MUJER: Palabra Bendita
"Ante ti palidece la rosa más bella"
Por: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Mientras Adán soñaba
Dios le extrajo una costilla
y creo a la dulce Eva,
llenando de luz el Edén.
Con el alba despertó,
hallándola dormida;
y elevó la mirada al cielo
por tan bella compañera.
El rocío le dio su frescura
la mariposa su tersura
la flor su hermosura
la miel su dulzura.
El Sol le brindó su calor,
las olas ondulante figura;
la Tierra le dio fértil surco,
y los ángeles su ternura.
El ave bebe del puquial,
la Luna del arroyuelo;
él le brinda su amor matinal,
ella su pasión y anhelo.
Eva, fruto de la Creación Divina,
corazón de trigo y paloma,
alma blanca hecho poema,
vida que fecunda vida.
Así Dios colmó de dicha,
la solitaria vida del Hombre;
desde entonces lleva su nombre
la cautivadora MUJER.
(NAB - 8 MAR 1,983)
En este DÍA tan especial, deseo compartir contigo un mensaje de nuestra amiga Carolina, una escritora con un corazón de oro.
Nalo
La fuerza de una, es la esperanza de las otras….
Por Carolina
Hace años, víctima de mi educación y mi inmadurez, esta frase se me hacía sorda, no recuerdo a quién ni dónde la escuché, sólo sé que no lo olvidé y gracias a Dios, se ha vuelto mi consigna para avanzar.
He visto cientos de mujeres pasar duros trabajos para resaltar, no hablo de ponerse maquillaje o ropa vistosa, tampoco de fama o gloria, sólo resaltar por hacer valer sus derechos y otras veces para hacer valer el derecho de las demás, derechos de seres humanos, humanos de primera clase porque no existe otra clase, somos todos y todas iguales, iguales en derechos, iguales ante la ley, iguales principalmente ante el creador.
Me dejé pisar, me dejé engañar y me dejé maltratar, porque así era, porque así tenía que ser, porque siempre fue así… un día abrí los ojos y dije ¡¡BASTA!!, no porque generaciones enteras hicieron lo mismo, tenía que ser lo correcto, fui madre de una niña y no quería que ella padeciera, lo que yo padecía o viviera lo que miles, millones de mujeres han pasado por generaciones.
El mundo ha cambiado, las cosas ya no son como antes ¿por qué el comportamiento abusivo tenía que seguir igual? ¿por qué tenían que haber diferencias?: simple, hasta las iglesias nos dictaminaron obediencia, incluso, hasta hace no mucho la ley también nos lo exigía, la lucha de muchas mujeres cambiaron un poco el nuevo paisaje que se nos avecinaba, un día un pastor, de una fe muy distinta a la mía me dijo “Se mansa como una oveja”, Dios no dijo, se MENSA.... mensa, tonta, ignorante, eso era, ser mansa no era ser sumiso y manipulable, era ser tolerante, respetuoso.
Una vez abiertos los ojos, sentí miedo, mucho miedo, era como aprender a caminar otra vez ¿alguna vez saltaron desde lo alto de alguna roca al mar? Yo si, y la primera vez que lo hice, entré en pánico, pero la madre mar me llamó, salté y nunca más tuve miedo.
La vida es igual, tienes que saltar, atreverte, pronto el miedo va a pasar y disfrutarás el trayecto a la meta, sentirás alas y el vértigo comenzará a gustarte, será la señal que empiezas algo nuevo.
Mi primer salto fue desastroso, pero le tomé gusto al vuelo, asimismo, mis primeras decisiones en solitario, como individuo consciente de que tengo autoridad sobre mi misma, fue un desastre. Me equivoqué, pero me levanté varias veces, cada vez con menos miedos, más segura, con la certeza de que la lección aprendida me ayudaría a cada paso. Entonces fui libre, respiré hondo, me había desatado del prejuicio, del temor, de la inseguridad, ya nadie podría decirme “tú no puedes”, porque yo PUEDO Y QUIERO.
Siempre que quería dar un nuevo paso, miraba al frente, la ruta es larga y difícil, pero no tengo apuro, porque voy a medida de mis fuerzas, que cada vez son más, ahí, delante de mí, vi a otras que despertaron antes, que me animaban a seguirlas, a alcanzarlas.
He avanzado y me siento orgullosa de mis propios logros, al ver a otras tan lejos me repito muchas veces, “TU PUEDES, si ellas lo lograron, nadie impide que lo logres también”.
Hoy, otra de nosotras ha abierto los ojos, dejó atrás insultos, malos recuerdos y temores, aprendió a tomar una nueva arma, sus decisiones, logró desatarse de las ataduras de las culpas y está aprendiendo a respirar en libertad.
Esta nueva caminante me ha dicho “si no hubiese visto, que lo hiciste y te resultó, jamás me hubiera atrevido”... Fue entonces, cuando la frase “la fuerza de una es la esperanza de las otras” resonó en mi cerebro cobrando sentido, hoy he descubierto que en el camino tendré que darme vuelta más a menudo y gritar con el alma “vengan, alcáncenme, ustedes pueden, si yo pude, tú puedes hacerlo”
Me llené de gozo, ahora soy una de las que va a delante y aunque aun necesito constantemente a las que van antes que yo, tengo el valor, la fuerza y la esperanza, de que las que vienen detrás me necesitan también y en esta gran cadena, lograremos el cambio.
MUJER: ¿Estás lista para decir YO PUEDO?: estoy segura que sí.