Yanahuara, 30 de junio de 2017
HOLA SHAY:
HOLA SHAY:
Hoy,
 para dicha de muchos ancashinos, ex alumnos sanmarquinos y amigos del Cono Norte 
limeño, celebra un año más de vida nuestro cordial hermano HERNÁN VLADIMIRO REYES GAMARRA, llamado con cariño por los radioyentes domingueros “TÍO VLADY”.
 Un infatigable corredor de fondo en las redes sociales, siempre 
presente en el gran marcador de la cultura regional, con rutilante 
presencia en Facebook las 24 horas del día, ligado permanentemente a lo 
nuestro,
 con ese pegamento natural bautizado por Shaprita como "Sentimiento 
Chiquiano", avivando segundo a segundo el fogón del recuerdo.
Hernán
 Vladimiro es uno de los espíritus telúricos más generosos que ha 
forjado Chiquián a lo largo y ancho de su fulgurante historia 
provinciana, siguiendo la senda trazada por los viejos paisanos, cuyas 
obras de bien son ejemplos de amor por lo nuestro, dignos modelos a 
seguir sin perder el rumbo, y que el paso del tiempo afirma con mayor certeza cada día. 
Vlady es un
apoyo incondicional  para todo migrante andino en la Capital de la 
República. Un ángel guardián de nuestra heredad, que lucha incansable 
para evitar que la incuria borre las huellas del ayer vigoroso. Un 
espíritu estimulante que busca la confraternidad más allá de lo 
enunciativo. Un ser humano que no se arredra ante un naufragio, el que altavoz en mano 
lidera la tarea de salvamento en plena tormenta. Una voz genuina en el 
universo del micrófono del Perú profundo en la Capital de la República y en el extranjero, con ese afán insigne 
de preservar el legado luminoso de los bolognesinos de noble espiga; 
continuamente buscando la granítica unidad provincial que soñaron 
nuestros padres y abuelitos, pulverizando a paso firme las filudas antacashas
 de la añoranza, y sanando con el ungüento radial de su sintonizado 
programa las llagas que produce el desarraigo en los corazones que 
palpitan lejos de la querencia.
Sin lugar a dudas su virtud comunicativa se fragua en los años de su infancia en Chiquián, década del sesenta, cuando se extraía el carbón mineral a punta de barreta, sudor y manos encallecidas, y después se trasladaba en costales a lomo de llama hasta el pueblo, sin dañar el ecosistema de las altas cumbres, con el viento helado galopando a rienda suelta en las laderas verticales que besan el cielo serrano.
Tiempos aquellos donde no habían políticos, alumnos, funcionarios ni jornaleros remolones, y los productos empaquetados aún no habían desplazado de las mesas chiquianas a los productos “de la chacra a la olla”, productos que hoy, por obvias razones, los países del primer mundo privilegian su consumo como tabla de salvación de la Humanidad. Tiempos cuando la Comunidad de Indígenas de Chiquián, hoy Comunidad Campesina, era símbolo de sumo orgullo, como el queso chiquiano, el poncho habano, Luis Pardo, los amados amautas y su fiesta patronal de Santa Rosa con hermosas pallas, bandas y chinguirito calientito en plena madrugada.
Años primeros que labraron surcos indelebles en la memoria del futuro comunicador social, gracias a la pauta de amor puro hacia el suelo natal de tres grandes maestros que tuvo bajo el techo familiar: su tía Dolorita Aguirre Novoa, su querido padre don Hernán Reyes Aguirre y su hermano, nuestro entrañable amigo Romeo Reyes Gamarra; de ahí su veneración hacia ellos, como todo ser humano agradecido reverencia los brazos y las mentes que lo cuidaron y guiaron de chiuchi y de maltón.
Su programa radial es un verdadero amasijo cultural de apego por el terruño, programa donde no solamente se cimentan los usos, costumbres y las tradiciones que nos identifican, sino que además nos pone en contacto directo con nuestra gente generosa, con ese lenguaje popular que vibra nervudo poniéndole alas ligeras a la emoción compartida, sin dejarnos sentir ni un solo domingo la ausencia de “nuestra sacrosanta tierra”, como subrayaba pletórico de fe, Roberto Aranda Chávez “RACH”.
Duro de carácter frente a la injusticia y a los astutos enemigos de la Naturaleza y del Cosmos, con esa clara mirada de todo guerrero de la luz y la paz, que no se amilana ante las misiones imposibles, pero sentimental hasta el llanto frente a la desgracia ajena, no para despertar ese sentimiento humanitario que se va perdiendo con la Globalización, sino, porque desde niño se conduele con los percances que afectan a los demás, y que nunca faltan en este valle de shinua, ampollas y lágrimas.
