CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
JULIO, MES DEL MAESTRO;
DEL SANTUARIO HISTÓRICO
DE MACHU PICCHU; BATALLA
DE HUAMACHUCO, LEONCIO
PRADO; Y FIESTAS PATRIAS
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IMÁGENES DE LA INAUGURACIÓN
DEL XIV CAPULÍ
EN LA CASA DE LA LITERATURA PEUANA
HACER CLIC AQUÍ
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO DE POESÍA
EL HOMBRE
Y SU ÁNGEL
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PANEL
DE PRESENTACIÓN:
RAMÓN NORIEGA
EMILIO SÁNCHEZ LIHÓN
JULIO YOVERA
CONDUCCIÓN GENERAL
MANUEL RUIZ PAREDES
SÁBADO 17 DE AGOSTO
5 PM.
CASA DE LA LITERATURA
PERUANA. ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
7 PM.
AULA CAPULÍ
EN EL RESTAURANTE
EL CORDANO
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PARTICIPACIÓN
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
COMO JURADO CALIFICADOR
JUEGOS FLORALES ESCOLARES NACIONALES
“UN PAÍS DE TODAS LAS ARTES”
CONCURSO REGIONAL DE DECLAMACIÓN
CON LA PARTICIPACIÓN DE NIÑOS Y JÓVENES
REPRESENTANTES DE 45 UGELES DE LA REGIÓN
“LA LIBERTAD” EN SANTIAGO DE CHUCO
TEATRO MUNICIPAL TÚPAC AMARU
DE SANTIAGO DE CHUCO,
LUNES 19 DE AGOSTO, 2013
SE SELECCIONARÁN A LOS REPRESENTANTES
QUE COMPETIRÁN EN LA ETAPA FINAL NACIONAL
GERENCIA REGIONAL DE EDUCACIÓN,
UGEL SANTIAGO DE CHUCO
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
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dsanchezlihon@aol.com
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31 DE JULIO
NACE
ROSA
CERNA
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
ROSA QUE
NOS ENSEÑA
A CREER
Danilo Sánchez Lihón
1. Cómo era
el mar
La escritora para niños del Perú y el mundo Rosa Cerna Guardia nació el 31 de julio del año 1926 en Huaraz donde estudió y trabajó de maestra, para trasladarse después en 1953 a Barranco, a orillas del mar en una casa rodeada de árboles, petirrojos, ardillas, zapatitos de juguete que era su colección más preciada. Y del fervor de maestros y niños quienes eran los que más visitaban su casa, donde murió el 10 de diciembre del año 2012.
Es curioso que entre quienes somos y hemos venido del contrafuerte andino una presencia obsesiva haya sido y siga siendo el mar:
Yo podía morir,
pensando en morirme sin conocer el mar;
y ya lo conocía de tanto mirarlo crecer
en todas las orillas de mis sueños;
siempre su rumor me despertaba;
pero tras las cordilleras de mi pueblo
no lo veía nunca.
Como es a la vez cierto que somos muchos quienes habiendo nacido enclavados en la serranía hemos venido a dar con nuestra vida a la orilla del mar. Pero, ¡cuánto lo habíamos soñado! ¿Cuántos de nosotros enclavados entre las montañas no nos habíamos preguntado cómo era el mar?
2. Oh mar,
palabra inacabable
Y prosigue:
Un día no recuerdo si fue despierta o dormida
que miré profundamente el mar.
No sé si trasoñaba o realmente existía.
Era... es... tenía..., ¡cómo poder decirlo!
la belleza del cielo de mi pueblo
que yo ya no veía,
disuelta en agua viva
lamiéndome los pies.
– Desde entonces, yo muero
cada vez que miro el mar.
¡Y era increíble la dificultad para imaginarlo! De allí que a cada niño que venía a la costa y regresaba la pregunta a su retorno era:
– ¿Cómo es el mar?
¡Y qué arrebato era imaginarlo! En el caso de ella es hermoso que ahora al entrar a sus orillas mire el cielo de su tierra natal.
Al respecto, recuerdo otro poema de ella donde expresaba acerca del mar algo así como: ¡Oh mar, palabra inacabable! Porque, siendo apenas de tres letras, ¿dónde termina esta palabra? Ahora ella habita en el mar y en la inmarcesible Cordillera Blanca.
3. Todos
los matices
Rosa Cerna ha creado un mundo maravilloso que se refleja en sus aproximadamente treinta libros publicados entre cuentos, poemas, relatos y novelas. Es la escritora peruana con mayor trayectoria en la creación de libros para niños. Y aunque su labor ha sido silenciosa, no por ello ha dejado de ser reconocida.
