martes, 18 de febrero de 2020

83º ANIVERSARIO DEL CLUB SPORT CAHUIDE DE CHIQUIÁN - DOMINGO 23 DE FEBRERO, EN EL LOCAL: PAMPAS GRANDE, DE LOS OLIVOS





Fuente:

- Raúl Márquez Bravo

 
- Vladimiro Reyes Gamarra, Director del Programa Radial BUENOS DÍAS CHIQUIÁN




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 RECUERDOS DEL CAHUIDE:

DESDE ROSAS PAPMPA HASTA LOLI ROMERO

Por Agustín Zúñiga Gamarra
 
En la esquina de Sáenz Peña con 28 de Julio, muy niños comenzamos a defender una casaquilla, que en mi pequeño Chiquián representa una tradición. Los colores del rojo y negro, se hicieron nuestros, no sabemos cuándo y cómo. Trazos en mi memoria me llevan hacia la esquina del viejo estadio de Jircán, a la espalda de la casa de mi tía Alicha Soto. En ese rincón, asustado me arremolinaba junto a otros niños, a mirar cómo se cambiaban los útiles deportivos, a escuchar los comentarios, las arengas que se hacían los jugadores del CAHUIDE, antes de salir al campo o en los entretiempos de los partidos, don Lucho Rayo, Chincha, Marcelo, Tarugo, Choclón, Juvenal entre otros.
 
Ese clásico de Cahuide VS Tarapacá, muy a nuestra edad, lo practicábamos en nuestro barrio de Venecia. ¿Por dónde estarán los hermanos Chavez Neyra (Apshu y Nica), Julian (hijo de Marcelo) aquel pequeño y batallador jugador del Cahuide, que con Eca hijo del cahuidista don Carmelino Carrillo y mi hermano menor Uli, conformamos el equipo rojo y negro. En medio de un barrio tarapaqueño, constituimos este equipito del Cahuide, apoyados por los caramelos que don Carmelino (Carrillo) nos proporcionaba.

De esa niñez, pasaron muchos años hasta que en Lima, por los años 75 volvimos a reencontrarnos con el Club Cahuide, en el Campo del Rimac, en el Campeonato del AIB, los colores rojo y negro del Cahuide, representaban a Chiquian, la capital de la provincia.

Los grandes dirigentes, de entonces como Pacalón, Roberto Aranda, Factor Yabar, Allauca, Javier Ortiz, Beto Celis.... que por su tesón y dedicación, tuvimos siempre chompas, busos, zapatos a la orden. En ese equipo de los 75 al 80 hicimos una buena campaña, recuerdo y saludo a Muchiqui (Amancio), Lauro Rosales, Antonio Garro, Ushunco, Napo, Ishico, Cesar Rosales, Rigu, Puyu entre otros. Verdaderamente un equipo de polendas que en cada clásico, con Cajacay, Ocros, Aquia, Huayllacayan, ... llenábamos ese recordado estadio. En base a este equipo, visitamos Chiquian, en la fiesta de Agosto, viajamos por San Marcos, Recuay, Huaraz en la Copa Perú, dejando imágenes del buen futbol que se practicaba en Chiquian. De esos viajes la anécdota del penal fallado en Rosas Pampa, que nos impidió continuar en carrera, para enfrentar a Chimbote, es la que más recuerdo. Pues gran parte del pueblo chiquiano, había viajado hasta Huaraz, inclusive desde Lima, para ver clasificar al Cahuide, que por ser de chiquian, todos los chiquianos apoyaban, no habia sectarismos de clubes. Esa mañana íbamos empatados con Burgos de Recuay, necesitábamos del triunfo, al ultimo minuto de juego, en una soberbia jugada de Toto Núñez, el defensa comete mano, penal, penal, penal... Los vítores de la barra Chiquiana retumbaban en la tribuna de occidente, las serpentinas, los pica picas, .....parece que ese bullicio y expectativa colmo de nervios a los jugadores, así que el más veterano y capitán de ese equipo, yo Acucho Zúñiga, cogí la bola y fui al punto de penal, ....en esos eternos segundos, vi como nuestros paisanos, como Indo, Bellota, con las manos y cara pegados al alambrado gritaban, alentaban, lloraban, vi sus esperanzas, sus alegrías, sus emociones, .... Íbamos a clasificar por primera vez a una próxima etapa, ... Puse la pelota en la señal, comenzó a llover, el arbitro advirtió que tirado el penal acaba el partido, ... hice un amage, el arquero a un lado pero la bola ... llevada por el destino aciago salió fuera..... El partido concluyó (0 a 0). Agobiado por pérdida del gol, de héroe de la jornada pasé a villano. La lluvia arreció,  arrodillado y cogiéndome la cara con las manos quedé solo en el campo, todos los jugadores y el público habían salido presurosos. Mi hermana Nila desde la tribuna se aproximó y tomándome del hombro me abrazo y consoló.