Hermano Hernán Vladimiro:
Ahora que ya sobrevuelas nubes veteranas, bienvenido seas a una de las mejores etapas de la existencia terrena; y permíteme decirte, con la experiencia que me brinda más de un lustro de ventaja como arriero del tiempo, lo siguiente:
Jamás renuncies a tus sueños, pues hacerlo es como dejar que un cuerpo fornido y tonificado se vuelva flácido, y no por ley natural sino por flojera. Lo mismo pasa cuando se pierde la fe. Tampoco sueñes en pequeño, porque como todo periodista sanmarquino no eres bonsái de macetero adornando un escaparate bajo luz artificial, sino roble floreciendo rozagante en tierra prometida con el sol dorando tu frente.
En tu caso, amigo mío, es imposible separar al promotor cultural del periodista, pues, como Olimpio Cotillo y Marcos Chamorro, encarnas al ser humano comprometido hasta el tuétano con su identidad nativa, y bizarro tenaz en la profesión que abrazaste con veneración en las aulas de San Marcos, por eso no te detienes al filo del abismo a contemplar el horizonte como los shulacos, sino que abres tus alas de cóndor y vuelas los confines sin temor a las sombras del cohecho regional, la felonía y el saqueo brutal, que trataron de ponerle mortaja de miseria al prístino suelo ancashino; de ahí que, nadie con un milímetro de entendimiento niega la trascendencia vital del programa dominical "BUENOS DÍAS CHIQUIÁN", porque su clamor radial va más allá de preservar nuestra identidad cultural, y se introduce como filuda hualanca en el nervio central de la corrupción que tocó fondo hasta el hartazgo, haciéndolo acurrucarse como antesala a su exterminio total.
Si en el trayecto de los años te fatigas, siéntate cómodamente en una mecedora o en un quncu de puya titanca y piensa en los viejos tiempos con una buena chicha de jora en los labios, ¡PERO OJO!, sólo mientras te repones del cansancio, ya que el pasado se mira cuando es necesario solamente, como se observa en un segundo lo que vamos dejando atrás por el diminuto espejo retrovisor de un vehículo; en cambio el futuro se mira a través del presente, que es amplio y luminoso como el parabrisas delantero.
Y si en el severo peregrinaje que te has impuesto, caes por una zancadilla vil que nunca falta en el camino de los constructores, no te amilanes ni te quedes panza arriba como un escarabajo; levántate rapidito, sacúdete del polvo, agradece a Dios con la Señal de la Cruz y sigue caminando erguido con la frente limpia, como hasta ahora lo vienes haciendo, sin claudicar a los principios rectores que nos enseñaron nuestros maestros, padres, abuelitos y los viejos comuneros chiquianos.
Un fuerte abrazo hermano del alma, y que Dios te bendiga, para felicidad de todos los que te queremos.
Nalo
Sin lugar a dudas su virtud comunicativa se fragua en los años de su infancia en Chiquián, década del sesenta, cuando se extraía el carbón mineral a punta de barreta, sudor y manos encallecidas, y después se trasladaba en costales a lomo de llama hasta el pueblo, sin dañar el ecosistema de las altas cumbres, con el viento helado galopando a rienda suelta en las laderas verticales que besan el cielo serrano.
Tiempos aquellos donde no habían políticos, alumnos, funcionarios ni jornaleros remolones, y los productos empaquetados aún no habían desplazado de las mesas chiquianas a los productos “de la chacra a la olla”, productos que hoy, por obvias razones, los países del primer mundo privilegian su consumo como tabla de salvación de la Humanidad. Tiempos cuando la Comunidad de Indígenas de Chiquián, hoy Comunidad Campesina, era símbolo de sumo orgullo, como el queso chiquiano, el poncho habano, Luis Pardo, los amados amautas y su fiesta patronal de Santa Rosa con hermosas pallas, bandas y chinguirito calientito en plena madrugada.
Años primeros que labraron surcos indelebles en la memoria del futuro comunicador social, gracias a la pauta de amor puro hacia el suelo natal de tres grandes maestros que tuvo bajo el techo familiar: su tía Dolorita Aguirre Novoa, su querido padre don Hernán Reyes Aguirre y su hermano, nuestro entrañable amigo Romeo Reyes Gamarra; de ahí su veneración hacia ellos, como todo ser humano agradecido reverencia los brazos y las mentes que lo cuidaron y guiaron de chiuchi y de maltón.
