LA HORMIGA Y LA LUCIÉRNAGA
Por María del Pilar Cárdenas Márquez
"Mishqui Yacu de Chiquián"
Como de costumbre, noche a noche resplandecía en júbilo una luciérnaga junto a sus amigos bajo la majestuosidad de un inmenso árbol, con festines, banquete y algarabía sin parar; hasta que un buen día ella cayó muy enferma, producto de tanto desorden y falta de descanso en su vida, pero lo que más la aquejaba era la ausencia de sus amigos, pues los festines brillaban por su ausencia.
Sin embargo, al recogerse en descanso al caer la noche, una noble hormiga, quien en rutina disciplinada por el trabajo se detuvo un momento, al no escuchar más algarabía bajo la majestuosidad del árbol que estaba junto a su hogar…; fue entonces, que al percatarse del infortunio de la luciérnaga, echada en cama con gran dolor, supo darle atención y compañía, hasta que esta pudiera estar en pie, volar y volver a brillar en cada noche, para cobijar desde entonces, su más entrañable amistad.
Moraleja:
Hay quienes fingen ser amigos durante los festines, y desaparecen durante el infortunio, es por ello, que decimos con sabiduría “Échate a la cama, y sabrás quién te ama de verdad”.
Fuente:
"MISHQUI YACU DE CHIQUIÁN"
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