Lima, 2 de enero de 2011
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HOLA SHAY :
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La esposa, hijos. nietos y hermanos de nuestro recordado paisano ALBERTO NÚÑEZ ARÉVALO, expresan su agradecimiento por las muestras de solidaridad durante los funerales y nos invitan a participar de la Misa de Honras conmemorando el Primer Mes de su encuentro con el Señor.
La esposa, hijos. nietos y hermanos de nuestro recordado paisano ALBERTO NÚÑEZ ARÉVALO, expresan su agradecimiento por las muestras de solidaridad durante los funerales y nos invitan a participar de la Misa de Honras conmemorando el Primer Mes de su encuentro con el Señor.
FECHA Y HORA:
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Viernes 7 de enero a las 6 pm
LUGAR:
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Parroquia Santa Rosa, Jr. Almirante Guisse 2150 (esquina con Julio C. Tello), a 4 cuadras de la Av. Arenales - Lince - LIMA
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Viernes 7 de enero a las 6 pm
LUGAR:
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Parroquia Santa Rosa, Jr. Almirante Guisse 2150 (esquina con Julio C. Tello), a 4 cuadras de la Av. Arenales - Lince - LIMA
Jesús dijo: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente" (Juan 11:25-26).
Plaza de Armas de Chiquián
PINCELADAS DEL RECUERDO
Tío Beto, como lo llamábamos de cariño, ya se encuentra en el cielo junto a su entrañable compañero de labores en la Posta Médica de Chiquián, Panchito Alva.
Sentimiento chiquiano:
...."Esta vocación de sacrificio es similar al ejemplo de hombres valiosos para la comunidad como Panchito Alva, Alberto Núñez y don “Muchqui” Valerio Aldave, quienes tenían que surcar leguas de leguas cuando eran llamados desde el interior de la provincia para sanar heridas o socorrer a los desvalidos, sin temor a ser contagiados por alguna enfermedad. Seguramente caminaron de noche los abruptos senderos, pues la salud no espera la llegada del Sol".
Para leer un poco más sobre el legado de seres humanos valiosos de Chiquián, hacer clic en la siguiente dirección electrónica:
A POCAS HORAS DEL DÍA DEL TRABAJADOR
La acequia que cruzaba la vía estaba cubierta de cemento (canalizada) y no había rastro de aquel recordado puente.
Parado en la esquina veía pasar las páginas empolvadas de mi niñez, cuando con mi primo Edgar (hijo de don Beto), corríamos tras los becerros para llevarlos al corral de su abuelita doña Ticucha donde sacábamos leche.
Como todo había cambiado, traté de ubicar el puquial, era difícil, construcciones por todos lados, por suerte apareció una señora con su manojo de shojla bajo el brazo, me acerqué a preguntarle si conocía el puquial de Oro Puquio, ella era doña Ernestina Abarca, muy conversadora, me dijo que había vivido mucho tiempo en la puna, cerca a Tinya, caminamos hasta la esquina desde donde me señaló el puquio, casi indistinguible.
Con la mente en décadas pasadas, pisaba con calma, casi buscando mis huellas, a cada paso volvía la mirada a ambos lados para reconocer los caminos, algunos todavía se mostraban como antes, con mezcla de modernidad, como el que nos llevaba de Cochapata al reservorio de aguas turbias, donde nos bañábamos y jugábamos a Tarzán.
Me acerqué incrédulo, habían transcurrido casi 45 años desde la época de mi niñez, y el puquial todavía seguía vertiendo su agua, poca, pero suficiente para devolvernos la alegría de saciar la sed de memoria, de nostalgia y de alegría por el reencuentro con nuestras raíces.
Lima, 20 de Febrero de 2008
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DESCANSE EN PAZ TÍO BETO.D
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PINCELADAS DEL RECUERDO
Tío Beto, como lo llamábamos de cariño, ya se encuentra en el cielo junto a su entrañable compañero de labores en la Posta Médica de Chiquián, Panchito Alva.
Sentimiento chiquiano:
...."Esta vocación de sacrificio es similar al ejemplo de hombres valiosos para la comunidad como Panchito Alva, Alberto Núñez y don “Muchqui” Valerio Aldave, quienes tenían que surcar leguas de leguas cuando eran llamados desde el interior de la provincia para sanar heridas o socorrer a los desvalidos, sin temor a ser contagiados por alguna enfermedad. Seguramente caminaron de noche los abruptos senderos, pues la salud no espera la llegada del Sol".
Para leer un poco más sobre el legado de seres humanos valiosos de Chiquián, hacer clic en la siguiente dirección electrónica:
A POCAS HORAS DEL DÍA DEL TRABAJADOR
HUELLAS POR ORO PUQUIO
Por Agustín Zúñiga Gamarra (Acucho)
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En la tarde del sábado, mientras la fiesta del cortamonte concentraba a la gente en la plaza de armas, la nostalgia por los años de la infancia, me empujó a caminar hacia el puente Cantucho, lugar representativo del barrio de Oro Puquio. Pasé delante de la casa de mi tío Beto (Núñez), nuestro recordado sanitario, que en su haber tiene la dicha de haber salvado muchas vidas, pero también de haber cazado otras tantas.
Casa de mis tíos Beto y Alicha, lugar especial para el pari mañanero
Cazadores: Ticucho Moreno, Moichi Aldave y Beto Núñez
La acequia que cruzaba la vía estaba cubierta de cemento (canalizada) y no había rastro de aquel recordado puente.
El puente Cantucho, estuvo ahí, la canalización lo desapareció
Parado en la esquina veía pasar las páginas empolvadas de mi niñez, cuando con mi primo Edgar (hijo de don Beto), corríamos tras los becerros para llevarlos al corral de su abuelita doña Ticucha donde sacábamos leche.
Como todo había cambiado, traté de ubicar el puquial, era difícil, construcciones por todos lados, por suerte apareció una señora con su manojo de shojla bajo el brazo, me acerqué a preguntarle si conocía el puquial de Oro Puquio, ella era doña Ernestina Abarca, muy conversadora, me dijo que había vivido mucho tiempo en la puna, cerca a Tinya, caminamos hasta la esquina desde donde me señaló el puquio, casi indistinguible.
Al fondo, el puquial de Oro Puquio, todavía vive
Con la mente en décadas pasadas, pisaba con calma, casi buscando mis huellas, a cada paso volvía la mirada a ambos lados para reconocer los caminos, algunos todavía se mostraban como antes, con mezcla de modernidad, como el que nos llevaba de Cochapata al reservorio de aguas turbias, donde nos bañábamos y jugábamos a Tarzán.
Camino a Cochapata, mezcla de antigüedad y modernidad.
Me acerqué incrédulo, habían transcurrido casi 45 años desde la época de mi niñez, y el puquial todavía seguía vertiendo su agua, poca, pero suficiente para devolvernos la alegría de saciar la sed de memoria, de nostalgia y de alegría por el reencuentro con nuestras raíces.
Lima, 20 de Febrero de 2008
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DESCANSE EN PAZ TÍO BETO.D
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. Chiquián - Foto: Jesús Bolarte Ramírez.