HOLA SHAY:
El 3 de setiembre, después de la segunda corrida de toros en Jircán, los motores de la fiesta de Santa Rosa bajan su potencia al mínimo. Ya en horas de la tarde del 4, con la elección de los nuevos funcionarios, pasa a "hibernación" hasta el próximo año.
La tradición oral, como medio de comunicación, toma fuerza en las tertulias vespertinas durante la fiesta patronal, al abrigo de "don chinguirito", trago chiquiano que hace hablar hasta por los codos a beatos, tartamudos, acólitos y sahumadoras, en un concierto de ingenio, colorido, picardía en triple sentido, sabiduría popular, y las nada santas shaplacadas (fanfarronadas), hasta pichirse de risa.
Así los conocimientos y experiencias ancestrales, salpicados de vocablos típicos de la zona, se trasmiten de boca en boca, de umbral en umbral, de zaguán en zaguán, de pirca en pirca, de barrio en barrio, de generación en generación, de padres a hijos y de abuelos a nietos, bisnietos y tataranietos, conservándose en el tiempo como invalorables fuentes de información, alimento cotidiano que nutre el espíritu telúrico de nuestro pueblo, esencia de su vasta historia.
De esta polifónica cadena de trasmisión humana, los siglos han decantado relatos, canciones, versos, supersticiones, dichos, fábulas, chismes, chistes, mitos y leyendas, muchas veces de manera anónima, que hoy forman parte del acervo escrito de Chiquián, como estos tres cuentos "no tan chinos", de la expresión colectiva, que fluyen al pie.
Con afecto,
Nalo Alvarado Balarezo
El 3 de setiembre, después de la segunda corrida de toros en Jircán, los motores de la fiesta de Santa Rosa bajan su potencia al mínimo. Ya en horas de la tarde del 4, con la elección de los nuevos funcionarios, pasa a "hibernación" hasta el próximo año.
La tradición oral, como medio de comunicación, toma fuerza en las tertulias vespertinas durante la fiesta patronal, al abrigo de "don chinguirito", trago chiquiano que hace hablar hasta por los codos a beatos, tartamudos, acólitos y sahumadoras, en un concierto de ingenio, colorido, picardía en triple sentido, sabiduría popular, y las nada santas shaplacadas (fanfarronadas), hasta pichirse de risa.
Así los conocimientos y experiencias ancestrales, salpicados de vocablos típicos de la zona, se trasmiten de boca en boca, de umbral en umbral, de zaguán en zaguán, de pirca en pirca, de barrio en barrio, de generación en generación, de padres a hijos y de abuelos a nietos, bisnietos y tataranietos, conservándose en el tiempo como invalorables fuentes de información, alimento cotidiano que nutre el espíritu telúrico de nuestro pueblo, esencia de su vasta historia.
De esta polifónica cadena de trasmisión humana, los siglos han decantado relatos, canciones, versos, supersticiones, dichos, fábulas, chismes, chistes, mitos y leyendas, muchas veces de manera anónima, que hoy forman parte del acervo escrito de Chiquián, como estos tres cuentos "no tan chinos", de la expresión colectiva, que fluyen al pie.
Con afecto,
Nalo Alvarado Balarezo
TRES AL HILO
1
CON RAYA AL CENTRO
*
Cuentan
que en la fiesta brava de 1952, un chiuchi se pasó caminando toda la
corrida debajo de las palincas, contemplando con los ojos desorbitados
los encantos, casi ocultos, de las musas de shuplac.
A la mañana siguiente se encuentra en la calle de los mercachifles con una de sus víctimas, una oropuquina de mirada profunda, y éste, se pone a tararear:
- Ay amarillo, amarillito por qué te estarás amarilleando -la chica lo queda mirando y sigue su camino.
En la segunda corrida continúa su faena de observador. Después de dos días se encuentra con la misma chica en una panadería y se pone a cantar risueño:
- Tarapaqueño soy, camisa verde bien de adentro soy, todos me odian, todos me quieren porque soy campeón.
Cavilando y cavilando la linda oropuquina ata cabos y sargentos: 'en la primera corrida estuve con calzón amarillo y en la segunda con verde.... ahhh ya sé', y colige que el chiuchi la ha ampayado en las dos corridas.
En los meses que quedan planifica su venganza, y en la primera corrida del año siguiente sube a la palinca con un calzón tricolor: verde, negro y colorado.
Al día siguiente (segunda corrida), ambos coinciden ingresando a la plaza de toros y él se pone a cantar un huayno de viejo cuño: "Quien te dio la cinta verde que te de la colorada, quien no te dio en la negra noche que te lo dé en la madrugada".