El libro por el cual es mayormente célebre es Los días de Carbón, historia entrañable que sigue las aventuras de una niña y su perrito negro como el carbón. La narración fluye en una trama clara y directa que va presentando la visión de una protagonista tierna quien madura con cada suceso que le ocurre en compañía de su perro y en íntima relación con la naturaleza y con el ambiente en que vive. Esta obra constituye así una fidedigna expresión de los paisajes, de los hombres, de las cosas, de las costumbres, de toda la vida de un pueblo de la cordillera andina.
Otra obra representativa de Rosa Cerna es Una flor de cuentos, conjunto de variados relatos amenos e interesantes, tanto para niños y jóvenes como también para adustos. Como su nombre indica, tienen en la belleza y la armonía su eje central. La prosa es armoniosa y delicada, lo que hace que los relatos sean excelentes para animar un plan lector. Tiene todos los matices: la leyenda, la fantasía, la picardía, el romance.
4. Fablillas
del pesebre
Otros títulos de esta autora son: Tataramundo y Al alcance de los niños 1 y 2, que constituyen una maravillosa recolección del folclore literario de su tierra; y La alforja del jorobado. Es autora de poemarios como Imágenes en el agua, Figuras del tiempo, El mar y las montañas y Desde el alba. Y de acertadas antologías como: Los niños del Perú y sus poetas.
Pero he aquí el libro que yo más adoro de Rosa Cerna: Fablillas en el pesebre, un libro de fe, un libro oración, un libro votivo; que nos enseña a vivir con lo humano y divino, con lo natural y lo sagrado, con lo trascendente y cotidiano. Sólo posible de ser escrito por alguien que habla a diario con Dios y quien piensa que lo único cierto en la vida es la existencia de un creador bueno.
Rosa Cerna nos hace presente en este libro a un Dios de amor, a un Dios de candor, y a un Dios de infinita ternura, a un Dios niño, capaz de intimidad, de hondas confidencias, de secretos humildes, pequeños y nimios, ¡esa es su virtud!, la misma que por ser así resulta extraordinaria para todos nosotros.
Necesitábamos este libro en nuestras vidas. Necesitábamos que alguien haga un lugar en nuestra casa donde irradie un sentido nuevo y profundo de las cosas. Que una matita de flores desde un huerto nos invada con su perfume y nos haga sonreír, despiertos o en sueños.
5. En el centro
de lo sagrado
Necesitábamos un manojo de palabras llenas de fervor, un haz de luces que nos devolviera la tranquilidad, la confianza de que todo está bien, de que no hay nada que temer, que hay que confiar. Necesitábamos una voz que nos diga que lo grave ya pasó, que debemos tener calma. Que hay un conductor en el timón del universo, y que él, para mayor seguridad, ¡es un niño!, es decir un ser puro, en quien además palpita la gracia de ser Dios.
Necesitábamos alivio en nuestras sienes, y he aquí la razón de este libro. Necesitábamos una mano y una voz que relaje en algo nuestras tensiones y quebrantos. Que pulse, toque y afloje nuestros nervios tensados.
Que alguien muy despacio abra nuestra puerta y deje entrar la luz sin que la sintamos, sino que nos llegue lentamente como una melodía, una paz, una calma, un rumor de hojas y de viento nuevos. Que diga que viene por nosotros. Que está destinada, o destinado, para cruzar con nosotros, el caudal torrentoso de la vida y de la muerte.
Con Fablillas en el pesebre de Rosa Cerna Guardia, se hace fácil entender y sentir lo que a veces es tan difícil y para muchos imposible –¡oh pesar!–, y ello es: que vivimos en el centro de lo sagrado. Y que esa maravilla y excelsitud está en lo íntimo de lo que somos, en lo natural y cotidiano de nuestras existencias.
6. Nos enseña
a creer
A su voz se une en este libro la de Esther Allison, aquella gran poeta que nos legó su palabra ferviente, sus cantares, su devoción.
Quien se dedicó a escribir acerca del brote de una hierba en el jardín, conmovida ante una gota de rocío que tiembla en una hoja o en lo alto del tejado como lluvia o como estrella.
Los cuentos de Rosa son pequeñas joyas que acompañan muy bien a los villancicos de Esther.
Nos donan ambas el prodigio de la pureza, y de un manojo de sentimientos sutiles –como esas flores en lo alto de los muros de los pueblos humildes– inocentes pero a la vez inmarcesibles.
