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La TIERRA es nuestro único hogar en el Universo, pero nosotros no somos los únicos habitantes, sino también incontables cantidades de otras criaturas vivientes que necesitan de los recursos que nos brinda diariamente. Su cuidado es tarea de todos, por ser presente y futuro del Hombre. Desarrollemos un mayor sentido de responsabilidad sin desmayar en el intento.
Heredemos a las generaciones venideras un lugar saludable. No al desbalance del ciclo vital, sí al renacer de los valores de solidaridad, respeto y reconciliación con ella, sin olvidar que el Ambiente es un sistema integral y funciona como un todo, y que la Madre Tierra es frágil por tanto vulnerable a las amenazas humanas que la azotan sin piedad.
"Sin agua dulce, no hay vida", reza un dicho milenario, mas el líquido vital se está agotando, y los factores son muchos, principalmente el despilfarro y el poco cuidado que la Humanidad le brinda a las fuentes de donde provienen: nuestros hermosos glaciares que están perdiendo consistencia y blancura.
Si bien es cierto que Dios nos ha regalado bellas montañas nevadas, también es cierto que de nosotros depende que la cordillera Huayhuash y sus hermanas gemelas de otras latitudes del mundo, no sufran los estragos de la deglaciación que el calentamiento global agudiza, tiñendo de gris los mechones blancos que se aferran a las estribaciones de granito. Pero no solamente el hielo está retrocediendo en las partes bajas de las montañas, también están siendo afectadas las cimas que ya presentan afloraciones rocosas donde hasta hace poco fue hielo macizo.
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No olvidemos que los glaciares peruanos alimentan a los ríos y arroyos que corren a saciar la sed de millones de bocas en la franja costera y de la Selva latinoamericana. Asimismo jugarán un papel de primer orden en la atención de los tratados de libre comercio que suscriba el nuevo gobierno a partir del 28 de julio próximo, pues del agua dulce dependen los productos bandera de agro exportación. El agua dulce comprende el 3 % del agua total del planeta, una parte importante aflora del subsuelo, como se puede apreciar en la siguiente dirección electrónica:
EL PUQUIAL - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO) ...
EL PUQUIAL - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO) ...
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Abundante información que navega en la internet señala, que en los países donde el líquido vital es escaso, se registran los mayores índices de pobreza, hambre y enfermedades. La falta de agua es causa del 80% de las muertes y dolencias en los países empobrecidos. Más de 1,500 millones de personas no tienen acceso a la cantidad diaria de agua necesaria para vivir dignamente y 6,000 niños mueren de sed cada día.
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Estudios científicos recientes indican que cada año se liberan más de 8 mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera de la Tierra. Cifra que va en aumento, en tanto crece el número de plantas eléctricas y de vehículos motorizados en los cinco continentes. Con este rápido incremento los glaciares del mundo presentan una tendencia generalizada a la desaparición, lo que exacerba antagonismos por el agua dulce, que podría desencadenar en una guerra mundial por su control como recurso estratégico. Esta situación nos lleva a reflexionar en este Viernes Santo y los días venideros, que el agua no debe ser materia de conflictos armados, sino fuente de vida y de entendimientos mutuos entre los hombres, como soporte de una cultura de paz que garantice el desarrollo sustentable en el mundo.
Dicen también que de continuar aumentando el calentamiento global, el delito más grave en la legislación de cada país será el contrabando de agua, y que los seres humanos nos alimentaremos de residuos dañinos para la salud y la vida. Nosotros podemos ayudarnos y ayudar a la Tierra: amándola, respetándola, protegiéndola de los depredadores y manteniéndola limpia.
LA SALUD DE LA TIERRA ESTÁ EN NUESTRAS MANOS,
CUIDÉMOSLA CON AMOR, Y ELLA NOS CUIDARÁ
22 de abril: Día de la Tierra
CUIDÉMOSLA CON AMOR, Y ELLA NOS CUIDARÁ
22 de abril: Día de la Tierra