Su programa radial es un verdadero amasijo cultural de apego por el terruño, programa donde no solamente se cimentan los usos, costumbres y las tradiciones que nos identifican, sino que además nos pone en contacto directo con nuestra gente generosa, con ese lenguaje popular que vibra nervudo poniéndole alas ligeras a la emoción compartida, sin dejarnos sentir ni un solo domingo la ausencia de “nuestra sacrosanta tierra”, como subrayaba pletórico de fe, Roberto Aranda Chávez “RACH”.
Duro de carácter frente a la injusticia y a los astutos enemigos de la Naturaleza y del Cosmos, con esa clara mirada de todo guerrero de la luz y la paz, que no se amilana ante las misiones imposibles, pero sentimental hasta el llanto frente a la desgracia ajena, no para despertar ese sentimiento humanitario que se va perdiendo con la Globalización, sino, porque desde niño se conduele con los percances que afectan a los demás, y que nunca faltan en este valle de shinua, ampollas y lágrimas.
Hermano Hernán Vladimiro:
Ahora que ya sobrevuelas nubes veteranas, bienvenido seas a una de las mejores etapas de la existencia terrena; y permíteme decirte, con la experiencia que me brinda más de un lustro de ventaja como arriero del tiempo, lo siguiente:
Jamás renuncies a tus sueños, pues hacerlo es como dejar que un cuerpo fornido y tonificado se vuelva flácido, y no por ley natural sino por flojera. Lo mismo pasa cuando se pierde la fe. Tampoco sueñes en pequeño, porque como todo periodista sanmarquino no eres bonsái de macetero adornando un escaparate bajo luz artificial, sino roble floreciendo rozagante en tierra prometida con el sol dorando tu frente.
En tu caso, amigo mío, es imposible separar al promotor cultural del periodista, pues, como Olimpio Cotillo y Marcos Chamorro, encarnas al ser humano comprometido hasta el tuétano con su identidad nativa, y bizarro tenaz en la profesión que abrazaste con veneración en las aulas de San Marcos, por eso no te detienes al filo del abismo a contemplar el horizonte como los shulacos, sino que abres tus alas de cóndor y vuelas los confines sin temor a las sombras del cohecho regional, la felonía y el saqueo brutal, que trataron de ponerle mortaja de miseria al prístino suelo ancashino; de ahí que, nadie con un milímetro de entendimiento niega la trascendencia vital del programa dominical "BUENOS DÍAS CHIQUIÁN", porque su clamor radial va más allá de preservar nuestra identidad cultural, y se introduce como filuda hualanca en el nervio central de la corrupción que tocó fondo hasta el hartazgo, haciéndolo acurrucarse como antesala a su exterminio total.
Si en el trayecto de los años te fatigas, siéntate cómodamente en una mecedora o en un quncu de puya titanca y piensa en los viejos tiempos con una buena chicha de jora en los labios, ¡PERO OJO!, sólo mientras te repones del cansancio, ya que el pasado se mira cuando es necesario solamente, como se observa en un segundo lo que vamos dejando atrás por el diminuto espejo retrovisor de un vehículo; en cambio el futuro se mira a través del presente, que es amplio y luminoso como el parabrisas delantero.
Y si en el severo peregrinaje que te has impuesto, caes por una zancadilla vil que nunca falta en el camino de los constructores, no te amilanes ni te quedes panza arriba como un escarabajo; levántate rapidito, sacúdete del polvo, agradece a Dios con la Señal de la Cruz y sigue caminando erguido con la frente limpia, como hasta ahora lo vienes haciendo, sin claudicar a los principios rectores que nos enseñaron nuestros maestros, padres, abuelitos y los viejos comuneros chiquianos.
Un fuerte abrazo hermano del alma, y que Dios te bendiga, para felicidad de todos los que te queremos.
Nalo
RECUERDOS
 .
Lima, 30 de junio de 2012 
HOLA SHAY:
Hay actividades que parecen garantizar un buen nivel de popularidad: comentaristas, humoristas, publicistas, entrevistadores, narradores de noticias y reporteros de TV; también músicos y cantantes de moda, pitonisas, chamanes y políticos con buenos soportes de imagen.
HOLA SHAY:
Hay actividades que parecen garantizar un buen nivel de popularidad: comentaristas, humoristas, publicistas, entrevistadores, narradores de noticias y reporteros de TV; también músicos y cantantes de moda, pitonisas, chamanes y políticos con buenos soportes de imagen.
 .
En la  
otra orilla perviven personas poco iluminadas por la gloria visual, a  
quienes no aplaudimos ni esperan ovaciones; pero cuando desaparecen, nos
  percatamos de la importancia de su obra.
