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EL HONOR DE SER
SOLDADO
SOY UN SOLDADO, MI PUESTO DE
LUCHA:
ENFERMERO VETERINARIO Y HERRADOR
Por Áureo Sotelo Huerta
Por Áureo Sotelo Huerta
Conferencia del sábado 13 de julio de 2013 en el aula “Capulí Vallejo y su tierra”. Reflexiones sobre la Ley del Servicio Militar
Obligatorio.
I. GENERALIDADES
HISTÓRICAS SOBRE EL ASUNTO.
Sun Tzu, estratega chino, escribió el libro, “EL arte de la guerra”, para demostrar
que la guerra no es cosa de improvisados y demagogos sino todo un arte que
requiere conocimientos amplios. Clemenceau dijo: “Los problemas de la defensa nacional
son asuntos muy serios y muy
complejos como para dejarlo solo en mano
de los militares”. González
Prada, en su libro “Horas de lucha”
manifestaba: El Perú por su posición geográfica, rodeado de Bolivia que se
llevó más de 1`100.000 KM2, Brasil otros miles, Chile más de 65,000
hectáreas de tierra y 40,000 de mar, Colombia, sin pelear se llevó el “Trapecio
amazónico”, “regalado”, por el gobierno entreguista de Leguía en 1922 y cuando
el sargento Lores y el presidente Sánchez Cerro (1933) intentaron recuperar
esos territorios, fueron vilmente asesinados por quienes se conforman con aceptar los hechos
consumados, demostrando una vergonzosa y vil cobardía. Al Ecuador lo vencimos
en la guerra del 40, pero los Estados Unidos nos obligó al pago de guerra,
viéndose obligado el Perú a ceder la región de Sucumbios, nuestra zona petrolera. Al japonés Fujimori y comparsa los ecuatorianos
le obligaron a firmar el vergonzoso “Tratado de Itamaratí”, por el que el Perú entregó
1K2 de territorio y el derecho de navegación por los ríos de nuestra selva y lo
hicimos porque la fuerza aérea del Ecuador nos derribó 10 aviones y nosotros
ninguno, debido a nuestra corrupta fuerza aérea, que en vez de comprar aviones
nuevos, de última generación, como lo tenía los ecuatorianos, compraban chatarra en plena guerra, sin importarles la patria ni la
vida de nuestras tropas. Esa alta traición a la patria debería haberse pagado
con la pena de muerte, como lo estipulan las leyes, pero ahí están; los
conocemos. Por eso nunca hemos ganado una guerra.
Nuestras FFAA heredaron en 1821 más de 5`000,000 de KM2 y hoy solo nos queda 1 millón 285, 215 km2;
hay que cuidarlo como la niña de nuestros ojos y para eso se necesita buenos
soldados; como lo fueron Grau, Bolognesi y Cáceres, quienes siguieron luchando
hasta el final pese a las adversidades.
II. SI QUIERES LA PAZ PREPÁRATE PARA LA GUERRA, DICE UN
VIEJO REFRÁN MILITAR.
El problema no es solo
de armas bélicas sino de armar al hombre de valores como la patria, civismo, la libertad y el orgullo. No olvidemos a los vietnamitas que con armas sencillas y rústicas
lograron superar a millones de soldados mercenarios ingleses, franceses y
norteamericanos que con sus armas poderosas trataron de invadir su suelo patrio, viéndose
obligados a huir más rápido que galgos. Ya Castilla nos decía: si Chile compra
un barco el Perú debe comprar 2, nuestros gobernantes no lo quisieron
comprender y hasta ahora seguimos igual, mientras Chile se sigue armando hasta
los dientes, nosotros con la cantaleta de la paz nos humillamos vergonzosamente,
al extremo que el ex presidente García nos recomienda: “no molestar a Chile
porque se pueden molestar”; ¡qué cobardía! y frente a los resultados de la Haya solo
rezamos.
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III. DEL 30 AL 60 DEL S.XX, SÍ HABÍA UNA INTENCIÓN DE PREPARARNOS PARA LA
GUERRA. LA POSESIÓN INSOLENTE DE CHILE DE TACNA Y ARICA AUN ESTABAN FRESCAS.
En las décadas del 30 funcionaba el servicio de movilizables. Todos los domingos los jóvenes asistían a estos ejercicios. En la década del 40 apareció la Instrucción
Premilitar, que tuvo una buena acogida en la sociedad, funcionaba en la
primaria, la secundaria y en la universidad. Era una actividad cívico
patriótica, los niños y jóvenes nos preparábamos física y moralmente en el maneja de las armas de guerra; CIVISMO Y
DISCIPLINA. En la UNSM aparte de ejercicios físicos subiendo y bajando cerros, nos
enseñaban el manejo de armas cada vez más complejas como ametralladoras, cañones
y tanques. El reglamento militar para conocer la importancia del amor a la palabra
patria; qué ironía, le tocó al general Velasco Alvarado, un probo militar,
anular esta ley en 1970. Hoy en día ya no se estudie la historia del Perú como
antes, se desconoce la importancia de la
geopolítica, al extremo que se desprecia el servicio militar obligatorio. LA
LEY ACTUAL es racista, discriminatoria,
ingenua, los que pueden pagar no van, tampoco los universitarios. Olvidan que la
guerra moderna exige de soldados cada vez más profesionales, conocedores de las
altas matemáticas, físicas, químicas porque
las armas son cada vez más sofisticadas. Chile,
por ejemplo, aparte de tener abundante aviones de última generación, (en el mes
de junio de esta año acaba de comprar otra cuadrilla de aviones israelíes),
tiene submarinos atómicos y 5 plantas
nucleares; nosotros ninguna. En conclusión, nuestros soldados tienen que
tener el conocimiento de nuestros universitarios y estar preparados
atléticamente como nuestros antiguos chaskis. Ya no es hora de seguir pensando,
como antes, que los cuarteles deben ser una
especie de correccionales, sino que nuestros soldados deben tener la grandeza
de Grau, Bolognesi, Cáceres, Leoncio Prado, Quiñones, Santos Mateos, Lores y tantos otros, seleccionados después de pasar un riguroso
examen.
