
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
.
DISTINCIÓN:
AMAUTA DEL PERÚ ETERNO Y MEDALLA DE ORO
 
A
AGUSTÍN ZÚÑIGA GAMARRA
POR SU REFLEXIÓN Y MAGISTERIO EN EL CAMPO
DE LAS CIENCIAS Y LA CULTURA
Bienvenida:
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
Presentación:
RAMÓN NORIEGA TORERO
Semblanza:
ARMANDO ALVARADO BALAREZO
Comentario:
MODESTO MONTOYA ZAVALETA
Conferencia:
AGUSTÍN ZÚÑIGA GAMARRA
Entrega de Diploma de Honor:
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
Imposición de Medalla de Oro:
CARLOS CASTILLO MEZA
* * *
RECUERDOS - SEMBLANZA LEÍDA EN EL AULA CAPULÍ
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Construcción y forja de la utopía andina
.
DISTINCIÓN:
AMAUTA DEL PERÚ ETERNO Y MEDALLA DE ORO
A
AGUSTÍN ZÚÑIGA GAMARRA
POR SU REFLEXIÓN Y MAGISTERIO EN EL CAMPO
DE LAS CIENCIAS Y LA CULTURA
Bienvenida:
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
Presentación:
RAMÓN NORIEGA TORERO
Semblanza:
ARMANDO ALVARADO BALAREZO
Comentario:
MODESTO MONTOYA ZAVALETA
Conferencia:
AGUSTÍN ZÚÑIGA GAMARRA
Entrega de Diploma de Honor:
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
Imposición de Medalla de Oro:
CARLOS CASTILLO MEZA
* * *
RECUERDOS - SEMBLANZA LEÍDA EN EL AULA CAPULÍ
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
¡CÓMO PASA EL TIEMPO SHAY!
Hace
  cinco años celebramos en el Club Chiquián, los 50 fructíferos febreros
  de AGUSTÍN RICARDO ZÚÑIGA GAMARRA, llamado cariñosamente "ACUCHO". 
Este  año apagó 55 velitas en el calor del hogar familiar de la 
urbanización  Ingeniería.
Hace
  varias décadas que desde el empinado paraje "Los Pinos" de Huaraz,  
donde estudiaba la secundaria bajo el rigor académico del Seminario San 
 Francisco de Sales, se lanzó como avellana a la conquista de sus sueños
  en la Capital de la República, la tierra prometida de los provincianos
  de las tres regiones naturales, no: "Lima la horrible" como la 
catalogan  los ingratos.
Ingresó
  a la Universidad Nacional de Ingeniería a la vanguardia de los  
postulantes, lejos de los cenáculos artísticos y literarios, pero sin  
desligarse del canto chiquiano con arpa, violín y sordina, tampoco del  
deporte rey. Este último, en el que desde siempre impone su talento  
creador frente a sus ocasionales adversarios, con esa rebeldía natural y
  la experiencia cada vez más creciente que no se logra leyendo libros  
sobre cómo hacer goles de "guacha", "chalaca" o de "taquito", sino en la
  cancha, haciendo funcionar la cabeza y los pies al unísono.
Durante
  su fecunda vida ha subido a pulso todos los peldaños académicos de su 
 profesión, tanto en el Perú como en el extranjero, coronando con éxito 
 la cima más alta, que le ha valido para desempeñarse en cargos de suma 
 responsabilidad. A la par, contagiado por los coterráneos que aún 
sufren  los estragos del desarraigo por el huayco migratorio de los 
setentas,  ensaya la vena popular en los albores del Tercer Milenio, y 
no tarda en  descubrir su genio narrativo que hoy florece para 
beneplácito de las  letras chiquianas y alentar la difusión del 
conocimiento científico, a  través de sus portales virtuales y programas
 radiales, con gran acogida  por las mentes ávidas de aprender, en 
circunstancias que la ciencia, la  tecnología y la innovación no son 
prioridad para los gobiernos de turno,  pese a ser conocedores, en 
demasía, que el conocimiento es la mayor  riqueza que un país puede 
ostentar sin dañar el medio ambiente y  exportarlo en abundancia a los 
cinco continentes para provecho de la  Humanidad.
En
  su narrativa no se olvida de la primera lluvia, aquella que deja su  
fresco aroma entre el corazón y la mente. Así su amado Agocalle, donde  
fue campeón caminando en zancos, saltando con garrocha y ganando  
bolsillos tras bolsillos de chillanditas,
  renace en cada despertar, porque ese sentimiento de amor por la Patria
  Chica que se incrusta en la infancia, permanece indeleble en la 
memoria.