Son los heraldos de la  
confraternidad, del mensaje oportuno y la solidaridad, los que en vez de
  buscar fama, que siempre resulta efímera, prefieren ganarse el respeto
  de sus coterráneos con su trabajo abnegado, muchas veces silencioso.
Ellos asumen su deber con diligencia, sintiendo como suyas las  
preocupaciones de los demás. Olvidándose de su bienestar personal,  
cumplen fielmente su trabajo, sea grande o pequeño, aunque de manera  
recurrente tengan que saborear el pan amargo de la ingratitud y el  
acíbar de la incomprensión.
A este valioso grupo pertenecen los que a  
través de un programa radial llevan savia telúrica al corazón del  
pueblo. Se sienten responsables ante el solar natal y ante su  
propia conciencia, pese a las limitaciones logísticas y financieras del 
 que adolecen los espacios radiales provincianos que no cuentan con  
auspicio estatal. Siempre puntuales, trayéndonos noticias, promoviendo  
desarrollo y cultura, ciencia popular, deporte e inculcando valores  
positivos y consolidando nuestra identidad.
Dios bendiga la voz y el  
intelecto de los conductores: Nieves Alvarado, Pilar Barrón, Angélica De
  La Cruz, Julia Garro, Margot Palomino, Rosa Trinidad, Consuelo
  Valderrama, Estela Vásquez, Luz Zarazú, Zoila Zenón, Alejandro Aldave,
  Carlos Alvarado, Pablo Antaurco, Danilo Barrón, Manuel Cerna, Jorge  
Díaz, Gregorio Gamarra, Luis y Juan Lara, Víctor Lázaro, Marcelino León,
  Alex Milla, Carlos Oro, César Palma, Germán Perfecto, Vladimiro Reyes,
  Rodrigo Solórzano, Víctor Tadeo, Agustín Zúñiga, entre otros hidalgos 
 del micrófono.
En este  
contexto, a las 6 de la mañana de cada domingo sale al aire por Radio  
Independencia del Perú (1550 AM) el programa radial "BUENOS DÍAS  
CHIQUIÁN" bajo la dirección de nuestro paisano VLADIMIRO REYES GAMARRA. 
 Abre el telón el poema "Buenos días Chiquián" del vate nacional Augusto
  Escalante Apaéstegui. Música de nuestra tierra, noticias del día,  
entrevistas a funcionarios y dirigentes bolognesinos, promoción de  
talentos musicales, notas sociales y costumbristas, son los principales 
 ingredientes del programa radial.
Vlady
  Reyes, quien cumple años hoy, es una de las voces más reconocibles de 
 la radio de nuestro medio, pues más de dos décadas acreditan su labor  
que ha ganado un sitial en el alma bolognesina. Él, como muchos de su  
generación, vino a Lima con el huayco migratorio cuando Lima estrenaba  
un nuevo rostro, con un alto componente andino. En sus años juveniles  
estudió Periodismo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,  
complementando sus tareas académicas como narrador de noticias en Radio 
 Santa Rosa y como entrevistador y comentarista en el programa "Usted,  
Nosotros y el Arte" del otrora Radio Lima. En 1988 ingresa al programa  
radial "Alma y Sentimiento de mi tierra" y con los años va escalando  
peldaños hasta convertirse en su Director. Dicho programa chiquiano  
calló su voz en junio del 2007 por falta de auspiciadores, con gran  
pesar para los paisanos, sobre todo de la tercera edad, sus más  
fervientes seguidores. También viene a mi memoria 1991, año cuando con  
nuestros paisanos Oscar Felipe Jara y Alberto Celis (fallecido),  
inauguró el programa "Por las cumbres del Yerupajá", de corta duración, 
 pero de gran impacto en sus oyentes.
Los
  que tenemos el privilegio de contemplar de cerca la fecunda 
trayectoria  de Vlady Reyes en bien de nuestra provincia, sabemos que es
 una persona sensible a los problemas que afligen a Bolognesi. Por 
eso es fácil  imaginarse la cantidad de sucesos y personas que 
desfilaron y desfilan  hoy en día por su vida, por su corazón de ser 
humano, como comunicador  social, escritor, estudiante infatigable y 
promotor de desarrollo  sustentable, y a través de las diferentes tareas
 que asume como  dirigente de asociaciones e integrante de grupos de 
trabajo, pleno de  voluntad, siempre presto para poner el hombro en 
cualquier momento y  lugar, como en Argentina, por ejemplo, acompañando 
al incomparable Ritmo Andino de Huasta.
En la siguiente dirección electrónica, la primera obra escrita sobre la Fiesta de Santa Rosa, de su autoría. Hacer clic:
Con afecto,
Nalo Alvarado Balarezo
. 
