"CHIQUIÁN: Lugar de ensueño donde las estrellas producen sombras aun huérfanas de Luna... Nalo A.B'.
Son las 6 de la mañana de un fresco domingo de enero. Voy descendiendo el serpentín del sosegado Shincush que se desovilla a mi paso... Falta poco para llegar a CHIQUIÁN: 'Espejito del cielo'.
Son gotas que brillan titilantes con los primeros rayos solares que caen del sombrero azul del alba y van abrigando los cerros cuajados de pajonales.
Un poco más abajo una casita de tapiales y techo grana de dos aguas me recibe soñolienta. Junto a ella racimos de pencas y eucaliptos tiernos ondean sus brazos esmeraldas en señal de saludo. Así nos recibe la Madre Naturaleza en la amada sierra.
'Y tú, chiuchi palomilla, mataperro incorregible que silbabas huaynos cuando andabas dejando en cada esquina las serpentinas de tus sueños, ¿en qué piensas?', me pregunto y evoco en silencio a mis amigos que se perdieron en los pliegues del tiempo.
'Jircán, barrio de tardes de toros, de pallas y palincas, de fútbol macho y huaylisheadas. Leoncio Prado, callecita del alma, falta poco para abrazarnos', me acuno en la voz de mi pensamiento mientras voy pasando Matarrajra... Abajo, en el valle del Aynín, nuestra 'yacumama chiquiana' corre al encuentro del mar de Barranca donde nací...
Detengo mi marcha en Caranca. A la distancia veo mi cuadra con sus casas de adobes y tejas cansadas de musgo y añoranza. Sus veredas lucen limpias, y las añejas paredes todavía conservan en sus entrañas el eco de las risas de los chiuchis de antaño: Cañita, Mañuco, Patuco, Anchita, Arti, Luchu, Añico, Pipón, Ticucho, Nicucho, Milton, Calocho, Pocho, Pablín, Pocholo, Adolfo, Marco, Jaime, Dante, Gelacio, Ishilín, Uluy tulush picante...
A la derecha la Plaza de Armas está callada, pero luminosa como siempre. Es una bella mañanita y huele a tierra fresca, a senos de chacuita lavandera, a panco caliente cociéndose a fuego lento en fogón chacarero y a papita roqueña reventando en una ollita de barro.
Las laderas de Parientana se van despojando de sus enaguas tarapaqueñas para que el sol matinal las engendre y nazca nueva vida por doquier... Cierro los ojos, me quito la gorra y el aire me despeina; de pronto siento la mano de mi madre ausente alisándome el cabello, y con la fragancia de un beso en la frente, florece en mi pecho un suspiro...
Abro los ojos y veo con las pupilas del alma una paloma que vuela hacia el Yerupajá, batiendo sus alas como pañuelo blanco... 'Ha venido a darme la bienvenida', medito unos segundos y agradezco a Santa Rosa con una sonrisa de fe y esperanza...
En la Plaza de Armas me acerco a una banca, compañera inseparable de un viejo ficus que se va llenando de pichuichancas saltarines, y saludo con un fuerte abrazo a tres generaciones de paisanos. Padre, hijo y nieto tienen el aroma a Carhuaspunta escorzonera, a maguey maduro y a chumpac de tinyaco tierno...
Después de saludarlos ingreso al patio de la Iglesia, el portón está impaciente, esperando la Misa de 7, y elevo una plegaria por nuestra santa tierra y su gente noble y generosa.
Atravieso la plaza buscando un desayuno franciscano y encuentro en la periferia lo que más anhelo: un pocillo de leche recién ordeñada con su canchita y su blanca espuma que todavía guarda el calor de la ubre...
Con el pocillo entibiando las palmas de mis manos, uno los párpados y vuelvo a ser el chiuchi travieso que los domingos chuncaba bajo el Sol... es cuando llegan presurosas a mi memoria las palabras de mi viejo: 'juega, juega nomás ... muchacho inquieto, pronto llegará el lunes y tendrás que estudiar si quieres triunfar en la vida...'
15651
CARHUASPUNTA ESCORZONERA
Huayno
Letra y música: Germán Romero Yabar
Carhuaspunta escorzonera
Ichiclala jilguerito
Fuga
Ccantulapis tuctunsu
Ñupulapis tuctunsu
Nalo Alvarado Balarezo
.