miércoles, 5 de mayo de 2010

6 DE MAYO DE 1951 ARRIBA GEORGETTE AL PERÚ - DEVOTA ELECCIÓN DEL PERÚ - POR DANILO SHÁNCHEZ LIHÓN

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6 DE MAYO DE 1951
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ARRIBA GEORGETTE AL PERÚ

PLAN LECTOR - PLIEGOS DE LECTURA


DEVOTA ELECCIÓN DEL PERÚ

Por Danilo Sánchez Lihón


1. Intensidad, fidelidad y hasta adoración

Georgette de Vallejo enviudó cuando tenía 30 años. A los 60 años continuaba siendo una mujer hermosa.
Arribó al puerto del Callao el 6 de mayo del año 1951, después de 13 años de muerto su esposo en París. Durante todo ese tiempo su único anhelo era llegar y vivir en el Perú.
Ella explica:
“Quedé casada con él. Nunca me interesó otro hombre... a tal punto, que muerto él me bastaba su mano y su mascarilla. Solo sentía que me faltaban sus pasos. Pero me dormía agarrada a su mano y no tenía la sensación de su muerte.”
Porque lo que prueba todo amor verdadero es la fidelidad, esa ley tan simple y tan absoluta.
Y ella le fue fiel antes de conocerlo, cuando vivían juntos y después de muerto él.


2. Un niño desvalido

En tal sentido y en otros también, no creo que haya hombre –o son muy pocos– que hayan sido amados con tal intensidad, devoción y hasta adoración, como lo fue sido César Vallejo por Georgette Philippart.
¡También con ese misterio, con ese respeto y esa consagración con que él ha sido amado de parte de esa mujer!
Y más aún, tomando en cuenta que ella se enamoró de él siendo una niña de 16 años. Y él un hombre que frisaba ya los 32, y cuya imagen era la de un icono andino, cetrino y callado.
Pero, además, poeta y pobre; revolucionario y comunista. Y sin familia. Y sin trabajo estable.
Se enamoró de quien no poseía nada. Ni siquiera una posición expectante en el mundo de las letras.
Y quien en el exilio añoraba su tierra, su pueblo. Quien en muchos aspectos seguía siendo un niño desvalido. Y en otros un gladiador y un héroe.


3. ¿Ante qué misterio estamos?

¿Cómo es entonces que esa niña se arriesgó tanto?
¿Cómo es que eligió a César Vallejo, ese ser hierático, imperioso y sin concesiones?
¿Y cómo es que luego eligió el Perú como patria, destino y providencia?
– Subes a acompañarme a estar solo.
Le dice él en un poema a ella.
Acompañarme a estar solo. ¡Qué claro lo tenía todo! Cabal y tajante. Resuelto y contundente.
Y a ella, ¿qué le ocurre? Porque ella tenía antes de conocer a Vallejo una mentalidad de la Francia medieval. Renuncia a todo y cambia totalmente. Estos son hechos inusitados.
¿Ante qué misterio estamos?
Porque a ella, tampoco ni antes ni entonces ni después le deslumbró el arte, ni fue una diletante, ni fue quien perdía la cabeza por los artistas. ¿Cómo se explica entonces todo esto?


4. Eternidad tras eternidad

Ella, quien en su medio familiar la palabra que más se detestaba era “comunismo”, se une a quien convicto y confeso se suscribía como tal.
Se enamoró de alguien acerca de quien pocos o nadie comprendían bien, ni siquiera sus poemas.
Ni ella misma los llegó a comprender jamás, confiesa.
¿No es esto el colmo? ¿Ante qué o quién estamos?
Estamos ante algo que solo el amor puede explicarlo. Y que pudiera hacer posible todo lo que hemos anotado y mucho más por anotar, como en realidad ocurrió. Cualquiera sea la motivación estamos ante un misterio.
Por el cual ella lo siguió desde que lo vio por todos los caminos del mundo. Y por todos los reinos. De este y los otros mundos, villas e infiernos. De esta y las otras vidas.
Eternidad tras eternidad lo anda siguiendo.
Lo sigue y lo seguirá, fijos o errantes como son las estrellas.


