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FLOR DE MARÍA DRAGO PERSIVALE:
 .
 TRAYECTORIA VITAL
 .
Señores directivos de las entidades organizadoras de este evento
Señores participantes en este Encuentro de Integración Cultural
huachano-ancashino
Como este evento lleva los nombres de dos ilustres personajes de la
cultura huachana y ancashina como son Flor
de María Drago Persivale y Guido Vidal Rodríguez;  se me ha encargado  presente la trayectoria vital de la huachana
Flor de María Drago Persivale, en el entendido que nuestra poetisa pueda ser
desconocida por algunos de los asistentes a este evento cultural.
Sin mayores preámbulos vayamos al tema.
En un hogar  huachano formado por
descendientes  de inmigrantes italianos,
nace un 14 de octubre  de 1924 Flor de
María. Es la última de los 6 hijos del matrimonio de  Domingo 
Dante Drago Cano    y   Angélica  
Persivale   Huipar.
La  personalidad de  Flor 
de  María  se 
fue  moldeando en  el hogar: 
jugando  y "conversando"
con las flores,  plantas  y animalitos; imitando  en  
el   vestido,  hablar  
y   modales  a 
las   trabajadoras huachanas: la  tamalera, la 
lechera,  la salchichera, la
seronera, la chaquilana y otras  más del
ambiente popular.  Esta fue
complementada   en   el   
Colegio    Santa    Rosa   
de   las   Madres Dominicas, donde  cursa   
sus estudios primarios y secundarios culminandolos en 1943.
Siguiendo los dictados  de su
vocación por la educación de la niñez, 
continúa sus estudios  en la
Escuela  Nornal Urbana,  anexa a la Pontificia Universidad Católica,
Canonesas de la Cruz. Se  recibe  como 
profesora normalista en 
abril   de 1947 luego de aprobar
satisfactoriamente y por unanimidad su tesis intitulada "Factores que  Influyen en 
la Conducta del  Niño".
Recién  recibida  retorna a su tierra  natal e ingresa al ejercicio de la docencia
en el Centro  Educativo N° 412
"Domingo Faustino Sarmiento". 
Al cabo  de pocos  años, en 1954,   merced 
a sus  merecimientos propios,  asume 
la  Dirección. Todo su  ejercicio profesional  lo desplegó 
en esta Escuela, creada en 1907. Paralelo  a  su
desempeño magisterial fue desarrollándose en  
otras   facetas   de  
la  vida   cultural:  
la  prosa,   la  
poesía,   la representación  de 
estampas  y  pregones, 
así   como   también,  
al impulso  de instituciones  culturales, religiosas y gremiales. En sus
inicios  con  timidez  
y  escondida en  el 
anonimato,  estudiando y depurando
sus escritos, practicando con sus 
alumnas, teniendo en mente en todo momento  a la tierra 
de sus amores: Huacho.
Su  identificación  con 
los  valores   locales  
y  regionales lo lleva  a desarrollar la poesía   costumbrista con mensajes dirigidos a los
alumnos y a la comunidad entera.  Es más,
para hacer frente  a la   perniciosa  
penetración   de   valores   
extranjerizantes,   decide
implantar en su Escuela la  estampa  denominada "Tierra Generosa"
(triste  con  fuga 
de  tondero) donde  se 
representan motivos huachanos. 
Luego  de desarrollarla en la
escuela, recibiendo críticas y sugerencias de colegas, alumnos y padres  de familia, se presenta  a la comunidad entera.  
Progresivamente  Flor   de 
María   se  fue 
ganando  el reconocimiento
general. Las actuaciones cívicas que presentaba su centro educativo
motivaban  la atención de las mayorías del  lugar. Las estampas, los pregones y la poesía
eran gratamente secundadas por  sus  colegas. 
No sólo  se dedicó  a resaltar 
los motivos locales,  también  los nacionales,  como 
cuando  da  a 
conocer  su   poema  
"Al  Caballo Peruano  de Paso" (1963). 
Asidua  visitante  de  la
Campiña y  gran  observadora de  la vida rutinaria de sus pobladores (peones,
tejedoras, lavanderas, cocineras, 
brujos, seroneras,  etc.) a los
que luego  trataba de imitar,
describir  y  representar  
en  sus  pregones 
y  estampas.   