Hoy,
  que los caminos del mundo van albeando su privilegiada testa más allá 
 del horizonte nativo, su espíritu telúrico sigue siendo de ese niño  
inquieto hecho río cristalino, gracias a dos vertientes de agua dulce  
que se unieron para darle vida: Chiquián donde florece la cantuta y  
Huayllacayán donde madura la chirimoya.
CHIQUIAN:
  es el pueblo donde el destino tejió el ropón de ACUCHO, ser humano de 
 corazón noble e iris de niño; un guerrero de la constancia, la  
abnegación, el raciocinio y la fe en el éxito final, como buen Quijote  
del conocimiento. En suma, un domador nato de la ignorancia como todo  
orfebre  empeñado en llenar la vasija de la  
ciencia popular en las altas cumbres. Futbolista ciento por ciento con  
su doble salto en el aire como el rey Pelé y el gran capitán Héctor  
Chumpitáz.
Integrar
  el Comité de Gestión - Base Lima por varios años bajo su presidencia, 
 me ha permitido conocer la grandeza de su espíritu y las virtudes de su
  liderazgo natural: sencillo, humilde, generoso, optimista; siempre  
guiando y promoviendo nuevas rutas de desarrollo para nuestra tierra.  
Doctor en Física Nuclear, con un importante cargo en el IPEN y  
estudiante infatigable en un nuevo doctorado que pronto verá el alba de 
 oro.
Viene a mi mente el poeta Alejandro Pope, quien refiriéndose a Newton expresa: "La Naturaleza y sus leyes se ocultaban en la noche: por eso Dios dijo ¡que nazca Newton! y se hizo la luz".
  Esa misma luz es la que irradia Acucho en los paisanos que lo  
acompañamos en su tarea de progreso provincial, así como en las jornadas
  informativas y proyectos educativos que promueve y empuja hacia  
adelante; pues de la misma manera como las plantas convierten los  
minerales en alimento cotidiano, así también los hombres de ciencia  
convierten la materia prima en naturaleza útil para la Humanidad. Son  
los descubridores e inventores que nos allanan el camino para no andar a
  tientas en el mundo moderno.
Pero
  no solamente destaca en el mundo científico, sino también en la tarea 
 literaria, que no ofrece réditos materiales de corto ni largo aliento, 
 porque sabe que la literatura es un noble sentimiento que apunta al  
desarrollo de los pueblos sin esperar nada a cambio, siguiendo las  
hondas huellas dejadas por don Antonio Zúñiga Alva, su adorado padre.  
Huellas de Maestro que es menester recordar en este sagrado lugar,  
crisol purificador de la obra de nuestro vate universal César Vallejo,  
quien también fue maestro de escuela:
Mayo, mes florido en Chiquián gracias al aguacerito que se marcha hasta diciembre, dejándonos su tributo de vida.
Mayo,
  aroma de campo primaveral en la Sierra. Los gorriones saludan la  
llegada de la aurora en cada despertar, cantando felices sobre los  
tejados. En las noches los grillos tocan alegres sus violines entre las 
 pircas de las chacras turquesas.
Mayo,
  mes de dulce caña, de tersas habas para el rico panco, de maíz,  
alfalfita y dorado trigo en Racrán, desde donde se divisa los mechones  
de humo de fogón que se elevan al cielo como velos blancos.
Mayo,
  mes de cuilumpis maduros invitándonos a la cosecha de coloridas 
papitas  arenosas que en unos meses serán sabrosas gecnas. Hasta el agua
 y la  espumante leche recién ordeñada saben a gloria. 
En
  este generoso mes, el martes 10, de hace 100 años, nació en Chiquián 
un  ser humano pródigo en magisterio viviente que dejó huellas 
indelebles  en la provincia de Bolognesi y en los lugares donde llevó su
 elocuente  palabra para gestionar y promover el desarrollo de nuestra 
tierra. 
Don
  ANTONIO ZÚÑIGA, quien además de maestro y escritor, se desempeñó como 
 supervisor de educación, forjador de la Casa del Maestro de la 
provincia  de Bolognesi y presidente de la Sociedad de Beneficencia 
Pública de  Chiquián. Institucionalista ciento por ciento; deportista y 
socio  fundador de la Liga Provincial de Fútbol y del Club Cultural 
Deportivo  Alianza Chiquián que tantos lauros cosechó en Ancash. 
