LA CALIDAD DEL CRECIMIENTO ECONOMICO NEOLIBERAL
Por Félix Jiménez Jaimes
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Por Félix Jiménez Jaimes
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Hay
analistas y economistas que afirman que las transformaciones efectuadas en las
dos últimas décadas han generado una economía vigorosa y moderna. Cuanto menos
interviene el Estado, dicen, mejor. Por ejemplo, un aficionado a la economía,
García Miró, acaba de decir que en el Perú actual no son «necesarios estímulos,
fiscal o monetario». Otros, cortesanos del poder económico, repiten lo que dijo
Krugman: «si tratas de forzar una diversificación, la economía doméstica va a
ser moldeada por la demanda interna y será muy difícil que surjan sectores
exportadores exitosos». También hay los que controlan medios, manipulan
información y difaman. Por ejemplo, en un spot de un programa de televisión, su
indocto conductor le hace decir a Gastón Acurio: «preferiría de ministro de
economía a Luis Miguel Castilla y no a Félix Jiménez porque creo en el mercado».
Son los mismos que afirman que Krugman «ha desbaratado enfáticamente las ideas»
de la diversificación y de la transformación del modelo primario exportador (véase Lampadia.com).
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Las
fuentes del crecimiento en 1950-1970 y 1990-2008
El
cuadro adjunto muestra la desagregación del crecimiento del producto potencial durante
1950-2008, en sus dos fuentes principales: el aumento de la productividad total
de los factores capital y trabajo, (PTF), y la acumulación de estos dos factores.
La
contribución de la productividad al crecimiento del producto potencial es mayor
en el período 1950-1970 que en el período 1990-2008. De 35.7% en 1950-1960
aumenta a 39.6% en 1960-1970. Este último porcentaje supera a la contribución
de cada uno de los factores capital y trabajo (véase Cuadro). La década de 1960,
que sigue a la promulgación de la ley de industrialización (1959), registra una
notable expansión de la manufactura. El PBI crece, liderado por esta industria,
a una tasa de 5.9% promedio anual. Es un crecimiento basado en la productividad
porque su contribución es mayor que la que corresponde a cada uno de los factores
capital y trabajo. Además, de estos dos factores, el capital es el que aporta
más (33.8%).
En
los años 80s, de crisis de la deuda y de
políticas macroeconómicas controvertidas, la caída de la productividad casi
compensa la contribución al crecimiento de los factores capital y trabajo.
Con
la aplicación de las reformas del Consenso de Washington durante el
«fujimorato», el crecimiento económico ya no se basa en aumentos sostenidos de
la productividad. Su contribución al crecimiento es negativa en 1990-2000 y de
30.0% en 2000-2008. El PBI crece a la tasa de 5.9% promedio anual entre los
años 2000 a 2008; pero, a diferencia de lo que ocurre en el período 1960-1970,
el crecimiento es liderado por la Minería y los sectores Construcción y
Comercio (véase Cuadro).
La
contribución del factor trabajo al crecimiento es de 55.5% en 1990-2000 y de
40.3% en 2000-2008. La productividad aporta positivamente solo en 2000-2008, pero
con un porcentaje menor. El crecimiento durante 1990-2008 es, por lo tanto,
explicado principalmente por la acumulación de factores, y es, además, intensivo
en empleo de baja calificación.
Los
aumentos en la productividad y la modernización de la economía (que se expresa
en los aumentos del capital y de la productividad), son más importantes en el
período de expansión manufacturera que en el período de crecimiento neoliberal.
En este último período (1990-2008), el crecimiento es relativamente más
intensivo en empleo, lo que es compatible con una inversión predominante en Construcción
y con el crecimiento de los sectores Comercio y Servicios.
Crecimiento
intensivo en empleo de baja calificación y productividad
El
sesgo hacia el liderazgo de los sectores no transables y terciarios de baja
productividad se profundiza en el período 2008-2013, mientras se debilita el
liderazgo de la Minería. Durante estos años el PBI crece a la tasa de 6.2%
promedio anual. El 84.8% de este crecimiento es explicado por los sectores
Construcción, Comercio y Servicios que crecen a las tasa de 11.0%, 7.2% y 6.8%,
respectivamente. Los sectores Agropecuario, Pesca y Manufactura crecen, juntos,
a la tasa de 4.1% promedio anual. La minería lo hace solo a la tasa de 2.1%.
De
acuerdo con información del INEI para el año 2012, el 63.5% del empleo se
encuentran en los sectores Construcción, Comercio y Servicios. Este porcentaje
aumenta a 87.7% si se le agrega el empleo del sector Agropecuario. En estos
cuatro sectores se encuentra la gran mayoría de empresas de «1 a 10
trabajadores». Además, el 70.9% de los trabajadores ocupados se encuentra en
este tipo de empresas y tienen un ingreso promedio mensual de solo 824.3 soles.
Sin duda alguna, los trabajadores cuyos niveles educativos son de secundaria,
primaria y menos (68.4% de la PEA ocupada), se encuentran en los mencionados cuatro
sectores y en las empresas de «1 a 10» trabajadores.
A
modo de conclusión
El
neoliberalismo ha impuesto un estilo de crecimiento extractivista, con escasa innovación
y contrario a la diversificación y producción de transables. Es un estilo que
usufructúa de los altos precios de los minerales, y es impulsado internamente
por sectores no-transables de baja productividad que crecen porque crece el
empleo mal pagado con muy baja dotación de capital.
Fuente:
BLOGSPOT: ECONOMÍA POLÍTICA PERUANA
Por cortesía de Felipe Alvarado Balarezo