Amorosa   con   las  
plantas  a  las  
que   dedicaba   atención especial en los jardines de su casa
y de su escuela.  Igualmente con los animales.
Gustaba  del  baile, especialmente de la marinera,  decía 
que había  la huachana y pugnaba
por su propagación.
En el jardín de su casa, junto a un granado,  tenía una casita de cuentos  al estilo 
huachano que ella llamaba 
"mi ermita", en la que se entretenía  reproduciendo las costumbres  de su tierra con pequeñas  muñecas, 
plantas y animales  de palitos,
ramitas,  hierbas y flores naturales. 
La producción  literaria de Flor
de María Drago es prolífica y diversa. 
En primer lugar sus Estampas,
con  la representación teatralizada,
con  diálogos, música y canciones,  de costumbres 
y motivos diversos  de la
autenticidad   huachana, entre ellas
destacan:
Tierra Generosa  (1960)
Como mi Provincia no hay (1971)
En segundo lugar sus composiciones
en prosa, dispersa en periódicos y revistas,  la mayoría 
de ellas resalta sus vivencias y sentimientos:
En un pueblito del Perú (1964),
 Cuatro Arbolitos  (1965),
¡Caballero a tu Caballo  ! (1966),
lca, Tierra de Ficus y Palmeras (1966),
 Noche de Paz (1967)
El Folklore del Perú más allá de sus Fronteras (1967),
 Un Mirador Llamado
Manzanares  (1967),
Ante el recuerdo de Antero Rosadio (1968),                 
Pativilca, el Aguador  y la
Palmera (1968),
 Mensaje a las Niñas de la
Escuela 412 (1968),
 Un Perrito para Recordar (1969),
Un Capullo arrancado en Primavera (1969),
 Mis Muñecas   (1970).
Otra vez Campiña Adentro (1972),
De Pie como los Árboles  (1972).
Nuevo aporte a la Cultura Huachana (1974),
 Carta a Santiago Bisso  Sánchez (1976),
 Jorge Chávez Goñi (1977)
Traición, A¿ Quién  ?  (1978),
 Arequipa (1978),
Donde  Comienza la Patria  (1978).
En tercer lugar, sus composiciones
en  verso. La   mayoría   
de su producción poética  
fue   reunida  y publicada  
por  su familia en  1983 
en  SOY  HUACHANA, hoy en proceso de reedición.   Su poesía es costumbrista y didáctica.
Resalta  los atributos y valores de  los 
hombres, la  tierra   y 
vivencias, con  enfoque  ilustrativo 
y educativo.  Algunos títulos
con  indicación del  año 
en  que  fueron publicados son:
Elogio  a la Marinera (1 957),
Visión de Huacho (1960),
Ciudad  Heroica  (1961),
Al Caballo  Peruano  de Paso (1963),
Plegaria a la Patrona de las Armas (1963),
Y se llama ... Juan José (1963),
Canto  a la Guitarra (1964),
Bienvenida Primavera (1964),
A mi Padre (1964),
Mosaicos de Octubre (1965),
La Vendedora de Flores (1965),
Huacho (1966),
Alma de mi Tierra (1966),
Pelea de Gallos  (1966),
Saludo a la Patria  (1966),
Reja Trujillana (1966),
La Feria de Motupe (1967),
Canto  al Huáscar  (1967),
El Regreso del Poeta (1968),
Canto al Perú (1969),
El Campiñero Huachano (1970),
Dos Reliquias ( a Huaura,  1970),
Villa Fidelísima (vals,  1970),
Estoy Contigo (al maestro, 1971),
La Alfalfera  Huachana (1 974),
La Lavandera del Chorrillo (1976),
Canto al Árbol (1978),
Aurora  (1981),
En cuarto lugar, dentro de su producción literaria, destacamos sus Pregones.  Aquí reproduce los decires de hombres y
mujeres de Huacho y  alrededores   dedicados  
a  diversas  actividades,  
respetando   el vocabulario típico.     Muchos    
de     estos     pregones    
fueron incorporados a sus estampas, 
donde al lenguaje   se sumaba la
entonación,   la  vestimenta  
y  otros  aditamentos  
nativos.    Aquí destacan:
La motera (del barrio de Amay, 1969),
La cebichera (del barrio de Chaquila, 1969),
La seronera (1969),
La Lechera (1970),
La salchichera  (1970),
La tamalera  de Supe (1970).