5. Colina inefable

46 años después de estar él muerto él, y que fue el tiempo que lo sobrevivió, a toda hora lo seguía invocando.
Por eso creo que ambos encarnan uno de los amores más sublimes de la historia humana.
Seríamos inexactos incluso diciendo que lo siguió, sino que anduvo con él por los recovecos de la muerte.
Y va a su lado hasta ahora tratando de entenderlo, llorando por él, clamando por sus pasos, con el rostro vuelto hacia su país y hacia su pueblo natal Santiago de Chuco. Por algo se dejó llamar por los amigos de él: “La chola Georgette”.
Más allá ya no podía ir, porque únicamente quedaba internarse en el útero materno que había gestado a ese ser.
Y la madre de César Vallejo ya no era sino perdida osamenta, enterrada allá, en su pueblo, en una colina inefable, en el cementerio del pueblo donde ella lo diera a luz.


6. Dulzura por dulzura

Sin embargo, qué difícil debió haber sido vivir con él. He aquí el testimonio de ella que lo seguía:
“Fuimos dos líneas paralelas. Nunca le comprendí completamente. Él era muy seco. Nunca hablábamos de felicidad, ni de paz, ni de nosotros mismos, siempre de la miseria del mundo, de la revolución, jamás de temas personales.”
O según se desprende de esta cita, donde dice:
“Después de leídos he comprendido que hay poemas que me escribió a mí (“¡Dulzura por dulzura corazona!”, “Palmas y guitarra”, “Ello es el lugar donde me pongo”, etc...), pero Vallejo jamás me dijo: Georgette estos poemas son para ti, jamás. Yo comprendía muy bien que no era nada ni nadie para él. Que yo existía para cuidarlo y nada más.


7. Moral de fuego
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O de esta otra, donde confiesa:
"Cuando se estaba muriendo me pedía perdón, desesperado y me decía: Te he desconocido siempre; tú has tenido razón en todo. Pero ya era tarde y era innecesario: yo lo había amado así.”
Sin embargo, debemos considerar: ¿qué más difícil para ella o para cualquier mujer compartir la vida con un ser absoluto y radical como es él? Y qué tarea ciclópea ser heredera de su memoria.
¿Qué más fragoroso para una mujer que ser la esposa de César Vallejo muerto?
¡He allí una tarea ímproba! ¡He allí un desafío formidable!
Solo, a su vez, una personalidad extraordinaria y fuerte, como ella la tenía, lo pudo asumir y sobrellevar sin ser arrastrada por la turbulencia. ¡Pluma y viento!
Ser heredera de César Vallejo es para cualquier persona tarea desmesurada.
Porque, su moral de fuego, la dimensión de su inmenso martirio es un desafío.
¿Cómo ponerlo a salvo? ¿Cómo hacer valer su autenticidad en realidades tan deleznables?


8. Mares infinitos

Y Georgette era parte central de esa historia.
¿Cómo soportar entonces el festín de quienes montan inmediatamente su carpa de banalidades, exhibiciones y arman su tragicomedia, cada quien de acuerdo a sus intereses?
Cuando César Vallejo se conoce con Georgette, lo primero que le dice es que viene desde un país muy lejano llamado Perú. Y Georgette lo primero que responde es:
– “Quiero volar al Perú viajando por mares infinitos”.
Allí César Vallejo refuerza la razón de por qué la identificó desde el inicio, y quizá mucho antes de todo comienzo, como “hirondell”; o golondrina en español.
Y qué bien definido está el Perú en aquella referencia:
1). Un lugar alto.
2). Para llegar y conocer el cual hay que volar.
3). Para llegar a él hay que cruzar mares infinitos.


