RECUERDOS GRATOS
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De izq. a der.: Emely Grisanty, actriz dominicana; El dramaturgo peruano Walter Ventosilla; Xiomara Cintrón, actriz puertorriqueña y el dramaturgo español Antonio César Morón, durante la entrega de los premios ATI 2013.
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NOTA DE PRENSA
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Walter Ventosilla, dramaturgo peruano, obtiene el primer lugar
como Mejor Director de Monólogos 2012 en Nueva York
Como parte de la celebración del Día Mundial del Teatro en la ciudad de Nueva York, se llevó a cabo la entrega de los Premios ATI 2013 que otorga la Asociación de Teatro Independiente de Nueva York. En dicho evento, nuestro compatriota, el dramaturgo y director de teatro peruano, Walter Ventosilla, obtuvo el primer premio como Mejor Director de Monólogos 2012. Además, dos de las actrices que forman parte de su grupo Guacamolink Performing Arts: Emely Grisanty (Dominicana) y Xiomara Cintrón (Puertorriqueña), compartieron la misma terna de nominación como mejores actrices de monólogos 2012. Las obras fueron "Hijo del ruiseñor", escrita por Walter Ventosilla y "Herencia de la desidia", del dramaturgo español Antonio Cesar Morón, ambas dirigidas por nuestro compatriota.
Finalmente el jurado le otorgó el premio a la actriz Xiomara Cintrón, con cuya obra, así como con la de la actriz Emely Grisanty, la agrupación Guacamolink Performing Arts viajará en una gira por Europa el próximo 2 de abril. Ambos unipersonales fueron presentados en varias temporadas en la ciudad de Nueva York, y ahora inician un recorrido por ciudades europeas como: Granada, Madrid, Barcelona y Paris.
Anteriormente, en el año 2010, otra obra dirigida por Walter Ventosilla Quispe, "OH, Yantay!", adaptada del drama quechua "Ollantay", obtuvo tres de los prestigiosos premios ACE otorgado por la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York. Los premios fueron por mejor actriz, mejor actor y mejor producción del 2010. Y en junio del 2012, la obra de teatro experimental “Tránsitos”, dirigida también por Ventosilla, obtuvo el primer lugar como mejor obra de teatro en el 6to Festival Internacional de Teatro en Nueva York.
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¡Qué mejor forma de celebrar el teatro peruano! Que un compatriota ejerza su vocación con pasión y excelencia, sea portador del arte y la cultura y deje en alto el nombre de nuestro país.
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WVQ/NY30MAR2013
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PERÚ
PERÚ
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IMÁGENES DEL ESTRENO DE LA OBRA OH! YANTAY EN LIMA
11 AGO 2010
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Por Tomás Temoche Varías
Ayer miércoles 11 de Agosto, llegué presuroso al ICPNA de Miraflores - 7:30 p.m., y tenía que suceder, era noche de fiesta huaracina. Luchito Paredes, Gustavo Lora y el guerrero ilustrado Aureo Sotelo, me reciben; también previsible fue el encuentro con la hermana de nuestra Yady Collazos a quien le cuento que hay un premio que se dá todos los años celebrando el Día Mundial del Teatro, en homenaje a nuestra querida Yady.
No pueden perderse esta obra, va del 11 al 14 de Agosto. Como muchos estamos enterados, Walter Ventosilla emigró hace muchos años a la tierra del tío Sam, hubiera sido bueno que recuerde Walter su primera etapa con el grupo Setiembre, que tenía en sus filas a Gustavo Lora, Alberto Stewart y nuestra querida Yady Collazos, segunda presidenta del MOTIN PERU.
Ahora milita en el Grupo de Teatro RASGOS, que estrenó mundialmente esta obra en Nueva York - el grupo ha montado este espectáculo en inglés y castellano - en Enero del 2010, siendo la primera compañía teatral que puso en escena el antiguo drama quechua OLLANTAY en los Estados Unidos. Posteriormente, fueron seleccionados para representar en Julio al teatro latinoamericano en el Theater Stage de la ciudad de NY, junto a otros grupos teatrales de todo el planeta.