Los
  conocimientos que adquirió en las aulas de Chiquián, Huaraz y Lima, 
los  puso a manos llenas a disposición de sus pupilos chiquianos, de  
Cajacay, Huayllacayán y Llaclla. Los pobladores de este último lugar lo 
 recuerdan como uno de los más importantes gestores para la creación del
  distrito Abelardo Pardo Lezameta en 1956. Siempre fue elegido por sus 
 capacidades y potencialidades innatas, junto a otros ilustres colegas, 
 para representar al magisterio bolognesino en convenciones realizadas 
en  Huaraz y Lima, dejando en alto el nombre de CHIQUIÁN.
Ciudadanos
  ejemplares como don Antonio, fueron en el siglo XX parte medular del  
tejido social bolognesino y ahora son el patrimonio cultural, moral y  
espiritual que debemos conservar y emular, sobre todo en momentos  
sombríos como el que atravesamos, donde todo se pone en tela de juicio, 
 lamentablemente por hechos deleznables originados en las altas esferas 
 del poder, arrinconando voluntades y valores supremos, ante los ojos 
del  mundo. 
Cómo
  no recordar su vigorosa personalidad y su fe inconmovible. Su 
pulcritud  en el vestir y su esmero en el cotidiano quehacer; sin duda, 
uno de los  referentes más destacados que marcará época en la historia 
de nuestro  pueblo, sobre todo por su impecable trayectoria. 
Escucharlo
  conversar con mi papá, cada vez que visitaba nuestra casita de  
Ingeniería en los ochentas y noventas, era un constante aprender. Jamás 
 escuché de sus labios la más tenue manifestación de rencor o  
resentimiento por algo o alguien. Sus ojos azules cristalinos brillaban 
 más y más, cada vez que recordaba su labor magisterial en el vendaval 
de  los contrafuertes bolognesinos, lejos de su hogar del Jr. Saénz Peña
 en  Chiquián: de su adorada Luzmila y sus retoños.
Cuántas
  noches en vela seguramente pasó en su afán de fecundar las buenas  
semillas del conocimiento y del pensamiento en sus alumnos del mundo  
rural; cuántas privaciones de sustento material habrán hincado su cuerpo
  y alma de servidor estatal mal remunerado.
Ya
  en el seno familiar, junto a su esposa y amiga, hasta que espiró su  
último aliento, no solamente propiciaron y concretaron una buena  
educación para sus hijos y nietos, sino también les infundieron ese  
espíritu de honradez y de amor al trabajo tan propio en los  
provincianos, y el sentido de responsabilidad tan escaso en nuestro  
país; nobles tareas a las que entregó su talento, sus energías, salud y 
 vida.
* * *
Como
  Presidente de la Asociación "Chiquián Cultura", la visión emprendedora
  de Acucho, hizo que en breve tiempo dicha institución brinde su primer
  fruto con la Noche de Gala, realizada un 11 de diciembre de grata  
recordación, en homenaje a las mujeres y hombres que forjaron nuestra  
identidad. Después de un alto en el camino para meditar y madurar la  
forja creadora, queda el compromiso de continuar bregando como nexo  
entre las diferentes instituciones chiquianas, procurando que las  
actividades culturales en bien de nuestra tierra encuentren su alborada,
  sobre todo la cultura nativa, tan rica y variada, uniendo en un mismo 
 puño a los distritos de la provincia de Bolognesi.
Con
  Acucho y Vladimiro Reyes Gamarra, hemos tenido el privilegio de 
visitar  Chiquián, unas veces por la ruta de Matarrajra, otras tantas 
escuchando  murmurar al generoso Huamanmayo de la encajonada joya 
aquina; siempre  haciendo un alto en cada recodo de la ruta para 
respirar el aire sereno  de la cordillera, perennizando en nuestras 
retinas y cámaras  fotográficas la belleza incontrastable del Ande, 
belleza que con dicha  plena se va poniendo en valor a través de la 
Internet.
Hace 5 años participé del cumpleaños 50 de Acucho. Fue una velada que pulsa así en el recuerdo:
Las
  palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Nila, su hermana mayor,  
con gratas evocaciones del ayer, que nos hicieron transportar a las  
épocas adolescentes en nuestro querido pueblo, donde las palabras:  
Amistad, solidaridad, risas, juegos, trabajo, estudio y deporte sano,  
nos colmaron de dicha cotidiana junto a nuestros vecinos, amigos,  
maestros, padres y abuelitos, bajo los mantos protectores del Señor de  
Conchuyacu, Santa Rosa de Lima y San Francisco de Asís.