9. Tres fundamentos

Mientras vivía con César Vallejo ella lo alentó siempre a venir junto a ella al Perú.
Y durante los 13 años después de la muerte del poeta, ella acunó cada día ese sueño.
¿Cómo vivía? ¿Cómo era su vida durante esos 13 años que ella los pasó en París?
Tres fundamentos la inquietan y obsesionan en aquel tiempo:
1. conservar la obra y la memoria de César Vallejo, gestionando que sus textos se resguarden.
2. Conseguir que sus restos se repatríen al Perú. Y esto porque teme que en un bombardeo desaparezca todo vestigio personal de él.
3. Anhelar venir al Perú, país mágico que le atrae y le subyuga, otro tema monocorde y ferviente en toda esa etapa en que ella vive a salto de mata por los bombardeos que se lanzaban contra París.


10. Anhelo de venir al Perú

Su anhelo renovado de venir al Perú no es que lo supongamos.
Tampoco es que lo hayamos entresacado de algo que ella haya referido, sino que consta en documentos del archivo de la Embajada del Perú en Francia, en donde ella hace continua y persistente todas estas gestiones que nos revelan lo siguiente:
Primero: sabe perfectamente que los restos óseos de César Vallejo pertenecen a un hombre de valor extraordinario, a un genio.
Segundo, muestra que venera a quien ha compartido la vida con ella.
Este último rasgo es muy importante a favor de César Vallejo, puesto que la persona con quien ha compartido la vida es quien primero lo reconoce como un ser excepcional, cuando lo frecuente es decepcionarse de un consorte en el diario vivir, que es cuando se muestran las miserias de que estamos hechos.


11. Tamaña locura

Así, Xantipa, la esposa de Sócrates detestaba a este y lo creía desde el lado práctico un bruto y un cretino.
Y muchas compañeras acumulan más desilusiones y desengaños que adhesión y veneraciones.
El tercer aspecto de este período de la vida de Georgette en París, después de la muerte de César Vallejo, es que dedica esos trece años a ser celadora, guardiana y vigilante de la obra de su esposo, asunto en el cual arriesga la vida por llevar dichas obras cosidas al pecho.
Porque en tiempos de conflicto bélico, considerando las características que tuvo la Segunda Guerra Mundial, y mucho más en París, encontrarla con esos documentos inexplicables hubieran sido motivo suficiente para fusilarla de inmediato y al instante por cualquiera de los ejércitos en pugna, al no hallar explicación racional a tamaña locura.


12. Bastaba un descuido

Porque, ¿en qué cabeza con un dedo de frente cabe andar con los poemas metidos en una bolsa y cosidos en el pecho? Para cualquier agente policial hubiera resultado inexplicable la actitud y los documentos desde todo punto de vista sospechoso y condenatorio.
Porque para ellos, ¿quién en su sano juicio va a cargar poemas y vivir a salto de mata en tal circunstancia? Llevada a cualquier comisaría, además es ella una persona fichada como una activista comunista.
La oscuridad de los poemas de Vallejo habría sido un argumento más para aducir que se trataban de mensajes secretos y cifrados.
Ahí está la fórmula perfecta para torturarla hasta la muerte, si esta hubiera sido la concesión misericordiosa de demorar su ejecución sumaria. Compadecerse de ella hubiera sido matarla.
César Vallejo, además, no era un poeta neutro ni un esteticista puro. Ambos eran personas que tenían muchos vínculos peligrosos, Y no se la hubiera tratado como personaje reducido al campo de la poesía. Bastaba un solo error al caminar y voltear una esquina y desaparecía la obra fundamental de César Vallejo y la más trascendental de la lengua castellana de aquel siglo.


