.
POCHO Y MICKY YA ESTÁN JUNTOS
.
EL PITAZO FINAL SONÓ HACE UNOS MINUTOS
.
Y HAY OVACIÓN EN EL CIELO
.
¡QUE DIOS TE BENDIGA MICKY!
Jueves, 13 de Noviembre de 2008
.
Por: Luis Miguel Rospigliosi
Increíble cómo pasa el tiempo. Me parece ayer, cuando a las 7.00 de la mañana del 13 de octubre, después de una franca mejoría, ese coágulo se le fuera al cerebro y lo dejara en coma por 36 horas, para luego morir, tranquilo, en paz, durmiendo.
La noche del 12 de octubre, aproximadamente a las 11, llegué a mi casa despreocupado puesto que el viejo venía bien.
Apenas llegué me cambié y eché a dormir. Al rato la voz presurosa y preocupada de mi madre me levanta y me lleva a su pieza ¡tu padre no está bien, Miguel, por favor ayúdame!
Salté de la cama como nunca antes lo había hecho. Lo encontré tranquilo, boca abajo, con el brazo derecho estirado moviendo a una velocidad impresionante y golpeando aceleradamente con la yema del dedo índice el colchón de su cama.
Papa, ¡Padre!, exclamé.
“Piojo, hazme masajes en las piernas“, me dijo, medio balbuceando, como desde niño me decía en la intimidad.
Me asusté. Me aterré. Se tranquilizó. Lo dejé de masajear, cosa que toda la familia hacía y por turnos.
Luego mi Madre me enseñó un escrito de puño y letra de él, casi ilegible, sin sentido. Decía “Enviado especial, tarjeta amarilla para el 8, desde Sullana” -o algo así-.
Exigió que llamáramos al diario y dictáramos su columna.
No podía creer lo que estaba pasando, luchaba por demostrar que todavía podía. Pero no se daba cuenta que era de noche ni, tal vez, si era su cama o la sala de redacción del diario.
Luego se durmió, nos pidió que lo dejáramos solo con mi madre.
Me fui a mi cuarto tranquilo, pensando que estaba bien, porque regresó al estado de evolución que había mostrado días antes.
Al día siguiente a las 6 de la mañana aproximadamente me despertó mi madre desesperada, llorando. Me asusté, sentía que el corazón iba a un ritmo que nunca había experimentado. Se me nubló un poco la vista, me tropecé, casi ruedo por las escaleras al ir corriendo a ver a mi IDOLO, a mi padre.
Nunca en su vida perdió, ni en los entrenamientos. “Si hay pobreza, ¡arriba la cabeza!” que no se note, bien peinado, limpio, saco y corbata, temprano a trabajar para luego escuchar a los Embajadores Criollos, le dijo una vez a su sobrino Ricardo Quispe, jinete de Monterrico.
En esta oportunidad se estaba jugando el suplementario y lo estaba perdiendo. Boca abajo, mirando hacia su derecha brazos abiertos y un hilo de sangre que deslizaba por el lado izquierdo de su boca, no tenía cuando reaccionar.
Al tercer ¡Papá!, volé al teléfono. Mi madre lloraba y lo contemplaba por unos segundos.
Llegó la ambulancia, lo llevaron a cuidados intensivos de la Clínica Tezza. Pasaron 36 horas y el pitazo final llegó.
Dejó de funcionar el corazón, según esa desgraciada máquina que al verla detenerse me hizo sentir la persona más impotente del mundo. Pasaron algunas decenas de minutos y fue declarado clínicamente muerto.
Lo que pasó después lo reservo para la familia Rospigliosi Moyano.
Lo que sí recuerdo es que el primero en salir de cuidados intensivos fui yo, creo que fue así. Había más de una treintena de personas en el hall esperando noticias del estado de Pocho, los miré y les hablé con los ojos, gire la cabeza y estaba el blanco y frío ascensor de la clínica.
Cuando entré estaban por casualidad dos muy buenos amigos, Luis Magluf y César Valdez. Luis me dijo tranquilízate, tu padre va a mejorar. ¿Cómo sigue? –me preguntaron-
Vamos a ser directos, les dije, mi viejo murió.
Me fui a la vereda de la clínica, tomé aire, miré el reloj, eran las 7.15 de la noche. Me puse a pensar. Como todos los días era la hora en que hacía su primera pausa en el programa, sólo que esta fue una pausa final.
Escribo y por primera vez siento la necesidad que él esté aquí para escuchar su comentario sobre el trabajo que estamos haciendo. Espero que me siga guiando, dando fuerza, aliento, espíritu de lucha. Espero que el pueblo me acompañe como lo hicieron con él, porque quiero que todos sepan que los hijos de Pocho harán honor a su nombre y a su país.
Micky
.
DESANSA EN PAZ HERMANO LUIS MIGUEL ROSPIGLIOSI MOYANO
.
***
.
Recuerdos
.
Gracias por sus oraciones
...
.
