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Tengo el penoso deber de comunicar el sensible fallecimiento de nuestra dilecta paisana UBALDINA PARDO NOVOA. Ella ya se encuentra en el cielo junto a su amado esposo Juan. Sus restos mortales hallarán cristiana sepultura al mediodía de hoy en el Cementerio General de Chiquián.
A nombre de la familia Alvarado Balarezo, las sentidas condolencias a nuestros amigos: Nivardo, Nicanor, Leonor, César y Alfonso, con la esperanza de que su legado de madre amorosa, compañera ideal, vecina y maestra ejemplar, florezca por siempre en el corazón de nuestro pueblo; de igual modo acompañamos en su dolor a la dilecta maestra chiquiana Rosalía Pardo Novoa y familiares.
Tengo el penoso deber de comunicar el sensible fallecimiento de nuestra dilecta paisana UBALDINA PARDO NOVOA. Ella ya se encuentra en el cielo junto a su amado esposo Juan. Sus restos mortales hallarán cristiana sepultura al mediodía de hoy en el Cementerio General de Chiquián.
A nombre de la familia Alvarado Balarezo, las sentidas condolencias a nuestros amigos: Nivardo, Nicanor, Leonor, César y Alfonso, con la esperanza de que su legado de madre amorosa, compañera ideal, vecina y maestra ejemplar, florezca por siempre en el corazón de nuestro pueblo; de igual modo acompañamos en su dolor a la dilecta maestra chiquiana Rosalía Pardo Novoa y familiares.
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Nalo
Nalo
MADRE
En tus ojos fulguran las estrellas
que nos alumbran paso a paso
por los oscuros senderos
de la vida...
De tus manos vuelan ángeles
que velan nuestros sueños
convirtiendo fantasías
en realidades.
Brota de tu alma el canto
y la melodía humilde
de los puquiales
y la quena.
Pan de trigo recién segado
que alimenta día a día
el espíritu telúrico
de tus hijos.
Hilandera de amor maternal,
rueca de fe y esperanza
que brinda calor filial
al corazón.
Surco regado con lágrimas,
llanto de maíz maduro
del que destila
la chicha.
Linda cholita, ojos de capulí
que la Mano Divina pintó
en el blanco lienzo
del amor.
Espejo azul caído del cielo
donde los rayos del sol
el rostro de Dios
reflejan.
Beso celestial como la brisa
que borra los lamentos
haciendo renacer
la risa.
Ante ti desfallecen las flores,
la luz se hace penumbra
el trueno se ahoga
y callan los trinos.
Gracias por darnos tus alas
para volar cielos lejanos
y por amar a tus nietos
como a tus hijos.
NAB 15651
6
“El corazón de una Madre nunca deja de latir; se regenera a través de sus hijos y así sucesivamente de generación en generación eternamente... NAB, 20 FEB 2002'.
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