13. Lo que embarga su alma

En la circunstancia que se vivía en Europa en aquella época la suposición más llana es que aquellos poemas hubieran sido considerados documentos secretos.
Y en el fondo lo son.
No me cabe ninguna duda al respecto. Son consignas para cambiar el mundo, justamente aquel que estaba sumido en guerra.
Desde el ángulo nuestro la actitud de Georgette nos revela un amor entrañable, sublime y total.
Significa una consagración plena y una fe adorable en aquel hombre que en el plano material fue pobre y hasta mísero.
Pero el contenido que más nos importa resaltar aquí es que durante estos trece años en París, después de la muerte de César Vallejo, lo que embarga su alma es el deseo de viajar al Perú, de conocerlo, de estar allí y vivir en él.


14. Clavesde existencia

¿No es eso conmovedor, halagüeño y supremo?
Que durante esos trece años no haya decaído un solo momento en su empeño de venir al Perú y vivir en él.
¿No era un reencuentro? ¿No se trataba en el fondo de nuevos votos de unión y lealtad con él?
Después de la muerte de su esposo su obsesión de venir al país de ese ser excepcional, fue ineluctable.
¿Quién es capaz de alcanzar como pareja y consorte este privilegio anímico y sentimental? ¿De parte de quien se ha quedado en este mundo atolondrado y mezquino?
Sólo un ser como César Vallejo.
Y no porque él la haya hecho feliz, llenándola de halagos; sino que al contrario, con él ella sufrió de todas las escaceses, privaciones y hasta calamidades.
Lo que sí él le otorgó es sentido a su vida, así como claves absolutas de existencia y razones humanas profundas por las cuales luchar y vivir.


15. Gestiona su venida

Cuando él muere ella no tenía dónde dormir. Luego se estabiliza en una pensión austera, y se dedica noche y día a mecanografiar los originales de las obras de su difunto esposo que habían quedado inéditas, algunas escritas a máquina y otras manuscritas.
Con ayuda de Raúl Porras Barrenechea en París publica el año 1939 los Poemas humanos junto a España, aparta de mí este cáliz.
Pero también piensa, se aferra y gestiona su venida al Perú.
Esta determinación no es un rapto o un impulso del momento sino una convicción y decisión inquebrantables, a tal punto que habla con el representante de nuestro país en Francia.
Nuestro embajador, el señor García Calderón lo escucha parsimonioso, entrevista personal que sin duda es la culminación de todo un proceso de visitas, antesalas y demoras.
Esta voluntad no se atiende.


16. Solicita un pasaje

Este pedido de auxilio nunca es tomado en cuenta, asunto que debió hacerse cada día más penoso.
Además, resultaba perentorio, por las dificultades que empiezan a vivirse de manera cada vez más atroces en Europa y que concluyen con el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.
He aquí un recuento sucinto de aquella gestión que bien podríamos llamar una vía crucis.
Para costear su viaje al Perú ella no tiene recursos.
Entonces solicita y gestiona un pasaje a la Embajada del Perú en Francia. Veamos lo que ocurre.
Roberto Aznarán ha investigado en los archivos de la Embajada del Perú en París, acopiando la siguiente información.
Leamos este cablegrama:
1939
Octubre. Viuda poeta César Vallejo desea volver Perú y necesita para ello órdenes de pasaje y una suma de 4,000 ff. para poder partir, ruego a Ud., ordene Londres le remita.
García Calderón


17. Este es el texto y los montos

No se atiende. No se hace caso. No se responde. Se pone a un lado este trámite. La estrategia de la burocracia es que por cansancio o aburrimiento se olvidarán de lo que piden.
No se le presta ninguna atención. Es más: ya en el mismo cablegrama está demostrada la indiferencia cuando se sugiere que la gestión la resuelva Londres, que es como enviar al desvío.
Los resultados lo corroboran. Porque lo cierto está a la vista: no se le trata con consideración alguna.
Sin embargo, tenemos al lado una muestra de lo que sí ocurre y se atiende. Y sucede en ese preciso momento. Se trata de otro expediente coincidente con la petición de la esposa del poeta, que ahora es orgullo universal del Perú.
Sobre el mismo tema y asunto al lado de la gestión de Georgette hay otro expediente por el cual se concede, y con creces, pasaje de retorno de una señora que no sabemos quién es. No se sabe, no se conoce. Quizá amiga de algún alto funcionario.
Pero este es el texto y estos son los montos que se manejan, detalles que se conocen gracias a la investigación de Roberto Aznarán realizada en París:
1939
Señora Rosa Field agradece 15, OOO ff. y ruega a ud. 8, 000 más que le permitan partir.
García Calderón


18. El pasaje más humilde

Georgette solicita un pasaje no en primera clase, sino un boleto humilde de tercera categoría, como fue el viaje que hizo César Vallejo a Europa.

