CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
ABRIL:
MES DE LA PALABRA, LA CREATIVIDAD LITERARIA E
INMORTALIDAD DE CÉSAR VALLEJO
PEREGRINACIÓN A LA TIERRA DE VALLEJO
ENTRE EL 27 Y 29 DE MAYO EN SANTIAGO DE CHUCO
SEMANA SANTA Y VALLEJO
SIMPOSIO
SÁBADO 16 DE ABRIL, 2011, 7.00 P.M.
PROGRAMA
1. Palabras de saludo, bienvenida y presentación: DANILO SÁNCHEZ LIHÓN. Presidente de Capulí, Vallejo y su Tierra
2. La Semana Santa en la palabrade César Vallejo: CARLOS CASTILLO MENDOZA
3. La Semana Santa en la tradición de la tierra de Vallejo: WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
4. La Semana Santa en la perspectiva del Antiguo y Nuevo Testamento: JORGE ARMAS DÍAZ
5. Participación del público asistente
Fecha y lugar de realización:
SÁBADO 16 DE ABRIL 7.00 P.M.
Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República
Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia
Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860
planlector@hotmail.com
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PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA
JESÚS DE NAZARETH Y CÉSAR VALLEJO
Por Danilo Sánchez Lihón
1. Alivio y solución
Hay una estirpe cristiana muy honda en César Vallejo. No un cristianismo que se profese sino una raíz, una savia, una vertiente.
Y, sobre todo una coincidencia y similitud de vida con Jesús de Nazaret, que ubica y coloca a César Vallejo también en ser un redentor humano.
Como en Jesús, sus hambres, sus agobios y tristezas del alma lo convierte en evangelio y vida trascendente para el hombre como realidad concreta y como entelequia.
Como Jesús tuvo amigos que luego fueron sus apóstoles, gustó de estar con ellos, se fueron juntos de fiesta. A quienes les gustaba libar vino y de entre ellos surgieron los apóstoles.
En el caso de Vallejo tocó a todos sus amigos que se hicieron vallejistas, cumpliendo labores de biógrafos, exegetas, estudiosos de su desenvolvimiento vital, y propagadores de su fe.
Como Jesús se preocupó de los desamparados, enfermos y menesterosos, de los seres caídos en desgracia; y de todos los que sufren. De los desventurados buscando alivio y solución a sus males.
2. Cada hombre
Ambos no tuvieron bienes, ni un mueble ni un artefacto. Nada les pertenecía, ni una cuenta en el banco, ni una casa, ni una recua de llamas o camellos; por último ni una banca en qué sentarse ni una piedra dónde reclinar su cabeza.
En cambio ambos se echaron a los hombros los males del mundo y cargaron una pesada y lacerante cruz.
César Vallejo sufrió soledad, sintió aflicción, lloró conmovido por hechos y asuntos que seríamos lobos o bestias si no lloráramos por esas causas, razones y motivos.
Como Jesús, sintió miedo. Tembló y padeció una vía crucis. Ambos temieron y dudaron en el trance de la muerte, lo que hace su aventura más sublime y humana.
Tienen el sello de lo desasido y desamparado en que se sume el destino individual de cada hombre y el sello también de lo divino, que casi siempre es de carácter misterioso.
3. Sus aguas rebalsan
Ambos murieron y sus cuerpos fueron colocados en un sepulcro. El de Cristo resucitó. El de Vallejo no desapareció con los bombardeos alemanes a París. Fue trasladado por su esposa al cementerio de Montparnasse, en donde ahora es centro de culto.
Sobre el destino y la ubicación de dichos cuerpos hay motivos de discusión y controversia; hay obsesiones, zozobras, manos tendidas o plegadas, ausencias, presencias, tierra de espera.
El sepulcro de Vallejo al parecer está sellado para siempre. Georgette de Vallejo, que había separado una tumba al lado suyo, permanecerá velando en espíritu desde lejos.
