ALEJANDRO
ALDAVE: OTRO LIBRO EN SU CAMINO
Filomeno
Zubieta Núñez
El
Maestro Alejandro Aldave Montoro, a quien cariñosamente tratamos como el Tío
Alicho -por razones también de vínculos familiares- me ha pedido diga unas
breves frases a manera de comentario de la tercera parte de su libro CAMINOS
IMBORRABLES DEL VIAJERO, denominado CRÓNICAS Y OTROS ESCRITOS.
Siempre
la publicación de un libro es una buena noticia. Si este es de un maestro, de
un amigo, de un paisano, sobre nuestro pueblo, más que buena noticia ya es una
alegría y es una herramienta para valorar lo nuestro.
En
años anteriores ya había publicado otros libros, como “EDUCACIÓN, MÚSICA Y
CULTURA EN UN PAPEL” en el año 2006, donde con suma objetividad estudia
aspectos diversos de la provincia de Bolognesi y centra su atención en
Chiquián, por ejemplo, en la historia de sus centros educativos, en su rico
folklore, música y canto, el patrimonio de la ciudad y finaliza con referencias
de las instituciones de hijos de Chiquián residentes en Lima.
Mis
antecesores han ponderado facetas de la vida y trayectoria del autor como de las bondades del libro que hoy presentamos.
Por mi lado algo debo decir sobre la
tercera parte: CRÓNICAS. Esta está formada por veinticinco composiciones.
Don Alejandro recurre al título de CRÓNICA para agrupar a sus composiciones referidas a hechos históricos ordenados más o menos
cronológicamente, hechos de los que fue protagonista en su largo trajinar no
solo como docente, también como músico, como deportista, como autoridad y común poblador. Algunos los
recogió de los buenos paisanos con quienes departió charlas íntimas sazonadas
con un buen chinguirito.
En todos estos testimonios está presente
su ciudad y provincia de origen. Utiliza un lenguaje sencillo, directo, muy
personal, coloquial e incluso con términos propios del vocabulario chiquiano.
Se
inicia con una breve valoración de personajes y parajes del entorno chiquiano
que se destacan por simbolizar lo auténtico y significativo del medio. En los
primeros destacan Oshva Vicuña Romero, Porfirio Romero Gamarra, entre otros, y
en los segundos: Shapash, Capillapunta, Huayalpampa, Rumichaca, etc.
En
seguida nos presenta una serie de
crónicas o historietas que no son sino testimonios y vivencias del que fue
protagonista o le fueron narrados, y lo
más destacable es que de cada una de
ellas extrae una lección. Así, de la primera crónica el supositorio una buena medicina, narra las peripecias de un
arriero de andinistas que sufre de una fuerte gripe al que recetan la
aplicación de un supositorio y él se niega expresando que no es maricón para
permitir que le pongan esa medicina, prefiere tragársela y, a base de agua más
agua, logra sanarse; el autor aconseja: “no olvidar, la receta es para cumplir
estrictamente, según dictamina el doctor”.
Con
expresiones de suma emoción nos narra su visita a Tierra Santa el año pasado
con una delegación que partió de Lebanon, USA, del que formaron parte su
hermana María y su sobrino Luis Alva Aldave, experiencia tan fuera de lo común
que ya muchos de nosotros quisiera tenerla.
Progresivamente
se van sucediendo historietas con sentido jocoso, con gracia, con buen humor,
con sus ájiles y mójiles como diría mi abuelita.
Entre
ellas, “Una cruz en el camino” nos reseña la presencia de las cruces de madera
a la vera de los caminos, a cuyo pie se van dejando piedritas para tener buen
viaje y un feliz retorno; así se tiene a San Juan Cruz, la Cruz del Olvido, la
Cruz de Caranca y muchos más como evidencias de que en nuestra zona estuvo muy
enraizada la religión autóctona de nuestros
mayores y que, como medio de erradicarlas y afirmar el cristianismo, se colocaron
cruces en los parajes donde hubieron huacas y pacarinas.
Nos
ofrece, también, una relación de más de
50 de los apelativos conocidos de personajes de Chiquián: Muchqui, Penco,
Pogoncho, Chiripa, Shatanco, Comuno, Roga Cóndor, Conejo, Barrilito, Racrish,
Pichina, Shapra, Indio Peruano, Oso, Luclish, Rachac, Chancalán, Chimpu que aluden
a alguna actividad, hecho, gracia o
carisma de sus poseedores.
En
su reseña de personajes ilustres y sus obras no podían faltar los nombres de
Tomás Ayllón, Juan Sánchez Dulanto, los Hnos. Pardo Lezameta, los Hnos. Bracale
Ramos, Teobaldo Núñez Pardo, Eloy Marcelo Cerrate, el Padre Pablo Fink, entre
otros, que marcaron hitos importantes en la historia de Chiquián, Bolognesi y
Ancash.
Muchas
de sus llamadas crónicas están en verso, con acrósticos dedicados a los
familiares (la difunta esposa, los hijos, los padres, los hermanos, los
sobrinos), a Chiquián, al Huayhuash, a Luis Pardo. Además de una breve nota sobre los equipos notables del
fútbol chiquiano, del que también fue protagonista .
Finaliza
el libro con unas frases que dieron norte y título al libro:
“El
mundo es como un libro abierto, quien no viaja sólo ha leído la primera página”.
“Aquel
viaje que no ha dejado huellas en tu corazón jamás fue un viaje”.
“Los
viajes son como el amor, cuanto más lejos vas, más recuerdos te dejan”.
“El
viajero sabio nunca desprecia su propio país”.
“La
vida misma, es el viaje que nunca apreciamos”.
Amigos:
La
identidad chiquiana y bolognesina se ha venido construyendo y afirmando gracias
al esfuerzo de todos sus hijos. Gracias a nuestros artistas como Nieves
Alvarado y Carlos Oro, por citar a dos de ellos; a los compositores y
declamadores (como nuestra querida Anatolia Aldave); a nuestros maestros de todas las épocas que
nos enseñaron a conocer y querer lo nuestro; al trabajo de muchos de sus hijos
de todas clases sociales, ocupaciones y profesiones; a las instituciones
sociales, culturales, deportivas que mantuvieron sus propósitos fundacionales,
como el Club Chiquián, la Asociación Chiquián, Chiquián Cultura, AEPA Bolognesi; a la conservación y difusión de nuestras
costumbres, festividades, cocina típica,
etc. Y, a los libros que como el que nos
ofrece el maestro Alejandro Aldave que, estudian, valoran y difunden las expresiones
culturales de nuestra tierra. Todos, desde la orilla en que nos encontremos, damos
nuestro granito de arena para construir y afirmar nuestra identidad cultural. Gracias a todos, hoy Chiquián y la provincia
de Bolognesi tiene una personalidad bien ganada dentro del Perú y Ancash.
Bienvenido
el libro “CAMINOS IMBORRABLES DEL VIAJERO” y gracias tío Alicho Aldave por este
regalo que nos brindas, estamos seguros que vendrán otros más.
Lima,
abril 03 de 2014.
IMÁGENES DE LA NOCHE DE GALA EN EL CLUB ÁNCASH
Vladimiro Reyes Gamarra