Observemos la honestidad y el ser consecuentes: en la misma clase como fue el viaje del ser quien sería su esposo. Y hasta en esto le es fiel: solicitar un pasaje de tercera. Y no se le atiende. Nunca se le atendió, en realidad.
El monto que se solicita, como hemos visto es 4 mil francos.
Que nunca se le dio. Nunca obtuvo nada de nada.
Pero ahí mismo, al lado está el otro documento, como una sorna hacia todos nosotros, ciudadanos comunes y corrientes. No de una persona que solicita sino de quién agradece que le hayan dado ya para lo mismo, pero 15 mil francos. Y pide 8 mil más para gastos diversos, que seguro se la dieron.
Pero, ¿quién es? Nadie sabe.
Esta persona tiene nombre propio, es la señora Rosa Field, pero nadie la conoce. ¡Nadie sabe cuáles son sus méritos! Porque una norma de justicia es el mérito.


19. La palabra aséptica

¿Es la favorita de algún personaje de la política? ¿La conocida de alguien del mundo de los negocios? ¡O sabe Dios quién es!
Georgette expone en otra solicitud a la Embajada que ya no tiene amistades en París, porque todas las relegó por su relación con César Vallejo. Que está sola, que su condición es desamparada. Que todo lo dio por acompañar a Vallejo:
1939
Noviembre.“Viuda de Vallejo sin recursos pide repatriación, Díseme que por su matrimonio tuvo que alejarse de sus relaciones francesas y que no encuentra aquí trabajo.
García Calderón
Díseme. Qué manera de usar el lenguaje. ¡Qué neutralidad! ¡Qué lujo técnico!
Así es cuando nada nos compromete o no quisiéramos comprometernos. No es él. Él no quiere saber nada, por eso emplea aquel: díseme. La palabra sale blanca, aséptica, indiferente.
Díseme.
No dice: yo estoy interesado. No dice yo me involucro. No dice: es así.


20. Para que alguna vez reingresara

No dice, yo me comprometo, yo cumplo bien mi función de representante de un país del cual lo más grande son sus artistas, maestros, científicos, sus escritores.
Díseme.
Es decir: lo escuchaba desde su asiento y transmitía incoloro, inodoro, transparente el pedido, sin tocar lo que en el fondo le repugna.
Pero en compensación:
¡Qué conmovedora, lastimera e ingenua es esta nota de Georgette, de decir que se ha desvinculado por él de todo! ¡Tan intensas en su temblor son las palabras de Georgette, como neutras, indolentes y apáticas las palabras de García Calderón!: “díseme que…”
Pero en el fondo: infames.
Revela este cablegrama algo íntimo e inmenso a la vez: que en los nueve años que vivieron juntos ella se subordinó totalmente a las orientaciones de él, a tal punto que los vínculos que ella tenía los perdió por completo, porque las que alcanzó a tener se redujeron a las que tenía su estremecido consorte.


21. En el fondo Vallejo retornó al Perú

¡Y ella tenía contactos en las altas esferas sociales! Y que le valieron alguna vez para que César Vallejo pudiera reingresar a Francia de donde había sido expulsado.
Para nuestra propia autoestima y orgullo es importante constatar que en vida de Vallejo el mayor anhelo de Georgette fue venir al Perú.
1). Para tantos peruanos que se han ido del país, ¡qué referencia más orientadora que ésta!
2). Para otros peruanos, preocupados por la hora de irse del Perú, qué valioso es este registro de alguien de tanta importancia, que vino y nunca se volvió a ir.
3). Para todos nosotros: de que no solo fuera un deseo sino un hecho, el que una mujer joven, linda y plena de talento tuviera como uno de sus más caros sueños, estando en Europa, cual era el de venir a vivir aquí en el Perú.