Por eso, quien coja en sus manos y lea este libro se hará bueno, sino es para siempre al menos por un momento, lo cual es ya bastante y extraordinario ser buenos siquiera por un instante.
Porque nos enseña a creer en algo inmenso y absoluto, aunque pequeño y tierno.
Nos guía a confiar más y mejor; pero sobre todo, a vivir iluminados por la gracia y el milagro del amor.
7. Desborda
cariño
Rosa Cerna Guardia logra, desde muy temprano en su obra, separarse de la literatura infantil reincidente en los relatos saturados de exotismo, propios de la literatura infantil tradicional.
Presenta así niños y niñas muy cercanos a la realidad del lector común y corriente, dentro de la casa paterna, junto a las mascotas, inmersos en los sentimientos hacia la familia y hacia los amigos.
Y esto, sin necesidad de caer en la crudeza que muchos autores realistas buscan inclusive como objetivo.
Sin embargo, esta vuelta hacia al mundo inmediato no significa que la autora pierda la fantasía en su obra, sino muy por el contrario.
Lo innovador en ella es que su prosa hace de una actividad cotidiana, como puede ser alimentar a una mascota, una aventura llena de sentimientos asumidos con dulzura, divagación y éxtasis, muy propios de la literatura infantil.
Sus descripciones desbordan cariño hacia el paisaje del lar originario, hacia la persona confidente, a los primeros sentimientos complejos que siente el ser humano en su infancia.
8. Siempre atenta
al mañana
En cuanto a los temas, debemos de señalar tres muy predominantes en su obra: la solidaridad, la comprensión y la inclusión.
La solidaridad es quizás el tema más recurrente en la obra de Rosa Cerna, que se desarrolla significando la unión en el nivel sentimental y anímico entre seres muy diferentes e incluso antagónicos.
Esta unión se logra a través de la coincidencia de sentimientos entre los personajes, quienes encuentran armonía gracias al descubrimiento de que somos prójimo y semejantes.
El segundo tema, que es la comprensión se entrelaza siempre con el primero: el niño debe hallar en el extraño y diferente una identidad tan valiosa como la suya.
En este proceso, la autora ubica también el tercer tema: la inclusión que logra hacer que todos nos sintamos hermanos pese a nuestras diferencias.
Y es que Rosa Cerna propone mundos utópicos que los niños pueden anhelar y vivenciar a través de sus páginas y poner en práctica en su realidad cotidiana.
Quizás en esto aflora su actitud de maestra, siempre atenta al mañana de los niños que a ella acuden y en ella se acogen.
9. Mujer
de la ternura suprema
Rosa Cerna es quien bajó desde las altas montañas y pudo finalmente llegar al océano, inmensidad a quien dice:
Acaricio en tus ojos
la forma de los peces
y todo lo marino que acontece en ti,
las grutas que la esponja cala bajo el agua
el incesante ruido con que se mece el mar.
La nevada espuma que golpea las riberas
y la remota estrella reflejada en tu ser.
Creo que ese mar es su propia perfección y su propia infinitud.
Nada mejor para ilustrar todo lo dicho en relación con Rosa Cerna Guardia, lo que ella misma nos expresa en el pórtico de Los días de Carbón, con lo cual quiero finalizar esta nota de nostalgia y de adhesión plena a su ejemplo de artista y de maestra.
Y creo también que estas son las palabras emblemáticas para toda la vida y obra de esta poetisa de la vida, esta decantadora de los sentimientos más sutiles del alma humana, esta mujer de la ternura suprema...
10. El rozar
de unas alas
…Es en estas palabras en donde encuentro el secreto de su mensaje, la imagen y la metáfora profunda de su existencia, espejo de lo que ella es espiritualmente, cuando nos habla de este modo:
Poseo como nadie, la imagen del ave que un día murió en mis manos. Me ha quedado para toda la vida su último temblor y sus suspiros. Es como una huella que llevo; por ella, todos podrán reconocerme como la mujer que tiene en su mano una cicatriz embellecida por la semilla del trigo que, teniéndola en el pico, no alcanzó a tragar.
Llevo esa semilla dentro de mí como si llevara un secreto muy hondo por hermoso y querido.
Su corazón ya sin palpitación, está unido a mis latidos y sus ojos me miran a través de todos los árboles que miro.
A veces cuando estoy triste pienso en ella.
Su alma que vivió en los cielos me hace sentir la frescura del aire que rozó sus alas; entonces, recuerdo que llevo este secreto y me siento feliz.
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