LA ZORRA
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
"Así
como los llanques de los arrieros abrieron caminos y brotaron semillas a
la vera; así también los relatos campesinos danzan con la lluvia y el
viento, haciendo florecer el dulce canto. Son voces que acarician los
sentidos, donde nacen los caminos, la simiente, el viento, la lluvia y
el canto..." Nalo - París, OCT 84.
Empujada por el viento va la vieja zorra en busca de alimento para mojar su ubre seca. La otrora raposa temida por los rebaños, carga más de dos quinquenios sobre su flaco lomo y tiene la mirada hueca. Atrás quedaron los años de gloria que el hambre desmadeja. Sus dobladas orejas anuncian que va perdiendo la batalla contra el tiempo.
Hace unos meses fue cortejada por un joven zorro que después del festín la abandonó preñada. Ha parido hace dos semanas y sus cachorros no prueban leche en las últimas 24 horas.
Las huellas de un puma han aguzado sus sentidos y trata de comunicarse con otros zorros que merodean por ahí.
Sigue las huellas rozando el pasto con su hocico, y halla tras un peñasco a un puma de piel aleonada, recostado sobre un becerro muerto iniciando su banquete.
Se ubica a una distancia prudencial, efectúa un recorrido visual, y ve agazapados entre la neblina y el ichu a cuatro jóvenes zorros observando al puma y su presa.
Baja los párpados y mueve su áspera lengua abriendo su boca que se le hace agua. Al abrir los ojos la luna se oculta entre las nubes dejando a oscuras el campo de batalla. Aprovecha este momento de suerte y se abalanza sobre el becerro arrancándole un trozo de carne de una dentellada. El puma lanza un rápido zarpazo que ella elude con un salto.
Al verse acosado por todos los flancos, al puma no le queda más remedio que huir cubierto por la neblina.
Una hora después, del becerro quedan pocos huesos, manchas de sangre en el pasto y piltrafas de carne en la paja fría.
Pronto llega el alba con un cielo que se muestra aborregado. La vieja zorra camina despacio con su barriga abultada de carne. A su paso encuentra un lugar seguro para digerir y acumular leche en su ubre. Se recuesta y reflexiona sobre las hebras del que dispone la vida para tejer combates de esta naturaleza en las mesetas andinas. Siente que sus pupilas se humedecen recordando el triunfo de hace unas horas, y esboza una sonrisa sintiéndose útil todavía.
Ya es mediodía, la vieja zorra ha descansado lo suficiente, su ubre está rebosante, y emprende el retorno a su madriguera, abrigada por el Sol que derrama su lluvia de oro en los pajonales...
VOCES NATIVAS
Aborregado:
Nubes que surcan el cielo de grupo en grupo, como corderos.
Alalaj Machay:
Paraje de roquedales junto a Tupucancha, cerca a la cueva de Luis Pardo.
Laguna de Conococha:
Ubicada en Chiquián - Ancash -PERÚ, brinda sus aguas al Callejón de Huaylas.
Ichu:
Gramínea de hojas delgadas y punzantes
Neblina:
Meteoro acuoso que se presenta como cortina blanca impidiendo la visibilidad
Pajonales:
Lugar donde crece en manojos la paja brava
*
Aborregado:
Nubes que surcan el cielo de grupo en grupo, como corderos.
Alalaj Machay:
Paraje de roquedales junto a Tupucancha, cerca a la cueva de Luis Pardo.
Laguna de Conococha:
Ubicada en Chiquián - Ancash -PERÚ, brinda sus aguas al Callejón de Huaylas.
Ichu:
Gramínea de hojas delgadas y punzantes
Neblina:
Meteoro acuoso que se presenta como cortina blanca impidiendo la visibilidad
Pajonales:
Lugar donde crece en manojos la paja brava
*
Pampa de Lampas - CHIQUIÁN