22. Y para siempre

¿No es ésta acaso una acción de inmensa adhesión y entrega hacia lo que es nuestro?
Lo que nos deja como ejemplo este pasaje biográfico de la vida de Vallejo y Georgette es que las esposas, consortes o compañeras de nuestros compatriotas en el exterior, sean capaces de proyectar una imagen positiva de nuestro país y de que aquí se puede vivir bien. Y que deben retornar entonces a construir aquí.
Y venir para quedarse aquí, al lado de su esposo.
Si, al lado de él, pese a que sus restos quedaron en París, destino que la vida no le deparó al principio, salvo estando él ya muerto, enterrado lejos, justo en la ciudad que a ella la vio nacer: París.
Trece años después de muerto él, ella con su propio peculio compró un pasaje de tercera clase en el barco “Reina del Pacífico” y se embarcó hacia el Perú.


23. Hay una lucha pendiente

Georgette es un voto firme, contundente y enternecedor por el Perú.
En el fondo, con el viaje hacia nuestro país de parte de Georgette, Vallejo retornó a su patria, el Perú y se quedó aquí con ella. A vivir para siempre.
Porque: ¿No es acaso el viaje de Georgette al Perú, y en el fondo de este, el retorno de César Vallejo a su tierra y a su gente? ¿Y todo ello proyectado en el cuerpo y en el alma de aquella que ha sido y es su mujer?
Georgette demuestra con su venida que veía mucho más a través de César Vallejo. Veía: un pueblo, una cultura y un desafío a cumplir. Un destino promisorio. Demuestra con su venida que hay hasta un misterio por descubrir y desentrañar y una esperanza por abrazar que es lo que hacemos en el movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra.
¡Que hay una lucha pendiente por sostener!


24. Todo lo ve a partir de él

Para avizorar ese pueblo, esa cultura y ese nuevo orden de cosas Vallejo es una puerta, una palabra clave y una consigna.
César Vallejo es una llave maestra para ingresar y conocer mucho más acerca de ese destino y de esa utopía.
Ella no tiene una mirada que se aparte de su esposo vivo o difunto sino que todo lo ve a partir de él, a través de él y al final de él.
Sin embargo, de todo este recuento resulta increíble comprobar cómo el Estado peruano y las instituciones de nuestro país no hayan tenido la sensibilidad para atender lo que había en el trasfondo del pedido de la esposa de nuestro poeta, por un lado.
Por otro, resulta inadmisible cómo los originales de importantes obras suyas hayan estado en tanto riesgo de desaparecer durante esa etapa difícil de la historia de Europa y particularmente de Francia.


25. Siempre tuvo presente a su tierra

Georgette llegó a las 9.45 de la mañana del día domingo 6 de mayo de 1951 al Muelle Dársena del puerto del Callao.
Fueron a recibirlo: Raúl Porras Barrenechea, Juan Ríos y su esposa, Raúl Deustua y Ricardo Roca Rey.
Georgette fue entrevistada el día mismo que llegó al Perú, el domingo 6 de marzo de 1951.
El periodista que firma la entrevista, aparecida el día lunes 7 de mayo de 1951, hecha en el mismo espigón del puerto del Callao, firma con las siglas JDB, quien anota estas declaraciones de Georgette, referidas a César Vallejo:
“Siempre tenía la obsesión de su patria y de su familia, añadió. Entonces sus últimos días llamaba a su madre, sus hermanos y sus pequeños sobrinos. Refería recuerdos de Santiago de Chuco... siempre tuvo presente a su tierra, y a su infancia.”


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