“Vamos hermano, has jugado un gran partido, así es el deporte, vamos a casa”.

Por dentro golpeándose el pecho y recordando escenas del partido, armé mis cosas en el camarín y salí del estadio, allí, frente a la puerta había una gran tienda, donde muchos chiquianos habían entrado para consolarse, beber una cervezas y calmar la bronca del partido... Ninguno de ellos se aproximó, solo con mi hermana y mi sobrino enrumbamos a casa.... No era para menos, había perdido el penal que nos llevaría a Chimbote a jugar con el José Gálvez, y por qué no soñar en llegar a Lima a la gran final de la Copa Perú. Mis saludos a los jugadores de ese gran equipo que deslumbró a los huaracinos, con su fútbol macho y de calidad: Willy (QED, arquero), Antonio Garro, Uli Zùñiga, Eca Carrillo, Ushunco, Coco Saldivar, Acucho Zuñiga, Javi Villafuerte, Toto Núñez, Ernesto Rivera, Comuno Nuñez, y Andres Padilla. Producto de esa anécdota mis llegadas a chiquian disminuyeron, porque siempre en cualquier fin de fiesta volvía a salir esa escena y los reproches continuaban, por lo que mi alejamiento (como jugador) del Cahuide fue inminente. Desde aquella vez creo que el fútbol es a la vez grato y cruel. A los jugadores los llenamos de halagos cuando se gana, pero no sabemos alentarlos en las derrotas.

Luego de muchos años, en Lima, en la casa de mi hermano Uli, en el barrio de Santa Rosa, tuve la suerte de encontrarme con su cuñado, Lorenzo Romero, y entre un almuerzo casero, me dijo:

“Acucho, ya que estas aquí, y después de muchas lunas que no nos vemos, te voy a cantar algo que he preparado”, luego de algunas bromas llenas de picardía, el gran Loli, comenzó este canto:
 
Salgan muchachas a su balcones
Que el cahuide ya va a pasar, ya va a pasar
Vienen cantando, vienen bailando
Después de ganarle al Tarapacá.

Si un cahuidista te habla de amores
En el momento dile que sí, dile que sí.
Porque el cahuidista sabe ganar 
Y, también sabe amar.

Este era el huayno que nos faltaba para emparejar al Tarapacá, le dije y lo felicité.

Hoy después de casi 8 a 10 años, de aquella reunión, recuerdo al gran Loli de nuestra infancia, que en la puerta de la Tia Amanda, nos contaba chistes y anécdotas en su estilo rimado, único en Chiquian.

Aprovecho de este espacio para darle un corto homenaje a este amigo y bardo auténtico de nuestro Chiquián, que con su peculiar forma de ser hacía agradable cualquier reunión. Por eso este himno del cahuide que él escribió representa su imagen, su espíritu social de tristeza por el Perú, pero sobre todo su amor a los colores rojo y negro de su Cahuide, el CAHUIDE CAMPEON. Como él nos lo dice:

No se olviden amigos míos
el súper clásico en mi Chiquián, en mi Chiquián
nuestro Cahuide es como el Alianza
y el Tarapacá es como la U.

Vamos muchachos con el Cahuide
es un equipo de tradición, de tradición.
el color rojo es sangre peruana
y el negro es luto por mi Perú.

Fuga:
 
Soy cahuidista, qué vas hacer,
la roja y negra es mi color,
por mi equipo voy a morir
con el gozo del corazón.

La Pluma del Viento

Aquí el audio del huayno de Loli, dar clic

SOY CAHUIDIS LOLI ROMERO 09_Track_9.mp3


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