IV. FUI SARGENTO ENFERMERO VETERINARIO Y HERRADOR DEL EJÉRCITO.
A los 15 años de
edad ingresé a las ESCUELA DE ENFERMEROS
VETERINARIOS Y HERRADORES del Ejército que funcionaba en Barranco. Y fue
posible porque tenía primaria completa. Después de un año de estudios ya
graduado me enviaron a trabajar a Arequipa cuartel de Artillería, “Ariaz Aragués” (1954),
todavía se viajaba en tranvía.
Algunas anécdotas,
por ser pintorescas se las voy a narrar:
La primera. En navidad me
castigaron porque un caballo "comecola" se comió la cola del caballo del capitán.
Mientras afuera la fiesta estaba en su apogeo, yo trataba de dormir pensando en
mi primera enamorada, Rosita, la lecherita, que me estaba esperando. De pronto el
oficial de guardia me ordenó que vaya al hipódromo de Arequipa para salvar a un
caballo que estaba agonizando. Ya en el lugar lo
atendí con mucho cariño alentándolo para
que siga viviendo. Después de sondas con aceite, masajes e inyecciones, en la madrugada el animal dio una sonora
flatulencia, señal que mejoraba, después defecó, olí y lamí
el aceite en las heces; ya había hecho efecto. Felizmente el animal se
sintió mejor y relinchó muy agradecido.
De pronto llegó un sujeto prepotente; era el dueño del caballo. -Señor baje la voz,
ya el animal está mejor. Le dije. Al enterarse quién era yo y después de
agradecerme me dio un cheque, ¡eran mil soles! Había Curado a Guiñol, el famoso campeón nacional, que había venido
a correr el Clásico de Navidad.
La segunda. La esposa de un colega
que trabajaba en Lima, siempre me visitaba para pedirme que permute con su
esposo, que lo haga por sus hijas que la
reclamaban. Pero yo esta feliz en Arequipa; sobre todo con mi lecherita. Pero
ella insistía y soltó la palabra clave: ¡Estudie, es usted joven! Y ante mi negativa, una noche haciendo
uso de sus recursos femeninos, me hizo firmar la permuta. Así llegué a Lima, al
cuartel “Húsares de Junín”, en Miraflores.
3-La tercera. Me matriculé en la nocturna de la GUE Ricardo Palma de Surquillo.
Le pasé la voz a mis 20 colegas entre choferes, enfermeros, radiotécnicos y
otros que trabajábamos en el Húsares de
Junín; ninguno se animó. En 1959 terminé
la secundaria y en 1960 ingresé a la UNMSM, escogí la carrera docente. Antes de
ingresar a SM ya había ganado un concurso
de cuentos con la obra “Ventorro, historia
de un caballo”, Pastorita Huaracina ya había grabado mi huayno “Confraternidad aijina” y mis comentarios
sobre la vida de Balzac, facilitaron mi ingreso. En 1963 Fui guardaespaldas del Presidente Pérez Godoy, yo era, según dicen, el mejor
pistolero de caballería. Una noche que cuidaba, con mi pelotón, la casa del
Presidente en Miraflores, llegó el general para visitar a su madre y como no
tuve tiempo de guardar el libro que leía me preguntó: -¿que libro está leyendo? -Crítica de la razón pura”, mi general. Le
contesté. -¿Le gusta la filosofía?. -Si y porque mañana tengo examen. -¿Dónde?
-En la UNMSM. Ya se imaginan el asombro del Presidente. Al salir me dijo. -¿Sabes quién soy? -Sí señor
Presidente. -¿Quieres algo hijo? -No señor Presidente. ¡Qué inocencia! Ojalá
hoy me hicieron esta propuesta no pararía hasta pedir una embajada o
un ministerio. Ya en 1963 tuve que dejar mi puesto de enfermero y herrador, porque las
responsabilidades de la universidad me lo obligaban.
Pero los 12 años de
sargento segundo enfermero veterinario y herrador me marcaron para siempre. Soy
un soldado en toda la extensión de la palabra.
Ya mi vida como
docente es otra. Quizás algún día la
escriba, no sé si a alguien, aparte de
mis hijos, le pueda interesar.
Julio del 2013