al compás de la convulsa mano.
Y así van pasando las horas
entre anisados y quebranto,
mientras la amada musa escucha
con sus ojos anegados en llanto.
Pronto el rumor se cuela en el barrio
haciendo su agosto como las arañas,
que trepan veloces las murallas
cual ponzoñosas alimañas.
Desde entonces los gemidos brotan
de los corazones de mil ninacurus,
que escucharon el plañidero canto
de los bardos que amaron tanto
Racrán, julio de 1978
ENTRE CUERDAS Y CANTO
.
.
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
.
Guitarra chiquiana:
de fina madera y huayno
ya no quiero oír tu llanto
que el tañido desgarra.
de fina madera y huayno
ya no quiero oír tu llanto
que el tañido desgarra.
.
Hechizada y enamorada
mentirosa y apasionada
queja, pena y quebranto;
sangre y herida del canto.
mentirosa y apasionada
queja, pena y quebranto;
sangre y herida del canto.
.
Bordón verso quebrado,
acordes de fiel enamorado;
más sonido que apariencia,
pulso firme de la querencia.
acordes de fiel enamorado;
más sonido que apariencia,
pulso firme de la querencia.
.
Refugio del amor primero,
dime: ¿dónde está la gente?,
¿dónde tu diapasón lastimero?
¿dónde el bandolero valiente?.
dime: ¿dónde está la gente?,
¿dónde tu diapasón lastimero?
¿dónde el bandolero valiente?.
.
Yucyushtana, JUL 1977
.
.
Fuente:
.
Un trocito de la novela "DEL MISMO TRIGO"
.