Expresivos
  pasajes de la niñez de Acucho, entre los que destacan: “El  
diccionario”, “Los guantes de box”, “Al compás de la procesión”,  
“Celebrando un rojo en la libreta”, “Las crecidas de Agocalle con ripio,
  zancos y garrochas”, “Paso de desfile sin mirar de reojo a las 
chicas”,  “Historia de un intercomunicador demasiado madrugador ”, “Mi 
almidonado  mandil del Jardín de la Infancia”, “El pequeño cantor 
enamorado de las  amigas de sus hermanas”, “Rayadores y regaderas al por
 mayor” y “Tardes  de fulbito con balones de pucash en Sáenz Peña”, 
marcaron la nota  pintoresca del evento con el emocionado relato de 
Nila, donde también  recordamos a nuestros pioneros Miguel Durand y 
Glorioso Aranda,  retrotrayendo a la memoria cálidos trocitos del 
Anecdotario de don  Antonio Zúñiga,  quien con su 
ágil pluma pintó de  arco iris ese hermoso lienzo de confraternidad, 
sentimiento telúrico y  belleza natural, llamado con orgullo "Espejito 
del cielo".
Luego
  se sumaron las palabras de afecto de: Víctor Tadeo a nombre de la  
Asociación Chiquián; Lauro Rosales por el Sport Cahuide; dos alumnos de 
 Física a nombre de los estudiantes de UNI, UNFV y UNMSM; Arturo Vicuña 
 en representación del Club Chiquián; Fortunato Aguirre por el Comité de
  Gestión – Sede Lima. Todos ellos resaltaron las cualidades personales y
  profesionales de Acucho.
A
  las 11 de la noche llegaron las palabras de agradecimiento del  
homenajeado, quien hizo un rápido recuento de su hoja de vida con la  
sencillez y el peculiar estilo chiquiano. Fue entonces que el ambiente  
lleno de melodías andinas volvieron a revolotear las aves temporarias  
del recuerdo de aquellos sesentas. Acucho nos recordó su paso redoblado 
 por la Escuela del amauta Josué Alvarado Cruz, aquella Alma Mater 
camino  a Chivis y de vista al majestuoso Yerupajá, que a tantos niños 
colmó de  conocimiento.
Luego
  nos narró sus años de estudiante primario en la Pre Vocacional de  
Varones 351 con una sentida muestra de gratitud por su maestro de aula  
Anatolio Calderón Pardo, presente en el ágape, de quien rememoró sus  
clases ecológicas a orillas del Aynín, donde la pachamanca franciscana  
con papas roqueñas, choclos de Parientana y habas de Chicchó, era mucho 
 más que un simple alimento para saciar el hambre material.
También
  trajo a colación atrapando nuestros sentidos, los recuerdos de sus  
maestros: Cástulo Rivera y la fabricación de tizas de color con insumos 
 extraídos de las tunas de Shapash, Cucuna y Ninán; las clases de  
mecánica de Oshvita Vicuña que permitía a los alumnos agenciarse de un  
dinerito honrado; el taller de carpintería del maestro Manuel Quispe y  
las clases de agronomía del profesor Crisólogo Ramírez, en los sembríos 
 de la Escuela.
Abundaron
  muchos recuerdos de aquel centro del saber bolognesino, de amplios  
salones revestidos con yeso de Quilcay, grandes puertas y ventanas de  
madera, piscina y patios adornados de cipreses que se mecían con el  
viento al compás de los sonoros "tilín, talán, tolón" de Martín el  
campanero.
Del
  mismo modo nos narró sobre sus cualidades de chuncador pertinaz, donde
  su pequeña ñauca, que era la mitad de la sesma del espigado 
“bellotita”  Escobedo, no era suficiente desventaja para perder el jugo,
 pues con su  "lecheronga" y su providencial puntería cerrando el ojo 
izquierdo, se  metía tranquilamente a los bolsillos del pantalón y la 
camisa, puñados  tras puñados de pushpus, bolas pintas "chillanditas" y 
cholocos del  Callejón de Huaylas, los que remataba al mejor postor para
 comprar media  docena de panes de punta, que compartía con sus leales 
escuderos  "Abchu" y "Shansha"; y de yapa, adquirir de la librería 
Santos Flores,  los pliegos de papel oficio rayados y cuadriculados para
 los exámenes  con tinta líquida, que no permitían borrones ni 
enmendaduras, solo el  vaivén del secante, antes de que se tiñan de azul
 la carpeta y las  mangas del uniforme comando.