La producción literaria de Flor de María está ligada a su dedicación pedagógica.  Su  
poesía,   pregones,  estampas, composiciones diversas, así como su
práctica diaria tienen un propósito educativo, 
están dirigidos    a los
niños,  a los padres de familia, a su
comunidad.  Ella se siente orgullosa  de ser maestra y de ser huachana. Su
principal legado de maestra es haber inculcado 
el amor  a Huacho,  a aquilatar 
sus recursos,  sus valores
culturales, su rico folklore, su historia, su autenticidad. Su labor docente
rebasa los límites de su escuela  y su
ciudad, esta llega a otros confines. Lo confirma la presentación de  sus alumnas con su estampa "Tierra
Generosa" y sus pregones "la motera", "La
cebichera",  "La seronera"   en el Canal 4 de televisión,  en la tarde del  26 de noviembre  de 1969, por citar un caso.
Pero su preocupación  no sólo
estuvo  dirigida a los aspectos
didácticos  o de contenido,  también, 
a velar  por la comodidad  de sus  
alumnos   y  profesores.  
   
Como  maestra  y 
directora  era  muy 
amiga  de sus  colegas, cuyo esfuerzo y dedicación valoraba,
desdeñando los controles rigurosos   que   practican  
algunos   "muy   pegados  
a   la  letra". Inspiraba  confianza y seguridad  entre las alumnas y los padres de
familia.  Brindaba un trato considerativo
a todos por igual,  sin distingo de
edades o condición social.
Alentaba los paseos del alumnado, sobre todo a la Campiña, para  "aprender  del 
pueblo".  Gustaba  de 
los  periódicos  murales, para que los profesores y alumnas
volcaran sus conocimientos, sentimientos e inquietudes.
Flor de María no fue ajena a la vida institucional  y gremial de su ciudad. Perteneció y alentó
el funcionamiento de muchas.
Como maestra no fue indiferente a las aspiraciones,  reivindicaciones y  de 
dignificación   profesional  del 
magisterio local y nacional. Contribuyó 
a su unidad y fortalecimiento gremial. Alentó a la Asociación, y luego
Sindicato, Provincial de Profesores de Educación Primaria del Primer Sector
Escolar de Chancay, ocupando  cargos de
responsabilidad. Promovió  la edición de
su órgano "Amauta" del 
que  fue  su 
redactora.   Cuando a partir de
1972 se forjó la unidad del magisterio en torno al SUTEP,  mostró su complacencia  y le brindó  
su aliento. Muchas  de  sus 
composiciones en  verso  y 
prosa  testimonian  su plena identificación con los sentimientos
y aspiraciones del profesorado.
Participó  en la creación de la
filial huachana de la Universidad 
Comunal  del Centro como la única
dama integrante del Comité Pro-Facultad 
de Acuicultura y Oceanografía.  Las  gestiones 
culminaron  felizmente  el 3 de abril de 1960 con la  inauguración 
del I Ciclo de dicha Facultad, dando  nacimiento 
a  la  hoy 
Universidad  Nacional  José 
Faustino Sánchez  Carrión.
Como escritora  perteneció al
Centro Federado de Periodistas de la Provincia de Chancay, filial  de la Federación  de Periodistas del  Perú. Publicó sus  trabajos 
en  periódicos como  "El 
Imparcial",  "La  Verdad", 
"Hoy"   
"Ahora" y "Rumbos" de  Huacho; 
como  en  "La 
Prensa"  ,
"Expreso"  y  "El' Comercio" de Lima. 
La Asociación de Ex-alumnas del Colegio Santa Rosa de las Madres  Dominicas 
de  Huacho,  fundada 
el  23  de 
diciembre  de 1954, la tuvo entre
sus principales   animadoras  e impulsoras. 
Como  mujer  de acentuados sentimientos  religiosos 
no  fue ajena  a 
la  vida  espiritual 
de  su  ciudad. 
Perteneció  a la  Acción Católica, Rama de Mujeres. Integró el   Comité Pro-Construcción   de 
la  Catedral luego del terremoto
del 70, fue protagonista de  la
creación  de la Parroquia  Virgen de Fátima  de su 
ciudad  natal ocurrida  el 
12  de  noviembre 
de  1966.
