PAISANOS, AMIGOS Y FAMILIARES:
El lunes 01 de junio a las 7.00 PM tenemos una cita en la Parroquia 'NUESTRA SEÑORA DEL PILAR' de la Av. Víctor Andrés Belaunde Nº 160 - San Isidro (costado del Centro Comercial 'Camino Real'), lugar de celebración de la Santa Misa de Honras por el descanso del alma buena de nuestra recordada MARYLIN MARTÍNEZ ALDAVE, conmemorando el PRIMER AÑO de su sensible fallecimiento.
.El lunes 01 de junio a las 7.00 PM tenemos una cita en la Parroquia 'NUESTRA SEÑORA DEL PILAR' de la Av. Víctor Andrés Belaunde Nº 160 - San Isidro (costado del Centro Comercial 'Camino Real'), lugar de celebración de la Santa Misa de Honras por el descanso del alma buena de nuestra recordada MARYLIN MARTÍNEZ ALDAVE, conmemorando el PRIMER AÑO de su sensible fallecimiento.
MARYLIN amó sobremanera a la provincia de Bolognesi desde sus tiernos años, visitante infatigable y siempre pendiente de su desarrolo turístico, siguiendo los pasos de su tío Hualín Aldave Palacios. Un corazón sensible que latió hasta el último segundo por su amado 'Espejito del cielo', al ritmo del amor eterno.
Como Periodista y Escritora de talento, ha abierto espacios azules para el acervo cultural de nuestra tierra, fluyendo incansable en los ríos cristalinos de la Palabra; legado que debe permanecer irradiando su luz votiva en nuestras mentes y corazones. Muchos testimonios escritos nos ha dejado para recordarlos junto a su nombre, como señales luminosas para las nuevas generaciones. Reflexiones, pensamientos, fábulas y cuentos que pronto verán la alborada tantas veces soñada por MARYLIN. Los invito a volar con su pluma, los aires añiles de nuestro bello paraíso, a través de una crónica de viaje. También una bella semblanza escrita por su entrañable amigo Mauro Quispe Serrano.
Con mi mayor afecto,
Nalo
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MARYLIN, EL ÁNGEL QUE EL CIELO SE LLEVÓ
.Por: Mario Quispe Serrano
.Mi abuela solía decir que los humanos sólo estamos de paso en esta vida. En el momento menos pensado viene la muerte y nos lleva. Por más que intentemos darle la lucha, si a uno le toca, no le queda más remedio que dejarse llevar, tal como el río al mar se va.
.Llévame al cielo, así se llamaba tu canción favorita. Habías copiado la letra en una hoja de papel y la tenías guardada en tu diario personal. Me pregunto si desde antes ya sabías que ibas a partir. Tú y sólo tú te llevaste la respuesta. Ahora divina Marylin estás en el cielo como era tu deseo, simplemente volviste al lugar al que pertenecías.
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Vives en el recuerdo de todos los que te conocieron. Con tu andar presuroso, con tu franca sonrisa. La chica más puntual y preguntona de la clase, la mejor alumna de la promoción USMP-2004-II. Unas veces coqueta, otras analítica o idealista y siempre tan auténtica y buena amiga. Tu carisma, inteligencia y sencillez fueron parte de tu encanto.
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“Era demasiado buena, su lugar sólo podía estar allá arriba”, expresó Sandra, su compañera de clases, visiblemente compungida. “Ella quería juntarnos a todos. Soñaba con este día. Y aquí nos tiene, reunidos en torno suyo compartiendo un profundo dolor”, decía a su vez Lynn, otro de sus amigos.
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Marylin Isabel Martínez Aldave nació un 4 de octubre de 1982. Al parecer, tuvo bellos recuerdos de su infancia, la cual había pasado en CHIQUIÁN, un hermoso pueblo de la sierra de Ancash, que se encuentra a 3,350 m.s.n.m. y del cual siempre nos hablaba. Era poseedora de una gran sensibilidad artística-humana, que la motivó a danzar desde pequeña, a cultivar su pasión por la música celta, a escribir cuentos que nunca llegó a publicar y a convertirse en una ferviente discípula, atenta a las necesidades de los otros.
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Un aire de misticismo la envolvió hasta el final de sus días. El 1 de junio del 2008, a la edad de 25 años dejó de existir. Dos días antes, Rosa Retuerto, su mejor amiga o su ‘gemelita’ como le gustaba llamarla, había tenido un extraño sueño. “Ingresaba a una especie de teatro antiguo, anunciaban el inicio de la función, se abría el telón y en medio del escenario aparecían unas bailarinas bellísimas, todas ellas vestidas de negro, como era de suponer, desperté sobresaltada”, refiere Rosa.
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La noche del 31 de mayo, me encontraba en la matinée de mi sobrina cuando recibí la llamada de Rosa. Marylin se encontraba en cuidados intensivos en el Hospital Loayza, irónicamente el mismo lugar en el que laboraba. Había sido víctima de un aneurisma cerebral y sólo un milagro la salvaría. No dudé un instante y fui a su encuentro. El cuadro era verdaderamente conmovedor, la familia se mantenía a la expectativa de lo que podría ocurrir, la gente presente en el lugar formaba un círculo y ensayaban una oración comunitaria. Marylin iniciaba el viaje a la eternidad, dejándonos sumidos en el más apremiante duelo.
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“A las pocas horas de llamarte Dios a su presencia, estuviste como una novia, con tu vestido blanco y tu corona frente a la virgen y el Señor, al que amabas, le diste el tesoro más grande que el oro, le diste tu corazón y siendo tú, apóstol en tu comunidad, no has de morir, cambiarás de casa y nada más”, escribió en un recordatorio, Anatolia Aldave, tía de Marylin y una mujer de una admirable fe y fortaleza.
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Aunque aún quedan muchas cosas por contar, esta historia debe terminar. Sólo queda decir que todo ocurrió demasiado rápido, fue en un instante, en un pestañear de ojos. A veces, la vida no es fácil y tú mejor que nadie lo supiste. Resulta muy engorroso resignarse ante la muerte y cuesta verla desde otra perspectiva, pero valdría la pena intentarlo.
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El día de su partida, Marylin, mi gran amiga, yacía plácidamente en su lecho de muerte y al verla, transmitía una paz infinita, tan bella, joven y lozana, en medio de una lluvia de flores a su alrededor, las mismas que eran su adoración. Así mismo fue. Ese día comprobé que ella al fin pudo encontrar ese amor a plenitud que siempre anheló. Y me sentí feliz, al saber que ella también lo era en el lugar que quería estar, al lado del Señor.
.'Nuestro Padre, que con amor inefable creó al hombre y en la resurrección de Cristo otorgó a los creyentes la esperanza de resucitar, nos conceda su bendición y consuelo'
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