La bella oropuquina, viendo que su sesudo plan falló, atravesó el ruedo hablando entre dientes, y como toda osada hincha del equipo guairuro, dejó a un lado el calzón antes del inicio de la corrida y esperó serena el desenlace en la palinca, parada con las piernas separadas.
Al finalizar la corrida, cuando los carros abandonaban Jircán, buscó al "zapallo" con la mirada y lo encontró contemplándola a cierta distancia. Se le acercó contorneando el batán y le brindó una sonrisa con sorna. El chiuchi, en respuesta, le cantó esta canción de Los Hooligans, con sabor a orzuelo:
- Despeinada aja, aja, aja, despeinada aja, aja, aja....
A la mañana siguiente se encuentra en la calle de los mercachifles con una de sus víctimas, una oropuquina de mirada profunda, y éste, se pone a tararear:
- Ay amarillo, amarillito por qué te estarás amarilleando -la chica lo queda mirando y sigue su camino.
En la segunda corrida continúa su faena de observador. Después de dos días se encuentra con la misma chica en una panadería y se pone a cantar risueño:
- Tarapaqueño soy, camisa verde bien de adentro soy, todos me odian, todos me quieren porque soy campeón.
Cavilando y cavilando la linda oropuquina ata cabos y sargentos: 'en la primera corrida estuve con calzón amarillo y en la segunda con verde.... ahhh ya sé', y colige que el chiuchi la ha ampayado en las dos corridas.
En los meses que quedan planifica su venganza, y en la primera corrida del año siguiente sube a la palinca con un calzón tricolor: verde, negro y colorado.
Al día siguiente (segunda corrida), ambos coinciden ingresando a la plaza de toros y él se pone a cantar un huayno de viejo cuño: "Quien te dio la cinta verde que te de la colorada, quien no te dio en la negra noche que te lo dé en la madrugada".
La bella oropuquina, viendo que su sesudo plan falló, atravesó el ruedo hablando entre dientes, y como toda osada hincha del equipo guairuro, dejó a un lado el calzón antes del inicio de la corrida y esperó serena el desenlace en la palinca, parada con las piernas separadas.
Al finalizar la corrida, cuando los carros abandonaban Jircán, buscó al "zapallo" con la mirada y lo encontró contemplándola a cierta distancia. Se le acercó contorneando el batán y le brindó una sonrisa con sorna. El chiuchi, en respuesta, le cantó esta canción de Los Hooligans, con sabor a orzuelo:
- Despeinada aja, aja, aja, despeinada aja, aja, aja....
2
CUANDO LA NECESIDAD TIENE CARA DE HEREJE
CUANDO LA NECESIDAD TIENE CARA DE HEREJE
*
.
Después
de la segunda corrida del año 1949, tres chiuchis maltones del barrio
de Tranca se quedan en 'FA', y como es lógico, piensan satisfacer sus
enanos instintos con una manoletilla bajo la sombra de un coposo aliso.
Para su buena suerte, cuando están por inmediaciones del Coso, ven a un borrachito dormido junto a unos manojos de putpush y deciden culminar la faena comunal con una chicuelilla al paso...
De tanto chinguirito ingerido durante la corrida, el borrachito ni siquiera se percató de su inocencia perdida de espaldas a la vida.
Concluida la quiñada múltiple, los chiuchis maltones se fueron a sus casas, dejando en el ratash bolsillo del beodo un par de pencos por los servicios recibidos.
El choborra al despertarse vio con sorpresa el dinero y, pensando que había sido favorecido con un milagro de Santa Rosita, se va sonriente al mercado de abastos del pueblo.
De pie, en uno de los puestos de comida, pide:
- Sírvame un buen caldo de mondongo, pero sin rocoto por favor, pues el locro del almuerzo ha estado tan picante que me está ardiendo el asterisco.
Para su buena suerte, cuando están por inmediaciones del Coso, ven a un borrachito dormido junto a unos manojos de putpush y deciden culminar la faena comunal con una chicuelilla al paso...
De tanto chinguirito ingerido durante la corrida, el borrachito ni siquiera se percató de su inocencia perdida de espaldas a la vida.
Concluida la quiñada múltiple, los chiuchis maltones se fueron a sus casas, dejando en el ratash bolsillo del beodo un par de pencos por los servicios recibidos.
El choborra al despertarse vio con sorpresa el dinero y, pensando que había sido favorecido con un milagro de Santa Rosita, se va sonriente al mercado de abastos del pueblo.
De pie, en uno de los puestos de comida, pide:
- Sírvame un buen caldo de mondongo, pero sin rocoto por favor, pues el locro del almuerzo ha estado tan picante que me está ardiendo el asterisco.