Su dedicación  en pro de la
cultura no podía estar al margen de la organización de instituciones
culturales. Así el 24 de enero de 1961 participa en la fundación  del "Centro Cultural de la Provincia de
Chancay".  Aquí compartió  inquietudes  
con el aijino,  Dr. Abdón         Max  
Pajuelo   (primer   Presidente),  
Fernando   Valle Buendía,  Alberto 
Cabrera  Herrera, Isaac  Salazar 
León,  entre otros.
Con los intelectuales  Alberto
Cabrera Herrera, Domingo Mondragón Romero, Fernando Valle Buendía y Manuel
Guillermo Carmona Bazalar, con quienes compartía sentimientos literarios,
culturales y amicales, se sentaron las bases para la fundación  de la Asociación  Cultural 
Ínsula Huacho  que, por su
prematuro deceso, Flor de María no pudo ser partícipe de su cristalización el 8
de diciembre de 1982.
Por la labor desempeñada, por su participación en diversos concursos
literarios en los que resultó ganadora,  se hizo acreedora a muchos premios  y reconocimientos que por limitaciones de
tiempo vamos obviar.
Flor de María Drago Persivale, 
pese a la enfermedad  que la
agobiaba  en  los últimos 
años  no  dejó 
de  escribir  ni 
cantar  al Huacho  de sus amores,  como tampoco 
dejó de ejercer  su profesorado.  Con 35 años de servicios y en pleno
ejercicio, falleció en la madrugada de viernes santo del 9 de abril de 1982. Sus  restos reposan en el Cementerio General de su
ciudad.
Finalmente,
a nuestro entender los aportes y
enseñanzas de la vida y obra de Flor de María Drago son, entre otros:
1. El rescate de los valores de identidad
regional, tan importante para conocer la riqueza de nuestra singularidad, como
para establecer las semejanzas y diferencias con otros pueblos del Perú, país
multicultural;
2. La recuperación y afirmación de la memoria
histórica, tan importante para saber de dónde venimos, qué somos y adónde nos
encaminamos; buscando las respuestas a los problemas de hoy en nuestra
experiencia, en la riqueza cultural;
3. Llevar al teatro, la estampa, el verso y la
prosa los aspectos cotidianos de la vida pueblerina;
4. Utilizar, -al mismo tiempo de rescatar y
cuidar-, el vocabulario local y regional; sin desdeñar el lenguaje “castizo” o
“culto”, el habla del pueblo, como parte de su identidad cultural debe merecer
respeto;
5. Motivar la autoestima popular. Le dio orgullo
a los más humildes de su tierra: la campiñera, la cebichera, la alfalafera, el
pescador, la lavandera. Hoy los que reconocen su obra dicen: “nos dio el
orgullo de ser nosotros”, contribuyendo a engrandecer a este pequeño pueblo;
6. Reivindica los aportes de los hombres y los
pueblos del Perú Profundo, tan importantes hoy que se respiran sentimientos y
reivindicaciones descentralistas y de democratización;
7. Genera el interés por la historia y la
literatura regional, al provocar seguir sus pasos, al interesar a los turistas,
a los investigadores sobre las bondades y posibilidades del lugar;
8. Demuestra que el verso, la prosa, la danza, la
música y demás expresiones artísticas, son también, vehículos educativos que
pueden y deben ser explotados y utilizados por los maestros;
9. Que el maestro debe hacer uso de su ingenio
y  creatividad, de su formación y
profesionalismo,  para rescatar, conocer,
valorar, afirmar y promover los elementos de identidad cultural del lugar donde
desempeña su magisterio, comprometiendo a los alumnos y la comunidad local y
regional en este quehacer.
10.  La
necesidad de incorporar la temática local y regional en los contenidos
educativos de todos los niveles educativos. Dice el dicho: “Se ama lo que se
conoce”; por lo mismo, ella nos llama a estudiar y conocer la casa, la
provincia, la región, el país, para generar conciencia nacional.
Aprendamos del
pueblo, de su historia, tradición, folklore, de las bondades de su naturaleza y
de sus hombres; utilicemos las diversas manifestaciones de la cultura,
comprometiendo nuestro concurso dentro y fuera del aula para ejercer nuestro
magisterio, ése es el mensaje de Flor de María Drago Persivale.
Huacho, noviembre 16
de 2012 