Después
  vendría su viaje a Huaraz para estudiar la secundaria en el seminario.
  Fue allí, entre árboles, pájaros canoros, sotanas, hierba silvestre y 
el  riachuelo que discurre ronroneando la angosta quebrada, que forjó su
  espíritu emprendedor, de la mano de sus libros y cuadernos.
Ya
  instalado en Lima, se preparó e ingresó a la UNI. Las limitaciones  
materiales en la capital de la República para un joven provinciano  
acostumbrado a vivir bajo la pupila protectora de papá, no mermaron su  
perseverancia, lo que le permitió culminar con éxito su carrera,  
constituyéndose en ejemplo de estudio y superación para los jóvenes  
paisanos. Desde aquel entonces vinieron año tras año muchos logros  
profesionales, tanto en el Perú como en el extranjero, hasta llegar al  
sitial que hoy ocupa en el Instituto Peruano de Energía Nuclear,  
actualmente presidido por el Doctor Modesto Montoya, quien junto a otros
  físicos nucleares concurrieron al Club Chiquián para brindarle su  
saludo.
Estamos
  en el quinto año del nuevo milenio y aún el Universo navega en el  
misterio. Se dice que la esencia y los atributos de Dios, la materia y  
la vida, la rigidez de las estructuras físicas y la versatilidad del  
pensamiento creador, la causalidad de los fenómenos y el dilema del ser 
 humano que parece nacido simultáneamente para la inmortalidad y la  
muerte, es un secreto todavía. Felizmente hay hombres como Acucho que no
  claudican ante este misterio; es decir, no aceptan un Universo ciego y
  sordo; sino que, día a día aspiran a trasformar con el conocimiento  
científico el reino de la oscuridad y del temor, por el dominio de la  
tranquilidad y la luz.
 * * *
Hermanos del Aula Capulí:
Hace
  dos semanas estuvo aquí el poeta germano Juerguen Polinske,  
bibliotecario mayor de la universidad Alexander von Humbolt de Alemania.
  El nos dijo que Europa está en proceso de hibernación, en cambio  
Latinoamérica ha despertado de su letargo de 500 años. Lástima que en el
  Perú el Estado continúa dándole la espalda a la ciencia y no suene  
todavía el segundo grito de independencia y sigamos copiando modelos  
económicos ajenos a nuestra realidad, así como sus vicios que los  
canales de televisión multiplican en horas estelares, incubando en los  
niños y jóvenes el germen de una farándula nada santa, que se pasea a su
  antojo en la pantalla chica a vista y paciencia de los organismos  
reguladores.
Jóvenes amigos que nos honran con su presencia:
No sólo el calor anima la marcha de un miliciano del alba, también lo hace el dolor, porque  la
  vida es mezcla de alegría y llanto. Sin olvidar que las horas que el  
estudiante le resta a la madrugada: decide su futuro y por ende el de la
  Humanidad. Tampoco debemos olvidar que no es tan importante saber de  
qué material está hecho el arado, el caishi o la racuana, sino saber  
abrir surcos profundos donde florezca la semilla.
Por todo ello, unámonos con fuerza a la gesta heroica de Modesto Montoya Zavaleta, Erik Antúnez de Mayolo Rinning  y
  Agustín Zúñiga Gamarra, líderes naturales del conocimiento y la  
innovación en el Perú, para que nunca más el fiero látigo de la  
ignorancia restalle sobre la cabeza de nuestro pueblo; pero unámonos de 
 manera permanente y sostenida, pues no basta tener el arranque de un  
potro para recorrer un largo camino. Se necesita duro pellejo para  
sortear los fuertes vientos de la adversidad.
Muchas gracias

En
 este hermoso día de tu santo, extiendo mis brazos fraternos tanto como 
los de Diderot, para darte un fuerte abrazo de hermano, 
recordando tu grata presencia en el AULA CAPULÍ.
Nalo
La Vergne, 07 de febrero de 2013
IMÁGENES DE LA CEREMONIA DE PREMIACIÓN
Palabras de Bienvenida
Comentario
Conferencia
Entrega de Diploma de Honor "Amauta del Perú Eterno"
Distinción: Medalla de Oro "Capulí, Vallejo y su Tierra"
Momento Poético
Palabras de Homenaje: Integrantes de Capulí, Vallejo y su Tierra
Palabras de Agradecimiento: Familia Zúñiga Gamarra
Entonando sagradas canciones peruanas
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