domingo, 3 de diciembre de 2017

FELIZ LXVIII ANIVERSARIO CLUB ÁNCASH - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)


FELIZ LXVIII ANIVERSARIO CLUB ÁNCASH

Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

Las revistas virtuales “CHIQUIÁN QUERIDO” y “CHIQUIÁN Y SUS AMIGOS”, saludan al CLUB ÁNCASH en su 68 Aniversario Institucional. Nuestro fervoroso homenaje a las mujeres y hombres que dieron el primer paso para su fundación, aquellos que marcaron con pasión, empeño y entrega: un antes y un después en la vida del migrante ancashino en la Capital de la República del Perú: LIMA. Años antes lo hicieron nuestros hermanos comprovincianos de Lambayeque (1930), Arequipa (1936), Cusco (1944), Cajamarca (1945) y Tacna (1947); y años después: Ayacucho (1951), Apurímac (1952), Pasco (1954), Loreto (1955), Huancavelica (1955), Junín-Huancayo (1955), Madre de Dios (1956), Amazonas (1958), Puno (1959), Moquegua (1961), Ica (1962), Huánuco (1967) y Ucayali (1980)... 
 
Con el paso de los años se fundó la Asociación de Clubes Departamentales del Perú – ACDP (20 de mayo de 1965). Tanto el Club Áncash, como la ACDP, tuvieron de primeros presidentes a miembros activos del Ejército, ambos de origen ancashino: General de División EP Armando Artola Del Pozo y General de División EP Marcial Romero Pardo, respectivamente. Este último, cuando tenía el grado de Coronel, integró la primera Directiva del Club Áncash, desempeñando el cargo de 2do. Vicepresidente. Nuestro paisano Armando Artola Del Pozo, estando como Ministro de Trabajo y Asuntos Indígenas, ascendió a General de División, tres años después de la fundación del Club Áncash, según Resolución Legislativa N° 11964 de 23 de diciembre de 1952. Fue Ministro de dicho sector, del 31 de mayo de 1949 al 9 de agosto de 1954. O sea, fue Presidente del Club Áncash y Ministro al mismo tiempo. Doble labor, mérito que debe hacerse hincapié en la historia del Club, como reconocimiento a su fulgente trayectoria como todo ancashino de bien, ídem de todos los que lo acompañaron en la Primera Directiva del Club, entre ellos el General de División EP Marcial Romero Pardo y sus colegas de uniforme: General Cirilo Ortega (Huari), Coronel Arturo Arévalo Flores (Carhuaz), Coronel César Egúsquiza (Pomabamba), Coronel Francisco de Salas Torres (Yungay). 
 
La presencia de muchos socios de procedencia castrense ha sido habitual en las directivas de los clubes departamentales desde sus respectivas fundaciones en Lima, situación que ayudó a mitigar los estragos del desarraigo en los  provincianos que abrazaron profesiones militares y policiales, y fueron destinados a departamentos del Perú durante toda su carrera, la mayoría de las veces lejos de la Patria chica. 
 
Pero no solamente brilló con luz propia el ancashino Marcial Romero Pardo en la Asociación de Clubes Departamentales del Perú, teniendo como cuna el Club Áncash. También fueron destadados presidentes de la ACDP, nuestros ilustres paisanos Juan Francisco La Rosa Sánchez (Dos períodos: 1973 / 1977), Marco Lúcar Torres (Dos períodos: 1985 / 1987 y 1991 / 1993), Hugo Palacios Gomero (1989 / 1991) y Roque Otárola Peñaranda (Dos períodos: 2005 / 2009). Actualmente dirige los destinos de la ACDP, la Ing° cusqueña Lidia Marín Loayza, bajo el lema “52 años integrando a los peruanos”. La Ley 29363 promulgada en mayo de 2009 y su Reglamento (Decreto Supremo 059-2010-PCM, de mayo de 2010), regulan el funcionamiento de los clubes departamentales, provinciales y distritales del Perú.

He visto con mucha satisfacción entre los condecorados a cuatro paisanos que tengo el privilegio de conocer: Eduardo Marti Cerrate (Bolognesi), ser humano de enorme corazón y de infinita valía, que viene haciendo empresa en Áncash desde su juventud. Escritor de pluma viva, declamador intenso, uno de los más telúricos depositarios de nuestra heredad, siempre luchando a brazo partido por nuestros usos, costumbres y tradiciones ancestrales, gran impulsor de instituciones sociales y culturales. Wilfredo Kapsoli Escudero (Pomabamba), no solamente es Doctor en Historia por la Universidad Nacional de San Marcos y reconocido Investigador en la Universidad Ricardo Palma. También es un afamado matemático y uno de los más importantes autores peruanos de todos los tiempos. Manuel Arias Silva (Huari), director de la empresa “Orquídeas Peruanas”, con importantes destinos de exportación en el mundo entero. Feliciano Apolinario Espíritu (Mariscal Luzuriaga), director de las prestigiosas revistas PERÚ ÁNCASH y PERÚ VISIÓN, ambas de integración nacional e internacional. Feliciano es el artista del flash, que con su lente perenniza las actividades que desarrolla el Club Áncash en bien de nuestro departamento, durante todo el año.