La versión del OLLANTAY moderno que ofrece el grupo de teatro Rasgos, bajo el título OH¡ YANTAY, es una adaptación libre del teatro moderno del dramaturgo peruano Walter Ventosilla, director de la obra, en donde se descompone la forma, la estética clásica, para generarle mayor dinamismo al rítmo de la historia y a las relaciones entre los personajes dentro del espacio escénico. El fondo de la historia no ha sido alterado, el tema es el mismo desarrollándose la puesta teatral en la época que fue concebida originalmente.
La obra es contada por Piqui Chaqui, el sirviente de Ollantay, uno de los mejores generales del inca Pachacutec, quien en recompensa por sus triunfos lo nombra gobernador del Antisuyo. Ollantay es un guerrero victorioso, pero no pertenece a la nobleza incaica. A pesar de ello, se ha enamorado de una hija única del inca, la princesa Cusi Coyllur ...
Oh¡ Yantay o el deslizamiento hacia las raíces matrices de las culturas originarias para percibir nuestra historia en época de los incas, donde si bien la vida era colectiva, había una rigurosa división de clases entre nobles de sangre y de privilegio, Ollantay era un general victorioso pero no podía acceder a la nobleza de sangre de Cusi Coyllur. Una historia añeja vuelta a contar con estructuras modernas. Bueno, ayer Walter actuó, por emergencia, ante la ausencia involuntaria de un actor; entonces participa - sin querer queriendo - en todo el proceso productivo teatral : actor, director, productor y dramaturgo. Además, ha ensamblado magistralmente, a manera de síntesis, casi todas las corrientes del teatro de todos los tiempos. Muchos lo han intentado, sin lograrlo. Por ejemplo, contar la historia donde la máscara social rota entre los actores prescindiendo del género, a veces Piqui Chaqui es un varón, otras una actriz, lo mismo sucede con todos los personajes, no existe la propiedad privada de los mismos. Aquí está presente el método Coringa de Augusto Boal.
La manera de usar un espacio vacío que cobra vida con la presencia de solventes actores y actrices enmarcados dentro de un rectángulo, a manera de gran guardilla con mantas andinas, tocados, tambores que proteícamente cumplen múltiples funciones. Todo empieza cuando una luz cenital ilumina a un músico que tañe tarkas y sikus, luego otra luz ilumina la imagen del dios sol que en determinados momentos se lo coloca el inca en su cabeza como símbolo de origen y poder. Aquí creo reconocer la presencia de técnicas de Peter Brook con su teoría del espacio vacío.
Si bien la máscara social rota entre los personajes, cada uno la asume de manera muy íntima e instrospectiva, cumpliendo la premisa del maestro Constantín Stanislavski : El actor no debe aparentar en el escenario, sinó existir de verdad; no debe representar sinó vivir. Es decir sentir, pensar y comportarse sinceramente en las circunstancias de la ficción.
Drama histórico, lo hubiera denominado Bertolt Brecht. Con la prosa poética de Ventosilla este texto clásico deviene inexorablemente en una nueva lectura de las artes escénicas contemporáneas. La sonoplastía está presente en close up con todos sus niveles semánticos sonoros donde se ensambla música grabada moderna fusionada con el sonido de instrumentos nativos que ingresan a la escritura escénica, comentando, dialogando, creando atmósfera, clímax que en complicidad de luces cenitales nos hacen además cambiar de espacios físicos en el mismo lugar.
Los actores son parte de la escenografía en vivo, a veces funcionan como el corifeo griego, diciendo textos donde todos son uno y uno son todos, remitiéndonos a las matrices del teatro de Tespis. Hay imágenes muy bellas; si bien hay personajes que llevan la acción dramática, otros complementan las mismas a manera de cuadros con movimientos rigurosamente codificados a lo Jerzy Grotowski.
