VOY A CHIQUIÁN
Por Juan José Alva Valverde
Chiquián querido, a pocas horas de abrazarnos efusivamente,
Yo ansioso con la avidez de un infante a su amada madre;
Tu acogedor, comprensivo, tolerante y pausado,
La comunión entre los dos, será mejor que antaño.
Tus callecitas de pueblerino gusto, y mejor encanto,
Tus campiñas siempre preñadas de verdor y aromadas;
Tu cielo azulado, con los copos de algodón como nubes,
Tu majestuoso Yerupajá que nos contempla, siempre risueño.
Me abrazo a ti, con ansias de hijo pródigo,
Vengo a llenarme de tus aires, de tus caricias y ternura,
Vengo a renovarme, a tomar nuevos bríos, a fortalecerme,
Vengo a cumplir nuestro pacto, el que está escrito en mi sangre,
En mi alma.
Recorrer tus calles buscando pasos idos;
Los de mi querido viejito, o de la hermanita que voló al infinito;
Contemplar las chacritas de Tranca, imaginando tardes de ensueño,
De las cosechas de maíz, cuyas mazorcas captaban el resplandor
Del sol de junio Bolognesino, y de julio patriótico y festivo.
Mirarla a los ojos a la santita Rosa,
Ha hablarle con el corazón, arrodillado ante su venerada anda,
Ha agradecerle por todo; por la bendición recibida;
Por lo mejor que me ha dado la vida; mis amados hijos.
Buscar en el campo santo, entre el rumor de los Eucaliptos;
Indicios de la espiritualidad de mis pequeñitas nenitas;
Las que prematuramente, durmieron el sueño eterno;
Llevándose consigo mis alegrías, o quizás mis juveniles ilusiones.
Chiquián querido; aquel de jana barrio, con el Oro puquio, y Racrán;
Aquel de ura barrio, con Quiullán y su plazuela Bolognesi;
Con el usgor celestino; y el bello paisaje del valle de aynín;
El de Umpay cuta; Cochapata; y el recordado Tupajapana.
Cruz de Motupe; 24 de agosto del 2014.