
AÑORANZA
 Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo) 
CHIQUIÁN despierta con el dulce gorjeo de  los pichuichancas... todo es bello alrededor.
 
 

Lentas pasan las horas... De pronto calla la banda y se oculta en las alas de una torcaza que abre el cendal de la tarde, mientras me voy quedando aletargado en los brazos del recuerdo...
 

 
 

 
 

Poco a poco mi amada Luna abandonará el tálamo. Está preparando su apachico de estrellas para orlar el cielo.
 
 
 
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La
 aurora pinta un  paisaje de ensueño, con nubes viajeras que bogan en 
la cúpula azul como  sábanas blancas deseosas de cubrirme...
Lentas pasan las horas... De pronto calla la banda y se oculta en las alas de una torcaza que abre el cendal de la tarde, mientras me voy quedando aletargado en los brazos del recuerdo...
 
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Dos gotas de rocío rondan mis mejillas, brillando con los últimos rayos solares que se hunden en las grietas del Yerupajá...
 
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En el horizonte el viento acaricia la sonrisa de los chiuchis de trigo, y pone versos al arco iris que florece con la lluvia..

En el horizonte el viento acaricia la sonrisa de los chiuchis de trigo, y pone versos al arco iris que florece con la lluvia..

A
  mis pies la alfombra de hojarasca susurra canciones de otro tiempo, y 
 gota a gota se van humedeciendo las hojas secas del otoño.
 
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Al declinar el día, la noche  se acostará en los cerros yermos con su manto de terciopelo.
 
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Poco a poco mi amada Luna abandonará el tálamo. Está preparando su apachico de estrellas para orlar el cielo.
 
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Ya por fin se alejará la nostalgia que horada mi  alma, y el llanto se irá
 con ella, dejándome con mis recuerdos y mis  sueños.
Jircán, 30 de agosto de 1975