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El orgullo ancashino de Ventosilla sale airoso al responder artísticamente al momento histórico contemporáneo. Edgar Guillén, sentado a mi costado, y que se las sabe todas, no se cansaba de aplaudir, lo mismo Luchito Paredes que terminó despeinado por esta sana agresión sensorial artística de Walter y su elenco.
No pueden perderse esta obra, va del 11 al 14 de Agosto. Como muchos estamos enterados, Walter Ventosilla emigró hace muchos años a la tierra del tío Sam, hubiera sido bueno que recuerde Walter su primera etapa con el grupo Setiembre, que tenía en sus filas a Gustavo Lora, Alberto Stewart y nuestra querida Yady Collazos, segunda presidenta del MOTIN PERU.
Ahora milita en el Grupo de Teatro RASGOS, que estrenó mundialmente esta obra en Nueva York - el grupo ha montado este espectáculo en inglés y castellano - en Enero del 2010, siendo la primera compañía teatral que puso en escena el antiguo drama quechua OLLANTAY en los Estados Unidos. Posteriormente, fueron seleccionados para representar en Julio al teatro latinoamericano en el Theater Stage de la ciudad de NY, junto a otros grupos teatrales de todo el planeta.
La versión del OLLANTAY moderno que ofrece el grupo de teatro Rasgos, bajo el título OH¡ YANTAY, es una adaptación libre del teatro moderno del dramaturgo peruano Walter Ventosilla, director de la obra, en donde se descompone la forma, la estética clásica, para generarle mayor dinamismo al rítmo de la historia y a las relaciones entre los personajes dentro del espacio escénico. El fondo de la historia no ha sido alterado, el tema es el mismo desarrollándose la puesta teatral en la época que fue concebida originalmente.
La obra es contada por Piqui Chaqui, el sirviente de Ollantay, uno de los mejores generales del inca Pachacutec, quien en recompensa por sus triunfos lo nombra gobernador del Antisuyo. Ollantay es un guerrero victorioso, pero no pertenece a la nobleza incaica. A pesar de ello, se ha enamorado de una hija única del inca, la princesa Cusi Coyllur ...
Oh¡ Yantay o el deslizamiento hacia las raíces matrices de las culturas originarias para percibir nuestra historia en época de los incas, donde si bien la vida era colectiva, había una rigurosa división de clases entre nobles de sangre y de privilegio, Ollantay era un general victorioso pero no podía acceder a la nobleza de sangre de Cusi Coyllur. Una historia añeja vuelta a contar con estructuras modernas. Bueno, ayer Walter actuó, por emergencia, ante la ausencia involuntaria de un actor; entonces participa - sin querer queriendo - en todo el proceso productivo teatral : actor, director, productor y dramaturgo. Además, ha ensamblado magistralmente, a manera de síntesis, casi todas las corrientes del teatro de todos los tiempos. Muchos lo han intentado, sin lograrlo. Por ejemplo, contar la historia donde la máscara social rota entre los actores prescindiendo del género, a veces Piqui Chaqui es un varón, otras una actriz, lo mismo sucede con todos los personajes, no existe la propiedad privada de los mismos. Aquí está presente el método Coringa de Augusto Boal.
La manera de usar un espacio vacío que cobra vida con la presencia de solventes actores y actrices enmarcados dentro de un rectángulo, a manera de gran guardilla con mantas andinas, tocados, tambores que proteícamente cumplen múltiples funciones. Todo empieza cuando una luz cenital ilumina a un músico que tañe tarkas y sikus, luego otra luz ilumina la imagen del dios sol que en determinados momentos se lo coloca el inca en su cabeza como símbolo de origen y poder. Aquí creo reconocer la presencia de técnicas de Peter Brook con su teoría del espacio vacío.
Si bien la máscara social rota entre los personajes, cada uno la asume de manera muy íntima e instrospectiva, cumpliendo la premisa del maestro Constantín Stanislavski : El actor no debe aparentar en el escenario, sinó existir de verdad; no debe representar sinó vivir. Es decir sentir, pensar y comportarse sinceramente en las circunstancias de la ficción.