 
VLADY REYES Y CARLOS ORO: 
DOS HERALDOS DE NUESTRA IDENTIDAD
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
DOS HERALDOS DE NUESTRA IDENTIDAD
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Nuestro pueblo, como producto bandera del sincretismo cultural entre España y el Nuevo Continente, ya lleva más de cuatro siglos de vigencia, con sus realizaciones espirituales, sus aspiraciones y sus carencias materiales; siendo uno de los principales rasgos distintivos de este mestizaje: las costumbres, entre ellas las fiestas patronales, los trabajos comunales y las manifestaciones colectivas de solidaridad frente al dolor, la enfermedad y la muerte, expresiones ancestrales que debemos preservar intactas para las futuras generaciones. Pero este legado cultural no se conserva ni se desarrolla con una varita mágica, una bola de cristal o catipando hojas de coca, siempre es necesario el esfuerzo intelectual y material de cada uno de sus hijos, cultivando y aportando cada quien su cuota de entrega, recogiendo lo mejor del pasado como cimiento del presente y andén del futuro.
Todos sabemos que la promoción, difusión y realización de actividades culturales populares no son faenas rentables en nuestro medio, sino verdaderos apostolados, sobre todo cuando se realizan de manera filantrópica a través de programas radiales, reuniones costumbristas de confraternidad, jornadas de motivación de talentos y potencialidades con rostro propio, etc., a través de procesos sociales permanentes que requieren de presupuesto económico, que generalmente asume el propio promotor. Prácticamente el apoyo directo del Estado al mantenimiento y fortalecimiento de la identidad cultural en los pueblos olvidados es poco o nada consistente, y de exiguo interés para ese cuerpo amorfo mal llamado "clase política", que no asimila el valor estratégico de la industria cultural, frente a los desafíos del futuro en un mundo globalizado que avanza vertiginoso.
En este marco, las titánicas tareas que vienen realizando sin alardes de agilidad promotora, tanto Vlady Reyes como Carlos Oro, son andamios claves en la edificación de una patria chica vigorosa, y merecen todo nuestro respaldo, en momentos que necesitan reparar fuerzas para seguir avanzando en su terca brega contra el desánimo, la indiferencia y el desarraigo.
Vlady Reyes no solamente promueve y difunde nuestra cultura a través de sus sintonizados programas radiales en el cono norte limeño, desde hace más de 20 años. También está presente en las actividades ediles que apuntan al desarrollo sustentable y de promoción cultural, tanto en Áncash, en Lima y en el extranjero. Además es uno de los más dinámicos difusores chiquianos en las redes sociales, como elemento de cohesión y unidad provincial, convirtiéndose cada día en fuente de información imprescindible. Seres humanos como Vlady Reyes Gamarra son los que en el mercado libre de la comunicación digital empujan pertinaces, tarde, mañana y noche, los carritos virtuales abarrotados de productos culturales andinos, sembrando concordia por doquier, como buenos revolucionarios de los afectos telúricos y extremistas a ultranza del desaliento, el desapego y el desdén por lo nuestro.
Carlos Oro Lázaro, embajador musical por excelencia, como buen amante de todo lo que significa Chiquián, dignifica a la cuna de Luis Pardo con su timbre de impecable factura y señal original. Pulso interior que lo hace grande entre los grandes intérpretes y compositores andinos. Además extiende nuestra cultura viviente con imágenes y sonidos producidos en casa para la pantalla chica a escala internacional, amén de su férrea tarea por mantener incólume la presencia del CARNAVAL BOLOGNESINO en la Capital de la República.
Por eso Reitero, que ambos paisanos, Vlady y Reyes y Carlos Oro, merecen todo nuestro respaldo, acudiendo en calor familiar a sus celebraciones, sólo así podrán llevar adelante su labor cultural con el mismo empeño y sin contratiempos externos, tareas en bien de nuestro pueblo que vienen realizando sin tregua alguna, gracias a la fraterna presencia ancashina en cada una sus jornadas anuales.
En esta oportunidad Vlady Reyes nos invita a la fiesta por el VI Aniversario del programa radial "BUENOS DÍAS CHIQUIÁN", desde el mediodía del domingo 9 de febrero de 2014, en la peña "LOS ANDES" del boulevard del distrito de Los Olivos (Manuel A. Segura 199).
Por su parte Carlos Oro nos invita a participar del "CARNAVAL BOLOGNESINO", a partir del mediodía del domingo 23 de febrero de 2014, en el local institucional del Club Social PAMPAS GRANDE (Jr. San Manuel 123, Los Olivos).
NO FALTAR .
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Fotografías que ilustran la Hoja de Vida de Vlady Reyes
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