Cada vez que visito el Perú, a juicio de mis amigos y familiares, el Club Áncash se convierte en mi segunda casa, y no podría ser de otra manera, pues allí tuve el privilegio de charlar con venerables peruanos saboreando un rico choclito con queso o una humita deliciosa. Ya están en el cielo:  Carlos Eduardo Zavaleta, Rosa Cerna Guardia, Guido Vidal Rodríguez, Donato Apolín Gamarra, Arnulfo Moreno Ravelo, Arcadio Zubieta Villafuerte, Oswaldo Reynoso Díaz, Daniel Arturo Corcuera Osores, Diego Vicuña Villar... 
 
Allí me siento en familia con los creadores telúricos de otras latitudes peruanas que vienen dando alientos sanos a sus obras: Alfonsina Barrionuevo, Margot Palomino, Beatriz Moreno de Rovegno, Martha Crosby, Ana María Intili, Teófila Llaja Culqui, Anita Burga, Mavi Márquez Alcalde, Lucy Martínez Zuzunaga, Carlos Garrido Chalén, Luis Albitres Mendo, Danilo Sánchez Lihón, Juan Rivera Saavedra, José Beltrán Peña, Julio Solórzano Murga, Samuel Cavero Galimidi, Juan Benavente Díaz, Carlos Humberto García Curay, Armando Azuña Niño de Guzmán, entre otras valiosas plumas. 
 
La lista de oro de nuestros paisanos con quienes he compartido momentos culturales en el Club Áncash es larguísima gracias a Dios. Cito algunos para no fatigarlos amigos lectores: Anatolia Aldave Reyes, Aivil Alitana, Luzmila Libertad, Cindy Alejandro Santiago, María del Pilar Cárdenas Márquez, Rosa Trinidad de Robles, Mercedes Margot Bravo Quiroz de Zubieta, Norka Brios Ramos, Duly Esquerre Espinoza, Magda Romero, Mariluz Antúnez Rodriguez, Verónica Solórzano Vidal, Florencio y Elifio Bernabé Gonzáles, Rodrigo Solórzano Espinoza, Alejandro Aldave Montoro, Pablito, Jorge, Efraín y Fernando Vásquez Veramendi, Oscar Colchado Lucio, Roberto Aldave Palacios, Federico Kauffmann Doig, Arturo Ruiz Estrada, Marcos Yauri Montero, Julio Quispe Virhuez, José Zubieta Béjar, Agustín Zúñiga Gamarra, Alex Milla Curi, Augusto Alva Herrera, Manuel Reyna Loli, Roberto Rosario Vidal, José Antonio Salazar Mejía, Danilo Barrón Pastor, Áureo Sotelo Huerta, Vladimiro Reyes Gamarra, Javier Cotillo Caballero, Walter Vidal Tarazona, Román Robles Mendoza, Elmer Neyra Valverde, Américo Portella Egúsquiza y Marco Esteban Calderón Ríos. 
 
Allí he visto trabajar sin descanso al otrora Presidente Arce Trujillo Quezada, dirigente visionario que le abrió las puertas de par en par a AEPA, y por efecto multiplicador a todos los colectivos culturales provincianos, afincados en Lima. Hoy siguen sus huellas luminosas el actual presidente Pablo Flores Guerrero y su directiva, con el apoyo de un formidable Comité de Damas, bajo el liderazgo de doña Angélica Henostroza Rodríguez de Flores. Integran la actual directiva del Club Áncash, mis amigos: Rosita Chincha Vega, Filomeno Zubieta Núñez, Juan Rodríguez Jara y Alfredo Estremadoyro Borja, a quienes he visto trabajar incansables durante muchos años por el desarrollo de nuestro departamento y sé de qué madera están hechos. Todos ellos merecen aplausos de pie en este día festivo.

Antes de culminar, ruego abrir un poquito más la puerta del Club a las autoridades y funcionarios de nuestras 20 provincias. Que ellos se sientan en casa. Se necesita desarrollar mesas redondas y conversatorios sobre políticas públicas, para que no nos den gato por liebre a nivel regional. La crisis actual por la que atraviesa la máxima instancia del poder en el Perú, así lo amerita; y la única manera de vigilar el patrimonio de  las provincias ancashinas es, mediante un acercamiento franco y sincero de la comunidad con los gestores, siguiendo ese dicho milenario “El ojo del amo engorda al caballo”.

Finalmente no debemos olvidar que en una fecha jubilar, además de levantar las copas, lanzar hurras y saborear potajes maravillosos, también es necesario hacer memoria para ver lo andado, y apuntalar el rumbo si es necesario. Del mismo modo es momento de agradecer. Infinitas gracias Club Áncash por sus gratas atenciones, con la esperanza de que su hermosa página Web siga floreciendo lozana como hasta hace un poco más de un año se actualizaba diariamente. Facebook, por sus limitaciones de estructura, no basta. Un blog gratuito también es ideal.  Mil bendiciones.

Brentwood, 3 de diciembre de 2017