Drama histórico, lo hubiera denominado Bertolt Brecht. Con la prosa poética de Ventosilla este texto clásico deviene inexorablemente en una nueva lectura de las artes escénicas contemporáneas. La sonoplastía está presente en close up con todos sus niveles semánticos sonoros donde se ensambla música grabada moderna fusionada con el sonido de instrumentos nativos que ingresan a la escritura escénica, comentando, dialogando, creando atmósfera, clímax que en complicidad de luces cenitales nos hacen además cambiar de espacios físicos en el mismo lugar.
Los actores son parte de la escenografía en vivo, a veces funcionan como el corifeo griego, diciendo textos donde todos son uno y uno son todos, remitiéndonos a las matrices del teatro de Tespis. Hay imágenes muy bellas; si bien hay personajes que llevan la acción dramática, otros complementan las mismas a manera de cuadros con movimientos rigurosamente codificados a lo Jerzy Grotowski.
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El orgullo ancashino de Ventosilla sale airoso al responder artísticamente al momento histórico contemporáneo. Edgar Guillén, sentado a mi costado, y que se las sabe todas, no se cansaba de aplaudir, lo mismo Luchito Paredes que terminó despeinado por esta sana agresión sensorial artística de Walter y su elenco.
Tomás Temoche Varías
.... ASOCIACION CULTURAL YAWAR
www.redindigena. net/yawar
http://culturalyawa r.blogspot. com
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EL GRUPO DE TEATRO RASGOS
PRESENTÓ
¡OH! YANTAY
el 11 al 14 de agosto del 2010
7.30 p.m
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Walter Ventosilla en Chiquián - ENE 2009
RESCATANDO A UN ANTI-HEROE
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El personaje principal como el título del libro lo manifiesta se llamó Luis, nombre completo: Telmo Luis Pardo Novoa dicen mis fuentes, pero pasó a la historia como Luis Pardo, un héroe, anti-héroe convertido en leyenda. Nacido en Chiquián, provincia de Bolognesi en el Departamento de Ancash al norte de Lima, el 19 de agosto de 1874 y muriendo el 9 de enero de 1909, a los 34 años de edad.
Luis Pardo es el Zorro, o si se quiere el Robin Hood de Chiquián en la serranía peruana sobre quien han escrito poemas, himnos, canciones, dramas y semblanzas escritores como José Diez Canseco, Alberto Ramírez y Oscar Colchado Lucio.
Ventosilla, en esta época sin héroes reales rescata a Luis Pardo como a una figura de carne y hueso que se sublevó ante al abuso de los terratenientes de su época y quien, a pesar de ser uno de ellos, optó por la justicia comezando por casa, dando así un ejemplo a seguir en contra del abuso de los gamonales para con los peones.
En ese sentido la novela trata un tema actual, tanto en materia de justicia social como en la importancia de volver la mirada hacia las raíces y cultivar a personajes históricos, por lo tanto imperfectos y vulnerables, hombres que se sublevaron ayudando con su vida y sus actos a denunciar el abuso a los más desposeídos, y a la vez legando con su muerte la consumación de una historia que no debía repetirse.
El aspecto humano del personaje aparece en sus debilidades de hombre: mujeriego (medio misógino) y bebedor, las que no son disimuladas, por el contrario, incomodan y ocasionan al protagonista una tragedia irremediable de la que extraer una lección, para que al final quede la leyenda de un hombre imperfecto que intentó hacer algo bien.
La narración de la historia va en dos tiempos, uno en el presente y el otro retrospectivo. La cuentan dos personajes: uno que vivió al lado del bandolero los momentos más importantes de su vida, hombre de la sierra que se expresa con el lenguaje propio de su calidad de peón, y quién se la cuenta al misterioso alter ego del narrador, cuya identidad (aunque quizás sospechada en algún punto de la narración ) se descubrirá totalmente al final de la novela para rematar el desenlace.
Así como los medios y los juegos de video venden, especialmente a las generaciones actuales, héroes ficticios, Ventosilla encuentra a través de este trabajo el modo de reavivar la memoria perdida en una sociedad de globalizado consumo dónde las nuevas generaciones aprenden sobre héroes virtuales con capacidades sobre humanas; esta novela, por el contrario, trae al presente un mundo real en un espacio y tiempos aún vigentes en la historia.