Ambos, antes de morir sorbieron el trago amargo de la soledad y la congoja. Vallejo escribió 15 poemas fulgurantes, esperanzados y apocalípticos. Y murió reclamando ser llevado a España. Jesús profiriendo un alarido que bien puso ser orar: “Padre, por qué me has abandonado”.
El evangelio de Vallejo se suma al de Jesús. No es contrario sino complementario y afín, pero desbordándolo. No colisionan sino cohesionan, pero sus aguas rebalsan. No pugnan sino que se enriquecen y se sumergen en interrogaciones de pasmo. No riñen, se solidarizan, pero inundan fuera de sus cauces.
4. El papel más difícil
El evangelio Vallejo se resume en una palabra clave, cual es: todos. Resulta desafiante decir por ejemplo: ¡Todos se salvan! Ninguno es condenado.
El hecho de que viniéramos a este mundo sin haberlo pedido nos exime de culpa. Y esto lo sostiene con su vida, hasta en lo más atroz, como es la circunstancia de una guerra, en donde los hombres se dividen hasta ponerse frente a frente. Él no condena a ninguno, sino al mal y a la muerte. Y escribe incluso en defensa de su enemigo.
De acuerdo a él, por el hecho de ser seres humanos cabe toda solidaridad y que nadie quede excluido de ningún reino. Los más débiles e indefensos, incluso en cometer errores, serán los primeros en ser atendidos.
Los réprobos merecen en primer orden nuestro cariño. Habría que amar, incluso a traición, a nuestro enemigo. Es conmovedor pensar así. Si Jesús es omnisciente encargó a Vallejo el papel más difícil.
Porque para Vallejo hay un ser que reconoce en cada hermano y en la totalidad de los hombres, y ése es Cristo. Concebir este mandamiento lo hace majestuoso.
5. La trama de la vida
César Vallejo se abraza, camina, va de la mano, le invade el pecho de emoción Cristo. Y dijo de sí mismo:
– “croquis pagano de Jesús”
– “Cristiano espero siempre...”
– “Y por mí que sería con los años, si Dios quería, Obispo, Papa, Santo...”
El amor que sienten por los pobres, las víctimas, los perseguidos es el mismo en Cristo que en Vallejo.
En aquel Cristo que también fue un ser sociable y político, quien no faltaba a las reuniones, quien incluso asistía a las fiestas, algunas de ellas desbordantes de alegría, como son los matrimonios y las bodas, adonde iba al lado de su madre. Y se preocupaba por el vino, tanto que su primer milagro fue convertir el agua en zumo de vid.
Era un ser humano cabal, completo, hecho y derecho. “Buen cholo”, diríamos, entre nosotros. Que bebía sus copas. Tiraba su trago. ¡Y cómo no lo iba a hacer!, ya que se lo necesita, cuando se comprende desde su trasfondo la trama de la vida, el destino humano y el rodar del planeta.
6. Aún así
Y sabía tratar a las mujeres mundanas. Ahora con Vallejo están bebiendo juntos.
César Vallejo valora en Cristo la experiencia, el mundo, los embates de las cosas; los tropiezos, sufrimientos y fracasos, necesarios para ser Dios.
Sin embargo, entre ambos hay diferencias en el amor al Padre. Escribió:
Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios.
Jesús de Nazaret tiene una relación con Dios Padre que es plena, armoniosa y de intenso amor filial.
Es el preferido por Él. Vallejo en cambio es el insurrecto, faccioso y amotinado, quien solo tiene hacia aquel reproches y resentimientos.
Vallejo tiene en Jesús un referente inmenso y trascendente. Es su baluarte. Pero es rebelde con el Padre.
Aún así, Vallejo es otro Jesús. O son dos fases del mismo Jesús. Es el hermano separado o excluido.
Pensemos en lo que significa el nombre: Vallejo. Es valle pobre, escaso y olvidado. Es valle rústico, que se desdeña y denigra.