3
SHAPRITA EN LA RETINA
SHAPRITA EN LA RETINA
*
'Shaprita,
fue un alquimista de la discreción, que hallaba su alborada en cada
noche estrellada. Nuestro recordado amigo, comprometiendo las fibras más
íntimas de su sentimiento, nos llevaba de la mano a un viaje mas allá
de los límites de la amistad efímera, y nos sumergía en un mundo hasta
ahora poco conocido por el corazón humano, donde reina el verdadero
amor por los demás: EL ESPÍRITU TELÚRICO. Comentan los viejos arrieros,
que en 1941, Shapra gritó en plena procesión de Viernes Santo: "cambio
cien izcariotes por un amigo". Desde la otra vereda, el Indio Peruano,
le contestó: "ni mil serían suficientes para que obtengas un amigo de verdad, Shaprita"... Nalo AB - OCT 84'.
A fines de la década del cincuenta funcionaban dos colegios secundarios en el 'Coronel Bolognesi' de Chiquián. Uno diurno para adolescentes y otro nocturno para rucus.
Cierta tarde de toros, castillas y ponchos se encontraron dos viejas glorias en la palinca de las pallas. Uno de ellos estudiaba en la Nocturna. El otro era Shaprita.
D I A L O G O:
- Haber Shapra, dime ¿quién es Fedor Mijáilovich Dostievski?
- Pues, no sé quién será.
- ¡Qué tonto eres!, deberías ir a la Nocturna.
En la segunda corrida se encuentran caminando asustados cerca del Coso y le hace otra pregunta:
- ¿Y sabes quién es Alex Hrdlicka?
- Pues... no sé...
- ¡Qué tonto eres!, deberías matricularte en la Nocturna.
Pasa una semana y le hace una nueva pregunta :
- ¿Sabes quién es Friedrich Engels?
- Pues... no sé...
- ¡Qué opa eres!, deberías ir a la Nocturna.
Entonces Shapra, harto de tantas preguntas, le dice:
- Y tú, ¿sabes quién es Manuel Ñato Allauca?
- Pues, la verdad no sé Shaprita.
- ¡Qué tonto eres!, es el tipo que se acuesta con tu costilla, cuando vas a la Nocturna.
Al escuchar esto, el astado empezó a sudar frío y sin decir ni ¡¡¡MUUU!!!, caminó con la cabeza gacha arando el piso hasta Tranca. Ya cuando se aprestaba a lanzarse al abismo de Shapash, Shaprita le grita:
- !Cuidadooooo¡, tu gila te ha puesto cuernos, no alas...
(Desde los albores del Tercer Milenio, los tres relatos chiquianos de exportación no tradicional, han sido recreados en varios dialectos del mundo, con diferentes colores y sabores, por cibernautas anónimos).
Fuente:
Tertulias chiquianas de agosto fiestero, recopilado por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
.
A fines de la década del cincuenta funcionaban dos colegios secundarios en el 'Coronel Bolognesi' de Chiquián. Uno diurno para adolescentes y otro nocturno para rucus.
Cierta tarde de toros, castillas y ponchos se encontraron dos viejas glorias en la palinca de las pallas. Uno de ellos estudiaba en la Nocturna. El otro era Shaprita.
D I A L O G O:
- Haber Shapra, dime ¿quién es Fedor Mijáilovich Dostievski?
- Pues, no sé quién será.
- ¡Qué tonto eres!, deberías ir a la Nocturna.
En la segunda corrida se encuentran caminando asustados cerca del Coso y le hace otra pregunta:
- ¿Y sabes quién es Alex Hrdlicka?
- Pues... no sé...
- ¡Qué tonto eres!, deberías matricularte en la Nocturna.
Pasa una semana y le hace una nueva pregunta :
- ¿Sabes quién es Friedrich Engels?
- Pues... no sé...
- ¡Qué opa eres!, deberías ir a la Nocturna.
Entonces Shapra, harto de tantas preguntas, le dice:
- Y tú, ¿sabes quién es Manuel Ñato Allauca?
- Pues, la verdad no sé Shaprita.
- ¡Qué tonto eres!, es el tipo que se acuesta con tu costilla, cuando vas a la Nocturna.
Al escuchar esto, el astado empezó a sudar frío y sin decir ni ¡¡¡MUUU!!!, caminó con la cabeza gacha arando el piso hasta Tranca. Ya cuando se aprestaba a lanzarse al abismo de Shapash, Shaprita le grita:
- !Cuidadooooo¡, tu gila te ha puesto cuernos, no alas...
(Desde los albores del Tercer Milenio, los tres relatos chiquianos de exportación no tradicional, han sido recreados en varios dialectos del mundo, con diferentes colores y sabores, por cibernautas anónimos).
Fuente:
Tertulias chiquianas de agosto fiestero, recopilado por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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