Walter Ventosilla con su novela Luis bandolero Luis rescata a un personaje a través del cual los lectores de esta generación, o sea los jóvenes en particular, dentro y fuera de Latinoamérica, pueden conocer a un héroe de carne y hueso, y no sólo consumir a los “bandoleros” “justicieros” que Hollywood inventa y hace famosos para vendernos una realidad ficticia.
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.Por Linda Morales Caballero
Luis Bandolero Luis
Walter Ventosilla
Paloma Ediciones
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En Luis Bandolero Luis, el dramaturgo, cuentista, novelista y artista plástico peruano, Walter Ventosilla narra una historia propia de la literatura romántica, extraída de la tradición oral de las serranías de Perú, con rasgos costumbristas y basada en la vida real.
El personaje principal como el título del libro lo manifiesta se llamó Luis, nombre completo: Telmo Luis Pardo Novoa dicen mis fuentes, pero pasó a la historia como Luis Pardo, un héroe, anti-héroe convertido en leyenda. Nacido en Chiquián, provincia de Bolognesi en el Departamento de Ancash al norte de Lima, el 19 de agosto de 1874 y muriendo el 9 de enero de 1909, a los 34 años de edad.
Luis Pardo es el Zorro, o si se quiere el Robin Hood de Chiquián en la serranía peruana sobre quien han escrito poemas, himnos, canciones, dramas y semblanzas escritores como José Diez Canseco, Alberto Ramírez y Oscar Colchado Lucio.
Ventosilla, en esta época sin héroes reales rescata a Luis Pardo como a una figura de carne y hueso que se sublevó ante al abuso de los terratenientes de su época y quien, a pesar de ser uno de ellos, optó por la justicia comezando por casa, dando así un ejemplo a seguir en contra del abuso de los gamonales para con los peones.
En ese sentido la novela trata un tema actual, tanto en materia de justicia social como en la importancia de volver la mirada hacia las raíces y cultivar a personajes históricos, por lo tanto imperfectos y vulnerables, hombres que se sublevaron ayudando con su vida y sus actos a denunciar el abuso a los más desposeídos, y a la vez legando con su muerte la consumación de una historia que no debía repetirse.
El aspecto humano del personaje aparece en sus debilidades de hombre: mujeriego (medio misógino) y bebedor, las que no son disimuladas, por el contrario, incomodan y ocasionan al protagonista una tragedia irremediable de la que extraer una lección, para que al final quede la leyenda de un hombre imperfecto que intentó hacer algo bien.
La narración de la historia va en dos tiempos, uno en el presente y el otro retrospectivo. La cuentan dos personajes: uno que vivió al lado del bandolero los momentos más importantes de su vida, hombre de la sierra que se expresa con el lenguaje propio de su calidad de peón, y quién se la cuenta al misterioso alter ego del narrador, cuya identidad (aunque quizás sospechada en algún punto de la narración ) se descubrirá totalmente al final de la novela para rematar el desenlace.
Así como los medios y los juegos de video venden, especialmente a las generaciones actuales, héroes ficticios, Ventosilla encuentra a través de este trabajo el modo de reavivar la memoria perdida en una sociedad de globalizado consumo dónde las nuevas generaciones aprenden sobre héroes virtuales con capacidades sobre humanas; esta novela, por el contrario, trae al presente un mundo real en un espacio y tiempos aún vigentes en la historia.
Walter Ventosilla con su novela Luis bandolero Luis rescata a un personaje a través del cual los lectores de esta generación, o sea los jóvenes en particular, dentro y fuera de Latinoamérica, pueden conocer a un héroe de carne y hueso, y no sólo consumir a los “bandoleros” “justicieros” que Hollywood inventa y hace famosos para vendernos una realidad ficticia.
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Fuente:
Escritor Walter Ventosilla - XVII AEPA - CHIQUIÁN ENE 2009