7. Dios Masa
Desde estas situaciones tiene que superar dificultades, consideraciones y ubicaciones previas y postreras.
Debe estar sentado en algún lugar no a la diestra ni a la izquierda del padre. No en el trono, ni siquiera en el espacio de los elegidos, no sumiso ni reverente sino díscolo.
Eso sí, Jesús lo tiene muy presente en todo, porque sabe de su autenticidad, de su dolor y su grandeza.
En Vallejo, a nivel de salvación, aparte de dramas individuales se proyectan dramas colectivos, como es la Guerra Civil Española.
Sintoniza con conflictos que comprometen a la humanidad. Toma partido por el destino del hombre como colectivo, grupo o sociedad. Forja una dimensión colectiva del sufrimiento, aquel que hace del hombre un ser primero anonadado y después comprometido. Y concibe un Dios Masa, postulando que hombre hecho comunidad encarna a Dios.
Y es que Vallejo agrega al mensaje de Cristo algo que no era tradición todavía en el tiempo de Jesús de Nazaret, cual es esta concepción social de la historia.
8. Tanto dolor
Siendo así podría colegirse que Cristo prepara a Vallejo para expandir su evangelio y ser su vocero en este nuevo orden y dimensión. Para que anuncie este nuevo mensaje de la salvación, pero en su dimensión colectiva.
Y, en salto dialéctico, por ser la solidaridad el contenido, dirigido como consigna hacia lo netamente andino.
Nadie más idéntico a Jesús en su devoción al hombre y nadie más atravesado de la flecha de lo sagrado y divino que César Vallejo.
Es hermano de Jesús pero en rebelión al Padre, por los mismos santos intereses que inspiraron el martirio de Cristo, cual es la salvación.
Solo que Vallejo es hijo rebelde y blasfemo. Ama al hermano, más no al Dios Padre, porque no sufre, nunca se hizo hombre y entonces siempre estuvo bien.
Vallejo es crístico, más que cristiano. Creyente en Jesús, más no en el dogma ni en la Trinidad. Es más ligado al hijo que al Padre creador, insumiso con respecto al Padre a quien más endilga desaciertos, le reprocha tanto sufrimiento, tanta impotencia y tanto dolor.
9. El dolor los une
Le reprocha que deje enseñorearse al mal sobre la faz de la tierra, omnipotente como es.
De allí que se identifique más con un Dios que sufre por el hecho de la imperfección de su creación.
No sacraliza al hacedor sino que le reclama acerca de su creación, aunque identificado hasta la embriaguez con Jesús:
Bebo tu sangre en cuanto a Cristo el duro,
como tu hueso en cuanto a Cristo el suave,
En los momentos de mayor angustia y soledad, que acosan a César Vallejo, es Jesús quien está presente. Solo ante ese hermano se arrima y se confiesa. El dolor los une, el dolor por el ser humano.
Vallejo siempre le sirve una copa de vino para él. Lo hace en los trances de mayor soledad. Hace un brindis profundo con ese hermano.
10. Voz de la creación
Brindo en nombre de ti.
Ahí está Cristo.
Es un Cristo en la comunión del vino. En la celebración de la vida. En la conjunción más honda.
A él se dirige en sus momentos de fervor, de arrebato o de temor. Le dice a Alfonso de Silva cuando él ya había muerto:
Este es el otro brindis, entre tres...
El primero con quien hacía chocar su copa es Jesús. Siempre presente en su soledad.
Por todo ello Vallejo es un poeta del primer día. Es voz de la creación, redentor natural y primigenio.
Es la voz de reproche a Dios no para los hombres, sino para el mismo Dios.
Texto que puede ser reproducido citando autor y fuente
Teléfonos:
420-3343 y 420-3860
planlector@hotmail.com
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daniloydanilo@hotmail.com
IGLESIA MATRIZ DE SANTIAGO DE CHUCO
Imágenes: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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