CAJACAY
Por Aivil Alitana
Hoy pienso en ti pueblo mío,
como el hijo de Laertes,
perdido en altamar,
anhelaba los muros
que abrigaron su infancia.
Por eso amo las manos
que mecieron mi cuna;
tierra de mis primeros pasos,
aroma de las miradas tiernas,
numen de mis prístinos anhelos.
Cómo no amarte si lates fuerte en mi pecho,
ahora que el tiempo trenza la melena gris
de los años que se van.
Cómo no amarte pueblo mío,
si vives en mis seres queridos, presentes y ausentes;
si cada madrugada siento que respiras hondo,
quebrando el silencio de las horas vacías,
como trepida el rocío
cuando el aire agita las hojas mustias
de una rama herida.
Cómo no recordar tu cielo azul
al iluminar el sol la puna fría,
los ríspidos senderos, el abismo agreste...
También recuerdo la neblina del mes de mayo,
cubriendo las palmeras de tu plaza con su poncho
blanco.
Cómo no recordar la fragancia de tus mazorcas en flor,
y el dorado brillante de tus espigas preñadas de
trigo,
granos que amasaba mi padre junto al horno de barro,
labrando con fe y esperanza el pan del porvenir,
al amparo del Señor de Chaucayán y San Agustín.
Cómo no recordar tus huertos caseros poblados de
trinos
y aromas de la sierra a la vera de los ríos de aguas
puras,
que mitigan la sed en los caminos que suben al cielo.
Cómo no amarte si eres lluvia que moja por dentro.
Lluvia que se torna manantial en la distancia.
Tierra de empinados horizontes hechos de arcilla y
roca
donde gravitan vibrantes los ecos profundos.
Hoy te recuerdo en cada uno de tus hijos,
porque en todos habita tu alma las 24 horas del día;
por eso lejos de ti mi alma musita el Ave María,
mientras mi corazón se curva en agonía,
como se comba el labriego en el surco
buscando el fruto soñado.
Pueblo mío, “Tierra de hombres ilustres”,
como te bautizara el sabio Santiago Antúnez de Mayolo,
¡BENDITO SEAS!
Fuente:
Antología (OCT 2017) de la Sociedad Literaria Amantes del País, Selección de José Beltrán Peña.